Lila. 

El anuncio del divorcio de Antonio y Théa, llegó justo en el momento en que mi hermana Alegra me avisó que ya estaba en casa con mis sobrinos, yo anuncio mi marca, la que regresará al mercado y reivindicará a mi abuela Mena. Rosa y Lila por Mena Caballero desings es una realidad, y lanzar nuestra página web, cuentas de redes sociales y hacer la presentación, me llena de alegría. 

Así que aquí estoy, tras bastidores repasando las palabras que daré en nuestro nuevo taller, uno adquirido por Rosa mientras estuve en mis meses de descanso, tratando de memorizar al menos un poco de lo que tengo que decir a los invitados, diseñadores locales e inversionistas que han venido a nuestra presentación. Con Pablo a mi lado, cargando a Mena entre sus brazos y moviéndose de un lado para el otro mientras lee el artículo: 

Comunicado de Prensa: Antonio De Marruecos y Théa Karagiannis anuncian su Divorcio: 

En un giro sorpresivo para la sociedad, el empresario Antonio De Marruecos y su esposa Théa Karagiannis han anunciado amigablemente su separación después de unos meses de matrimonio. Ambos han emitido una declaración conjunta indicando que han llegado a esta decisión de manera mutua y sin conflictos, argumentando diferencias irreconciliables.

Este anuncio se produce tras una cuidadosa reflexión y consideración por parte de la pareja, quienes han decidido abordar su situación personal de manera privada. Por lo tanto, no se llevarán a cabo entrevistas con medios de comunicación ni se proporcionarán detalles adicionales sobre los motivos que han llevado a esta separación.

Antonio De Marruecos, conocido por su éxito en el ámbito empresarial y su presencia en la esfera pública, ha solicitado respeto por su privacidad y la de Théa Karagiannis durante este tiempo de transición. Ambos expresan su gratitud por el apoyo recibido de amigos, familiares y colegas, y piden comprensión mientras avanzan en este nuevo capítulo de sus vidas.

Aunque su matrimonio llega a su fin, Antonio De Marruecos y Théa Karagiannis han enfatizado su compromiso mutuo de mantener una relación respetuosa y colaborativa en el futuro. Se espera que el proceso de divorcio se lleve a cabo de manera discreta y en el mejor interés de ambas partes.

La pareja agradece el cariño y el apoyo de quienes les rodean durante este tiempo de cambio y espera que se respete su privacidad mientras avanzan hacia nuevas oportunidades y desafíos en sus vidas individuales.

Este comunicado marca el final de un capítulo en la vida de Antonio De Marruecos y Théa Karagiannis, pero también señala el comienzo de nuevas posibilidades y caminos por explorar para ambos.

—Está hecho —comento. 

—Lo está —me contesta. 

—¿Sabes lo que esto significa? —me pregunta, acomodando a Mena entre sus brazos. 

Suspiro. Sé lo que significa, pero me da miedo pronunciarlo, porque no sabemos cómo reaccionarán los Karagiannis o los socios que saben que Antonio era ahora como su mano derecha. 

—Yo pronto me iré —habla Pablo, que se ha quedado conmigo todo este tiempo por petición de Antonio. 

—Lo sé. 

—Tengo que ir con Théa. Temo por ella. 

Asiento con la cabeza. 

—¿Lila? 

La voz de Rosa nos interrumpe y la veo entrar por la puerta. 

—¿Ya es momento? 

—No. Te buscan. Dice que viene de parte del güero. 

—¿De Antonio? —pregunto, solo para asegurarme. 

La puerta se abre y los papeles se caen de mis manos del impacto, cuando la figura imponente entró al lugar. El sonido de los pasos capta la atención de Pablo y mía, que él, por cierto, también se ve impactado.  

Alto y de cuerpo fuerte, con un aire de confianza que parecía envolverlo, se acerca con una elegancia natural. Su cabello largo y oscuro cae en suaves ondas alrededor de su rostro, enmarcando unos ojos miel que brillan con intensidad. Una sonrisa cautivadora ilumina su rostro, revelando una dentadura perfecta y añadiendo un encanto irresistible a su presencia. 

Noto el asombroso parecido con Antonio – y creo que es a propósito. Pero cuando él se acerca a mí, observo sutiles diferencias que lo distinguen de él. De lejos es Antonio, de cerca, no es él. 

—¿Lila Canarias? —me habla, con un tono de voz grave que me hace sonrojar. 

—Sí. 

—Mi nombre es agente Alex Caff. 

—¿Agente? —pregunta Pablo. 

—Sí. Me envió Antonio de Marruecos. Seré tu guardaespaldas. 

—¡QUÉ! —grita Rosa, distrayéndonos a los dos. 

—Lo mismo que ella, ¿qué? —Continúo. 

Él sonríe. 

—Bueno, me dijo que tenía que cuidarte mientras estuvieras lejos de él, a ti y a tu hija. Sé que estás impactada con mi gran parecido a él y, bueno, eso tiene una respuesta: debo parecerme a él. 

—¿Por qué? —pregunta Rosa. 

Alex voltea a verla y le sonríe. 

—El señor de Marruecos sabe que en algún punto del año la señorita Lila volverá a Madrid, así que la idea es que cuando esté con ella pase desapercibido, soy como un… 

—¿Señuelo? —inquiero, bastante preocupada. 

—Así es. En algún punto lo seré. 

Dejo las tarjetas sobre la mesa y me acercó a él. En un murmullo le pregunto: 

—¿Tan mal están las cosas con los Karagiannis? 

Alex me sonríe, y yo me sonrojo. En verdad es guapo, y sé que no soy la única persona que lo pensará hoy. 

—Todo estará bien, señorita Lila. Ahora, me quedaré con usted en México, las cuidaré y estaré a su servicio. 

—¿Eso significa que yo me puedo ir? —inquiere Pablo, al que he ignorado debido a la atracción de Alex en la habitación. 

—Así es… 

—Lo haré, porque al parecer Théa está desprotegida. 

—No. El señor de Marruecos le ha puesto un guardaespaldas, mi compañero, el agente encubierto Dan. La señora al inicio lo rechazó, pero fue convencida. Aun así, se puede ir. 

Pablo me observa y no necesito que me lo diga. Asiento con la cabeza y él sonríe. 

—Me iré mañana temprano, hoy es importante que me quede. Si dicen que Théa está protegida, y de todas formas, no creo encontrar un vuelo a esta hora. 

—Bien —contesto. 

Rosa se encuentra aún con un rostro de sorpresa en su rostro sin poder creer lo que ve. El agente Alex es muy guapo, de eso no hay duda, y aunque al verlo parece que estoy viendo a Antonio, no me dejo de preocupar. 

Sé que no me quiso decir nada, pero, si Alex está aquí, es porque las cosas están mal en España y no me quiere decir nada. Ayer por la noche que hablamos, no me comentó que el agente vendría, por lo que sospecho que aún lo están persiguiendo. 

—Bueno, pues creo que es momento de salir. —Interrumpo el silencio. 

—Lo es. —Escucho la voz de Pablo y sé que no se refiere precisamente a la presentación de mi marca. 

El divorcio de Antonio abrirá puertas que posiblemente acarrean muchos problemas. Sin embargo, ahora somos fuertes, estamos juntos y sé que nada nos podrá separar. Esta vez, nos enfrentaremos a todos. 

—Vamos —comento a Rosa—. Es hora de iniciar esto con el pie derecho. 

Rosa toma mi brazo y así, como socias, caminamos hacia el escenario donde todos nos esperan. Es la primera vez que hago una presentación oficial de una marca. La primera vez, tuve ayuda de Alegra para promocionar mis vestidos de novia pero, esta vez, lo he hecho todo junto con Rosa y a nuestra manera. 

Puedo ver a mi madre y a Sila, que se encuentran entre el público, con unas grandes sonrisas llenas de orgullo, y a Pablo con mi hija entre sus brazos profundamente dormida. 

Rosa y yo subimos a la pequeña tarima que hemos instalado, y con los nervios a flor de piel, comienzo a hablar: 

—Queridos amigos, familiares y colegas. Hoy es un día lleno de emoción y gratitud mientras nos reunimos para anunciar el lanzamiento de nuestra nueva marca: Rosa y Lila por Mena Caballero Designs.

»Quiero empezar recordando a alguien muy especial para mí, mi querida abuela Mena, quien hace años tenía un pequeño taller en la calle de las novias. Ella soñaba con convertir su marca en una de renombre, y aunque tal vez estos no sean vestidos de novia, como ella diseñaba, estoy segura de que este nuevo capítulo en honor a su legado sería motivo de gran alegría para ella.

»Mi abuela dedicó su vida a crear ropa floreada y llena de color, y ahora, gracias a Rosa y a mí, esos diseños llegarán a los armarios de todos los niños. Es un honor continuar su legado y llevar su creatividad y pasión a una nueva generación.

»Espero que, desde donde esté, mi abuela se sienta orgullosa de lo que hemos logrado juntas. Su espíritu vive en cada puntada, en cada diseño que creamos. Hoy, estamos uniendo nuestros corazones y nuestras habilidades para hacer realidad el sueño de mi abuela, de hacer que su marca sea tan grande como siempre soñó.

»Agradezco a todos los que nos han apoyado en este viaje y espero que compartan nuestra emoción mientras nos embarcamos en este nuevo capítulo. Con determinación y dedicación, estoy segura de que lograremos que Rosa y Lila por Mena Caballero Designs llegue a lo más alto. Gracias por creer en nosotros y por ser parte de este emocionante viaje. Esto va por ti, abuela… y por los retazos de tela que adornaron mi vida. 

El público rompe en aplausos, y mientras desciendo de la tarima, la música de la pasarela comienza a sonar en las bocinas. Es un momento de euforia y celebración, pero también de profunda satisfacción personal. Aquí estoy, en el umbral de un nuevo capítulo, con mi nueva marca lista para conquistar el mundo.

Mi corazón se llena de emoción al recordar todo el trabajo duro y la dedicación que han llevado a este momento. Cada puntada, cada decisión, cada obstáculo superado ha valido la pena. Esta vez, nada ni nadie hará que el sueño termine.

Me detengo por un momento para absorber el ambiente vibrante que me rodea. Las luces brillantes, la música envolvente y el calor del aplauso del público me llenan de energía y determinación. Sé que este es solo el comienzo de un viaje emocionante y lleno de posibilidades infinitas.

Y mientras observo todo sé que no solo es un logro de Rosa y mío si no de las personas que han estado conmigo. A mi abuela, cuyo legado y pasión por la moda me han inspirado a perseguir mis sueños. A mi hija, cuyo nacimiento me han dado todo lo que necesito para seguir adelante. Y ahora, a mí misma, por tener el coraje de seguir, no rendirme y hacer mis sueños realidad. 

Ojalá estuvieras conmigo, Antonio, pienso. Porque también a él le debo esto. 

***

¡La presentación de mi marca de ropa infantil fue un éxito total! Las risas y sonrisas de los pequeños modelos mientras desfilaban por la pasarela fue la prueba viviente de que habíamos capturado la esencia de la alegría y la diversión en cada una de nuestras creaciones.

Desde el momento en que Rosa y yo subimos al escenario, con nuestros adorables modelos detrás, sentimos una conexión instantánea con el público. Las miradas de asombro y admiración al ver nuestras prendas, diseñadas con amor y cuidado para los más pequeños, nos llenaron de orgullo y satisfacción.

Los colores vibrantes, los estampados lúdicos y los detalles encantadores de cada pieza fueron aclamados por los padres, abuelos y expertos en moda presentes en el evento. Era evidente que habíamos logrado crear una colección que no solo era hermosa visualmente, sino también funcional y cómoda para los niños activos y enérgicos.

Pero el verdadero éxito de nuestra presentación se hizo evidente cuando los inversionistas comenzaron a expresar su interés en colaborar con nosotros. Nos emocionaba pensar en las oportunidades que se avecinaba, sabiendo que podríamos expandir nuestra marca y llevar nuestros diseños a un público aún más amplio.

Me sentí orgullosa de lograr esto por mí misma, sin que mi apellido fuera la carta de presentación. En ese instante viví lo que mi abuela Mena vivió hace años, cuando abrió su primer taller de vestidos de novia: una gran satisfacción y un enorme orgullo. 

Después de la ceremonia, mi madre, quien se ha quedado aquí con Sila y que se encontraban entre el público recibiendo a los invitados y platicando con ellos, junto con Pablo, Rosa y Mena, nos dirigimos al piso colorido para festejar. Alex no está con nosotros. Después de presentarse, se fue a su hotel para volver mañana y ocupar el piso de Pablo. Al parecer, no solo fungirá como guardaespaldas y señuelo, sino que tiene especialidad en primeros auxilios, así que será el niñero de Mena. Por supuesto que Antonio protegería a su princesa. 

—¿Entonces se quedará contigo hasta que Antonio regrese contigo? —pregunta Sila, bastante interesada. 

—Sí. Él lo envió como protección, ya me había dicho así que no tengo de otra. 

—¡Uy!, no tengo de otra —expresa Rosa, entre sonrisas. Primero dos pelean por ti, el güerito y el morenito, y ahora te mandan un guardaespaldas que es increíblemente apuesto. ¡Qué sufrir! 

Mi madre sonríe y Pablo se ríe por el comentario. 

—Es la suerte de nuestra familia, Rosa. No hay feos. 

—Ya me di cuenta. ¿Hay alguna forma de pertenecer? ¿Algún hermano soltero? Me gustó el que me presentaste antes de que se fuera. 

—¿David?, no. Él se casará con una rica heredera de viñedos, lo siento —bromea Pablo. 

—Bueno, ¿me dejas al guardaespaldas? —pregunta. 

—Sí, él quiere, adelante… —contesto, y todos nos soltamos a reír. 

Sin embargo, una vez más, el recuerdo el divorcio de Antonio y la angustia regresa a mí. Es notorio, ya que, mi madre deja de reírse y me abraza consolándome. 

—Tranquila, amor. No dejes que esto arruine tu gran triunfo, por el que has trabajado tanto. 

—Lo sé, pero, no puedo dejar de pensar que esta noticia debería darme alegría y, al contrario, me da un gran pavor. ¿Qué tal si los Karagiannis le hacen algo antes de que pueda volverlo a ver? 

—Eso no pasará. Estoy segura de que Antonio sabe lo que hace, ten fe —comenta, con una sonrisa en su rostro. 

—Tener fe. —Suspiro—. ¿Cómo es que llegamos a esto, a tener fe? No puedo dejar de pensar en el inicio de nuestra relación. Sí él me hubiese dicho la verdad, si yo les hubiera dicho todo, tal vez no estaríamos aquí. No cabe duda que las mentiras son un laberinto sin salida. Un laberinto del que no he podido salir. 

—Pero, saldrás. Antonio ya está tomando los pasos indicados ahora y verás que todo estará bien. Solo dale tiempo, sé que él sabe lo que hace. 

—Espero… —digo en un hilo de voz. 

—Ahora, no dejes que esto opaque tu éxito. Mejor levantemos nuestras copas para que Rosa y Lila sea un éxito mundial, tal como tu abuela lo hubiese querido. 

—¡Sí!, por fa. Tengo una niñera toda la noche y tengo ganas de festejar. —Anima Rosa.

Sila va hacia la bocina, la conecta a su móvil y la música comienza a sonar. 

—¡Festejemos por Rosa y Lila, por Maël y Davide, que acaban de llegar y porque el amor triunfe! —expresa mi madre, y luego alza la copa. 

Todos lo hacemos, incluso Pablo. Brindamos y nos reímos como si la risa fuera una válvula de escape, una forma de liberar la tensión acumulada en medio del caos. Y así, sin poder evitarlo, el festejo se desata.

Las miradas se encuentran, los gestos se suavizan, y un brillo de alegría ilumina nuestros rostros. En ese instante, las preocupaciones se desvanecen y nos sumergimos en la atmósfera de celebración.

La plática se anima con anécdotas y chistes, mientras el sonido de la música llena el espacio y nos invita a dejar de lado por un momento nuestras preocupaciones. Nos sumergimos en el ritmo, nos dejamos llevar por la melodía, y el baile se convierte en una expresión de nuestra gratitud por la vida, por la amistad, por el éxito que sé que se mantendrá. 

Es un momento de felicidad en medio del drama, veo a Pablo dejar su copa sobre el comedor y después darle un abrazo a mi madre y a Sila. Sin decir más, camina hacia la puerta y yo lo alcanzo antes de que salga. 

—¿No te vas a despedir de mí? —inquiero, y él sonríe. 

—Quería dejarte festejar. 

Lo abrazo. Lo hago con fuerza, y un sentimiento terrible me invade el cuerpo. No sé por qué, pero presiento que pasará mucho tiempo antes de volverlo a ver. 

—Es una lástima que lo nuestro no haya funcionado, Lila Canarias —me recita al oído—. Pero, creo que todo tenía una razón de ser. Te estoy eternamente agradecido por todo lo que me has dado. 

—Yo soy quien te agradezco a ti por todo, por tu paciencia, por tu fidelidad, tu amistad, tu amor y cariño. Quisiera que te quedaras pero… 

—No, Lila, estoy cansado de estar atrapado en la historia de amor de alguien más. Es tiempo de ir a buscar la mía —me interrumpe. 

Ambos nos separamos y nos vemos a los ojos. Donde antes vi amor y consuelo, ahora encuentro un adiós, uno que no tiene fecha ni promesa de retorno.

En ese instante de silencio tenso, el peso de la despedida se hace presente. Nuestras miradas, que solían comunicar tanto sin necesidad de palabras, ahora reflejan la inevitable distancia que se ha interpuesto entre nosotros.

Siento cómo el nudo en mi garganta crece con cada segundo que pasa, mientras intento aferrarme a los recuerdos. Es como si el destino hubiera trazado un nuevo camino para cada uno de nosotros, uno que nos lleva en direcciones opuestas. Y aunque duela aceptarlo, sé que es hora de decirle adiós. 

—Prométeme que darás señales de vida —le pido. 

Pablo asiente con la cabeza. 

—Recibirás una postal. Hasta luego, Lila. Espero que mi felicidad, también sea la tuya. 

—Lo es… —Es lo último que le digo, porque no acepto decirle un adiós, tiene que ser un hasta pronto. 

7 Responses

  1. Ayyyy ya empezó el plan. Que sustooooooooo…. temo por Pablo y Thea. Me da muchisimo miedo. 🥺, se que lila, mena y antonio estarán bien. Tengo un palpito q asi sera pero una incertidumbre por Pablo y Thea 😭😭😭

  2. Que bueno que por fin Lila pudo rehacer su sueño de crear como su abuela Mena y que siga ahí el nombre triunfando =) aunque no sea cien por ciento con todo en paz, pero se logro y se triunfo y seguirá =)
    Llego el niñero y con eso Rosa me representa jajajaja ya hasta quiere ser de la familia y quien no quisiera sera parte de esta bonita familia =)
    Hay noo Lila no nos asustes con esos presentimientos que miedo ya tenemos de que les pase algo =(

  3. Se viene su propia historia de amor que necesita de muchos altibajos para consolidarse.
    Angustia es poco…

  4. Tendremos más de Théa y Pablo por acá, o tendrá historia aparte??
    Infarté, cuando entró el guardaespaldas, por.un momento creí era Karagiannis.

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