A Contracorriente ©
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FINAL
Moríns
¿Estoy nervioso?, ¡Sí!, ¡claro que lo estoy! Sin embargo, planeamos tanto esta boda que estoy nervioso por ver como resulta, como es que Sila se verá con ese vestido de novia que con tanto celo a escondido para que hoy sea sorpresa. Me encuentro en el altar al lado de Carlos y mi madre, quien con una sonrisa me acompañan y espera con ansias que esto comience.
⎯Esta es tu segunda boda con Sila, ¿cuántas veces más te casarías con ella? ⎯ me comenta Carlos.
⎯Cientos, cientos de veces más… dentro de diez años renovaré mis votos y así, hasta el último día de mi vida ⎯ comento inspirado.
Las puertas se abren y mi corazón late emocionado al ver a todos caminar hacia mí. Jo ve primero, escoltada por Jon, para después dar paso al resto del séquito que en este día nos acompaña. Mi suegra, Luz, se pone de pie, cuando la música cambia y es momento de que la novia entre.
⎯¡Papá, mi mamá se ve muy bonita! ⎯ grita Fátima, desde la puerta, cuando es momento de que Sila entre.
Fátima, con un vestido precioso de flores color lavanda, comienza a repartir las flores por toda la alfombra roja, mientras saluda a los invitados que le toman fotos. Al llegar hacia mí me toma de la mano y voltea a ver hacia las puertas de nuevo.
⎯Hermano, tu mujer se ve irreconocible ⎯ me murmura Cho que se encuentra a mi lado.
Las puertas se abre de par en par, los invitados se ponen de pie y, en un momento, aparece Sila tomada del brazo de su padre. Ella camina hacia mí con una sonrisa tan grande que puedo verla desde lejos. David la lleva orgulloso de su brazo, y en el momento en que se acercan a mí, me dan unas ganas increíbles de llorar. Mi Sila es hermosa, después de tantos años sigue siendo la hermosa mujer de la que me enamoré profundamente.
A mi mente viene todos esos momentos que pasamos juntos. Las pláticas sentados viendo al mar, las caminatas por el malecón, esa escapada que casi nos cuesta todo, pero sobre todo, recuerdo todos esos años sentados frente a frente en la mesa del estudio de su abuelo, donde yo la admiraba en secreto mientras ella trataba de enseñarme las ecuaciones.
⎯Hola ⎯ me murmura, y paso saliva antes de contestar.
⎯Te ves, bella… ⎯le respondo, haciéndola sonreír.
⎯¿Quién entrega esta mujer a este hombre? ⎯ se escucha el cura.
⎯¡Nosotros! ⎯ contestan Luz y David con una sonrisa.
David toma su mano con la mía y me la entrega ⎯ ya sabes de qué se trata, ¿no Moríns? ⎯ me comenta, para luego cerrarme un ojo.
⎯La amo desde que tengo quince años, la amé cuando nos separamos, la amo todos los días, ¿cree que no lo haré el resto de la vida? ⎯ le contesto y David sonríe.
Fátima va a sentarse con sus abuelos y hermanos, y yo, después de recibir la bendición de mis padres, tomo a Sila de la mano y la llevo hacia el altar. Cuando estamos los dos juntos, frente a frente, sonreímos a la par.
⎯Te ves guapísimo, esposo ⎯ me comenta.
⎯Soy guapo, porque estoy casado contigo ⎯ le respondo.
Entonces la ceremonia empieza, escuchamos al padre hablar, mientras ella y yo, solo estamos esperando decir los votos que hemos preparado para la ocasión. Así, después de un momento, el padre nos da la palabra y es momento de expresar nuestro amor ante todos.
Sila voltea hacia mí y después de morderse el labio me dice ⎯ Moríns, nuestra historia de amor ha sido en verdad toda una aventura, una que nos ha dado todo tipo de sentimientos. Pero lo más bonito de todo, es que nos hemos encontrado, reencontrado y enamorado una y otra vez y eso quiere decir que nuestro amor no se pierde, solo se renueva y se adapta. Te prometo que durante el resto de mi vida te amaré… y si la muerte nos separa, encontraré la manera de que nos reencontremos en el más allá, por que solo un amor como el nuestro, va más allá de la muerte.
Le sonrío, luego tomo un suspiro y le digo ⎯ Sila, ambos buscábamos una meta, y nos aferramos a esa idea. Sin embargo, juntos aprendimos que lo importante en este amor, no era llegar a ella juntos, si no recorrer el camino de la mano. Como te dije hace unos momentos, te amo desde que tengo quince años, te amé cuando nos separamos, te amo todos los días, y te amé el resto de mi vida. Eres mi compañera de camino, y si tengo que llegar hasta el final, será contigo.
Pongo la nueva argolla en su dedo y ella la pone en el mío y ambos sonreímos. ⎯ Jamás volveremos a separarnos ⎯ me comenta.
⎯Jamás, ahora tenemos cuatro hijos ⎯ bromeo y ella se ríe.
Ambos volvemos a mirar al altar y recibimos las últimas palabras del padre. Lo hemos logrado, llegamos hasta aquí solo para continuar amándonos hasta la muerte. Sila es mía, siempre lo fue, y después de tanto dolor, de tantas situaciones, lo hemos superado todo y no nos queda más que sonreír hacia el futuro.
[…]
La recepción fue increíble, aún no sé como podríamos superarla. Toda la familia estuvo ahí, fue como una gran reunión de generaciones de una familia que se agradan con el tiempo, y que aún falta para que cientos más lleguen a formar parte de nosotros. Ahora, los Moríns entran a la ecuación y, aunque ya lo habían hecho desde hace años atrás, hoy sentí que fue oficial, sobre todo cuando Robert se encargó de mencionarlo en el brindis de la boda.
“Esta familia no ve etiquetas, si sangre, ni estatus… solo ve amor, amistad y unión. Hoy los Moríns comparten esto con nosotros y quedan oficialmente en el árbol genealógico de la familia y son la nueva generación”.
No podía estar más correcto, ahora, nosotros formamos parte de una nueva generación que seguro llevará a esta familia a vivir por muchos años más, llevando orgulloso un legado que no se trata de sangre, ni de apellidos en realidad, si no de amor, puro amor… porque ya hemos perdido la cuenta de cuántos apellidos se han agregado.
Así, después de bailar, cantar, tomarnos fotos, festejar y despedirnos de nuestros hijos que desde hoy hasta dentro de dos semanas se quedan con sus abuelos. Sila y yo nos fuimos de ahí, pero, no directo a la habitación para perdernos entre las sábanas, si no a caminar como solíamos hacerlo de más jóvenes, esta vez por el parque de “El Descanso”, ya que la luna está preciosa.
De la mano, vamos ambos por ese lugar tan abierto, y tan bonito, mientras escuchamos a lo lejos que hay distintas fiestas y sonidos que nos hacen sonreír, parece que hoy el mundo está de fiesta y que este día todos festejan nuestro amor. La tomo de la cintura y cuando estamos frente al precioso lago, la acerco a mí.
⎯¿Eres feliz, Sila? ⎯ le pregunto.
Ella asiente con la cabeza ⎯ mucho muy feliz, no tienes idea cuánto ⎯ me responde, para luego darme un beso sobre los labios.
La siento cerca de mí, con ese aroma tan delicioso que emana de su cabello y sonrío. Ese siempre fue el aroma que hizo que mi corazón latiera por ella, así que en este instante late tan rápido que ella lo puede sentir.
⎯Siempre he pensando que tu ritmo cardiaco es raro ⎯ me habla ella entre sonrisas ⎯ está bien y de pronto se acelera.
⎯Es porque estás a mi lado, por eso mi corazón late agitado…
⎯O tal vez tienes arritmia ⎯ me comenta, haciéndome reír.
Ambos nos vemos a los ojos y los de ella brillan tan bonito que me hacen suspirar ⎯ quiero decirte que valió la pena todo, Sila, absolutamente todo por terminar así, casados, con una familia y juntos abrazados. Si tengo que volver a pasarlo todo, sí tengo que ir a contracorriente sabiendo que así terminaremos, lo haré, sin dudarlo.
Sila acaricia mi mejilla y luego me da un beso sobre los labios ⎯ ya no regresemos al pasado, ahora, solo veamos hacia el futuro. Uno que se viene lindo, lleno de risas y aprendizajes y que lo viviremos juntos, al lado de nuestros hijos.
Asiento con la cabeza, y beso su frente ⎯ Te amo, Sila Canarias, no puedo esperar a ver mi futuro contigo.
⎯Te amo Francisco Moríns, no puedo esperar a envejecer a tu lado.
Puede ser que esto suene como un final de una historia de amor pero, en realidad, es el principio de otra etapa una que para nosotros será la más bonita de todas. Sin embargo, sé que también está historia no acaba en este momento, algo que he aprendido de las historias de amor esta familia es que jamás terminan, solo se ponen en pausa y se mezclan con otras historias y van creciendo hasta pasar a la eternidad.
Así que, posiblemente, sepan de Sila y de mi en los pliegues de otras páginas, en los destellos de otras vidas, en las aventuras de la familia y se actualicen de lo que esta pasando en nuestra relación. Sin embargo, por hoy, este relato termina aquí, porque Sila y yo tomaremos un avión mañana que nos llevará hacia un descanso bien merecido cerca del mar.
Esta es nuestra historia de amor, no la favorita de muchos pero, es nuestra. Una que demostró que, cuando se ama de verdad todos los obstáculos se pueden vencer, incluso, pueden vencer a la muerte. Sila y yo aún tenemos mucho que aprender y no presumiremos que nuestra relación será perfecta pero, si sabremos una cosa, vengan los obstáculos que vengan, los venceremos y si el destino lo pide, iremos juntos A contracorriente defendiendo nuestro amor, hasta el último día de nuestras vidas.
FIN
Me encantó esta historia, y amo toda la saga!!! Gracias Ana Martínez!!! Increíblemente no he podido leer la esposa de los 180 días, esperandola
Muy bonita historia de Sila y Morins…llorè, sufrí, reí, todo…que bonita familia lograron formar…ahora me entero que 3 hijos son adoptados jaja…es que en las otras historias, solo los molestan que han tenido muchos hijos…Gracias Ana por compartirla con tus lectoras…Recomendada…como toda la saga…Ahora lista para empesar nuevas historias y continuar con las que estoy leyendo…Gracias y Bendiciones en todos tus proyectos de trabajo y Personales
Preciosa historia Ana. Muchas gracias!!!
👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼 Excelente final!!!
Amé cada parte de esta historia, Sila y Moríns viven en un pedacito de mi corazón 💕
Gracias Ana, una vez más por escribir historias que nos hacen soñar y enamorarnos de tus personajes 🫶🏼