Théa
¿Soy libre?, no lo sé. Pero esto que siento creo que es libertad. Una que había añorado desde hace mucho tiempo. Lo único que quiero es festejar, ser feliz, volver a ser yo misma. Y lo haré.
Tan solo llegó al hotel, me tiro sobre la cama y suspiro. El colchón es suave, amplio y fresco. Dejo que mi espalda se hunda levemente, y estiro mis brazos lo más que puedo. El olor de las sábanas frescas llega a mí y sonrío.
—¡Qué rico! — expreso, con una sonrisa en mi rostro.
De pronto, escucho que alguien se aclara la garganta y recuerdo que no estoy sola, sino con el guardaespaldas que Antonio me contrató.
—Señora Théa, creo que…
—Señorita, señorita Théa… —le corrijo.
—Señorita Théa, creo que deberíamos de ponernos de acuerdo en muchas cosas.
—¿Cómo en qué? —pregunto, incorporándome y sentándome sobre la cama.
—Bueno. ¿Qué es lo que hará ahora?, necesito saber su rutina para revisar la zona. Necesito que me informe algunas situaciones, quién es su gente de confianza… entre otras cosas.
Suspiro.
—Pues, trabajo en el Corazón Espinado que está en la Latina.
—Vale.
—Y bueno. Gente de confianza solo tengo a Pablo, Cairo, Pilar y Jaz. No hay más.
—Bien —accede.
—Mi rutina es despertarme, vestirme, salir a trabajar y regresar del trabajo al hotel.
—¿No hace nada más? — pregunta, y noto que su tono es de decepción.
—No. Soy una persona que desde hace diez años no salía y no se me permitió hacer nada, que me divirtiera, que me diera conexiones o poder moverme en libertad. Así que sí, es todo.
El agente suspira.
—Bien. Entonces será bastante fácil cuidarla. Le pido que si tiene un cambio de planes me informe, no quiero estar adivinando dónde está o persiguiéndola sin saber dónde vamos antes.
Suspiro. No me gusta nada traer a alguien cuidándome, pero todo esto es gracias a Chez.
—No te preocupes. No creo que mi rutina cambie drásticamente.
En la puerta del hotel se escuchan dos golpes y el agente se alerta.
—Espere aquí. —Me pide. Y con un gesto de la mano me invita a sentarme sobre la cama.
La actitud del agente me pone nerviosa o no sé si siempre lo estoy. Después del anuncio del divorcio todo puede pasar, y ahora tengo que estar más alerta que antes. Sin embargo, una sonrisa se dibuja en mi rostro cuando escucho la voz grave de Pablo en la puerta. Me pongo de pie y corro hacia la puerta.
—¡Déjelo pasar! —expreso, para luego dar un salto y enredarme entre sus brazos.
Pablo me carga con facilidad y sin esperar más me da un beso sobre los labios.
—Te extrañé, y mucho —confieso, con el corazón latiendo tan rápido que no puedo controlarlo.
Mi cuerpo se pone en llamas y el deseo se despierta en mí. Uno mezclado con una felicidad que siento, me corre por las venas. Pablo llega a mí y me revitaliza de inmediato. Es lo que necesito para seguir adelante.
—Supongo que es parte de sus personas de confianza —habla el agente.
—Sí, es Pablo Estévez… mi… —Entonces dejo de hablar, porque en realidad no sé qué somos Pablo y yo.
Pasamos de ser conocidos, a amigos y ahora, no estoy segura de la relación que hay entre los dos.
—Soy muy amigo de Théa —agrega Pablo, supongo que él piensa lo mismo que yo.
—Bien. Entonces los dejo solos. Estaré en la habitación de al lado, señorita Théa.
—Solo dime Théa —le pido.
—Bien, Théa.
El agente cierra la puerta dejándonos a Pablo y a mí solos en medio de esa habitación que podría ser un piso enorme. Nuestros labios vuelven a besarse y esta vez lo hacen lento, disfrutándonos, sintiéndonos. Mi cuerpo sigue en llamas, mi mente en las nubes y me rindo ante las manos suaves, fuertes y grandes de él. Pablo es una combinación entre ternura, sexo, deseo y fortaleza. No sé como describirlo, solo sé que me encantan.
—¿Cómo estuvo el divorcio? —me pregunta de inmediato.
—Firmar: fácil. Aceptarlo: mucho más fácil. Que mi familia lo aceptara, difícil. Creo que todavía no lo pueden creer. Sin embargo, no tienen de otra. La movida que hizo Antonio fue buena y está haciendo otras para sacar a los Karagiannis del mercado pronto.
—Bien. Me alegro.
Los dos nos miramos a los ojos, sabemos la siguiente pregunta, pero, no nos atrevemos a decirla, así que simplemente contesto:
—Sigue por ahí. No sé cuándo atacará pero, ahora tengo al agente y supongo que me dará un poco más de seguridad.
—Yo, también quiero darte seguridad —me contesta.
En ese instante, Pablo saca de su bolso una pequeña bolsita negra, aterciopelada, que al abrirse contiene un brazalete de cuero con una piedra de tonos café y dorados. Esta está labrada como si fuese una cajita, como las que se usan en los relicarios.
—Es hermoso —murmuro.
—No es tan elegante como las joyas que llevas, pero, es especial. Es la artesanía que hace mi familia biológica. —Comienza a explicar, mientras me la pone en la mano derecha—. La piedra se llama Ojo de Tigre, y según se cree es para la protección, por eso le llaman la “piedra del mal de ojo”.
—Vaya.
—Esta piedra te aleja de las malas vibras, de la mala energía y todo el mal que te deseen. También trae un gps.
—¡QUÉ! —expreso, bastante sorprendida.
—Mandé a que se lo instalaran. No es que sea un novio tóxico, solo quiero que estés segura. El GPS se activa mediante el tacto. Así que, cada vez que te sientes en peligro, lo tocas y mandará una señal a mi móvil. Después, procura ir a un restaurante o un lugar público y me esperas ahí, ¿vale? Yo sabré dónde estás.
Sonrío. No solo por este gesto que ante los ojos de otras personas puede parecer tóxico, si no, por lo que acaba de decir.
—Entonces, ¿somos novios? —pregunto.
—¿Te doy una pulsera para cuando estés en peligro y solo recuerdas eso? —pregunta entre sonrisas.
—GPS ya había tenido antes pero, novios, nunca. Por eso es que lo memoricé. Dime, ¿en realidad lo somos?
Pablo sonríe.
—Yo soy libre para amarte, tú eres libre para amarme, entonces… ¿qué esperamos? —me pregunta.
—Solo… bueno, es que pensé que me lo preguntarías.
Pablo cambia su rostro a uno serio. Al parecer, siente que lo ha arruinado y se ha preocupado.
—¡Ay no, Théa!, lo siento, me ganó la emoción.
—No te preocupes. La respuesta de todas maneras es sí, si quiero ser tu novia.
Pablo me da un beso sobre la frente.
—Acepto tu respuesta, pero lo haré de la manera correcta. En eso, Pablo, me toma de las manos, me mira a los ojos y me dice—: Théa, desde el primer momento en que te vi, supe que eras la mujer más bella que había cruzado mi camino. Tu valentía me inspira, tu forma de ser me enamora profundamente. A pesar de todas las dificultades que hemos enfrentado, no puedo ignorar este sentimiento que crece dentro de mí. Quiero estar a tu lado en cada paso del camino, compartir contigo cada alegría y superar juntos cada desafío que la vida nos depare. ¿Aceptarías ser mi novia y permitirme ser parte de tu vida de manera aún más especial?
Me muerdo los labios llena de emoción. Jamás pensé que me tocaría vivir un momento así, donde un hombre como Pablo, se fijaría en mí y me pediría ser su novia.
—Sí —contesto, con la emoción corriendo por mi piel—. Claro que lo acepto. Claro, claro que sí.
Y con una facilidad desconocida en mí, le doy un beso sobre los labios.
—Un poco cursi, lo siento —se disculpa.
—Estoy abierta a lo cursi. Estoy abierta a todo lo que me haga bien y tú, me haces bien.
Pablo sonríe. Con su mano derecha acaricia mi cabello y luego me abraza, pegándome a su cuerpo.
—Todo estará bien, Théa. Te prometo que nada te pasará, yo te cuidaré.
—Te creo —contesto, en realidad emocionada, y me dejo envolver por su suave aroma.
Sé que todo estará bien, y que esta pesadilla poco a poco se va terminando. Solo me queda desaparecer al monstruo que me persigue, que, por ahora, se encuentra escondido en su cueva. Pero saldrá, y yo, estaré lista para eso.
Son unos lindos ❣️❣️❣️
Que bonitos ellos =) merecido tiene Thea todo lo bonito y Pablo también merece su amor solo para el =) ojala pronto se acabe esa pesadilla para Thea.
Amo a Pablo 💕💕💕💕
🥰🥰🥰🥰🥰🥰
Uffff…Bello mi Pablo
Cositas bellas que merecen tanta felicidad que no puedan parar de disfrutar la vida.
🥰🥰💕💕💕😍
Que lindos. ❤️❤️❤️❤️❤️