Sila
Moríns se merece el mundo, y yo se lo quiero dar. Mi roce con la muerte no solo cambió mi pensamiento sobre ella, si no que me movió sentimientos más allá de lo que puedo controlar. También me hizo darme cuenta que la vida es una y que la quiero vivir al lado de él, de mi Moríns, por lo que, con ayuda de mi familia preparé para pedirle matrimonio, justo al atardecer como solíamos verlo juntos cuando vivíamos en Puerto Vallarta.
Así, con los nervios a flor de piel y repasando lo que le diré en la mente, veo a Cho y Sabina corriendo hacia mí, con una sonrisa en los labios y ese rostro de complicidad que me hace sonreír también.
⎯Ahí viene⎯ me dicen,⎯ viene algo molesto por lo de las rosas.
⎯Pobre, espero que no se haya enojado mucho con el proveedor⎯ le respondo.
⎯No, todo bien…
Volteo a ver a mi familia quienes se encuentran en esa preciosa casa en la playa que hemos rentado para poder tener una bonita cena. Mi madre sonríe, mientras mi papá carga a Fátima que se encuentra recargada sobre su pecho y profundamente dormida.
⎯Ve, ve y sorprende al hombre que amas⎯ me dice mi mamá, para luego darme un beso.
Mi hermana Alegra me acomoda el cabello y Lila me da la caja con el anillo que le he comprado.⎯ Tomaré cientos de fotos ⎯ me dice Alegra.
⎯Cada momento, te lo pido⎯ le contesto.
Veo como Moríns camina hacia la alfombra roja que he puesto rodeada de velas y yo salgo a la playa y camino lo más rápido que puedo sobre la arena. Entonces, me pongo sobre una rodilla, abro la caja y digo nerviosa ⎯ voltea.
En ese instante Moríns lo hace y yo sonrío.
⎯¿Qué demonios? ⎯ murmura emocionado, mientras nuestras pupilas se cruzan.
Suspiro⎯ Moríns, estuve a punto de perderte, dos veces, la primera por un grave error que cometí y la segunda por que casi me voy de este mundo, y ahora, la vida me ha dado una tercera oportunidad para poder decirte cuánto te amo. No soy buena en la poesía aún, pero no la necesito, tengo todo lo necesario para poder hacerte un verso sin esfuerzo y declararte todo mi amor. Por ti, soy quién soy. Hace años atrás me ofreciste tu amistad desinteresadamente y te convertiste en el gran amor de mi vida. Tú me enseñaste a disfrutar, a reír, a sentir… has estado conmigo en cada momento importante e incluso cuando te daba por perdido, te mantuviste a mi lado. Herirte, fue lo peor que pude haber hecho en toda mi vida, y recuperarte ha sido el camino más largo, lleno de obstáculos y miedo que he recorrido, sin embargo, si siempre me lleva a ti, lo volvería a hacer sin duda.
Veo como Moríns me sonríe y sus manos se limpian las lágrimas ⎯¡Ay lo siento!, ya sabes que soy muy chillón ⎯ me comenta y yo me río bajito.
⎯Francisco Moríns, hace tiempo atrás me perdí por completo pero ahora sé quién soy y todo es gracias a ti. Soy Sila Canarias, la madre de Fátima Moríns, tu amiga y compañera tuya y nada, pero nada en este mundo me haría más feliz que ser Sila Canarias, la esposa de Francisco Moríns Castillo, así que, ¿quieres casarte conmigo?, y permitirme amarte el resto de tu vida ⎯ le pido. Moríns en ese instante se pone de rodillas ante mí y saca de su bolso una caja muy bonita que reconozco al instante⎯¡ay no!⎯ murmuro, y las lagrimas comienzan a caer sobre mis mejillas.
⎯Solo acepto casarme contigo, si tú, Sila Canarias, aceptas casarte conmigo también⎯ me recita y veo frente a mí el precioso anillo de mi abuela, ese que mi abuelo Tristán le dio cuando se vinieron a vivir a Ibiza.
Me río bajito⎯ Sabes, mi abuela le pidió matrimonio a mi abuelo y les fue genial, espero que a nosotros también.
Moríns toma mi mano y pone en anillo que me queda perfecto ⎯ somos almas gemelas, mi amor, verás que nos irá de maravilla.
⎯Perdón por haber perdido el otro anillo ⎯ le comento.
Él toma mi rostro y me da un beso sobre los labios⎯ ya no importa, eso queda en el pasado. Casi pierdo a mis dos amores, y ahora las recupero… es más valioso que un anillo⎯ me dice.
Yo tomo el anillo y se lo pongo en el dedo de la mano derecha ⎯ espero te guste, me ayudaron a escogerlo mis hermanas, dicen que es algo muy chic, masculino y elegante… yo solo sé que es bonito, ese señor Cartier si que sabe hacer cosas lindas.
⎯¡Qué!⎯ expresa, al escuchar⎯¿un Cartier?
Lo beso en los labios y le abrazo⎯ te amo, Moríns.
⎯Te amo, mi Sila…Yo te tenía preparado una pedida muy especial pero el de las rosas me quedó mal y… ⎯ de pronto Moríns guarda silencio y me ve a los ojos…⎯excepto qué.
Sonrío⎯ lo siento Moríns, los Canarias son muy chismosos y los Ruíz de Con muy comunicativos, así que tan solo le dijiste a Sabina lo que planeabas hacer, literal corrió a decirme y tuvimos que cancelar las rosas…
⎯¿Qué?
⎯Sí, el pobre proveedor tuvo que esconder los ramos para que no los vieras y bueno… pero, te juro que lo recompensaré.
Entonces tomo la mano de Moríns y ambos caminamos por el camino de velas hacia la casa de la playa donde, al entrar se ve a toda la familia reunida.⎯¡Felicidades!⎯ gritan todos, para luego aplaudir.
En eso Moríns ve como se acerca su madre y corre a abrazarla ⎯¡mamá!, ¡estás aquí!⎯ expresa y la levanta por los aires.
⎯¡Mi Moríns!, ¡mi hijo!⎯ le dice.
⎯¿Qué haces aquí?⎯ pregunta entre lágrimas.
⎯Pues, cancelamos todas las rosas pero, enviamos el avión por ella, así que tu madre aterrizó ayer por la noche y se quedó en un hotel.⎯ Le explico.
⎯¡Qué gran sorpresa!⎯ expresa, dándole muchos besos sobre la mejilla.
Mi hermana Alegra se acerca con la cámara ⎯¿qué les parece una foto familiar?, creo que tenemos que actualizarla, ¿no creen?⎯ pregunta. Todos nos juntamos y vemos como Carlos se hace un lado para no salir en la toma.
Yo voy por él y lo acerco a nosotros⎯ dijo familiar, Carlos, y Fátima querrá ver a sus dos abuelos en esta foto⎯ le explico y lo acomodo al lado de Betty.
Mi padre le da a Fátima para que él la cargue ⎯ bienvenido a la familia ⎯ le dice y le da una ligera palmada sobre la espalda.
⎯Y pensar que quinientos pesos la hora resultó en esto ⎯ bromea, al sentir a Fátima sobre sus brazos. Todos nos reímos. Entonces mi hermana se acomoda al lado de mi hermano David y cuenta hasta tres para tomar la foto que, como siempre, sabemos que quedará perfecta. Tal vez, en esta foto haya tres personas que ya no están que extrañamos con el alma pero también, vemos rostros nuevos que nos alegran el alma. Fátima es la primera de una nueva generación, como antes lo fuimos Sabina y yo, y antes mis padres… la familia crece, los apellidos aumentan y pronto se unirá uno más… y esta vez, estoy segura de quien soy y a donde pertenezco, ya no hay más confusión.