[Tristán]

Dicen que México es mágico, y sí, si lo creo, porque los acontecimientos que sucedieron antes del nacimiento de mi Luz fueron todos sacaron de una película o de algún libro entre comedia y drama que aún no logro concebir como fue. 

Todo empezó por hacer una fiesta para festejar una de as fiestas más grandes que existen en México, el día de la independencia, cuando en 1810 Don Miguel Hidalgo y Costilla grito en Dolores Guanajuato en lo alto de un campanario lo que ahora se conoce como el Grito de Independencia y así regalando una de las tradiciones más fuertes y vívidas de este país, el famoso “Grito” que el presidente en turno lo da desde el balcón del Palacio Nacional hacia la explanada del zócalo y toca una campana justo como lo hizo el personaje histórico. 

Es obvio que si los mexicanos hacen fiestas para todo o convierten cualquier reunión familiar en una, que para ésta tenían que hacer un fiesta muy grande, llena de comida, música y tequila, sobre todo lo último. 

—Entonces, el 15 de septiembre a las once de la noche, el presidente sale al balcón del Palacio Nacional y grita a todos los que están sobre la explanada ¡Vivan los héroes que nos dieron Patria! Y todos contestan ¡Viva! — me explica Ximena emocionada mientras vamos por el súper mercado escogiendo todos los ingredientes para la comida que vamos a hacer. 

Para estrenar el piso nuevo y sobre todo el roof Garden, Ximena y yo hemos organizado un fiesta mexicana donde todos disfrutaremos de buena música y una comida deliciosa hecha entre Ximena, Lucha y Rosalva. 

—No creo que este año podamos ir a la explanada del zocalo, pero veremos el grito en la televisión y  gritaremos todos ¡Viva! Todos juntos y luego veremos desde el techo los fuegos artificiales — me dice feliz. 

—Siempre pensé que el 5 de mayo era su fiesta patria — le comento. 

—No para nada, digo, si es importante, es la Batalla de Puebla, el día que los soldados mexicanos expulsaran al ejercito francés en Puebla de Zaragoza, pero  no es nuestra independencia.—

—¿Entonces por qué Estados Unidos la festeja tanto? 

—¡Ah! Pues la historia es que tiempo después un grupo de mexicanos celebró la fecha en Texas, conmemorando en nacimiento de Ignacio Zaragoza y se quedó así… otras personas dicen que los gringos la festejan porque si nosotros no los hubiéramos detenido, hubiera llegado hasta Estados Unidos y éstos no estaban preparados para enfrentarles… pero es un chisme.—

—Cotilleo histórico — le contesto bromeando. 

—Me encanta el cotilleo histórico… es como chismear pero con datos cultos — y nos reímos. 

—¿Y qué comeremos? Señora todo lo sé — pregunto interesado. 

—Comeremos pozole de pollo o puerco, tacos dorados de papa o requesón con crema arriba, lechuga y salsa  y tostadas de pollo, posiblemente mi padre traiga chicharrón en salsa verde, o tinta de pollo para hacer más tacos, arroz rojo, al jitomate, y creo que ya.—

—¡Festín! Me encanta, ya me lo estoy saboreado.— 

Seguimos caminando mientras yo empujo el carrito. Septiembre ha llegado el mes en el que Luz nacerá a finales y Ximena apenas y puede caminar con la gran barriga que le ha crecido. Todo esta listo para su llegada, el hospital, la maleta esa de reserva que se debe llevar, su habitación, su pequeña cuna en nuestro cuarto entre otras cosas que nos hemos encargado de hacer, no podemos estar listos para todo lo que viene. 

Salimos del súper y nos dirigimos a la casa, después de acomodar todo Ximena se pone el camisón y se recuesta sobre la cama para descansar, sus piernas están un poco inflamadas por laque le hago un masaje de pies y ella se ríe al verme — no quiero que Luz nazca — me comenta y yo la veo extrañado — porque eso quiere decir que se terminan los masajes de pies — bromea. 

—Para nada, siempre que me lo pidas te haré un masaje.— 

Ella sonríe y ve el calendario que tiene al lado de la cama — según el doctor llegará del 25 de septiembre en adelante, así que Luz vivirá su primera fiesta patria dentro del vientre de su madre y dentro de un año la misma Luz estará junto con nosotros gritando “Viva México” — me dice feliz. 

Sonrío, porque sólo imaginarme eso se me hace de lo más tierno, en al vida pensé que uno de mis hijos nacería en otro país que no fuera España y mucho menos que tendría una diferente nacionalidad además de la mía—Con un padre español — comento — Nuestra hija tiene sangre española y mexicana ¿no se confundirá? — bromeo. 

—Claro que no, tiene al padre español más mexicano, uno que ya come más chile que cualquier mexicano y ya no se emborracha con tequila… ahora vivirás tu primer grito y es como tu “bautizo” no más bien, como el final de tu curso intensivo de “como ser mexicano”, tomado como tu fiesta de graduación, pero en lugar de birrete y toga, posiblemente uses algún sombrero o no sé… — me bromea. 

—¿Un curso? Y ¿Cuáles eran los créditos? — pregunto. 

—Pues bueno, uno casarte con una mexicana es como el 50% de lo créditos, después tener una hija con ella es como el otro 30%, comer comida mexicana es otro 10% , una serenata de mariachi es como el 5% y 5% más por festejar el grito.— 

—¡Ah! Pasé el curso sin saberlo — murmuro. 

— Y debo de admitir que fue con honores… había veces que pensaba que no ibas a sobrevivir aquí y mírate… — me acaricia el rostro mientras sonríe. 

Entonces dejo los pies de Ximena y me subo a la cama para quedar a su lado — ¿Qué? — pregunta. 

—¿Sabes? Dicen que tener relaciones en el noveno mes estimula el parto… ¿quieres que probemos? — le propongo. 

Ella sonríe pero al ver que hablo en serio cambia la expresión de su rostro. 

—¿Estás loco? — comenta. 

Niego con la cabeza —¿Por qué no? Es 13 de septiembre, si lo logramos puede que nazca mañana 14 y para el 15 podría estar ya con nosotros en la fiesta— y la beso. 

Ximena se ríe — estás loco, no funciona así… creo que tu teoría es un pretexto para tener sexo— y yo comienzo a levantar su camisón poco a poco. 

—Pues probemos y veremos si me teoría es correcta ¿vale? — 

—Tristán ¡no! — me dice entre risas — bueno, sí, porqué no… — me dice dejándose llevar y entre besos y caricias comenzamos a probar mi teoría. 

***

Tal vez no funcionó para el 14 de Septiembre pero yo que iba a saber que si rendiría frutos para un poquito más tarde, y cuando digo más tarde me refiero al mismísimo 15 de septiembre, sólo que nosotros no lo sabíamos, bueno, no sé si Ximena pero a mi no me pasaba ni por la cabeza. 

Así que mientras me veo frente al espejo y me acomodo el moño de colores verde, blanco y rojo que me compré en uno de los puestos afuera del metro donde venden todo tipo de artículos para festejar este día, Ximena sale del baño con un hermoso vestido blanco, el cabello trenzado en forma de corona decorado con unas flores de papel simulando a unos claveles y un hermoso reboso color rojo sobre los hombros. 

—¿Te gusta? — me dice feliz y yo volteo de inmediato. 

—¡Te ves muy bella! Nunca te había visto así — comento. 

—Lo sé, es como algo nuestro vestirnos con los colores de la bandera este día. 

Me acerco a ella y la abrazo — Quiero que uses ese peinado el día de nuestra boda — le digo — porque nuestra boda será tan mexicana que quedará genial.—

—Lo tomaré en consideración señor Ruíz de Con — me bromea — tú te ves, guapísimo, ese pantalón azul y camisa blanca con el moño, me encanta, es tu toque Mexicano— y me besa. 

La veo a los ojos y ella me sonríe — hoy brillas más que nunca — le comento. 

—Será porque es un día clave donde me vuelvo más mexicana — y nos reímos. 

—No, más especial, aún no sé qué es.— 

El timbre de la puerta nos interrumpe y ambos volteamos — ¿Listo para comer todo lo que puedas? Aprovecharé que estoy embarazada para  comer más — bromea. 

—Perfecto— murmuro — Voy rápido al OXXO por los hielos ¿se te ofrece algo más? — 

—No, sólo eso, si no luego mandamos a Paco, por cierto, recuerda que todas las calles alrededor están cerradas por eso del grito, así que puede que haya más gente.—

—Sí mi amor, no te preocupes — respondo y salgo de la habitación para abrir la puerta al primer invitado que resultó ser Lucha. 

La beso en la mejilla, la ayudo a pasar y luego bajo las escaleras del edificio para salir a la calle. Todo, absolutamente todas las fachadas de los edificios están decorados con los colores de la bandera mexicana, verde, blanco y rojo y el escudo nacional el águila devorando una serpiente sobre un nopal. Se escucha música de mariachi por todos lados, también boleros y danzones, las personas caminan por las calles felices y en algunas casas se escuchan los murmullos de que las fiestas están por empezar. 

Voy hacia el OXXO, esta tienda que se ha vuelto mi salvación en muchos momentos, ya que es un pequeño supermercado que puedas encontrar en muchas esquinas de la ciudad y de varias ciudades en México, donde te venden lo indispensable y algunas están abiertas 24 horas. Ahí me encuentro a Paco comprando una promoción de Tequila con una soda lima – limón — es la promoción  para las palomas cuñado — me dice feliz. 

—Creo que ya vienes un poco tomado.—

—Jaladón, jaladón sí, pero con un pozolitio se me quita — me dice sonriente. 

Caminamos ambos hacia el edificio y cuando llego al piso Stéphane y Jaime han llegado y  comenzado a poner el ambiente de la fiesta con música de mariachi en el jardín. Subo para ver que todo esté listo y después de acomodar la mesa de las botellas da inicio a la fiesta. 

El ambiente es de lo más feliz, todos bebemos y comemos como si no hubiera otra cosa que hacer. La música suena a todo volumen y se puede escuchar los sonidos de los cohetes que truenan en algún lado y se ve la explicativa de lo que va pasar. 

—Mi amor, iré de nuevo al baño y traeré un poco más de tacos — me dice Ximena al oído. 

—¿Te acompaño? — 

—No, no… ya va a empezar el grito, mejor enciende la televisión para que no se nos pasé — me responde. 

Veo a Ximena bajar las escaleras con cuidado y luego voy hacia la televisión y la enciendo. La primera imagen toda la explanada del zócalo de la Ciudad de México a reventar, con personas gritando felices a la espera de que el presidente salga por ese balcón, decorado con la bandera de México a dar el famoso grito. 

Ximena sube de nuevo, la ayudo con el plato de tacos —¿Todo bien? — comento. 

—Sí todo bien, pero creo que me cayó mal algo de la comida— me dice — pero al rato se me pasa.— 

La beso en la frente y Stéphane se pone de pie — ¡Ya va a empezar! — dice emocionado. 

Todos nos ponemos alrededor de la televisión y comienza la ceremonia del grito. El ejercicio, en una escolta, le entrega al presidente la bandera de México que pronto ondeará afuera del balcón mientras gritará a todo pulmón su discurso. 

Al estar un poco cerca del zócalo se puede escuchar a lo lejos el bullicio de la gente vitoriando por el presidente y después con un grito empieza. 

“¡Mexicanos! Vivan los héroes que nos dieron patria” 

 — ¡Viva! — se escucha el grito de todos incluyendo nosotros. 

“Viva Hidalgo” 

 —¡Viva!  — se vuelve a contestar. 

“Viva Morelos” 

 —¡Viva!  — 

Y así va mencionando todos los héroes que participaron tanto en la independencia como en otros eventos. 

“¡Viva México!” 

 —¡Viva!  — contestan al unísono 

 “¡Viva México!”

 —¡Viva!  — 

“¡Viva México!” 

Da el último grito y la campana empieza a replicar y todos grita felices. De pronto, el cielo se alumbra de colores ya que los fuegos artificiales han comenzado y todos miramos hacia arriba. Es en verdad un espectáculo fabuloso, y la música del Mariachi comienza a sonar a todo volumen provocando que algunos empiecen a bailar. 

Ximena se lleva la mano al vientre y hace un gesto que no me agrada  — ¿Qué?  — pregunto. 

 —Nada, sólo me dio una punzada  — me comenta. 

 —¿Segura?  — 

 —Sí, sí, disfruta de los fuegos artificiales, es tu primera vez. —

La abrazo por el hombro y luego le beso el cabello. Me siento en esta atmósfera de pura magia y felicidad. Todos están felices, hay mucha comida, sabor, fiesta, música. 

 —Iré de nuevo al baño  — me dice ella mientras se aleja de mi y baja con cuidado las escaleras. 

Vuelvo a mirar al cielo y Paco me ofrece otra cerveza la cual abro y tomo un sorbo que me sabe a gloria. Paso un momento platicando con él cuando recuerdo que Ximena aún no ha regresado así que dejo la cerveza y bajo para ver qué sucede.

— Ahora vengo, iré a ver a Ximena — le comento y él asiente y se voltea para seguir platicando Jaime. 

Bajo las escaleras y lo primero que escucho es una pequeña queja que viene del baño de nuestra habitación, ya que la puerta se encuentra abierta. Camino hacia allá y entro. 

 —Xime, todo bien  — pregunto al llegar al llegar al cuarto  que se encuentra vacío  —¿amor?  — digo en la puerta del baño. 

 —Tristán  — me dice con un tono de angustia que en seguida me alerta. 

 —Sí  —respondo. 

 —Creo que el sexo si sirvió  — me comenta. 

 —¿El sexo? ¿Qué sexo?  — pregunto extrañado y luego me llega el golpe de realidad al recordar lo que le dije  — ¡Noooo! ¿Ahora? ¿Ahorita? ¿Es en serio? —

—Sí, bueno, no, no sé — contesta.

—Sí o no — le digo y de pronto escucho un pequeño quejido que me contesta la pregunta sin que ella diga una sola palabra. 

—¡ábreme!  — le pido  — Déjame entrar. —

Espero unos momentos y ella abre la puerta con la mano sobre el vientre con un rostro que refleja más preocupación que nada y con los ojos brillando  —¿Ya viene?  — pregunto angustiado. 

Entro al baño con ella y le pongo la mano sobre el vientre — ¿Es en serio? — pregunto incrédulo.

 —Sí, Tristán, creo que ya viene  — murmura Ximena  — Luz está por llegar….

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