A Contracorriente ©

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Sila 

-Horas antes – 

⎯Te ves hermosa con ese vestido⎯ expresa mi madre mientras voy entrado al salón donde mi madre me tomará la sesión de fotos del mes. 

Desde que me embaracé, mi madre trata de tomarme fotos cada mes en diferentes locaciones porque dice que tiene un proyecto en mente para mí y le creo. Su mente creativa ha dado desde exposiciones hasta fotos preciosas que salen en portadas de revistas y carteles, por lo que sé, que lo que tiene en mente será algo increíble sobre todo porque es su primer nieto o nieta. 

Mi madre me toma de la mano y me lleva hacia donde está una ventana. El sol entra de una forma fenomenal, y se refleja en los espejos que mi tía tiene en el salón. Me acomoda y con cariño pone el vestido de una forma que se ve como si fuera de la realeza. 

⎯No son flores naturales pero, tengo una corona⎯ escucho la voz de mi tía quién, minutos después, entra con una corona de flores de esas que usan sus alumnas en los recitales.⎯ Se verá hermosa sobre tu cabello negro porque son rojas. Ella me pone la corona y me la acomoda⎯¡preciosa! 

⎯¿Crees?, últimamente siento que me convierto en manatí ⎯ bromeo. 

Mi mamá se ríe⎯confieso que no extraño ese sentimiento. A mí en los embarazos me fue pésimo, al grado que cuando me enteré de que estaba embarazada de tu hermano David lloré dos horas porque sabía lo que me esperaba. Después, recordé lo bonito que se siente tenerlo entre tus brazos, el olor a bebé y te juro que se hace todo más llevadero. 

⎯A mí no⎯ dice mi tía⎯ a mi me fue perfecto, hasta bailé embarazada.

⎯Yo siento que dentro de unos días ya no podré ni moverme en la cama. Y confieso que estoy llena de gases y el sexo con Moríns fue… 

Mi tía y mi madre se ríen y yo siento como el color rojo me sube por las mejillas. Mi madre me acaricia el cabello ⎯no te dé pena, solo con nosotros puedes hablar de eso, ya hemos pasado por esto ⎯ y me acaricia el vientre⎯ luego, te daré unos consejos que sirven. 

Me río ⎯ que horror… nunca pensé que estaría hablando de esto con ustedes. 

⎯Soy tu madre, ¿con quién más hablarás de esto?⎯ me dice⎯ ahora, acomódate ahí y ve hacia el espejo. 

Me pongo en la posición que mi madre me indica y, enseguida, escucho los ligeros clics de la cámara indicando que me está fotografiando. No soy muy buena modelo pero, debo confesar, que quiero salir bonita en las fotos de mi embarazo y eso me hace soltarme mas y posar lo mejor que puedo. 

⎯Eso bonita⎯ me dice mi mamá, mientras se mueve de un lado a otro. Veo cómo sus pies se arrastran por el piso de madera. 

⎯La próxima vez deberíamos traer a Moríns⎯ le sugiero ⎯ al menos unas con él. 

⎯¿Qué fue eso? ⎯ interrumpe mi tía y voltea hacia la puerta. 

⎯¿Qué fue eso de qué? ⎯ pregunta mi madre, mientras baja la cámara y la ve. 

⎯Ese ruído, ¿no lo escucharon? ⎯ insiste y se acerca a la puerta para escuchar mejor⎯juro que escuché que alguien rompía la ventana de… 

En eso el ruido de un vidrio rompiéndose hace que las tres saltemos y nos hagamos para atrás, Mi tía regresa a dónde estamos nosotras y mi madre da unos pasos hacia delante para ir por el móvil, cuando la puerta se abre con fuerza asustándonos. Delante de nosotros se encuentran dos hombres con un aspecto que me aterroriza, por lo que pongo las manos sobre mi vientre. 

⎯¿Qué quieren? ⎯ pregunta mi tía con firmeza⎯ si quieren dinero, no hay dinero. 

Los hombres no nos contestan, simplemente comienzan a tomar las cosas que hay en una de las mesas del salón y comienzan a romperlas. Mi tía Ainhoa se asusta y salta, mi madre me pega a la pared y me protege. 

⎯¡Qué es lo que quieren! ⎯ grita mi madre. 

El otro hombre comienza a romper los vidrios de la habitación hasta que nos arrincona en una de las tantas esquinas ⎯¿suficiente? ⎯ le pregunta al otro y éste asienta con la cabeza. Luego voltea a ver a mi mamá y camina hacia ella. 

⎯¡No!, ¡aléjense!, ¡no!⎯ grita firme⎯ les juro que se van a arrepentir. 

⎯¡Eso ya lo veremos! ⎯ le responde y la toma del brazo para jalarla con fuerza y aventarla sobre le suelo de madera. 

⎯¡Mamá!⎯ grito al verla volar por los aires. 

El otro hombre toma a mi tía y ella como pueda trata de zafarse, pero es demasiado fuerte y termina por arrebatarla de la barra donde se sostenía.⎯¡Tía, no!⎯ grito. 

⎯¡Déjame!, ¡suéltame! ⎯ lucha para zafarse. 

De pronto veo cómo mi madre lucha para zafarse de las manos del pesado hombre que la tiene contra el suelo⎯¡mamá! 

Corro hacia ella y con toda mi fuerza le doy una patada en la ingle al hombre haciendo que caiga sobre ella.⎯¡Sila!, no… vete, vete de aquí⎯ me indica. 

Ella, toma la cámara que tiene en el cuello y con todas sus fuerzas le pega en el rostro al hombre, haciéndole gritar⎯¡hija de puta! 

Mi madre se levanta y con todas su fuerzas comienza a golpear en las costillas al hombre. Del otro lado mi tía Ainhoa sigue tratando de soltarse, así que corro como puedo y con una de las lámparas que tiene en el lugar la tomo y le pego en la cabeza al hombre. 

⎯¡Dios mío!⎯ grita ella al ver como cae al lado. 

⎯¡Llévate a Sila! ⎯ le grita mi mamá⎯¡llévatela!, ¡que no la to…! ⎯ dice cuando de pronto le toman la pierna y la azotan contra el suelo de madera. 

⎯¡Mamá!⎯ grito. 

Mi tía me lleva a uno de los armarios que hay en el lugar y me mete ⎯quédate aquí.

⎯¡No!⎯ le pido. 

⎯¡Piensa en bebé Moríns!, protégele. 

⎯Pero tía…⎯ insisto. 

⎯Por el amor de Dios, Sila haz caso⎯ me habla. 

Sin embargo, alguien empuja a mi tía al armario y vemos que mi madre cierra la puerta⎯ si me pasa algo, cuida a Sila, cuida a mi bebé Moríns. 

⎯Pero, Luz. 

⎯Sé defenderme⎯ nos habla. 

Después cierra la puerta del armario, y le pone una silla para que no podamos salir. Al parecer, el objetivo es ella y nadie más. Entre las rendijas del lugar, podemos ver a mi madre defenderse con todas su fuerzas. Dando unos golpes con tan fuerza que hace tambalear los que la atacan. 

⎯¡Hija de puta!⎯ se escucha y veo a mi madre enterrándole uno de los vidrios del espejo en el brazo. ⎯¡Mátala!, ¡mátala ya!⎯ le grita⎯¡es la orden, mátala! 

El otro hombre va hacia ella y toma a mi madre del cuello y la recarga sobre el muro para comenzar a ahorcarla. 

⎯¡Mamá!⎯ grito desde adentro, ⎯¡mamá!, ¡mamá!, ¡déjenla! ⎯ mi desespero solo hace reír a los hombres de afuera. Me siento estúpida sin poder hacer nada. 

Mi madre lucha con las manos tratando de tomar algo para quitárselo de encima pero, al parecer no ha encontrado nada. Así, mi tía Ainhoa empuja la puerta con fuerza para salir de ahí y tomando la silla la azota en la cabeza del hombre haciendo que esté caiga sobre el suelo y deja de ahorcar a mi madre. Yo me levanto como puedo y corro hacia ella sujetando mi vientre con las mano izquierda. 

⎯¡Mamá!⎯ Expreso mientras me arrodillo al nivel de su rostro y comienzo a examinarla ⎯¡mamá!, no te mueras mamá⎯ le pido. 

Los hombres se levantan y salen del lugar cojeando y quejándose del dolor; al parecer ellos lograron lo que se propusieron. 

Yo descubro el pecho de mi madre y me empiezo a darle reanimación⎯¡Vamos, mamá!, ¡no te puedes morir!, ¡no te puedes morir!⎯ le hablo mientras hago lo mío.⎯ Vamos mamá, tienes que conocer a tu nieto o nieta, no te puedes ir, ¿entiendes? 

Mi tía Ainhoa va hacia su bolsa y con las manos temblorosas saca su móvil⎯ ¡Manu!, ¡Manu! ⎯ repite mientras no para de llorar. 

⎯¡Vamos mamá!, ¡Vamos!⎯ insisto, mientras la reanimo⎯¡Vamos!, te lo pido mamá, te lo pido. No es tu momento, no es tu momento. 

De pronto escucho cómo toma aire y comienza a toser haciéndome sonreír⎯¡Mamá!⎯ exclamo emocionada y ella abre los ojos viéndome⎯ aquí estoy, aquí estoy⎯ me repite mientras yo le tomo el pulso con las manos temblando. 

En eso siento como todo comienza a darme vueltas y ya no puedo sostener ⎯¿Sila?⎯ escucho la voz de mi tía⎯¡Sila!⎯ escucho el grito, la vista se me nubla y caigo sobre el suelo.

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