Tristán
Llego al hotel inmediatamente y después de entrar y cerrar la puerta detrás de mí salto de emoción como niño pequeño —¡Sí! — grito feliz y no sé porqué.
Sé que venía decidido a divorciarme y terminar con esta situación, regresar a Ibiza y continuar con mi vida, pero ahora, la idea de poder estar lejos de todo lo que me ata a mi familia me hace el hombre más feliz del mundo. Por fin tengo un pretexto para quedarme lejos de Bego, de mi madre y de todo.
Me dirijo al balcón que hay en mi habitación y mientras observo la hermosa vista del zócalo de la ciudad sonrío, y aunque por dentro trato de pensar cómo le diré a mi madre la noticia, estoy seguro que esta es la decisión es una de las mejores que tomaré, o al menos que tomaré por mi mismo sin asesores o padres diciéndome qué está bien y qué está mal.
Entro de nuevo a la habitación y tomo mi móvil —Vale Tristán, tienes que sonar devastado, culpable y decirle a tu madre que DEBES quedarte 6 meses aquí para poder divorciarte. Esto te dará tiempo de pensar qué pasará con tu compromiso de Begonia, descansar un poco del yugo de tu madre, entre otras cosas… llevarás la gran vida ¿no? — sonrío porque parece un plan increíble y sin más preámbulos marco.
—¡Tristán! — escucho la voz alegre de mi madre.
—Madre — digo seco.
—¡Qué bueno que marcas! Bego y yo estamos viendo posibles lugares para la boda, bueno, no mencionamos la boda pero ella sabe que es para eso… entonces ¿ya está hecho? ¿cuándo regresas? Es que necesito el avión para ir a París a ver unos vestidos.—
—Sobre eso madre — comienzo y sé que mi tono no le gusta para nada ya que escucho que le dice a Bego que debe ir a hablar en privado.
—¿Qué pasó? — dice enojada.
—No me puedo divorciar de ella.—
—¡Qué! — grita y me alejo el móvil del oído.
—Sí, no puedo. Resulta que según las leyes del país, debe pasar tiempo para que yo me pueda divorciar, y me han pedido que me quede al menos unos seis meses aquí para revisar los trámites.—
—¡Qué! — vuelve a gritar y debo admitir que el drama de mi madre me molesta siempre—¿Cómo que seis meses? — pregunta.
—Sí, hoy fuimos con el abogado y Xi… y ella y yo debemos iniciar el trámite ahora para divorciarnos dentro de seis meses, durante este tiempo no puedo salir del país — miento, y lo hago porque mi madre no sabe nada de nada, ni de leyes, ni de temas de interés y mucho menos de como criar un hijo.
—Mandaré a nuestro abogado ahora mismo para que te divorcie….—
—Ya hablé con él — miento, pero no tendré problema porque el abogado es el mismo Iñaki —y dice que las leyes son correctas y que si no me quiero meter en más problemas necesito acatarlo todo.—
—¡Oh, mi pobre niño! — grita y opto por ponerla en alta voz y alejarla de mi oído — allá, sólo en ese país lleno de sombreros.—
—Madre, en realidad México es un país bastante moderno — digo corrigiendo su comentario que raya en lo racista — incluso ella vive en la Ciudad de México y es increíble — le digo viendo de nuevo el paisaje desde mi ventana. Ese tipo de comentarios no se me hacen nuevos en ella, en realidad mi madre es bastante tonta y a pesar de su dinero, ignora mucho, al grado que cualquier cosa que dice es una tontería, no sé como mi padre se casó con ella.
—No importa, estarás solo, allá y ¿y qué le diré a Bego? Ella piensa que le pedirás matrimonio en la cena de Navidad — y sólo escuchar eso hace que mi cuerpo se congele por completo.
—Lo siento madre, pero, creo que ya compliqué mucho esto ¿no? Tú misma me dijiste que debía resolver esto solo y creo que esta vez debo seguir las reglas de otra persona antes que las mías. Además, sé que no me abandonarás ¿cierto? — le insinúo.
—Claro que no mi chiquito hermoso — me dice en un tono lastimoso, haré que te sientas cómodo en todo momento.—
—Lo sé madre, gracias — digo sin sentirme mal por el chantaje emocional que le acabo de hacer.
—¿y? ¿Dónde vivirás? ¿Qué harás? — pregunta.
—Aún no lo decido, por lo mientras estoy en este hotel y luego te avisaré ¿vale? —
—Vale ¡qué tragedia! — repite — le diré a Bego que te fuiste a Nueva York unos meses a hacer un tipo de internado o algo así, a ver qué se me ocurre, pero prométeme Tristán que tan sólo pasen esos mese te regresarás a Ibiza DIVORCIADO y listo para tomar el papel que te pertenece en esta familia ¿está claro?— me dice firme.
—Claro madre, no debes preocuparte.—
—¡Ay Dios! Pobre Bego, su reputación en frente de sus amigas— llora — pero bueno, así debe ser todo. Te dejo mi amor, le comunicaré a tu padre lo sucedido. Si necesitas algo me lo pides ¿sí?—
—Claro madre — vuelvo a repetir y cuelgo.
«Salió mejor de lo que esperaba » pienso mientras le marco a Iñaki inmediatamente. Espero unos segundos y después me contesta.
—Cómo va la búsqueda de las Ximenas — me comenta.
—La encontré — digo firme.
—¿y?—
—Es preciosa, es guapísima, ahora entiendo por qué me casé con ella en Las Vegas — y mientras hablo con él me recuesto sobre la cama.
—Lástima que te vayas a divorciar — comenta.
—No, no lo haré — le digo y el silencio se hace largo.
—¿Cómo que no lo harás? — me dice Iñaki.
—El abogado de ella dice que puede hacerlo en seis meses.—
—Sí, pero puedes esperar por tu divorcio acá en Ibiza, es fácil — me aclara.
—Lo sé, pero no quiero, me quedaré acá en México y tú me vas a ayudar.—
—¿Ayudar? ¿cómo? — pregunta.
—Le dije a mi madre que las leyes mexicanas me piden que me quede, sí que le confirmarás eso para que mi plan se ponga en marcha.—
—¿Qué pasa si tu padre pregunta algo? — me dice inseguro —tu madre es una cosa, pero tu padre es una muy diferente, y sabes que no le puedo mentir.—
—No te preguntará, mi padre es tan ausente como yo lo estaré de España por unos meses — le comento — así que todo bien.—
—¿Cuál es tu plan? — pregunta curioso.
—Me quedaré aquí y pensaré cómo me desharé del compromiso con Bego, me divertiré, serán como vacaciones y luego regresaré en seis meses como si nada. Nadie sabrá lo que en realidad pasó aquí, y yo tendré un rato a solas.—
—¿Como un mini sabático? — me pregunta Iñaki inseguro.
—Algo así, porque admitámoslo, mi vida es un eterno sabático — y él se ríe porque sabe que es cierto —¿te puedo pedir otro favor? — le pregunto.
—Dime.—
—Borra toda la información que hay sobre mi ¿quieres? Redes sociales, artículos, todo donde mi nombre aparezca y diga algo sobre mi vida real, no quiero que Ximena descubra quién soy en realidad, puede que eso despierte su interés y luego no quiera divorciarse de mí o quiera hacer algo para retenerme — digo en tono soberbio.
—Está bien, lo haré, pero eso sería cortar toda comunicación con tus amigos— me advierte — y con Begonia.—
—Lo de Bego me alivia — confieso — y de amigos sólo te tengo a ti, así que mientras no cambies de móvil siempre podré comunicarme contigo — le digo.
Iñaki suspira —¿estás seguro de que este plan funcionará? — me vuelve a preguntar.
—Sí, será genial ¿qué podría pasar? — comento seguro — Tú solo haz lo que te pido ¿si? Ahora me tengo que ir.—
—¿Dónde irás? —
—Tengo un anillo de compromiso y una alianza que comprar.