A Contracorriente ©
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Moríns
Los planes han cambiado una vez más pero ahora, parece que todos estamos en la misma dirección y de acuerdo en lo que pasará por lo que todo está bien y al va viento en popa. Sila y yo nos casaremos por el civil a finales del mes de junio, en el jardín de la casa de los Ruíz de Con, Canarias y Carter, en una ceremonia tan íntima en la que solo estará la familia y amigos cercanos.
Después, todos nos enfrentaremos a grandes cambios, desde personales hasta profesionales, empezando por mí, que después de tanto tiempo he decidido estudiar una carrera que en la que creo soy bueno, para la que tengo talento y que sé ayudará mucho a la fundación, estudiaré leyes.
⎯¿Abogado?, ¿quieres ser abogado?, eso no me lo esperaba de ti Moríns ⎯ me dice Cho sorprendido mientras pasea a Fátima entre sus brazos por el jardín de los Carter.
⎯Y, ¿qué carrera piensas que sería la adecuada para mí? ⎯ pregunto.
⎯Payaso ⎯ escucho la voz de Jo, quién prácticamente está pegada a Cho como su ayudante.
⎯Gracias Jo, yo también te quiero.
⎯Yo también te quiero, Moríns ⎯ responde entre sonrisas.
Veo como Fátima mete su dedo a la boca y lo chupa, es señal de que está empezando a quedarse dormida y que nuestra caminata le está sirviendo. Siempre que Sila tiene guardia, mi hija se pone nerviosa y le es imposible dormir, así que Cho y yo salimos a caminar por la tarde-noche en el jardín mientras la arrullamos.
⎯Y, ¿qué te ha dado por querer ser abogado? ⎯ me pregunta Cho.
Me quedo en silencio un momento y luego dudo ⎯ no sé si deba decírtelo, siento que te burlarás.
⎯Venga, Moríns. Somos hermanos, compadres, somos familia, ¿por qué crees que me burlaré?
Suspiro ⎯ porque es una idiotez.
⎯Vamos, dime…
⎯Sí dinos ⎯ habla Jo, que ahora está interesada.
⎯Bueno. Después de lo que pasó con Sila, me di cuenta de lo mucho que perdería si ella se hubiese ido. No solo lo digo por mi nena y por ella, sino por mi vida. Prácticamente soy un hombre con mucha suerte, ahora soy presidente de una fundación, tengo el respeto de todos y me muevo entre los grandes pero, todo eso es gracias a María Julia y al parentesco que tengo con Sila. Sé que soy bueno en lo que hago y por eso también me aprecian, no obstante, si Sila se hubiese ido y solo hubiese quedado yo, no soy nadie.
⎯Eres Moríns ⎯ me consuela Jo, dándome una palmada sobre la espalda.
⎯¿Gracias Jo? ⎯ pregunto porque no estoy seguro de su intención. El carácter de Jo siempre está entre el límite del sarcasmo y la empatía.
⎯Jo, amor, ¿crees que puedes cargar a Fati y pasearla con cuidado por el jardín? ⎯ le pide Cho y ella estira las manos y carga a mi hija con tanto amor y cariño que me enternece. Definitivamente Fati nació en la mejor familia, con los mejores primos y tíos.
Cuando Jo se aleja con Fátima, acariciando su espalda y dándole besos sobre la cabeza, Cho voltea a verme y me sonríe ⎯ te comprendo, no quieres ser un parásito de los Canarias, Ruíz de Con y Carter, ¿cierto?
⎯Eso, no lo quería decir así pero, de verdad me pongo a pensar en mi futuro y todo eso. Si los Canarias me quitan su apoyo, y el trabajo, soy nadie. Además, todos aquí tienen carreras, David y Sila son pediatras, Sabina es veterinaria, Luz fotógrafa y tú dentista… incluso Daniel ya decidió su carrera, finanzas empresariales pero yo… soy licenciado en sistemas.
⎯¿Enserio?, ¿puedes arreglar mi ordenador? ⎯ bromea Cho.
⎯Carrera que jamás he ejercido y, además, ni título tengo. En fin, creo que soy bueno para ser abogado y lo he demostrado en varias partes de mi vida así que, me meteré a estudiar leyes en próximo semestre, en una escuela en línea.
⎯¿Llevarás la fundación y el estudio de Leyes?, ¿estás loco? ⎯ me pregunta.
⎯No, estoy decidido. Por primera vez en mi vida quiero hacer esto, ¿no ves? Tengo todo, mi familia, soy presidente de una fundación y quiero que mi hija me admire, que vea que puede lograr lo que quiera, a la edad que quiera. He dejado muchas cosas en la vida, pero, a lo único que me he aferrado es en ser mejor hombre y esto, me hace mejor hombre, ¿no crees? Además, no podemos estar viviendo siempre de lo que ellos nos dan. Somos afortunados pero, no juguemos con la suerte.
Cho me sonríe y me da una palmada sobre la espalda ⎯ me alegra que estés aquí Moríns, empezaba a sentirme solo.
⎯¿De qué hablas?, literal estamos rodeados de veinte personas diariamente. Todos entran y salen de las casas porque parece que no hay llaves y el personal nos vigila.
⎯No lo digo por eso lo digo porque, al fin, hay una persona diferente aquí, que no es un Canarias o un Ruíz de Con, alguien con el que puedo hablar de esto sin sentirme mal. Esta es una gran familia, con gran influencia y respeto. Estar entre ellos a veces puede llegar a ser abrumador y con todo lo que te dan, empiezas a pensar que no puede ser real que sean así, pero lo son que es lo mejor. Esta familia es de lo mejor, y te hacen sentir tan bienvenido, tan amado y apoyado que a veces piensas que tus logros son pequeños.
⎯Te entiendo ⎯ le comento.
⎯ Amo a Sabina, vi a sus hermanos y a sus primos crecer pero, hay veces que te preguntas si eres demasiado bueno para ellos, hoy me comprobaste que no estoy equivocado, ni solo. Tengo a un amigo que me entiende y sabe lo que se siente. Hace años atrás perdí a mi familia y los Carter me adoptaron, pero, ahora, siento que tengo un hermano. Así que, te apoyaré en lo que quieras… abogado Moríns.
Sonrío ⎯ Abogado Moríns, suena… bien.
⎯Suena muy bien, espero tus servicios gratis a cambio de que cuide a Fátima cuando lo necesites ⎯ me bromea, y ambos nos reímos.
Le doy un abrazo a Cho, ⎯ ya no estás solo, hermano.
⎯Lo sé.
Vemos como Jo pasea a Fátima y como mi hija se ha quedado profundamente dormida ⎯ a veces la veo y no puedo creerlo, ¿sabes? ⎯ le digo a Cho ⎯ ¿qué fue lo que hice para merecerla?
⎯Ser un buen hombre Moríns, eso. Sabina y yo hemos hablado y decidido que pasaremos la búsqueda del bebé hasta después de la boda, así que… tengo una cita en el cuarto de lavado, ¿puedes vigilar a Jo?
⎯¿Qué?… ¿dónde vas?, ¿qué pasa? ⎯ pregunto confundido.
⎯Solo trata de que Jo no entre a la casa de treinta a cincuenta minutos, considera esto como una oferta, abogado Moríns.
⎯¡Oye!, pero… ¿y lo de la despedida de soltero? ⎯ pregunto.
⎯Mañana… ⎯ me dice desde lejos. Cho camina hacia Jo y, después de decirle algo, sale literal corriendo hacia la casa.
Jo se acerca con Fátima y después de dármela la veo al rostro y le pregunto ⎯¿Qué demonios tienen con ese cuarto de lavado?, todos hablan de él y quieren ir ahí.
Jo niega con la cabeza ⎯ ¡Ay mi querido Moríns!, tan inocente y nuevo. Todos van ahí para matar ratas.
⎯¿Y por qué no fumigan? ⎯ inquiero.
⎯¡Ay Moríns!, tienen sexo… ¡tienen sexo en el cuarto de lavado! ⎯ me grita, y yo me río ⎯ lo siento, pero no es posible que no lo sepas.
⎯¿No eres muy chica para saber eso?
⎯Meh, yo soy quién cobra por apartar los horarios de mis primos… ⎯ levanta la pierna ⎯ ves estas zapatillas, literal me las pagó mi primo Tristán hace tres meses.
⎯¡Guau!, eres buena para los negocios.
⎯Yes I am… soy hija de mi papá… ⎯ dice Jo con orgullo.
⎯No sé como sentirme al respecto pero, veo que todos usan ese cuarto⎯ me quedo en silencio un minuto y luego volteo a verla ⎯¿si sabías que la casa de visitas de tu tío David es aprueba de sonido?
⎯¿Qué? ⎯ pregunta Jo⎯ claro que no.
⎯Sí, es aprueba de sonido, no se escucha nada de afuera, nada de adentro… Sila y yo, ya lo comprobamos ⎯ comento.
⎯Interesante ⎯ responde.
⎯Y, el tío Canarias se irá casi un año con la tía Luz…
Jo sonríe ⎯ ¿me dejarás hacer esto?, ¿no se supone que me deberías dar un sermón?
⎯Lo haces de todas formas. Cincuenta por ciento de lo que te paguen y tienes un trato… ⎯ le informo, para luego sonreír.
Jo estira la mano y ambos cerramos el trato ⎯ serás buen abogado Moríns.
⎯Lo sé ⎯ digo, orgulloso, porque sé que será así.