A Contracorriente ©
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Sila
-Una noche antes de la boda-
Una vez más me encuentro en las horas previas para mi boda, todo está listo. Mi conjunto de ropa llegó a tiempo y es hermoso, tal y como lo imaginé, supongo que el dibujo que le hice a mi suegra le funcionó. Lila y mi madre, hoy por la mañana le hicieron los últimos ajustes al top de doble fondo blanco por un lado y rosa mexicano por el otro y a la preciosa falda tejida, con alebrijes de colores; todo quedó perfecto, no puedo esperar a que Moríns me vea en él.
Esta noche, me encuentro sola en mi habitación, ya que la tradición de la familia es que el novio no vea a la novia veinticuatro horas antes, por lo que Fátima y yo estamos solas en casa de mis padres ya que Moríns se quedó a dormir con mis primos Daniel y Héctor en casa de mi tío Manuel.
Estoy emocionada, y mientras veo dormir a mi hija tranquila, con su pecho pequeñito subir y bajar respirando por ella misma, no puedo evitar tener un nudo en la garganta. Mi niña está aquí, creciendo como nunca y sana, sin ningún problema y yo, estoy viva, más viva que nunca. Ya no tengo dudas.
Escucho como la puerta de mi habitación suena y momentos después mi madre entra con junto con mis hermanas y Sabina ⎯¿podemos pasar? ⎯ me pregunta, mientras trae una botella de tequila en la mano.
⎯Sí claro ⎯ respondo.
Jo entra detrás de ellas y se dirige hacia mí ⎯ voy a cuidar a Fátima ⎯ me asegura ⎯ Moríns me contrató como niñera de Fátima, es nuestro nuevo negocio.
⎯¿Tu madre te autorizó? ⎯ inquiero.
⎯Sí, todo legal ⎯ habla mi tía María Julia, que va entrando justo en ese momento con mi tía Ainhoa.
Jo toma a Fátima con cuidado y luego la pone entre sus brazos. Juro que quiero ayudarla pero, sé que mi prima es buena con los niños y creo que será una gran niñera para mi hija. Momentos después ella sale de la habitación y yo me quedo con todas que han subido a la cama vestidas todas con pijama.
⎯¿Qué hacen? ⎯ pregunto entre risas.
⎯Hemos decidido que haremos una nueva tradición en la familia que será una pijamada antes de la boda, así, podremos hablar entre nosotras, aconsejarnos y divertirnos un poco. ⎯ Comenta Lila.
⎯Y, tomar tequila ⎯ agrega Alegra, quién abre la botella y comienza a servir en los caballitos que todas tenemos en la mano.
Cuando termina de llenarlos, todas nos vemos a los ojos y brindamos ⎯ ¡Arriba, abajo, al centro y pa’ adentro! ⎯ recitamos todas en coro, como solían hacerlo mis abuelos.
Todas damos el trago y cuando pasa por mi garganta siento como me quema. Nunca me gustó el tequila, incluso no me gusta el alcohol pero, supongo que hoy todo es especial o más bien, mi vida es especial.
⎯Otro ⎯ dice Sabina, estirando el caballito para que mi hermana lo llene.
Todas hacemos lo mismo, e incluso mi madre sonríe al ver que yo también acerco mi caballito para rellenarlo. Volvemos a tomar de un sorbo para luego reírnos. ⎯Dios, esto está fuerte.
⎯Es reposado, solo lo mejor de lo mejor ⎯ habla mi tía María Julia ⎯¿recuerdas que papá solía tener su cava de vinos y licores? ⎯ le pregunta mi madre.
⎯Lo recuerdo, también recuerdo esa vez que emborrachamos a Manuel con el rompope en Navidad? ⎯ responde y ambas se ríen.
⎯¡Soy el más feliz del mundo! ⎯ lo imitan para volverse a reír.
⎯Ahora entiendo porque Manuel odia el rompope ⎯ responde Ainhoa para luego servirse un poco más de tequila.
Nos quedamos todas en silencio y mi madre suspira ⎯ saben, esta es la última vez en mucho tiempo que estaremos así todos juntas. Alegra y Lila se irán a Nueva York, yo me iré en ese viaje con tu padre y, Ainhoa y Manuel se irán de vacaciones a Bali ⎯comenta, para luego tomar otro trago de tequila.
⎯Es la primera vez en años que podemos irnos solos de vacaciones, sin niños en la piscina, kids club y preocupaciones ⎯ habla divertida.
⎯A ver si no haces otro niño en la piscina ⎯ comenta Sabina, haciendo reír a todas.
⎯Tu tío todas de salva, no saldrá otro Ruíz de Con de este vientre, jamás ⎯ habla divertida ⎯ con dos tengo suficiente. El grande ya puede cuidar al pequeño y mi pequeño mide casi 1.80 metros así que…Bali, aquí vamos. Será mi nuestra segunda luna de miel.
Mi madre voltea a verme y acaricia mi cabello ⎯ aún así, ya no tendré a todas mis chiquitas juntas. Ya no las veré todos los días en el desayuno, ni platicaré por ellas cuando lleguen, ni escucharé a Alegra discutir con Lila por qué se robó su blusa favorita ⎯ explica, y en seguida vemos cómo los ojos se le llenan de lágrimas.
⎯¡Ay no má! ⎯ expreso y me acerco a ella para darle un abrazo ⎯ no llores.
⎯Lo siento pero, hemos pasado tantas emociones fuertes en tan poco tiempo que me da el sentimiento, además la vejez me ha hecho más chillona ⎯ se excusa ⎯ pero, es verdad. Mañana te casas, mis niñas se van y dejaré de ver a mi nieta por meses, cuando regrese parecerá que creció diez años y me perderé tanto…
⎯Ya cállate, Luz ⎯ escucho a mi tía Julie que los ojos se el empiezan a llenar de lágrimas ⎯ ya no digas nada que me harás llorar.
⎯¡Ay pero mamá!, ¿por qué? ⎯ pregunta Sabina.
⎯Porque dentro de un año serás tú la que esté a punto de casarte y mi pequeñita ya no será mi pequeña y luego tendrás hijos y luego Jo se casará y Jon seguro se irá a Estados Unidos y y yo… ⎯ se suelta a llorar.
⎯¡Ay mamá! ⎯ expresa Sabina y cuando menos nos damos cuenta nos encontramos todas llorando por alguna razón.
Alegra y Lila lloran porque se irán a vivir lejos y solo regresarán en ocaciones especiales, mi tía María Julia por que Sabina se casa, mi tía Ainhoa porque nos va a extrañar a todas y yo, yo lloro porque puedo, quiero y mi contacto con la muerte me ha hecho más sentimental y sensible. Sin embargo, por lo que lloro, es porque acabo de recordar que no puedo volver a ser madre y que Fátima, posiblemente sea mi única hija en el mundo.
Mi madre saca un pañuelo de papel y al ser el único, nos da un cachito a cada una para que podamos limpiarnos la nariz. Sin embargo, cuando el último pedazo llega a mi tía Ainhoa, está comienza a reírse porque prácticamente le tocó un pedacito que apenas y limpia una fosa nasal.
⎯¡Ay qué bárbaras!, se terminaron el papel⎯ dice, para comenzar a reírse ⎯ se acabaron el papel y solo me dieron esto ⎯ muestra y todas la ver el papelito que tiene en la mano comenzamos a reírnos como si no hubiese contado un chiste ⎯no puedo ni sonarme la nariz.
⎯Se te está escurriendo el moco ⎯ le dice mi hermana Alegra haciendo que ella vuelva a reír más fuerte y se le haga una burbuja que luego truena.
No podemos parar de reír, por más que queremos parar parece que el tequila ha hecho efecto y nos ha relajado por completo. Todas tenemos nuestro papelito en la mano, tratando de componernos pero, es demasiado tarde, la risa está presente.
⎯Límpiate con la sábana ⎯ le sugiere mi tía Julie.
⎯¡Ay no!, ¿qué pena? ⎯ dice ella, para luego limpiarse con la manga del albornoz.
⎯¡Uy Sexy!, al tío Manuel le encantará saber que su mujer trae mocos en el albornoz ⎯ le digo.
⎯Shhhhh, tu tío y yo dormimos desnudos, nuestras pieles son nuestras pijamas ⎯ responde.
⎯¡Dios!, demasiada información. No estoy lo suficientemente borracha como para olvidar eso; sírveme otro tequila ⎯ alega Sabina.
Los caballitos de tequila se vuelven a llenar y volvemos a tomar un poco más, haciendo que mi garganta se aclaré. Las veo ahí, conmigo sonrientes y no puedo evitar sentir un nudo en la garganta.
⎯Quiero agradecerles por todo ⎯ interrumpo la plática.
⎯¿Por todo? ⎯pregunta mi madre.
⎯Sí, por no haberme juzgado, por haberme apoyado y también, por todo lo que me han dado, sus consejos, su amor, su paciencia. Gracias por amarme cuando yo no me amaba, gracias por recordarme quién soy cuando yo estaba perdida⎯ les digo y mi hermana Lila me abraza.
⎯Te amamos hermana, eres una de nosotras y te amamos⎯ contesta para luego limpiarse las lágrimas.
⎯¡Ay pero ya basta!, que esto parece un funeral… están peor que su tío Robert y Cho cuando se terminó Harry Potter⎯ nos recuerda y yo escupo el tequila para partirme de la risa. Ya que Robert y Cho lloraron juntos y lo disimularon muy mal.
⎯¡BRINDEMOS!⎯ dice Sabina y alza el Caballito de tequila.
Así seguimos tomando y entre anécdotas, risas y recuerdos todas terminamos recostadas sobre la cama, viendo hacia el techo y tratando de no quedarnos dormidas. No sabemos si son las tres de la mañana, las cuatro o las cinco, pero ahí estamos todas, esas mujeres que forman parte de diferentes generaciones, unidas por los lazos tan fuertes que ni la distancia, ni las circunstancias, ni el tiempo podrán cortar.
Y entonces, siento la pertenencia, esa que hace un año que iba a casarme con Moríns había perdido pero que, ahora, ha regresado más fuerte que nunca. Esta son las mujeres que me han criado, estas son las mujeres que me han visto crecer y estas son las mujeres que me guiarán el resto de mi vida; no necesito más.
Los ataques de pánico no están presentes, las dudas ni siquiera se han asomado por la ventana, hoy, Luz, María Julia, Ainhoa, Sabina, Alegra y Lila, son todas esas mujeres que viven dentro de mí y que me han salvado la vida en todos los sentidos.
Volteo a ver a mis hermanas y con los ojos llenos de lágrimas les digo ⎯¿prometen que harán videollamadas de vez en cuando?
Lila me sonríe ⎯ diario, te prometo que te haré una videollamada diario ⎯ y me toma la mano.
Alegra asiente con la cabeza ⎯ yo también.
Volteo hacia mi madre que se encuentra dormida sobre las sábanas y me pego a su regazo, justo cuando estaba pequeñita y tenía miedo. Ella me abraza y me da un beso sobre la frente. ⎯Te amo mi pequeñita, tu madre Yesenia estaría feliz por ti.
⎯Tú eres mi única madre ⎯ le digo ⎯ la única en este mundo, y no necesito más ⎯ murmuro, para después quedarme dormida a su lado.