[Tristán]

Después de casa se mi suegro y de dar la noticia de la manera más rara, estamos de regreso a piso con una deuda de un jarrón chino y miles de consejos sobre la crianza de un bebé que sólo hicieron que me pusiera mucho más nervioso y tenso que antes. 

Aún así, todo salió bien, y me alegro que al menos la familia de mi ex esposa no me odie y que no tenga que ganármela también, ya que sería una lástima que por todo lo que pasó días atrás ahora fuera una persona non grata cada vez que voy a ver a mi suegro o cuando trabajo con mi cuñado. 

Entramos al piso y lo primero que hago es sacar a Solovino para que haga sus necesidades, otra vez, mientras Ximena se asea porque quería quitarse la “vergüenza”, no sé como un baño ayuda para eso, pero bueno, son creencias que ella tiene. 

Regreso, y ella va saliendo del baño envuelta en una toalla y al verme sonríe —gracias — me dice tímida cuando suelto al perro y éste se regresa a su sofá favorito. 

—De nada, ahora descansa, creo que tuviste una noche bastante… agitada — le comento y ella se ríe. 

—Nunca en mi vida pensé que haría eso, pero el baño de casa de mi padre está muy lejos del comedor y no iba a llegar. Bueno, algún día le compensaré al jarrón a Rosalba.— 

Me río al recordar la escena pero a la vez siento horrible por Rosalba, ella me confesó una vez que pensaba que Ximena no la quería y de verdad se estaba esforzando para agradarle, yo le dije que Ximena la estimaba, sólo que eran un poco diferentes sin embargo, ahora que pasó esto del vómito en el jarrón, supongo que mis palabras pasaran a segundo plano. 

—Bueno, te dejo descansar, nos vemos mañana — y toco su vientre para sentir a mi bebé. 

Me volteo y antes de irme ella me toma la mano y al mirarla me sonríe — ¿por qué te vas tan rápido? — me pregunta en una voz diferente. Se acerca a mi y pasa sus dedos sobre mi camisa — ¿no quieres quedarte? —  y acerca sus labios con los mios para darme un beso tierno, uno que me enciende. 

—Ximena — le contesto y paso mi mano por su cabello — me encantaría pero…— 

—¿Pero qué? — insiste y comienza a desabrocharse los botones del vestido a la altura del pecho y luego toma mi mano para que pase mis dedos por la línea de sus pechos. 

—Pero, creo que no es el momento correcto, tú me dijiste que querías esperar para estar segura y creo que sería lo correcto — comento nervioso o más bien con ganas de decir que sí y llevarla a la habitación de inmediato. 

—¿Ese es un no? — pregunta. 

—Es un vamos a esperar a ver como fluye todo — y le doy un beso en la frente y me volteo. 

—¡Es en serio! — me dice molesta — ¡Es en serio que no te quieres quedar! — y yo me quedo de pie en la puerta. 

—Ximena, ayer era yo el que me quería quedar y me dijiste que no, y debo admitir que me dolió el rechazo, pero ahora que lo pienso, tenías razón… demos tiempo al tiempo y reconstruyamos esta relación.—

Ximena alza la ceja extrañada, sé que no me cree o más bien piensa que no quiero, y sí, si lo deseo pero por el momento necesito estar un poco lejos de ella juro que todo tiene una explicación, que ahora ella no entiende. 

—Buenas noches mi mexicana bella — le digo, la beso y salgo por la puerta dejándola en el piso sola. 

«Espero que sepas lo que haces Tristán» pienso mientras voy hacia el piso de Lucha. Al entrar la veo dormida en el sofá con la televisión encendida en alguna de las novelas que ve, así que cierro la puerta con cuidado y me acerco para apagar la televisión y despertarla para que se vaya a dormir. 

—Yo estoy viendo eso — me murmura cuando pongo la mano sobre el control. 

—Esta dormida Lucha, la escuché roncar desde el pasillo.—

—Yo no ronco, tú roncas — me contesta molesta y yo sonrío. 

—¿Cómo te fue con tu suegro? ¿Le dieron la noticia? — pregunta feliz mientras se acomoda y me hace un lugar en el sofá para que me siente. 

Me río — sí, fue un desastre, Ximena no aguantó el olor a habas y vomitó en el jarrón chino de Rosalba— y sólo de acordarme comienzo a reírme a carcajadas. 

—¡Qué! Ay, y con lo que ama esos jarrones chinos que se pueden comprar en Tepito, pero ella jura y perjura que los trajeron del oriente — comenta para después reírse con ella. 

—Pero fuera de todo eso, se alegraron — y al decir eso sonrío. 

La nueva canción a otra telenovela comienza y Lucha le baja — esa no la veo — me dice y me sigue poniendo atención —¿y cómo van las cosas con Ximenita? ¿Ya al menos te da unos besos? — y me sonrojo. 

—Va bien, incluso hoy me insinuó que me quedara con ella a dormir.—

—¿Y qué haces aquí? — pregunta curiosa. 

—Pues, le dije que no.— 

Entonces Lucha me da un zape tan fuerte que me marea— ¡Auch! — le reclamo — ¿Y ahora qué hice? — pregunto. 

—¡La rechazaste! ¿Quién te entiende? De eso pedías tu limosna hace días atrás y ahora que lo obtienes lo dejas ir ¿qué pasó ahí? — me pregunta —¿recuerdas lo que siempre te digo? —

—¿Qué la muerte empieza por el colón? — comento una de sus tantas “enseñanzas” diarias que me da o dice. 

—¡No! Que las mexicanas somos de todo o nada y ahora con esto que acabas de hacer posiblemente Ximena ya no vuelva a intentar pedírtelo.— 

— Pero tengo un plan, pretendo conquistarla como es debido. Nuestra relación empezó por un recuerdo borroso en Las Vegas, no tenemos nada que contarle a nuestro bebé de como nos conocimos, no le voy a decir “tu madre y yo nos casamos en Las Vegas pero no nos acordamos, no nos conocíamos, luego le metí por meses, nos separamos y luego llegaste tú” — le explico y ella levanta la mano pero esta vez me soba la nunca. 

—Eso no lo vi venir — comenta y yo sonrío. 

—Quiero conquistar a Ximena, aunque no sé conquistar a ninguna mujer ¿sabe? Begoña fue impuesta desde que tengo memoria, así que no sé nada del asunto o de como hacerlo pero… Ximena, es el amor de mi vida y quiero conquistarla, darle recuerdos bonitos… así como en sus novelas. Estoy dispuesto a aprender, así como lo que he aprendido par arreglar el piso de arriba.— 

—Pero en el yutú no hay tutoriales de como conquistar a una mujer — me reclama — no es como la carpintería o todo eso que ves para arreglar el departamento. 

—No será en YouTube pero tengo mis fuentes y mis métodos… además, Manuel Fuentes Guerra y Adolfo Solis me han dado ideas — le comento haciendo referencia a los personajes de la novela que vemos. 

Doña Lucha me sonríe y luego me abraza — eres todo un romántico Tristán Ruíz de Con, nunca lo vi venir.—

—Debe ser de tantas novelas que he visto con usted que ahora tengo más ideas y me gusta, quiero que ella sienta que estoy aquí para quedarme y que vale la pena todo, absolutamente todo, y que quiero que mi bebé sepa lo que es el amor verdadero e incondicional.—

—Pues espero que funcione porque ahora Ximena en su departamento piensa que la rechazaste y mañana que la veas estará hecha una furia — me advierte y luego se ríe para de pronto empezar con una tos tan seca y lastimosas que me asusta. 

Sé que Lucha está enferma de algo pero no quiere ir al doctor y esa tos que cada vez es más recurrente ya no solo es por el tabaco, si no por algo que sé no me quiere decir. Me pongo de pie y voy directo a la cocina para traerle un poco un vaso con agua y se lo doy.

—Gracias — me dice a duras penas y yo solo la observo — no me mires así muchacho — me dice cuando termina de toser y ya puede respirar mejor — todo está bien, todavía estoy fuerte pa’ ayudarte con la Ximena. Mejor cuéntame ¿cómo va tu plan del departamento de arriba? — vuelve a preguntar. 

—Excelente, ahora me despertaré más temprano para seguir arreglándolo antes de irme a trabajar y los fines de semana también trabajaré. Quiero que esté listo para cuando llegue mi bebé, y que Ximena pueda decorarlo como quiera, lleno de colores y texturas como siempre lo hace.— 

Doña Lucha sonríe y me toma la mano — Eres un buen hombre Tristán, así era mi hijo, y al verte a los ojos me recuerdas mucho a él, tan soñador, tan vivo, tan lindo.— 

—Gracias por su apoyo, estaría perdido sin usted — le digo comento. 

—No hay de qué ‘mijo’ a la familia se le ayuda aunque a veces la cague ¿Verdad? — y yo me río — haz las cosas bien esta vez Tristán, porque la vida sólo da una oportunidad más y ésta es la tuya — y me abraza — como yo estoy aprovechando la mía — comenta. 

—¿Cuál es su oportunidad? — pregunto curioso. 

Ella se separa y me sonríe — se dice el pecado pero no el pecador — y después me da un beso en la frente. El olor a tabaco me pega en la nariz y aunque ya me estoy acostumbrando todavía me cuesta asimilarlo — ahora me voy a dormir ‘mijo’ no se te olvide que mañana me tienes que acompañar al mercado ¿si? Ya sabes que con mis achaques ya no puedo cargar la bolsa con el mandado— 

—Claro doña Lucha, buenas noches. — 

Ella camina hacia su habitación y luego voltea y me dice — gardenias — me dice. 

—¿Disculpe? — pregunto. 

—A Ximena le gustan las gardenias, es un consejo tómalo o déjalo— y luego se va a su habitación y cierra la puerta. 

—Gardenias — murmuro — La flor favorita de Ximena son las gardenias —  voy a la cocina por una hoja de papel y una pluma y comienzo a hacer mi plan, uno que sé va a funcionar… el plan para reconquistar a Ximena Caballero. 

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