[Tristán]
El olor a cigarro me despierta y pongo tan mala cara que escucho un aire de reproche —arriba güero — escucho la voz de Doña Lucha quién me dejó pasar la noche en su sofá después de que regresé de Ibiza justo ayer, justo una semana después de haberme despedido de Ximena.
—Lo siento, el olor a tabaco es intenso — le confieso.
—Bueno, pues es lo que hay — contesta —levántate te hice café para que te recuperes.
Muevo mi cuerpo y me siento completamente adolorido. Apenas recuerdo como fue el viaje de regreso y de como llegué a las 3 am a tocar su puerta y también el bofetón que me dio al ver mi rostro —¡Por mentiroso! — me dijo y luego me dejó pasar.
—¿Que hora es? — pregunto.
—Las ocho de la mañana, sé que mueres de sueño pero si vas a hacer el plan que me dijiste es importante que te levantes temprano para que Ximena no te gane en el regreso. Esa mujer es bastante madrugadora.—
—Lo sé — contesto y camino hacia el comedor y me siento junto con ella.
Tomo un poco de café, y juro por lo que quieran que me siento renovado, tomo otro y suspiro. Doña Lucha prende la televisión y le cancionista de una nueva telenovela suena, ésta no la reconozco, pero veo vestidos de época y un hombre extremadamente musculoso galopar por una hacienda. Volteo y Lucha me ve.
—¡Pues dime muchacho! — comenta en un tono alto que me asusta.
—¿Decir qué? — pregunto.
Ella me da un zape en la cabeza y vuelvo a marearme un poco, parece que estas tácticas únicas de Doña Lucha son un poco agresivas hacía mí ¿estará muy enojada? —¡Pues qué pasó allá en España? ¿Cómo es que lograste regresar? — me presiona.
—¡Ah! Bueno… — contesto y tomo otro poco de café.
—¡Me dijiste esa noche que no te irías! y mírate… allá vas, con tu madre y tus conocidos esos, cizañeros de nuevo de regreso a España rompiéndole el corazón a mi Ximena…—
—Lo sé, pero tenía que hacerlo, si no, no hubiera estado de regreso tan pronto… y además, téngame compasión, básicamente Ximena y usted son todo lo que tengo ya… mi padre y mi madre me negaron completamente.. y creo que la Interpol me está buscando porque el padre de Bego me puede denunciar por haber expuesto todo.—
—¡Ándale pues! Que me tienes en ascuas…. dime, dime qué pasó.—
Muevo el cuello para que se alivie del dolor de dormir en sofás. Parece que mi destino es siempre dormir en ellos mientras viva en este edificio — bueno, pues me regresé — empiezo.
—¡Sí, sí y qué más… — me insiste.
—Bueno, pues quiere que le cuente o no… deme chance — digo en un tono tan mexicano que Doña lucha se ríe.
—Ok… pero me cuentas bien si me vas a contar el chisme que sea completo — comenta.
—Vale, chisme completo…— respondo.
Vuelvo a mover el cuello, tomo otro sorbo de café…. y comienzo….