A Contracorriente ©
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Sila
¡Tenemos casa llena!
Así es, de nuevo toda la familia se ha reunido en la casa porque pasado mañana es el día de la boda. Todo está listo para que Moríns y yo contraigamos por fin matrimonio, en frente de la nuestra familia cercana y sobre todo, con nuestra bebé en brazos, que no tiene ni idea de lo que está pasando, pero ríe y sonríe a sus tíos y primos cuando le hacen mimos.
Fátima, ha despertado un nuevo sentimiento de ternura y amor a todos. De repente, solo hablamos de ella, tomamos videos y fotografías de todo lo que hace. Mi hermanos, la aman con locura y solo quieren traerla entre brazos y arrullarla o jugar con ella. Incluso, mi hermano David, ha confesado que cada vez que la ve se derrite y que nunca pensó que ser tío sería algo tan genial.
También, el ambiente en la casa pasó de ser pesado y desesperanzador, a lleno de felicidad y ligero, como si la racha de mala suerte se hubiese esfumado y ahora, todos teníamos planes y un futuro esperanzador. Moríns, esta a punto de empezar su carrera de leyes, una que le alegra mucho, que desea hacer y, le creo. Yo que estudié con él sé que nada le entusiasma pero, ahora, se ve más feliz que nunca.
Mis hermanas están felices porque el piso donde vivirán en Nueva York – uno que mi abuelo le compró a mi tía Julie hace tiempo atrás- está listo y renovado, y pronto podrán mudarse para allá y empezar sus vidas. Las extrañaré muchísimo, pero sé que tiene que irse, como yo lo hice hace tiempo atrás. Parece que fue ayer cuando jugaba con ellas en el jardín y peinábamos las muñecas en la sala. Por suerte Tristán se queda, así que todavía tendré un hermano a mi lado.
Mis padres, ellos están felices, ya que pronto se irán a ese viaje de aniversario que cambiaron por su renovación de votos. Ese viaje que ambos hicieron por separado y que ahora lo harán juntos, porque dicen que les cambió las vidas. Me alegra saber que mis padres se tomarán tiempo para ellos, al igual que yo, ambos han sufrido con lo que pasó con “Ellos”- ya que no mencionamos los nombres de las personas que nos hicieron tanto daño – y es momento de que se relajen y se disfruten; ya no tienen miedo de que nos pase algo. Mis primos y mis tíos también están llenos de planes, al igual que yo.
Ya que no puedo ser jefa de pediatría, he decidido comenzar a estudiar el doctorado mientras continúo atendiendo a los niños en el hospital y el la clínica, además de querer hacer una ampliación en el área de terapia intensiva de pediatría, para poder atender a más niños. También, en un futuro no sé qué tan lejano, tal vez cuando Moríns termine de estudiar, podríamos pensar en extender la familia adoptando un bebé o haciendo algún tratamiento; todo eso está por verse.
Sin embargo, hoy, no estamos pensando en el futuro sino en el ahora, sobre todo, porque mi padre nos ha dicho que sus amigos de hace años atrás vendrán a la casa y por ende, los ha invitado a nuestra boda. Sé que dijimos Moríns y yo que familia cercana pero, no puedo negarle a mi papá que ellos vengan, ya que al parecer esa noticia le hace muy feliz.
Además, también estará aquí la familia de Moríns, toda, absolutamente toda, ya que lo iré convencer a mi tía María Julia, que de alguna manera la mayoría estuviera aquí. Sé que dijimos que sería una fiesta íntima y familiar pero, Moríns es especial para su familia y no podía negarle el hecho de que todos estuvieran aquí.
⎯¿Sabes lo que hizo tu tía? ⎯ me pregunta Moríns, mientras le cambiamos el pañal a Fátima ⎯ instaló a todos en uno de los hotels de los Lafuente, y cometió el error de decirles que los servicios iban por cuenta del conglomerado, ¿sabes qué sucedió?
⎯¿La tía Sol llegó con su Kit de limpia espiritual y limpio todas las habitaciones y movió los cuadros porque había mal feng shui? ⎯ pregunto entre sonrisas.
⎯¡Sí! y además la familia se fue al Spa y se hicieron cada tratamiento… ¡TODOS LOS TRATAMIENTOS! ⎯ dice con energía.
⎯Está bien… nadie de la familia usa ese Spa.
⎯Pero mi amor, son como veinte personas, ¿con qué rostro veré a Nadir cuando le pida el salón del hotel para la cena de aniversario?, ¿me cobrará el Spa? ⎯ me pregunta, bajando el vestido de Fátima.
Nuestra hija nos sonríe y haciéndonos a ambos sonreír. Tomo el rostro de Moríns y aprieto sus mejillas ⎯ pues lo verás con este precioso rostro ⎯ finalizo.
⎯¡David!, ¡Alegra!, ¡Sila!, ¡Lila! ⎯ escuchamos que mi padre nos llama.
⎯¡Pero Parce!, que tuviste todo un equipo de fútbol ⎯ se escucha al fondo.
Yo cargo a mi hija en brazos y salgo junto con Moríns hacia el recibidor, donde mi padre se encuentra de pie junto a un hombre algo rubio y de ojos azules, y una mujer de piel morena y cabello rizado con unos labios pintados de rojo que la hacen ver hermosa.
Mi padre ve a Fátima y estira las manos para cargarla ⎯¡Venga mi preciosa!, ¡ven con el abuelo! ⎯ le dice tierno.
⎯¡Abuelo! ⎯ expresa la mujer y se ríe, para luego darle un codazo al hombre rubio ⎯ esté no es el David que conocimos, ¿te acordás? ⎯ le dice. Ella ve a Moríns y se acerca para tomarlo del rostro ⎯¡ve, pero qué hijo tan papacito tuviste!, en verdad que sacó todo lo lindo de vos.
Mi padre se ríe⎯Alegría, ese es mi yerno, Francisco Moríns, el prometido de mi hija.
⎯¡Aún así está muy lindo! ⎯ comenta coqueta.
⎯Buenas tardes ⎯ responde Moríns entre sonrisas.
⎯Buenas tardes a ti. ⎯ responde.
Alegría se acerca a mí y me toma el rostro ⎯ ¡pero qué ojos mujer!, es que no solo es el color, si no porque sé que han visto de todo, han llorado de todo, mejor dicho cuentan todo… como los de tu papá ⎯ explica ⎯¿cómo te llamás?
⎯Sila Canarias, significa Cecilia ⎯ digo con orgullo.
⎯¡Sila?!, ¡oíste que nombre tan bonito tenés!
En eso, mis hermanos llegan y junto con mi madre se ponen a mi lado ⎯Alma, mira… ella es Alegría y su pareja, Zimmer. Alegría, Zimmer, ella es Luz, mi esposa, y ellos son mis hijos, Lila, Alegra y David, mi nieta se llama Fátima. ⎯ los presenta.
Alegría se acerca a mi madre y la abraza ⎯¡ parce, te encontró!, ¡le dije que ese picaflor le traía buenas cosas! ⎯ le anuncia, haciendo a mi madre reír.
⎯Tenemos muchas cosas que platicar Alegría, anécdotas que no me ha contado aún ⎯ comenta mi mamá entre sonrisas.
⎯¡Millones!, que tenemos toda una tarde para ponernos de acuerdo⎯ responde.
Al parecer, Zimmer, no es tan platicador como Alegría pero, no le importa, en sus ojos se puede ver que ama escuchar su voz y que está perdidamente enamorado de ella. Alegría se acerca a mis hermanas y las abraza. Alegra voltea a verme con un rostro de no entender qué sucede y se ríe un poquito.
⎯Hummm por lo que veo, ustedes le sacaron canas verdes a su papá de chiquitas y vosssss⎯ le dice a Alegra ⎯ se las sacas ahora.
⎯¿A caso usted es adivina? ⎯ responde mi hermano David, para recibir un ligero golpe de Alegra.
Alegría se voltea y lo ve ⎯ ah pero vos no te me escapás ¿oyó?, que tienes pura pinta de modelo y carita de casquillero, pero esos ojos, esa mirada, es pura mamá… ⎯ le dice.
⎯¿Casqui qué? ⎯ inquiere mi hermano, viendo a mi padre y él se ríe.
⎯De tal palo tal la astilla. Los dos pusieron la misma carita, no cabe duda que no los podés negar mi Canarias ⎯ le comenta.
⎯Aunque lo desee, le es imposible ⎯ habla mi madre, y ambas se ríen.
⎯Y pensar que el hombre decía que el amor no era para él y mira, ahora tiene cuatro hijos, yerno y hasta nieta ⎯ habla al fin Zimmer y nos hace reír ⎯te dije que creía en el matrimonio.
⎯Vale, ya estuvo bueno, ya los presenté. No tienen porque contarle a mis hijos todo lo que pasó. ⎯ interrumpe mi padre.
Alegría se ríe ⎯ ¡tan mimadito como siempre!, mejor mostranos pues tu casa y saquen el aguardiente que se prendió esto, ¿o no? ⎯ pregunta ella, para luego ir hacia mi papá y darle una palmada suave sobre la espalda.
⎯Pensé que ya empezarías a darme mancazos… ⎯ le responde él.
⎯No, esos ya le se los da su mujer ⎯ le dice viendo a mi mamá ⎯¿querés saber todo lo que hizo este man cuándo estabas en la fotografía? ⎯ le pregunta a mi madre.
Mi mamá la toma del brazo ⎯ soy toda oídos, y no tenemos aguardiente, aquí somos más de tequila y mezcal.
⎯¡Eso sirve, al fin y al cabo es trago!, ¡pa las que sea! ⎯ festeja, para luego irse.
Zimmer las sigue, dejando a mi papá con nosotros ⎯ ¿casi dos años de viaje con ella y nada de nada? ⎯ pregunta mi hermano ⎯ esa mujer si sigue meciendo así la cuna, se le va a despertar el niño.
Mi papá trata de no reírse ante el comentario, pero después resuelve regañarlo ⎯ no seas irrespetuoso David, yo no te enseñé eso.
⎯Aún así… ¿nada de nada? ⎯ inquiere.
⎯Alegría es mi amiga y ya… y no se hablará más del asunto… ⎯ sentencia, aunque no esté enojado. Luego ve a Fátima que le da un beso sobre la mejilla ⎯ no crezcas, no crezcas nunca… ⎯ le pide, haciéndome reír.
Momentos después, como si hubiese entrado un torbellino a la casa, los Moríns y compañía llegan, felices y al parecer con ganas de festejar, ya que traen vino, cerveza y a lo visto tequila, mucho tequila, que espero no se descontrole y termine mal.
Moríns me toma de la cintura y me da un beso ⎯¿lista para pasado mañana, mi Sila?
⎯Lista ⎯ aseguro y ahora sí, va en serio.