Alegra
Entro corriendo al hospital, con el corazón latiendo tan fuerte que siento que se me saldrá por la garganta. Hace una hora que recibí la llamada de Rico, donde me decía que Karl podría estar muerto, y yo, no he roto en llanto porque no lo quiero creer. Mi esposo no puede estar muerto.
La sala de espera está llena de gente, pero apenas los veo. Mi mente está centrada en una sola cosa: encontrar a Karl. Recorro los pasillos, buscando desesperadamente a alguien que me dé información, pero cada respuesta es vaga, evasiva. Nadie parece querer decirme lo que realmente está sucediendo.
Finalmente, veo a una enfermera que parece ocupada, pero me acerco a ella con determinación.
—Karl Johansson… Please. I need to know where he is —pronuncio apenas.
—¡Señorita Canarias!—escucho y volteo para ver a Gerry, el asistente de Rico y Karl, corriendo hacia mí.
—¡Gerry! —expreso, y corro hacia él. Al encontrarnos le digo—: necesito saber qué está pasando con Karl. Me dijo Rico que podría estar muerto.
Mi desesperación es evidente y Gerry lo sabe, así que me toma de las manos y me pide respire.
—No ha muerto, pero está muy grave. Lo metieron a cirugía y el doctor Rico tuvo que entrar con ellos. Si dejaba de presionar su pecho ya estuviera muerto.
—¿Quieres decir que aún vive? —inquiero.
—No han dicho que murió, supongo que es una buena señal.
—¿Familia de Karl Johansson? —dicen su nombre, y yo volteo de inmediato para ver al doctor.
—Yo, soy yo —expreso angustiada.
—Soy el doctor Moreu, yo fui quien intervino a su esposo.
—Dígame, ¿está muerto? —pregunto. Sé que es algo que no se debería preguntar así, pero necesito que me digan la verdad y no rodeos.
—Sobrevivió. —Al escuchar esa palabra rompo en llanto—. Técnicamente, llegó muerto, pero, el doctor Rico hizo un excelente trabajo reviviéndolo y evitando que se desangrara. El señor Johansson sobrevivió, pero, está en terapia intensiva. Debe pasar la noche para decir que la operación fue un éxito.
—Dios —murmuro—. ¿Qué fue lo que pasó?
—Nos dijeron que fue un asalto. Trató de defenderse y le encajaron un cuchillo directo en el corazón. Afortunadamente, no iba solo, si no hubiese perdido la vida.
—¿Un asalto? —pregunto, sin poderlo creer. Karl jamás se resistiría a un asalto. Él me lo ha dicho millones de veces.
—Así es. —El doctor suspira—. Le seré honesta, señora Canarias. Karl no se ve nada bien. Perdió mucha sangre y en la operación hubo varias situaciones que la hicieron peligrosa. Su posibilidad de vivir es muy baja. Incluso, lo más sensato es que se prepare para lo peor. Lo siento mucho.
No sé qué decir. El miedo me envuelve como una manta fría y pesada, haciéndome temblar de pies a cabeza. ¿Cómo podré enfrentar la vida sin Karl a mi lado? Él ha sido mi roca, mi apoyo incondicional, mi compañero en cada paso del camino. Sin él, me siento perdida, desamparada.
—Gracias, doctor —pronuncio en un hilo de voz.
—Seguiremos al pendiente. Yo le diré cuando pueda verlo.
—Sí —murmuro.
Me quedo de pie, en medio del pasillo, sin poder hacer más. Mis manos se van directamente a mi vientre y lo acaricio.
—Tranquilos, mamá los va a cuidar. —Es lo único que sale de mis labios.
No quiero rendirme. No puedo dejar que el miedo y la desesperación me consuman. Karl necesita que yo sea fuerte por él, por nuestros hijos. Por lo nuestro. Gerry se acerca a mí.
—¿Quiere un vaso con agua? —me pregunta.
—No, estoy bien. Solo necesito respirar —pronuncio.
—¿Se siente bien?
—Sí, sí… estoy perfecta.
En ese instante, Rico sale por una puerta, con la ropa cubierta de sangre, y el rostro desencajado. Su mirada, generalmente firme y segura, ahora refleja el cansancio y la tensión de la situación que acaba de vivir. A su alrededor, el bullicio del hospital parece desvanecerse mientras todos los presentes contemplan su figura con una mezcla de asombro. La sangre es demasiado escandalosa.
—Alegra —pronuncia mi nombre, al verme.
Me acerco a él, y trato de no tocar su ropa. La sangre que lleva encima es de mi Karl. Es tanta que me imagino la situación y me hace llorar con una increíble tristeza.
—Rico…
—Gerry. Te pido que vayas a mi casa por ropa, ¿si? No puedo andar así por todo el hospital.
—Sí, claro —contesta su asistente. Se aleja apresurado, como su la vida de Karl dependiera de ese mandado.
—Rico… ¿Qué fue lo que pasó?, ¿cómo que los asaltaron? —inquiero.
Rico voltea a ver a ambos lados, esperando encontrarse solo. Después, toma mi mano, y mirándome a los ojos, me dice:
—¿Podemos hablar en privado?
—Sí.
Él me pide que lo siga a una ala del hospital que, por el momento y la hora, se encuentra completamente vacía. Él se sienta sobre las bancas y yo lo imito.
—Dime… ¿Qué pasó? —hablo con fuerza.
Rico se lleva las manos, cubiertas con un ligero tinte rojo, al rostro y se lo cubre, doblando su cuerpo hacia delante. Segundo después, comienza a llorar.
—¡DIME! —le exijo.
—Te juro que no fue mi culpa Alegra.
—¿Qué no fue tu culpa? —me alerto.
—No sabíamos que eso iba a pasar. Él fue todo un héroe, trató de defenderla.
—¿De qué hablas?
Él suspira.
—Un hombre se metió al piso en busca de medicina, supongo que quería drogarse. Había una paciente con una niña. Él la tomó de rehén y la amenazó con un cuchillo. Entre Karl y yo logramos desarmarlo, pero en el forcejeo cuerpo a cuerpo, él se lo encajó, justo en el corazón.
—¡Dios!
Rico voltea a verme. Sus lágrimas son sinceras y le creo que está impactado.
—Era tanta sangre, Alegra. Él me dijo qué hacer. Como si se hubiese diagnosticado en el momento. La sangre brotaba tanto que era imposible contenerla, tuve que echarme encima de su cuerpo para ejercer la presión más fuerte que pudiese.
—Pero, ¿por qué dicen que fue un asalto? —inquiero.
Rico suspira.
—¡Ay Alegra! —me dice.
—¿Qué?
—Soy una persona horrible.
Me pongo de pie. Al decirme eso, tengo el presentimiento de que, lo que me dirá, no me agradará para nada.
—Dime… Dime por qué piensan que es un asalto.
Rico comienza a llorar.
—No podía dejar que vieran el consultorio clandestino. Así que entre Gerry y yo sacamos a Karl de ahí y lo llevamos escaleras abajo, hacia la calle. Lo recostamos sobre el pavimento y…
—¡QUÉ! —expreso en un grito.
—No podía dejar que lo descubrieran.
—¡ERES UN HIJO DE PUTA! —grito.
—No, no… escúchame. —Me pide—. Solo fui rápido a quitarme la bata, te juro que no lo desantendí.
—¡TE DIJO QUE TAPARAS LA ARTERIA!, ¡LO SACASTE AL FRÍO!
—Estuve encima de él, ¡YO LO REVIVÍ!
—Él es tu amigo, y por salvar tu reputación, decidiste sacarlo como perro a la acera, sabiendo que podía morir, en lugar de atenderlo en el lugar donde tenías todo, ¡TODO!
—¡Alegra!
Estoy furiosa, llena de rabia. Ese momento que Karl pasó en el transporte del edificio a la acera pudo ser crucial y definir su destino. Rico tenía un consultorio completo para poder atenderlo mientras llegaban los paramédicos, y decidió esconderlo para cubrir su reputación.
Llevada por mi rabia y sin importar nada, lo tomo de la playera y lo pegó contra la pared del pasillo.
—Escúchame hijo de puta, ¡escúchame bien! Si Karl muere, si el padre de mis hijos muere, te juro por los niños que llevo en mi vientre, que usaré todo mi poder, todo lo que mis apellidos me pueden dar para hundirte en la cárcel, ¡COMPRENDES! Así que más te vale que Karl se salve, más te vale que si le hayas salvado la vida. Porque haré de tu vida un infierno Rico, un vil infierno, donde te recordaré día a día lo que hiciste. —Y con la fuerza que traigo en el cuerpo lo azoto contra la pared. Haciendo que él se queje.
Diciendo esto, me alejo del pasillo y camino hacia la sala de espera, donde pronto me darán noticias de Karl. Me siento sola, desesperada, y en un limbo entre la esperanza y la pérdida. No sé si prepararme para lo peor o seguir pensando en un milagro.
¿Cómo les diré a mis hijos que su padre murió?, ¿cómo les explicaré a los trillizos sobre él?, ¿cómo sobreviviré sin mi Karl?
El doctor Moreu sale de nuevo y con un ademán se acerca hacia mí.
—Puede verlo, pero, no puede entrar —me comenta.
Asiento con la cabeza y lo sigo. Camino detrás de él, y cada paso se siente pesado, como si a mis tobillos estuvieran atadas grandes rocas. La adrenalina se ha ido, y ahora, queda el dolor de piernas por venir corriendo, el dolor de cabeza del shock y el cansancio.
Cuando llegamos a terapia intensiva, me enseñan la habitación de Karl. Ahí está, inerte, sin mover ni un solo músculo, conectado a tantos aparatos que no me permiten verlo con claridad.
—Cinco minutos —me dice el doctor y yo asiento con la cabeza.
Cuando él se aleja, me acerco a la amplia ventana y recargo mi frente en ella. Las lágrimas comienza a caer por mis mejillas y me siento impotente de no poder entrar y tocarlo con mis manos. El pitido de su corazón es constante pero, débil. Es una ironía que un cardiólogo muera de una puñalada al corazón.
—Y pensar que yo lo cuido tanto —le digo, como si me estuviera escuchando. Pego mis manos al vidrio, como si lo tocara y le recito—: Amor, mi Karl. Hace un año en este hospital me juraste que jamás me dejarías, que criaríamos a nuestros hijos juntos, que los veríamos crecer y que envejeceríamos juntos. Dijiste que siempre cumplías tus promesas. Te lo ruego, no me decepciones y cúmplelo. No nos dejes aquí y vayas por un camino en el que no te puedo seguir. —Pongo mis manos sobre el vientre—. No nos puedes dejar. No nos dejes.
Y envuelta por el miedo, me rompo a llorar.
Ahí Dios que difícil para Alegra. Ojalá que se pueda salvar para q Alegra pueda continuar bailando regueton con el y los 5 bebes y sean felices. Fuerza y fe
Llego el momento donde le hace que cumpla su promesa. Ese Rico es un h..d. las mil p… como lo odio. Yo creo q es momento que Alegra ya cuente todo a su familia y desaparezcan a ese Rico. No ha traido sino problemas y desgracias. Porq no fue ese Rico desgraciado q recibiera la puñalada certera, segun él ahora queda como heroe, perro desgraciado 😱😱😱😱😱 sorry tengo rabia con Rico. Ay mi Karl 😭😭😭😭😭😭😭😭😭
Yo sugerí que muera Rico… Hay Dios salva a Karl… Y ojalá llame Luz para que la apoye…
Alegra debes hablar con tu padre y contar todo sobre Rico y todo lo que ha robado y como dejó tirado a Karl seguro para cubrirse de lo que se le viene …escoria humana es el tipo… Y justo Karl tiene qué pagar…la vida es demasiado injusta…dolor total
🥺🥺🥺🥺🥺 solo tenemos fe en que sobreviva y Alegra no se quede sola con sus pequeños 🙏🏻🙏🏻🙏🏻
Que tristeza tengo…Que No muera Karl por favor…que sobreviva para que creo a sus hijos …Ana un milagro por favorrr..🙏..Alegra fuerzas llama a tu familia para que te acompañen , te apoyen y verás que Karl si se salva….😭😢
Rico se acaba de ganar un lugar en mi lista negra.
Debió entender que era una señal de la vida que no puedes ocultar para siempre las mentiras.
Karl merece una oportunidad de volver del más allá para seguir bailando y amando, no puede incumplir sus promesas.
Hay nooo que sufricion 😭😭😭😭 no Karlangitas no vayas a la luz 😩😩😩😩 que bueno que Alegra le hablo así al idota de Rico hay pero yo si lo golpeo hasta no poder 🤬🤬🤬🤬🤬🤬
Dios Anita no nos quites a Karl, que triste es esto. Pobre Alegra y ahora con sus niños.
Rico eres de lo peor, ni aun en las peores situaciones busca salvar tu pellejo, ojalá que Karl no sufra porque si verás el fuego ardiente de Alegra……vamos Karl tu puedes y ánimos Alegra, tu será la roca fuerte de karl
Quien sobrevive a una puñalada al corazón? Pierdo las esperanzas.
Tuvo que ser Rico.
Alegra debe de contar la verdad y del negocio turbio de Rico, que fue más importante que salvaguardar la vida de Karl, como lo dejá ahí tirado como perro para tapar su clínica clandestina
😭😭😭😭😭😭😭😭😭