[Tristán]
Pago la cuenta y después de caminar unas cuadras regresamos a la fresca habitación que al abrirla da paso a una terraza decorada con unas luminarias con velas adentro, unas sillas y una mesa en medio con unas copas de vino y un tablón que parece ser quesos, aceitunas y galletas.
—¿Qué es esto? — pregunto con una sonrisa.
Ella me toma de la mano y me lleva hasta la terraza donde se puede ver el hotel alumbrado y se escucha la música en vivo que se toca en algún lugar del malecón.
—Creo que ya era hora de que yo hiciera algo romántico ¿no crees? Sé que no es algo como lo que tú me organizas pero… si vamos a dar detalles, este es uno mío. —
Me volteo, tomo su rostro entre mis manos y la beso sobre los labios — Es perfecto, más que perfecto — le digo feliz.
Entonces Ximena saca de su bolsa una pequeña caja de color negro y me quedo viéndola directamente a los ojos y de pronto… comprendo todo — ¡Noooooo! — digo emocionado.
—¿Me dejas? — me pregunta entre risas y yo sonrío emocionado.
—Sé que estos días han sido emocionalmente pesados para ambos, que sin querer, algo que me pasó hace años te ha afectado en maneras que nunca pensaste que te afectaría, sobre todo porque no se te quitan de la cabezas esas preguntas que tienes… te preguntas el porqué te dejé pasar ese día a mi departamento y como supe que eras un buen hombre — Ximena abre la caja y me muestra una hermosa pulsera de cuero con una recuadro de plata que dice su nombre — lo hice porque siempre he creído que las almas gemelas tienen un forma especial de conectarse, de saber que están destinadas con sólo un gesto, una mirada, una sonrisa… y esa vez, fuera de mi local, cuando me miraste supe que no quería ver otros ojos que no fueran los tuyos por el resto de mi vida. Tal vez ese día perdí la oportunidad de irme a Madrid — y me pone la pulsera — pero gané la oportunidad de conocer a mi alma gemela Tristán…. Tú me diste tu corazón, yo te doy lo único que todavía no es tuyo… mi nombre.—
La vuelvo a besar y con lágrimas en los ojos le digo — pensé que me pedirías matrimonio — y comienzo a reírme.
—Si quieres te lo pido — y trata de hincarse.
—¡No! ¡No! Mi amor… no, no lo hagas… — y ella levanta la ceja — mejor bésame mi mexicana hermosa, hazlo como si nunca me hubieras besado.—
— Haré algo mejor — me dice coqueta — quiero que me enseñes francés, ya que vi que mi fantasía con el francés no te gusto, pues ¿por qué no me muestras tus habilidades lingüísticas? —
Ximena comienza a besarme y sus labios me reviven de nuevo. Me lleva poco a poco hacia el sofá y caigo sentado mientras ella se sube encima de mi.
— ¿Cómo se dice labios en francés? — me murmura.
Me río antes de contestar — lèvres — le murmuro.
— Lèvres — pronuncia Ximena mientras sus manos acarician mi rostro y luego me vuelve a besar — labios.—
— Labios — contesto y ella sonríe.
Seguimos besándonos y ella baja sus manos hacia mi cintura y saca la camisa para comenzar a desabotonarla — ¿Cómo se dicen ojos en francés? —
— Yeux — pronuncio.
— Me encantan tus Yeux — me dice y yo sonrío.
Sus manos viajan por mi pecho y lo acarician tiernamente — ¿Cómo se dice yo te amo? — me pregunta y al sentir como la camisa se desliza por mi cuerpo la tomo por debajo de los muslos y la cargo — ¡Tristán! — me dice divertida.
— No pasa nada, sigues igual de ligera que siempre — murmuro.
La recuesto sobre la cama y me prendo a sus labios para comenzar a besarlos lentamente — Je t’aime — le pronuncio.
— Je t’aime ma belle mexicaine — y después de pronunciar esas palabras apago la luz de la habitación para quedar solamente con la luz de las velas y la luz de la luna alumbrando la habitación.
Mis manos viajan por todo su cuerpo y poco a poco la desnuda, mis ojos admiran sus increíble cuerpo que ha cambiado un poco con el embarazo pero de una manera cada vez más bella. Mientras la beso y la toco me viene a la mente lo que pasó con Rodolfo y paro de hacerlo de inmediato. Me siento raro, me siento mal.
Ella se da cuenta y me ve a los ojos preocupada — ¿qué pasa? — pregunta mientras toma mi rostro.
— Es que… — y la observo ahí tan vulnerable, desnuda y una carga de responsabilidad me cae sobre los hombros.
Ximena toma una de mis manos y la pone sobre uno de su pechos — tócame — me murmura.
Los nervios comienzan rodearme y no sé porqué — Mena.—
— Tócame, tu eres el único que puede hacer eso, yo le doy permiso… — y comienzo a deslizar mi mano hasta llegar a su intimidad.
La rozo, provocando que ella gima y cierre los ojos — hazlo de nuevo — me pide.
Lo vuelvo a hacer con delicadeza y de nuevo otro gemido que me hace sonreír. Ximena se levanta con cuidado, luego me recuesta sobre la cama y lentamente entra en mi regalando el mayor de los placeres. Se inclina hacia mi rostro y me besa — lo nuestro es muy diferente a todo lo demás mi amor. Me encanta cuando me tocas, cuando me besas y todo lo que aquí hacemos esta permitido entre los dos. Nunca pienses que me haces daño, al menos que yo te lo diga.—
— Jamás te haría daño — murmuro y vuelvo a besarla.
— Entonces, deja de pensar en todo lo malo como me dijiste. Yo soy tuya, tu eres mío, y todo lo que hay entre los dos se hace con amor, cariño y respeto…. Te adoro, mi alma gemela.—
Ximena vuelve a erguirse y comienza a moverse lentamente sobre mi. De nuevo somos uno, como tantas veces lo hemos sido. Tal vez nuestros cuerpos han cambiado un poco desde la primera vez que estuvimos juntos, pero nuestro amor ha crecido más allá de lo que se puede medir.
Ella disfruta esta posición, se mueve, me toca, me besa y se ríe. Compartimos todo caricias, secretos, palabras de amor entre los dos, nos sumergimos en esto que es tan nuestro, tan íntimo, y al final, cuando ambos cuerpo han sentido la satisfacción y el deseo del otro nos desplomamos sobre la cama con el corazón latiendo agitado, pero nuestro amor presente en esa habitación.
Continúo besándola mientras acaricio su muslo y ella tiene las manos sobre mi rostro y lo acaricia — estas son las mejores vacaciones que he tenido — me murmura y sonríe.
— ¿Aunque no te haya llevado a Paris a comer crepas? — le bromeo.
Ella me ve a los ojos y de pronto mi mundo se congela y no existe nadie más — nunca te compares con Rodolfo, nunca pienses en él mientras hacemos el amor… porque tú Tristán no te lo mereces… jamás ¿entendido? —
— Entendido — murmuro
Y ella se recarga sobre mis hombro y se acomoda para dormir. Lo hace rápidamente mientras afuera aún puedo escuchar la música en vivo del muelle, poco a poco voy cerrando los ojos hasta que pierdo conciencia de donde estoy. Un sonido me despierta inesperadamente y al abrir los ojos puedo ver la claridad del día ante mi.
«¿En qué momento pasó tan rápido la noche? ¿Cuánto tiempo dormí? »
Volteo a mi lado y Ximena sigue desnuda y profundamente dormida. Volteo a ver mi móvil y al ver que es un número de España lo contesto.
— Un segundo por favor — digo sin dejar que la otra persona hable.
Me pongo los bóxers y tomo uno de los pantalones cortos de la maleta y salgo al balcón donde las velas se han consumido y el vino sigue ahí, sin ser tomado. Cierro la puerta con cuidado para no despertar a Ximena y vuelvo al móvil.
— ¿Diga? — pregunto.
— ¡Hola Tristán! ¿Creo que te he despertado cierto? Disculpa, creo que no hice bien el cálculo de las horas — escucho una voz un acento igualito al mío.
— No, son las siete de la mañana, todo bien David ¿cómo estás? — le saludo.
— Estoy bien gracias. Bueno, sólo te hablaba para decirte que a persona que me dijste ya me contactó.—
— ¿Estás diciendo que Rodolfo mordió el anzuelo? — pregunto.
— Así es, me llamó ayer por la noche acá en España. Me dijo que tenía un proyecto mejor que el tuyo y que quería hacer tratos.—
De pronto siento como toda la emoción me invade y una sed de venganza y justicia me llega. Si todo sale bien, Rodolfo podría pagar al menos una de todas las que ha hecho.
— ¡Perfecto! — digo feliz — síguele el juego, quiero que me digas cada paso que haga, todo lo que te diga y te mande… sólo recuerda David que todo eso es falso ¿vale? —
— Vale, yo aquí te paso el dato… nos vemos y buen día.—
— Gracias te lo agradezco de verdad.—
Escucho como cuelga del otro lado y me da un poco de nostalgia al escucharlo hablar ya que de pronto todo se siente tan familiar. Vuelvo a entrar a la habitación y me siento en la cama al lado de Ximena y le doy un beso sobre la frente. Ella abre lo ojos un poco desorientada y al verme sonríe.
— Buenos días amor — me murmura.
— Buenos días… Te tengo buenas noticias pero ¿qué te parece un desayuno al lado del mar para dártelas? — le propongo.
Ximena asiente y se levanta de inmediato para comenzar el día. Después de una larga ducha, de algunos cambios de vestido porque según ella todos se le veían mal por la panza y de encontrar las sandalias más cómodas. Bajamos al restaurante del hotel para desayunar mientras la brisa del mar y el sonido de las gaviotas nos acompañan.
Emocionado la observo y Ximena deja de tomar el zumo de naranja para verme también — ¿Qué pasa? — pregunta.
— Hice algo— le murmuro y ella levanta la ceja y me mira.
— ¿Algo? —
— Algo para desenmascarar a Rodolfo y ayer dio resultados — comento feliz
— Dime.—
— Si algo aprendí de mi padre mientras “trabajaba” en la empresa fue todo lo que tenía que ver con las relaciones y hacer socios para que él pudiera firmar contratos. Se ve todo a la hora de hacer una alianza, absolutamente todo y no se debe esconder nada porque se puede acusar de ago muy grave e ir a la cárcel. Ves que te dije que sospechaba que Rodolfo le robaba a tu padre, pues tracé u n plan junto con David Canarias, un amigo que tiene varios negocios en Ibiza. Él no tiene nada que ver con nuestra empresa, se dedica a los Night clubs pero necesitaba a alguien que allá me siguiera el juego.—
— A ver, badajéamela más despacio — dice ella confundida — ¿Hiciste un negocios con una empresa que no tiene nada que ver? —
— No, necesitaba una persona de mi confianza para poder hacer mi plan. Así que le hice una propuesta de trabajo falsa a mi amigo de Ibiza, una pequeña trampa. El caso de todo es que le mostré a Rodolfo donde se encontraba esa propuesta, le dije que era importante y parece ser que la robo de mi archivero mientras yo estoy de vacaciones por un fin de semana, la revisó. Es falsa para bien hecha, tanto que puede engañar a cualquiera. —
— Y cuál es tu objetivo — pregunta.
— Quiero ver de donde saca el dinero Rodolfo para esto, quiero saber como se mueve, si tiene alguna empresa propia aparte… todo lo que me lleve a comprobar que en verdad se cuelga de tu familia para obtener lo que quiere, después de esto y de descubrir si tengo razón… no hay marcha atrás y tenemos pruebas para acusarlo y…—
— Que se pudra en la cárcel — murmura Ximena.
— Que se pudra en la cárcel — repito.
Ella me sonríe, toma mi mano y la besa — gracias Tristán, muchas gracias, sobre todo porque no le has dicho nada a mi papá ni a mi hermano hasta no estar seguro .—
— Tu familia, ahora es mía y si algo me ha enseñado México es que a la familia se le quiere y se le ayuda, pero… necesito perderte un favor, no de ahora pero cuando llegue el momento… tendrás que hablar Ximena, tendrás que señalarlo, acusarlo… —
La mirada de Ximena cambia de inmediato y se hace para atrás — Tristán.—
— Hazlo por Luz, por ti, por todo este tiempo en que te quedaste callada por miedo. No estás sola, yo estoy contigo y te protegeré pero necesito que algún momento lo hagas ¿si? ¿Me lo prometes?—
Ximena recarga sus manos sobre el vientre y lo acaricia, luego me sonríe ligeramente y asiente — está bien, pero sólo cuando estés seguro de todo lo de la empresa y después de que nazca Luz.. ahora solo quiero amor para ella.—
Me pongo de pie y me bajo a la altura de su vientre y lo beso — Te prometo que no se tocará el tema hasta que sea el momento.—
Ella me mira y en sus ojos se refleja todo el amor que me tiene — después de este viaje Tristán, tres meses… tres meses para que esta pequeñita llegue — me dice, y con todo el amor, la brisa del mar y el sonido de las olas, Ximena y yo, nos preparamos para recibir a la persona más importante de nuestras vidas. Nuestra pequeña Luz.