A Contracorriente ©
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Moríns
-Madrid-
Mi regreso a Madrid fue en verdad algo tan esperado que cuando vi a Sila en ese cuarto de hospital, no lo podía creer, era real, había regresado. Sin embargo, llegué aún a un ambiente bastante tenso, protector y donde la familia se unió mas que nunca, y eso que ya tienen fama de ser muy unidos.
Marie y Alexandre aún siguen libres, buscados por la policía, pero libre al fin. Los buscan no solo por el acto de difamación que hicieron de la empresa, si no por otras cosas que ya habían realizado y la peor, por el asesinato del Señor Lachevre, uno que aún no puedo creer.
Quiero pensar que ayudarlo a escapar fue uno de los últimos actos de cariño que recibió por parte de alguien y, tal vez sea un consuelo muy tonto pero, me has sentir muy bien. Al señor Lachevre lo conocí pero unos minutos, nuestro intercambio de palabras fue corto pero al final, lo salvé en cierta manera, aunque creo que su destino no debió ser la muerte.
En fin, lo hecho, hecho está y ahora me encuentro al fin al lado de mi amada Sila y de mi precioso bebé que, aunque no está aquí, siento que ya me escucha y me siente porque, tan solo escuchó mi voz comenzó a moverse dentro de Sila como si estuviera festejando, como si me estuviese dando la bienvenida.
⎯Siente, siente como se mueve ⎯ me dice Sila mientras ambos estamos recostados sobre la cama de esta habitación tan bonita que nos han acondicionado sus padres para poder vivir aquí por un tiempo.
Mi plan, honestamente, era llegar y rentar un piso para los tres pero, con todo esto que está pasando será mejor quedarnos bajo la protección de todos, así como Sabina y Cho lo están haciendo en casa de Julie. Confieso que tampoco está tan mal incluso, es bastante bonito porque, me hace ilusión saber que mi bebé nacerá rodeado de su familia, que David y Luz nos aconsejarán para su cuidado y que sus tíos y primos le harán muchos cariños.
Así, pongo la palma de mi mano sobre su vientre y me quedo esperando a que el bebé se mueva ⎯creo que ya se durmió ⎯ bromeo.
⎯No, debes hablarle directo, seguro se mueve ⎯ me instruye Sila.
Acerco mis labios a su vientre y le hablo ⎯¿Bebé Moríns?, ¿estás ocupado?, quisiera hablar contigo.
Sila se ríe ⎯¿Así le vas a hablar?
⎯Dijiste que le hablara directo.
⎯Directo al vientre, no preguntarle así… ⎯ responde entre risas.
Beso su vientre, haciendo que la piel se erice de inmediato y luego vuelvo a tratar ⎯ bebé Moríns, soy tu padre, y quiero decirte que te amo con toda mi alma y que tu madre y yo te esperamos… ⎯ El bebé se mueve y yo abro los ojos emocionado por lo que acabo de sentir.
⎯ Ves ⎯ me indica Sila.
Vuelvo a besar su vientre ⎯ no puedo esperar para tener entre mis brazos, seas niño o niña, ya quiero que estés aquí con nosotros ⎯ recito.
Vuelvo a recostarme al lado de Sila, y la abrazo para que su cabeza quede sobre mi pecho. Le doy un beso sobre la frente y acaricio su cabello. ⎯ Venía deseando todo esto desde hace tanto tiempo que pensé que sería algo imposible. ⎯Confieso.
⎯Yo, pensé que nunca pasaría, nunca más ⎯ responde Sila, y me ve a los ojos.
Acaricio su rostro ⎯ no digas eso.
⎯Lo digo, no por lo que pasó con Marie y eso, si no, por lo que pasó entre los dos. Yo, pensé que te perdería para siempre por lo que había pasado y traté de imaginarme todos los escenarios posibles y este no estaba.
⎯Pues ahora es una realidad. Somos los tres, Tú, yo y bebé Moríns, como debía ser desde el principio.
⎯Desde el principio ⎯ murmura Sila.
Ella se levanta de inmediato y me ve a los ojos ⎯¿Qué sucede? ⎯ pregunto.
⎯Vamos a empezar desde el principio, ¿cierto?
⎯Pues… supongo que si ⎯ respondo.
Sila se levanta con algo de trabajo, ya que su vientre cada día le impide hacer cosas de forma normal y va hacia una de las cajoneras que tenemos en la habitación y saca una libreta de ella. Después regresa a la cama, se sienta en la orilla y me ve a los ojos.
⎯Estuve pensando en las pláticas que tuvimos en videollamada antes de la boda de tu madre, ¿recuerdas? ⎯ me pregunta.
⎯Lo hago.
⎯En una de ellas me dijiste que tenía que saber cómo expresar mejor las cosas y sobre todo, lo que siento por ti. ⎯Sonrío, porque en verdad lo recuerdo pero no tan exacto como ella. ⎯Bueno, no soy buena con las palabras, jamás lo he sido y lo sabes pero, en estos meses sola y extrañándote, descubrí que me expreso mejor escribiendo. Así que, si vamos a volver a empezar, creo que sería genial que te dijera lo que te escribí. Lo hice el día que te regresaste a México y me haría feliz que lo escucharas.
Sonrío. ⎯Dímelo.
Sila abre la libreta, busca la página y luego lee ⎯ Moríns, en todo este tiempo, aprendí que puedes llegar a dañar a las personas que más quieres, aunque no lo desees. Eso es inevitable porque como seres humanos somos imperfectos, yo soy imperfecta aunque piense que todos los planes que hago o los conocimientos que sé me salven de serlo. Sé que no tengo el poder de regresar el tiempo y deshacer todo el dolor y pesar que te causé. Sin embargo, lo importante es lo que haces después de equivocarte ⎯ recita, para luego suspirar y verme a los ojos ⎯ perdóname Moríns, perdóname por haberte causado tanto dolor, por haberte hecho sentir menos o que no valías, perdóname por haberte hecho pasar todo esto que no te merecías. ⎯ Ella sigue leyendo atenta ⎯ traicioné tu confianza, puse aprueba nuestro amor y te hice tomar decisiones que no estaban en tu camino.
Ella se queda en silencio por un momento, y luego toma mi mano para acariciarla ⎯ Sila, amor ⎯ le comento.
⎯Debí decirte todo lo que sentía en lugar de guardármelo para mí. Sé que ahora suena tonto por todo lo que sucedió pero, si vamos a volver a empezar, quiero que lo sepas. Moríns, nunca seré perfecta y ya lo viste pero, sé que puedo mejorar y si me lo permites, pasaré el resto de mis días demostrándotelo, amándote, cuidándote y haciéndote sentir lo amado e importante que eres para mí, para nosotros. Te mereces a alguien que te ame bien y eso es lo que voy a hacer.⎯ Sila termina de leer y luego baja la libreta y sonríe.
⎯No sé si necesitas escucharlo Sila, porque yo ya te perdoné hace mucho pero, te perdono. Lo hago de corazón, dispuesto a volver a empezar, ser feliz contigo, porque tu eres la mujer de mi vida, y si crees que suena tonto pedirme perdón después de lo que pasó, sonará tonto decirte que, después de lo que pasó con Gastón y Marie, puedo decir que ahora te comprendo, entiendo como te sentías en ese momento y debí también escucharte. ⎯La invito a que se recueste a mi lado. La abrazo con fuerza y beso su frente ⎯ el amor que hay entre los dos, es más fuerte que todo lo que pasó. Hagamos que todo este tiempo separados, todo este dolor que sufrimos no sea en vano y nos traiga una vida llena de felicidad. Ya estamos en el mismo camino, vamos a nuestro paso hacia la misma meta y, si alguno de los dos baja el ritmo del caminar, el otro también lo hará. Lo que se viene Sila, será maravilloso y por eso, empezaremos esto de forma maravillosa.
Sila me abraza fuerte y pone mi mano sobre su vientre ⎯ te extrañamos, y te amamos; sabemos que lo que viene será de lo mejor.
⎯Lo sé ⎯ respondo. Beso su cabello. El peso de su vientre está sobre mí y su cuerpo empieza a calentar el mío. Me quedo viendo al techo, recordando la imagen del señor Lachevre y lo mal que se veía, lo que su hija le estaba haciendo ⎯ el pasado hay que respetarlo pero, no quedarse a vivir en él ⎯ le recito ⎯ porque si no te pierdes de la vida que pasa ante tus ojos. ⎯Veo que Sila ya se encuentra dormida y acaricio a mi bebé ⎯ no dejaré que el pasado arruine nuestro presente, uno que ya es maravilloso. Entonces me acomodo y cierro los ojos por igual.
Por fin, después de meses separados duermo al lado de la mujer que amo, la madre de mi bebé y a la que juro proteger con mi alma. Sé, que este es la continuación de nuestra historia pero aún falta una por terminar, una que ha quedado inconclusa y que esperemos termine para que nos devuelva la tranquilidad.
Esperemos que termine de la mejor manera…