A Contracorriente ©
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Sila
-Día de la boda-
Moríns toma mi mano y me sonríe.⎯ Te ves… ¡guau!, y este conjunto, hace que tus ojos verdes brillen más que nunca⎯ me confiesa.
Me río bajito⎯ mis ojos brillan porque te están viendo a ti.
⎯¡Dios!, que cursi te has vuelto⎯dice entre risas.
Moríns le da un beso a mi madre y luego un abrazo a mi padre⎯ cuídamela como siempre Moríns…
⎯Lo haré mejor⎯ contesta y mi padre sonríe.
Volteo y veo a mi suegra con Fátima entre sus brazos. Mi hija, tiene un precioso vestido de colores, comprado en el mismo lugar que la hace ver hermosa. Se encuentra atenta, con los ojos abiertos viéndonos y presenciando esta primera boda que sabemos no recordará en absoluto, pero sentirá el amor de toda su familia.
Mis hermanos se encuentran sentados en primera fila junto con mis padres y el resto de mi familia, tío sy primos, están en las filas atrás de ellos. Mi tía Ainhoa, se encuentra llorando, mientras mi tío Manuel la abraza y la consuela; mi tío Robert, toma video junto con mi primo Jon.
⎯¿Lista?⎯ me pregunta Moríns.
⎯Lista⎯ respondo y ambos nos volteamos hacia el juez que ya está esperando para pronunciar todas esas palabras que pronto, para Moríns, serán parte de su día a día.
Ambos nos tomamos de las manos fuerte y con frecuencia nos miramos a los ojos para sonreírnos. Me pongo de puntillas y le doy un beso sobre la mejilla⎯ te amo ⎯ murmuro.
⎯Yo te amo más… ⎯ recita.
Entonces, después de unos momentos, el juez nos pide que nos veamos a los ojos, tomemos nuestras manos y digamos nuestros votos. Los preciosos ojos de Moríns brillan y esas pestañas, heredadas por mi hija, hacen que su rostro se vea guapísimo. Moríns arregla la corbata de su traje y luego suspira.
⎯Sila, mi Sila hermosa. Aún recuerdo la primera vez que te vi en casa de tus abuelos, tenías tu cabello negro largo y lacio y esos ojos verdes que me cautivaron. Tenías los pies sobre la tierra y yo, siempre con la cabeza en el cielo y un día tomaste mi mano y me bajaste a tu lado, para comenzar a caminar juntos hacia un punto que no sabíamos donde llegaría. Creciste a mi lado, te alejaste y nos volvimos a encontrar, nos separamos y cuando pensamos que era el fin, volvimos a estar juntos… ⎯ Moríns voltea ver a los invitados.⎯ Algunos me dijeron que te dejara, que no valía la pena… pero, uno no se pude alejar de a mujer de su vida y menos del amor. El amor, es lo que trasciende todos los planos de este mundo⎯ recita lo que hace tiempo le dije⎯ pero también, el amor, significa oportunidades nuevas día tras día y yo, no me arrepiento de haberte dado una segunda oportunidad⎯ ve a nuestra hija⎯ te amo Sila, te amo porque caminas a mi lado, te amo porque cuando llamé tu nombre en esa cama de hospital, abriste los ojos y regresaste a la vida… te amo, porque nací para amarte y no hay más.
Me seco las lágrimas y suspiro.⎯ Moríns, sabes que no soy buena con las palabras pero, creo que para este momento tengo justo en mis labios lo que te quiero decir. Eres mi mejor amigo, el amor de mi vida, el hombre de mis sueños, el padre de mi hija y mi compañero. Tú me viste, cuando todos me pasaban de largo, tú me comprendiste, cuando muchos simplemente decidieron no hacerlo, tú me esperaste, cuando nadie se detuvo y tú me diste la segunda oportunidad de demostrarte que te amo, cuando todos deseaban que no lo hicieras, dedicaré todos los días que me restan, a hacerte feliz…
⎯Ya soy feliz⎯ murmura y me da un beso sobre la frente.
Así, él toma la argolla de matrimonio y la pone en mi dedo, luego yo tomo la suya y la pongo sobre su dedo, atándonos así para siempre. Ambos nos vemos a los ojos y sonreímos como idiotas. Nuestros ojos brillan de felicidad y es porque por fin, después de tanto, estamos juntos, unidos, para siempre.
Antes de que el público estalle en aplausos, la tía de Moríns, Sol, se acerca con nosotros y comienza a pasar un atado de hiervas haciendo el humo cubra nuestros cuerpos. Recita unas palabras y después nos hace repetir “que el amor se ha manifestado en los labios del otro, sea el reflejo de un una vida entera. Que las manos que tocan mis manos, sean las mismas que me tomen cuando la incertidumbre reine. Que los ojos, que ven estos ojos, me consuelen y que la felicidad que reina entre nosotros, duré más allá de la muerte.”
Los dos lo repetimos, mientras no podemos dejar de sonreír y, cuando terminamos, todos aplauden haciendo que este momento sea memorable y lleno de felicidad. Moríns me toma de la cintura y me da un beso sobre los labios. Yo coloco mis manos sobre su cuello y me aferro a ellos.
⎯Te amo⎯ murmura.
⎯Te amo más, más que nada en este mundo⎯ repito.
Así, vestida con un bonito top blanco, y una falta blanca de bordados hechos a mano con alebrijes y flores y ante los ojos de toda mi familia, Moríns y yo nos casamos… augurando así un precioso futuro delante de nosotros… uno, que no dejaría de sorprendernos.
[…]
-Dos años después-
Doctor Salas se le solicita en el área de oncología, Doctor Salas se le solicita en el área de oncología…
Salgo de la habitación 405 y comienzo a quitarme los guantes para tirarlos en el primer bote de basura que encuentro, después, me quito el cubrebocas y hago lo mismo. Veo el reloj de pared en el área de enfermeras y me percato que aún me faltan dos horas para poder salir.
⎯¿Día malo?⎯ escucho la voz de Cindy, quién ha llegado detrás mío con varios archivos.
⎯Te juro que veo algunas madres que me hacen sentir mala madre pero la que vi hoy, me hace sentir que soy la mejor del mundo.
⎯¿Por qué? ⎯ pregunta entre risas.
⎯Caso: una señora, trae a su hijo a urgencias pedriatricas después de tres días donde su hijo duerme mucho, pero luego no duerme nada, no ha comido y no está hidratado. Llega, me dice que no sabe porqué y, al quitarle el pañal, sale un escorpión corriendo.
⎯¡Qué! ⎯ grita sorprendida Cindy.
⎯Así es… el escorpión le picaba y lo dormía pero luego pasaba el efecto y se sentía incomodo. Te pido que llames a las trabajadoras sociales para que vayan a su casa, tengo un mal presentimiento de esto.
⎯Sí, doctora Canarias⎯ me dice.
Tomo el siguiente archivo y comienzo a leerlo ⎯ ¿Es en serio?⎯ pregunto, al ver que es el mismo niño que trajeron la semana pasada porque se metió una crayola en la nariz⎯¿ahora qué fue?
⎯Frijoles⎯ habla.
Me río ⎯ y pensar que yo me sentí pésima cuando Fátima se comió el pasto del jardín… en fin⎯siento como el móvil comienza a vibrar y al ver en la pantalla el nombre de mi hermano respondo.⎯ Hola, ¡qué milagro!
⎯Sila, necesito que vengas a la casa, ¡ya!⎯ me indica.
⎯¿A la casa?, ¿pasó algo?⎯ digo preocupada⎯ ¿Fátima está bien?
⎯Fátima esta perfecta, solo ven… te lo pido⎯ insiste.
⎯¿Papá no está?, ¿ni mamá?
⎯No, están fuera con Fátima, podrías venir por favor…
Me alejo de la isla de enfermeras y me pego a una puerta⎯¿qué demonios te pasa?, ¡dime!
⎯Sila⎯ dice mi hermano preocupado⎯ abandonaron dos bebés en la puerta de la casa… ⎯ me comunica, dejándome completamente fría.