Puerto Vallarta – México
[Ximena]
Ciento ochenta días, eso era lo que se supone que Tristán y yo teníamos que cumplir para poder divorciarnos. Ciento ochenta amaneceres y anocheceres juntos y posiblemente el número de días en los que ambos teníamos para conocernos y decidir si queríamos permanecer juntos o no sin embargo, esos días se convirtieron en meses, después en años y ahora podemos llamarlo un vida, una tan asombrosa que hasta mi hijo le hizo un libro.
Si hace unos años me hubiera dicho que estaría con un guapo español, tomada de su mano, recorriendo descalza la playa, sintiendo el sol del atardecer calentar mi cuerpo, mientras las olas del mar llegan a mis pies y y el viento roza mi rostro, no lo hubiera creído jamás y hubiera dicho que era algo de broma o de mal gusto y ahora que lo hago casi todas las tardes, me río, y lo hago a carcajadas pensando para mis adentros “lo hiciste bien Ximena Caballero, lo hiciste bien”.
La historia de Tristán y mía fue ocasionada por el destino, no hay más, porque ambos no le vemos otra explicación. Sí, tal vez él se quedó porque quería huir de su vida y yo me quedé con él porque me ayudaba a huir de la mía pero ninguno de los dos sabíamos que en poco menos de ciento ochenta días, dos corazones rotos y solitarios se curarían y daría pie a una hermosa vida juntos, una que 23 años después sigue dando frutos y recuerdos dignos de contar.
Tristán, hace tiempo atrás, dejó su patria y todo lo que conocía por amor, por seguir mis pasos y ya estando acá, se enamoró de México, tanto como se enamoró de mi. Se acostumbró a sus calles, al hablar de la gente, hizo amigos entrañables y perdió personas importantes, probó todo tipo de comida, bebió todo tipo de bebidas y adoptó sus tradiciones como si él hubiera crecido aquí, pero sobre todo encontró lo que en otro lado le hacía falta, una familia.
Nuestra vida empezó en un pequeño departamento colorido y debo decir que hemos pasado de todo, drama, romance, risas, miedos y tristezas. Después, nos mudamos tres veces, siendo una a otro país, tomamos millones decisiones, nos peleamos y reconciliamos, pero todo siempre juntos. El resultado de nuestro legado son tres hermosos hijos y una nieta, y por lo que vemos esto aún no se acaba y esperamos con ansias lo que sigue. Él y yo trabajamos arduamente para formar una familia unida, darles todos lo que necesitaban y ahora, es hora de que él y yo volvamos a empezar desde cero y tomados de la mano pasemos el resto de nuestra vida, siguiendo nuestra más grande filosofía: a donde sea pero siempre juntos.
Volteo a verlo y siento como mi corazón late de nuevo agitado y feliz al ver su hermoso y gallardo perfil, que a sus 52 años, se sigue viendo como la primera vez que lo vi afuera de mi local en la Ciudad de México, tocando en mi ventana y buscándome un poco confundido.
Sonrío al acordarme de eso llamando su atención y él voltea a verme.
—¿Qué pasa? ¿Tengo algo en el rostro? — me bromea.
—No — murmuro entre sonrisas — sólo que no puedo creer que haya pasado tanto tiempo y sigas estando tan guapo como la primera vez que te vi…—
Él se detiene y voltea a verme, quedamos frente a frente y me toma de la cintura —¿Ah sí? ¿Y qué más no puedes creer Ximena Caballero? — me pregunta sonriente.
—No puedo creer que todavía, después de tantos años de matrimonio, me siga sonrojando cuando me ves.—
—Creo que aún no pierdo mi efecto.—
—Tampoco puedo creer que sigas llamándome Ximena Caballero cuando desde hace años te pedí que no lo hicieras.—
—Es que me gusta, suena como un verso, por eso me encanta recitarlo.—
—No puedo creer que mi vida a tu lado haya resultado tan hermosa ¿sabes? Cuando empezamos esta relación años atrás jamás me pasó por la cabeza que tú y yo nos amaríamos tanto, que al final de cuentas, tendríamos esta vida tan tranquila y que caminaríamos juntos de la mano por tantos lugares, especialmente por esta playa que tanto nos gustó cuándo éramos jóvenes que ahora decidimos venir a envejecer aquí .—
—Oye, seguimos siendo jóvenes ¿eh? Las personas piensan que Sabina es nuestra hija no nuestra nieta— me reclama, luego me sonríe, me toma de la mano y se queda observándola por un momento — esta línea que está aquí Ximena, es tu linea del destino ¿Ves? — y yo sonrío. Él voltea su mano y me la enseña — está es la mía y si te das cuenta está igual a la tuya, tiene los mismos rasgos, longitudes etc.. así que creas o no, estábamos destinados a amarnos y nuestras vidas a encontrarse, al grado de que si te pierdes o yo me pierdo…, nos reencontraríamos de nuevo en algún punto.—
Las palabras de Tristán son increíblemente bonitas, siempre todo lo que me dice es bonito, pero entre más envejecemos, más poesía sale de sus labios.
—Eso lo acabas de inventar — le digo entre risas.
—No, para nada, es verdad, y si hemos creado todo esto juntos es porque tenía que ser así y eso debes creértelo quieras o no.—
—Lo creo, te creo todo lo que me dices desde hace años. —
—Me crees también que fue Luz y no yo quien destruyó las cortinas del piso de la Ciudad de México, de elotitos, tela edición limitada … — y yo lanzo una carcajada. No puedo creer que después de tantos años se acuerde de eso.
—¡Jamás! Ese fuiste tú, Luz ni sabía usar tijeras mi amor… por cierto, nunca me llevaste a la parisina por más tela de elotitos — le digo tierna y él se muerde el labio y me ve a los ojos.
—Una promesa más que no te cumplí — bromea y luego me da un tierno beso que me hacer sonreír de inmediato.
De pronto, llega un momento de seriedad entre los dos y me pregunta —¿Eres feliz conmigo? ¿te gusta la vida que tenemos? ¿Lo que hemos construido juntos? —
Asiento con la cabeza — Sí, muy feliz, y no puedo esperar a saber todo lo que viene para nosotros. Si Luz tendrá hijos o no…—
—Luz tendrá hijas, lo leí en su mano— me contesta feliz.
—También si María Julia encontrará a alguien que la ame tanto como tú me amas a mi y quiera a Sabina como si fuera suya.—
—Creo que de eso ya se encargó ella. Robert es un buen hombre y nuestra hija es inteligente, así que veo otra boda en el futuro.—
—¿Y Manuel? ¿Leíste algo en el futuro de Manuel? —digo siguiéndole el juego.
—Posiblemente escriba más libros, se gradué de la universidad y tal vez encuentre a alguien que lo quiera.—
Sonrío.
—Veo que ya sabes todos los futuros de nuestros hijos y que todos son buenos… ¿qué ves en el mío si se puede saber? —
Mi esposo se pone serio, se queda viendo a la nada y luego sonríe — Veo una tela de elotitos de edición limitada esperando por tí en la mesa de la casa ¿qué casa? No sé, porque no es muy clara mi visión —bromea.
—¡Tristán! — le digo entre risas.
—¡Qué! Todavía no tengo dominadas las visiones pero de que hay tela de elotitos la hay.—
—Mi amor.. es en serio..—
—Estas visiones son en serio…— insiste y vuelvo a lanzar la carcajada.
Eso amo de Tristán, lo mucho que me hace reír, desde hace 23 años no he parado de hacerlo y espero pasar todavía muchos años más.
—Ya dime mi amor… ¿Qué es lo que ves? — insisto.
—Vale — empieza a jugar con mi fleco —veo en tu futuro muchos besos — y me da uno sobre la frente — muchas caricias — y sube su mano acariciando mi rostro — muchos risas por parte de tu marido, de tus hijos y tu nieta. Veo viajes, a todos los lugares que siempre has deseado conocer y sobre todo, veo mucho, mucho amor, por parte de todos, pero más por parte de mi.—
Él me toma de la cintura y me acerca hacia su cuerpo y de pronto me vienen a la mente todos los recuerdos de cuando éramos más jóvenes y los besos nos sabían a pasión, ahora los besos que nos damos nos saben a amor, uno que sé será eterno.
—¿En mi futuro no ves a un amante francés de casualidad? — le bromeo y él se ríe.
—No puedo creer que después de todo este tiempo, quieras a ese francés, con todo lo bonito que te ha dado este guapo español.—
—¿Guapo? — bromeo — la modestia es lo tuyo ¿eh?—
—Mi nieta me dice que soy guapo, y yo le creo, no hay nada más verdadero que lo que un niño te dice.—
—Tu nieta tiene toda la razón, eres guapo, guapísimo… y jamás te dejaría por el Francés aunque tuviera cortinas de elotitos edición limitada en su cocina.—
—Es la declaración más hermosa que me haz hecho en años — y ambos reímos —
—¿Sabes que es lo que yo veo en tu futuro? — le comento y él sonríe.
—Veo a una hermosa mexicana que está perdidamente enamorada de ti, caminando siempre de tu mano y diciéndote que eres el hombre más asombroso del mundo y que estoy tan orgullosa de todo lo que construimos juntos y feliz de que seas su compañero de vida y que espera envejecer a tu lado y que su amor trascienda más allá de todo.—
Tristán me toma ligeramente del mentón y me ve a los ojos — siempre juntos mi mexicana hermosa, siempre juntos… — y me besa sobre los labios — tal vez no sabemos para donde vamos mi amor — me dice finalmente mientras me toma de la mano para seguir caminando.—
—No te preocupes, yo sé llegar — le guiño un ojo — y si no me sueltas, te aseguro que será un lugar genial.—
—Jamás — murmura Tristán — llevo 24 años de tu mano y planeo seguir así hasta que nuestros cuerpos ya no estén más en este plano… —
El sol por fin se pone en el horizonte y el color naranja del cielo pasa a un tono gris llamando la noche. A lo lejos vemos nuestra casa con las luces encendidas y a nuestros hijos en la sala de la casa decorando el árbol de navidad, ambos lo observamos por un momento.
—Crees que sería buena idea decirles que les tocará lavar los trastes después de la cena de Navidad — me comenta él.
—No, no lo hagas… mejor que lo descubran ellos solos — Tristán me toma de la cintura y me ve a los ojos.
—Feliz Aniversario Vida.—
—Por muchos aniversarios más juntos….—
Y así, Tristan y su mexicana hermosa, siguieron viviendo felices, en aquel hermoso lugar de playa, rodeados del amor de sus hijos, de sus nietos y dejando de legado no sólo una hermosa historia de amor que por generaciones en su familia se iba a recordar, sino también una gran lección: que tal vez el destino juegue un papel importante en encontrar a la pareja ideal pero el amor es el que se construye día a día, y que si se quiere, ciento ochenta días son suficientes para formar una vida juntos que trascienda más allá de la vida misma.
“El trato era por ciento ochenta días, pero dos semanas bastaron para enamorarme de ella…y una vida entera para seguir amándola.”.
Tristán Ruíz de Con
FIN
Sin duda algún no me canso de leer este hermoso libro que dio origen a una bella familia, fue el tercer libro que leí de ti Ana, me hice fan tuya con el libro del empresario del corazón roto y luego la mudanza, cada uno deja bellos consejos valores y transmite mil y un emociones, felicidades Ana eres maravillosa y muy talentosa, y sigo encantada con todo lo que escribes, con este libro me identifique mucho, gracias por compartirlos muchos éxitos llegue…..🥳🥳🥳
Saludos desde Honduras 🇭🇳🥰
Segunda ves que lo leo.. y me sigue emocionando cada capítulo 😍
Me encantó!!!! Una hermosa historia disfrute cada detalle, cada personaje, amé a Lucha, me identifique con ella…. gracias Ana muchas gracias ahora voy por las siguientes historias 🙏🫂
Empecé por los otros libros, hasta que pude leer esta, Ana definitivamente es una historia mágica y hermosa, gracias por esa inspiración.
Indiscutiblemente es una gran historia de amor y respeto, mil gracias Ana, por mostrar que puede escribir historias amor sin llegar a libros exótico o más, la forma tan increíble de detallar a mi país, no sé si seas mexicana o española, pero gracias por describir a mi país y al amor, tienes un gran talento. A! Y muchas gracias por permitir entrar a tu página, pues me costo mucho trabajo,encontrar el,libro
Es mexicana
Que bello recordar esta historia ♥️♥️♥️
El comienzo de todo