[ACONTRA] CAPÍTULO 135: La razón de Ana 

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Sila 

De inmediato llevamos a Ana su habitación y la recostamos sobre su cama. Tanto la madre como la cuñada de ella entraron detrás de nosotros, aunque el rostro de su madre no era de preocupación, simplemente reflejaba seriedad. 

⎯¡Qué tiene!⎯ pregunta Sofía, bastante preocupada. 

Le tomo los signos vitales y veo que están bien, el desmayo no tuvo nada que ver con la salud. 

⎯Pudo ser un golpe de calor⎯ miento, viendo a la madre que de inmediato asiente con la cabeza. 

⎯Seguro fue eso. Ana acaba de regresar de un viaje y tal vez el jetlag y tanta gente la mareó, dejémosla descansar⎯ habla su madre. 

⎯Me gustaría quedarme con ella, soy doctora así que cualquier cosa podré auxiliarla⎯ comento con seguridad. 

⎯¡Qué pena, Sila!⎯ responde la señora⎯ eres invitada y… 

⎯No se preocupe, estoy acostumbrada…⎯ y es verdad, cuando eres doctora el deber te llama a cada rato.

⎯Bien, pero, ¿no se irán de la fiesta o sí?, me encantaría que Rodrigo platicara con el señor Francisco, él tiene ideas sobre algo que podría ayudar a la fundación… 

⎯Claro, solo estaremos aquí hasta que Ana despierte⎯ asegura mi esposo, y tanto la cuñada con la madre aceptan.

⎯Bien, los dejamos⎯ digo, y luego ambas se dan la vuelta para salir de ahí. 

Poco a poco Ana va recobrando el color y, momentos después, abre los ojos para clavarse en los míos. Lolo y Luciano los heredaron… marrones claro, brillantes y expresivos. 

⎯¿Qué hacen aquí?⎯ es lo primero que pregunta, mientras se levanta y trata de pararse. 

⎯No, espera… no te pares… puedes descompensarte de nuevo⎯ le advierto y ella, me hace caso. 

Moríns se asegura de cerrar la puerta con llave y luego camina hacia nosotras. Ella lo ve y se sonroja por completo, como si le diera vergüenza que estemos ahí. 

⎯Lo siento, queríamos respuestas…⎯ habla él⎯ jamás pensamos que era tu fiesta de compromiso. 

⎯Es prenupcial, el compromiso fue anunciado tiempo atrás…⎯ le corrige, para luego llevarse las manos hacia los pechos. 

⎯¿Te duelen, cierto? ⎯ inquiero y ella asiente con la cabeza. 

⎯Mi madre me ayuda a sacarme la leche todo el tiempo y luego la tira como si fuera algo impuro…⎯ comenta con tristeza. 

Me siento a su lado y la veo a los ojos ⎯ Ana, ¿por qué nos dejaste a los bebés?, ¿por qué no quieres saber nada de ellos? 

Ana se lleva las manos al rostro y se quiebra a llorar como niña pequeña. Le duele, lo siente pero, aún no entiendo las razones del abandono. 

⎯Lo siento, lo siento⎯ se disculpa, para luego respirar profundo⎯ no sé qué hacen aquí, la carta fue clara… son suyos, ustedes los desean. Los escuché en el hospital y creo que serán los mejores padres para Manolo y Luciano, le puse así porque escuché que así lo querían llamar. 

⎯La carta no es suficiente, Ana ⎯ aclara Moríns,⎯ no ahora que sabemos quién eres…Te pido, dinos el porque los abandonas, porqué nos escogiste… ¿qué plane hay detrás de esto? 

Ana niega con la cabeza⎯ no hay plan, solo quiero que sean felices. Sé que los Canarias y los Ruiz de Con los podrán hacer felices… quiero irme a Estados Unidos con la seguridad de que mis hijos están protegidos y no rondando de una casa de cuna a otra donde posiblemente puedan ser separados… al menos quiero saber que están con ustedes, eso no me quitará el sueño. 

⎯Pero Ana, tienes todos las posibilidades de mantenerlos, de darles lo que nosotros les podemos dar…⎯ interrumpo. 

⎯No⎯ habla firme y me ve a los ojos⎯ nadie más que mi madre sabe de ese embarazo, ni siquiera mi padre, ni Rodrigo, ni Sofía… todo ha sido llevado en secreto. 

⎯Pero, ¿por qué?⎯ inquiero. 

Ana suspira⎯ si les cuento la verdad, ¿se quedarán con Lolo y Luciano?

Moríns me voltea a ver y juntos asentimos con la cabeza⎯ solo queremos la verdad⎯ dice mi esposo. 

 Ana volte hacia la puerta y luego en voz baja nos dice⎯ estoy comprometida con Rodrigo desde hace años, él tomará la empresa de mi padre en California y yo me iré con él cuando nos casemos en tres meses… Sin embargo, no es el amor de mi vida… yo estoy enamorada de Manolo Izi, el socio de mi padre. 

 Al escuchar eso Moríns y yo abrimos los ojos impactados, Manolo Izi es prácticamente un hombre hecho y derecho de unos cuarenta y tantos años. 

 ⎯Lo sé, que me enamore de un hombre mucho mayor que yo es… impactante, pero no imposible. Aunque no crean Manolo me ama pero, está casado, por lo que este amor es totalmente prohibido. Él y yo nos veíamos a escondidas, disfrutábamos de lo nuestro hasta que quedé embarazada…me enteré en mi último viaje. 

 ⎯Y, ¿él no lo quiere? 

 ⎯Él no lo sabe…⎯ comenta,⎯ mi madre me prohibió decirle y tampoco le dije a mi padre… esto podría arruinar todos los planes entre socios y llevar la empresa a la ruina, por lo que mi madre inventó a Rodrigo que iría a Argentina a un viaje para ver a algunos familiares. Lo único que hizo fue esconderme ahí, para llevar el embarazo y su plan era que los tuviera allá y los dejara. 

 ⎯Eso… es cruel⎯ responde Moríns. 

 ⎯Lo es. Sé que Mi madre le prohibió a Manolo acercarse a mí, amenazándolo que sabía de nuestro romance y él ha tratado de saber de mí pero… es imposible. No aguante más en Argentina, así que volé sola a Madrid y me refugié un rato en el piso de una conocida, después me interné en el hospital para tener a los niños… ustedes fueron la respuesta a mi pregunta, ¿qué haría con ellos?, no podía llevarlos conmigo, no podía abandonarlos… y los escuché. Tan solo salí del hospital, me encargué de saber sus rutinas, como era su familia, investigarlos y cuando estuve lista… los dejé. 

 Escuchar la desgarradora historia de Ana me conmueve el corazón. Yo en verdad esperaba algo más superficial pero, al parecer, es un sacrificio. 

 ⎯Si los dejaba en la casa de cuna iban a separar al niño con síndrome de down…

 ⎯Luciano⎯ contesta Moríns,⎯ se llama Luciano. 

 Ella me toma de la mano y me ve a los ojos⎯ sé que son de buen corazón, tu eres doctora y tu papá también, van a poder cuidar de Luciano y de Lolo. Sé que les darán amor… así que se los pido, no… les ruego, adóptenlos, quédenselos… al menos háganme sentir que fui una buena madre.

 ⎯Pero, ¿si Manolo se da cuenta? ⎯ inquiere Moríns. 

 Ana niega⎯ no, será mi secreto mejor guardado, no se lo diré, él nunca, nunca jamás lo sabrá… se los ruego, no los abandonen, porque yo no puedo quedármelos, ni él… 

 Ana rompe en llanto y lo único que hago es abrazarla. Puedo sentir como desahoga todo el pesar que trae dentro y el dolor con el que cuenta todo. Mi madre siempre habla sobre los actos de amor… y este es uno… si me regalan un acto de amor no debe ser tan malo. 

 Me separo de ella y la veo a los ojos⎯ ¿Y tú?, ¿no los buscarás más adelante? 

 Ana niega⎯ no podré… no me dejarán… oficialmente los niños no existen, ¿cómo buscaré algo que no existe?⎯ me pregunta. 

 ⎯Si los adoptamos, Ana, será una adopción cerrada⎯ le advierte Moríns⎯ no podrás buscarlos más adelante. 

 Ana sonríe⎯ solo con saber que ustedes son sus padres yo estaré feliz. Lolo y Luciano son producto de un gran amor, llevan todo mi cariño y el de su padre, se merecen una buena vida… 

 ⎯¿Ana?, ¿ya estas mejor? ⎯ se escucha la voz de su madre y ella se limpia las lágrimas. 

 ⎯¡Si!, vamos en unos minutos⎯ contesta cambiando el tono de voz, luego voltea a nosotros y nos toma las manos⎯ ¿los van a adoptar?⎯ nos pregunta. 

 Moríns voltea a verme y suspira⎯ creo que ya sabemos quién ocupará la habitación libre en nuestra nueva casa⎯ me comenta y yo sonrío. 

 Ana nos abraza a los dos⎯gracias, muchas gracias… les juro que no habrá problemas, solo hagan a mis chiquitines felices, ámamelos como yo no pude hacerlo⎯ nos pide, para después, soltarse a llorar en nuestros hombros.