[Ximena]

Para llegar a Taxco de Alarcón, en Guerrero México, desde Cuernavaca Morelos, sólo se debe tomar la autopista del Sol rumbo a Acapulco, Guerrero y después desviarse por la salida que diga “Taxco”. Uno debe manejar con cuidado, ya que la autopista sube por toda la montaña para después bajar y volver a subir. 

Taxco de Alarcón una ciudad chiquita pero bonita y muy, muy importante en la historia de México. Ya que aquí se redactó el Plan de Iguala o el de las Tres Garantías, nada más ni nada menos que por Agustín de Iturbide, tiempo después, en la ciudad vecina, Iguala de la Independencia, pasó lo que su nombre muestra, Vicente Guerrero firmó la independencia de México de España y aquí se unificaron los ejércitos el insurgente y realista. 

—¿Me estás diciendo que iremos al lugar donde se firmo la independencia de México? ¿De España? — me pregunta Tristán mientras maneja por la autopista del Sol. 

—No, eso fue en Iguala, una ciudad cercana, es muy bonita, ya fui, tienen los mejores tacos al carbón y un pozole verde ¡delicioso! —

—¿Pozole? ¡Ah! Como el de la Casa de Toño — me comenta y yo sonrío. 

—Sí, pero éste lo supera a muchos niveles. También tienen un platillo llamado Tacos Ahogados — y Tristán se ríe —¿Qué pasa? — pregunto.

—Tienen tantos tacos… tacos de suadero, tacos de canasta, tacos de pastor, tacos de bistec y ahora ¿Ahogados? ¿Qué hicieron los pobres tacos para ahogarlos así? — y yo lanzo la carcajada. 

—Su pecado fue ser deliciosos, mira, te platico, los tacos ahogados estilo guerrero, son tacos dorados de pollo…—

—¿Tacos dorados? — 

—Cierto, no haz probado los tacos dorados. Son como flautas doradas, pero más pequeños…—

—A ver, a ver… ¿flautas? ¿Tacos dorados? ¿Ahogados? — y pone un rostro de no entender nada. 

—Puedo explicarte, básicamente tenemos como una hora para hablar de tacos….— Tristán se ríe y luego me toma la mano y me la besa. 

—Mejor platícame de Taxco, Ximena Caballero guía de turistas.—

Respiro — bueno Taxco fue nombrado por el INAH  Patrimonio de la Nación, eso quiere decir que está protegida por sus monumentos y su peso históricos y después fue nombrado Pueblo Mágico. 

—¿Pueblo Mágico? Explícame por favor. 

—Que se encarga de proteger y guardar la riqueza cultural de un lugar. México tiene muchos pueblos mágicos, incluso hay rutas y tours de “los pueblos mágicos”, Tepoztlán Morelos, el que está a 20 minutos de Cuernavaca es Pueblo Mágico.—

—¿Y por qué no hemos ido? — pregunta y yo bajo la mirada — ¡Ah! Por “el acontecimiento”… vale — me contesta. 

Tristán y yo hemos decidido llamar “el acontecimiento” a lo que pasó semanas atrás, creo que es una buena forma de enfrentarlo sin sentirnos mal con nosotros mismos. Él vuelve a tomar mi mano y la besa — ya iremos a ese lugar también, tal vez lo hagamos con el bebé — y yo sonrío. 

—Bueno, por último en Taxco se obtiene mucha plata, porque tiene minas de plata, y pues es muy barata y por todo el lugar hay locales donde venden plata, aretes, pulseras, anillos… y es muy barato por lo mismo.—

—Amo tus clases de historia Ximena Caballero ¿cómo sabes tanto? — me pregunta. 

—Siempre fui muy ñoña en historia y me gustaba estudiarla y leerla. Gané un día el concurso del examen de conocimientos de la ciudad.—

—¿Hay un concurso? ¡Qué!—

—Sí, también tenemos concursos del himno nacional, nos juntan a varias escuelas y cantamos el himno nacional de México y pues anuncian un ganador. Pero yo, yo fui la primera en el concurso de conocimientos históricos de la ciudad… en 1995, pero estoy en el cuadro de honor — y Tristán se rie. 

—Eres genial mi mexicana hermosa, en verdad como tú no hay otra — y me hace sonrojar. 

Volteo a ver por la ventana del auto los cerros y la verde vegetación que hay alrededor, después veo a lo lejos la ciudad blanca arriba de una montaña. 

—¡Esa es Taxco! — le digo feliz. 

—Se ve, hermosa… y muy blanca.—

—Sí, toda la ciudad es blanca, conservan todo este aspecto colonial, incluso casi todas las ciudades fundadoras de México se parecen muchísimo a las de España… San Miguel de Allende y Guanajuato son igualitas a Córdoba España, me han dicho.— 

—¿Por las callejas? — pregunto sintiéndome un poco en mi momento. 

—Acá les decimos callejones, y sí, en Guanajuato Ciudad está el Callejón del Beso.—

Tristán sonríe — ¿Y tiene algo especial darte un beso en ese callejón?—

—Vamos y lo ves — y le guiño un ojo. 

Entramos a la ciudad y lo primero que vemos es el teleférico que atraviesa la Ciudad y se puede ver todo desde arriba. En Taxco, los fines de semana es muy difícil estacionar el coche en el centro de la ciudad así que se debe dejar en los estacionamientos que están abajo para subir caminando, algo que se vuelve muy pesado si tienes cero condición. 

—¿El Centro de la ciudad no debería estar para abajo?— pregunta Tristán mientras le cuesta subir. 

—No, Taxco está fundada en un cerro, debes subir y subir para llegar… ni yo embarazada tengo tan pésima condición, pero bueno, los tacos de canasta de los jueves están buenos ¿no? — y él sonríe. 

—Ya me inscribí al gym, empiezo el lunes — me contesta y yo me río. 

—¡Venga vamos! — le digo con un acento español — que si se puede.—

Seguimos subiendo hasta el centro de Taxco hasta que vemos a lo lejos la hermosa Santa Prisca, y sus torres gemelas estilo churrigeresco. Llegamos justo al centro de todo, por las hermosas calles empedradas, donde un parque hermoso alberga unas bancas para sentir el aire y resguardarse del sol y alrededor todos los locales de plata que inmediatamente llaman la atención.

—¡Bienvenido a Taxco mi español — le digo feliz y él me abraza y me da un beso. 

—¡Venga! Vamos… — y me toma de la mano para comenzar a caminar por el lugar. 

Pareciera que hoy es el día indicado para este paseo, ya que el sol de primavera brilla en el cielo azul y el clima hoy no está tan caluroso como otros días. Sí, nuestra primavera es cuando tenemos más calor, en el verano es cuando llueve durante meses y meses hasta que llega el otoño y comienza el “frio” y lo digo así porque según Tristán mi frio no es para nada frío, pero bueno, en eso no puedo debatir. 

Lo primero que hacemos es entrar a la hermosa parroquia de Santa Prisca, un templo precioso que tiene madera y láminas de oro por dentro y tiene una capilla con azulejos de Talavera. De verdad es impresionante entrar y ver tantos detalles, los altares, las vírgenes, los Santos y para nuestra suerte, una boda.

Tristán voltea a verme y sonríe. Sé lo que pasa piensa en esa boda que no se realizó este año por “el acontecimiento” y ahora todo eso le pesa. Lo tomo de la mano y me acerco a él — lleva un vestido corte sirena — y él sonríe. 

Nos quedamos escuchando lo que dice el padre a los novios y de pronto pareciera que todos los invitados han desaparecido y que él y yo nos hemos quedado solos, como si fuéramos nosotros los que nos estuviéramos casando. Tristán voltea y me toma la otra mano y me de frente. 

—Si sabes que en mis planes esto sigue en pie ¿verdad? — y yo asiento con la cabeza — Sé que “el acontecimiento” los retasó pero no los canceló, y no hay cosa que me haría más feliz que casarme contigo, de nuevo, pero esta vez como se debe hacer.—

—Lo sé — murmuro. 

—Quiero que nos acordemos de esta boda, que tengamos fotos, que vistas un hermoso vestido de novia, que tengamos una boda colorida y bailemos hasta el amanecer.—

Tristán baja la mano hacia mi vientre y lo acaricia y al sentir su contacto me hacer sonrojar — Yo…. — comienzo a decirle. 

—No, no me contestes ahora, hazlo en la última cita ¿si? — y yo sonrío. 

—O.K, si eso quieres.—

Él me da un beso en la frente y después se voltea para tomar fotos de la parroquia y de sus detalles. Después salimos de ahí para seguir caminando por las calles de la ciudad. A Tristán le encanta tomarme fotos en todos los lugares donde vamos, algo que antes odiaba pero que con el tiempo me fui acostumbrando y ahora mientras me pone de modelo en una de las puertas coloniales de la ciudad muero de risa al escuchar lo que me dice — vamos nena, hazle el amor a la cámara — bromea y yo me río a carcajadas. 

—Eres excelente modelo Ximena Caballero — me dice mientras me muestra la foto. 

—En tus fotos siempre salgo bonita — comento. 

—Sales hermosa mi mexicana, deberías ser modelo — y yo me río. 

Lo tomo de la mano — ven vamos al mercado de plata — le pido y caminamos hacia este lugar lleno de pequeños puestos donde exhiben la plata para llamar la atención. El brillo de la plata recién pulida nos ciega un poco pero ya después, comenzamos a ver los distintos modelos de aretes, pulseras, dijes, cadenas, portarretratos y de más cosas que la gente hace. Todos obviamente dándote el mejor precio uno que jamás encontrarás en otro lugar. 

Cuando llegamos al restaurante que está a lo alto para poder ver el paisaje, Tristán se pone de pie y saca de una bolsita y me lo pone en el cuello, es un dije de plata de un corazón mexicano con una “t” en medio.— 

—T de Taxco — le bromeo. 

—T de Tristán — me dice. 

Lo veo y sonrío, el dije está de verdad brillante y la letra “T” es de un color dorado para que destaque — Tú sabes que tienes mi corazón Ximena Caballero, pero ahora literal tienes mi corazón colgado en tu cuello — comenta. 

Sonrío —las novelas te han hecho mucho bien.—

—No, no las novelas, tú, haz sido tú la que me ha hecho tanto bien. Contigo he descubierto una faceta de mí que no sabía que existía. Un Tristán romántico, que haría lo que fuera por demostrarle al amor de su vida que es todo para él, uno que quiere ser mejor hombre.—

Lo veo a esos hermosos ojos café claro y me estiro un poco para darle un beso en los labios — me gusta este nuevo Tristán y sobre todo me gusta que haya regresado a mi… a nosotros.—

—¿Bromeas? No importa donde esté o donde vayas, yo siempre haré lo imposible para estar contigo o en todo caso para seguirte…eres la única persona en este mundo que me puede hacer pequeño si lo desea o hacerme sentir grande, la que con una mirada me puede mover cosas que nunca en mi vida me habían movido, y que con una palabra me puede hacer callar… eres mi todo Ximena… todo, y ahora que llevas a mi bebé, eres irremplazable en todos los niveles. Eres y siempre serás la mujer de mis sueños.—

Tristán me deja sin palabras, bueno me deja sólo con una palabra en los labios, una que me ha costado decir en estas semanas y que pensé nunca la volvería a escuchar de mi voz. Pero al verlo tan seguro, tan decidido, tan protector, sé que no debo perder más tiempo. Tengo siete citas para contestarle lo que él quiere, pero yo no puedo aguantar siente citas con esto en mi garganta — te amo — le murmuro y él sonríe — nunca te dejé de amar, ni en mis peores momentos, donde debía maldecir tu nombre, lo hice, porque te amo más allá de lo que puedes imaginar — le confieso. 

Él toma mi mano y la besa — te juro Ximena, por nuestro bebé, por mi vida, delante de esta parroquia, que me quedaré contigo para siempre, hasta que envejezcamos, hasta que olvides mi nombre y yo el tuyo… porque yo sólo te puedo amar a ti y a nadie más, y mi vida es vida porque tú estás en ella.—

Me muerdo el labio y siento como las lágrimas van cayendo poco a poco sobre mis mejillas — eres un español muy cursi — digo riéndome más de nervios que de otra cosa. 

—Créeme este Tristán que tienes es nuevo y mejorado. El de antes de ti, no sería de tu agrado— y sonríe. 

—Claro que era de mi agrado… ¿si no por qué me casé contigo en Las Vegas? — pregunto. 

—Buen punto, pero tenemos toda la vida para acordarnos — bromea. 

«Así es, Tristán y yo tenemos toda la vida para acordarnos del como llegamos aquí, pero no sé porque presiento, que ninguno de los dos nos deberíamos de acordar» 

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