[Ximena]

Quien iba a pensar que en mi cumpleaños número 30 iba a estar comprometida con un guapísimo español y que tendría una hija tan hermosa y traviesa como Luz, que día con día crece más y nos sorprende con tantas cosas. 

Ahora Luz se comunica con más ruidos y después de varios días insistiendo para que dijera algo, cumplió el sueño de Tristán al decir “Papá” justo en la mañana que viajábamos para Cuernavaca. 

―¿Si sabes que es el principio de todo? ― le digo divertida mientras vamos entrando a Cuernavaca y Tristán viene manejando. 

―¿De qué? ¿De poder conversar con mi hija?― dice él emocionado ― ¡Dijo papá! Y dos veces ¡Pa-pá! Así como lo escuchaste ― me comenta emocionado. 

―Lo sé, hasta Solovino lo escuchó amor ― le festejo ― Papá.―

―Nunca, nunca pensé que ese sonido me alegraría tanto, pero ahora siento que robé parte de tu cumpleaños. 

―Basta, no pasa nada… un día dirá mamá y me volverá loca, espero que sea en un día importante para tí ― digo traviesa y él sonríe. 

―¡Ah! Vengativa eh… ― respondió. 

―Sólo poquito ― y veo el anillo sobre mi dedo. 

Tristán sonríe ― ¿Te gusta? ―

―¡Me encanta! ― contesto ― pero me da pena que hayas tirado los otros al mar. ―

―Tenía que hacerlo… no eran buenos anillos, eran como impuestos, así que… este es mejor. Aunque tuvimos hija de compromiso ― bromea. 

―¿Verdad mi Luz? ― le pregunta a la niña y ella contesta. 

―¡Papá! ― alegrando de nuevo su rostro. 

―¿Cuándo dirás mamá traviesilla? ― le pregunto y ella me sonríe mientras se mete la muñeca de trapo a la boca. 

Comenzamos a atravesar la ciudad y en cuánto llegamos a casa de mi padre, él y Rosalva salen a nuestro encuentro. Desde que nació Luz mi padre se ha vuelto mucho más cariñoso y está loco de amor por su nieta. 

―¡Mi Luz preciosa! ― le dice mientras la saca de la silla de bebé y le hace cosquillas. La niña ríe alegrando a todos como siempre. 

―¡Papá! ― dice. 

―¡Oh por Dios! ¡Ya dices papá! Ahora di.. Abu… Abu… ― repite mi padre. 

―¡Papá! ― repite. 

―Parece ser que por ahora yo soy él que ganó ― dice Tristán orgulloso, mientras toma a Luz entre sus brazos y la baja al suelo para que vaya caminando tomada de ambas manos. 

Mi padre al verme me abraza y su mirada se ve feliz ― ¿Cómo estás mi Mena? ¿Todo bien? ― comenta. 

―Todo genial… ― le respondo y ambos entramos abrazados a la casa. 

Mi padre sigue sin saber nada de lo que pasó con Rodolfo por lo que el tema se ha vuelto prohibido en la casa o más bien se ha acordado entre Paco, Tristán y yo que jamás se comentará. Mi padre piensa que Rodolfo se fue porque una empresa le ofreció mejor trabajo y hasta ahí a quedado claro. Incluso le pedimos a Montse, la hermana de Maquena, que no comenta nada sobre el asunto y ella ha acordado en no hacerlo, ya que sabe que mi padre no puede sufrir emociones fuertes. 

―¿Vamos a nadar mi Luz? ― le dice Tristán feliz mientras la niña señala el agua de la piscina. La niña asiente feliz ― vale, pero te ponemos el bañador primero ¿sí? ― 

Tristán y yo entramos al cuarto que mi padre nos ha preparado para quedarnos esta vez ahí con ellos, ya que la fiesta pretende terminar tarde y al acercarse a las fotos sonríe ―¿está es tu mamá? ― pregunta. 

―No, es Lucha ― digo feliz. 

―Espera… ¿Son…? ―

―Gemelas ― contesto ― Lucha y mi madre son gemelas… ― y comienzo a sacar la ropa de Luz de la maleta para comenzar a cambiarla y ponerle ese traje de baño color rosa que le compramos semanas atrás. 

―¿Por qué Lucha no se lleva con tu papá? ― me pregunta. 

―Si se llevan ― respondo mientras le quito el pantalón a Luz ― Sólo que desde la muerte de mi madre no se pueden ver a los ojos… qué sentirías si vieras a tu esposa después de haberla enterrado… así que dejaron de verse, pero como viste en los últimos acontecimientos, no están peleados ni nada. ―

―Quiero que Lucha me entregue en nuestra boda ― murmura Tristán y yo volteo a verle y sonrío. 

―¿En serio? ―

―Sí, sí, quiero que Lucha me entregue en el altar y me dé la bendición como lo hace cada vez que la veo.―

 Le doy un beso tierno ― Estoy segura que estará encantada pero ¿estás seguro que no hay nadie en el mundo a quién quieras invitar? ―

―¿A qué?― finge no saber. 

―Pues a nuestra boda, tontito… ¿a algún pariente lejano? ¿No sé? ―

―No, mi única familia está aquí… ― dice seguro ― así que ellos estarán en muestra boda y yo seré feliz.―

Me le quedo viendo a los ojos ―¿Qué? ―

―¿Seguro? ― pregunto de nuevo

―Sí, mi amor… toda mi familia está aquí, mi hija está sentada sobre la cama con un hermoso bañador, mi prometida está frente a mi y mi familia está afuera esperándonos así que.. vamos. Me cambiaré para poder meterme con Luz al agua ― comenta y luego me da un beso sobre la frente ― también deberías cambiarte, hace un sol fabuloso para nadar― me pide y luego se aleja. 

Me quedo observándolo, debe hacer una persona en el mundo que él quiera invitar. Voleo a ver a Luz que juega con su pantalón ―¿Tú sabes algo? ― pregunto. 

“Pffff, da, da da… papá” ― dice. 

―Si claro… como siempre de parte de tu padre ― le respondo mientras saco mi traje de baño de la maleta. 

Después de cambiarnos Tristán, Luz y yo fuimos a la piscina y entramos a nadar. El ver a nuestra hija feliz chacoteando en el agua, nos sacó varias sonrisa no sólo a los dos, si no a mi papá y a Rosalva que con los pies dentro del agua le alentaban nadar y la niña sonreía mientras Tristán la cargaba y la sumergía ― ¡Ay! ¡Ay! ― le digo cuando Luz sale un poco asustada después de que se sumergió ― qué rica ¿cierto mija? ― le pregunto y ella se toma del cuello de su padre que camina hacia la orilla para alejarse de lo hondo. 

―¡Foto! ¡Foto! ― dice mi papá emocionado y le toma una foto a Luz , saliendo hermosa ― bellísima ― dice y se la muestra a Rosalva. 

Yo salgo del agua y mientras me pongo el pareo, Tristán envuelve a Luz en la toalla para secarla mientras le hace cosquillas. 

―Oigan… a todo esto ¿cómo se conocieron? ― pregunta Rosalva y Tristán y no nos vemos a los ojos rápido. 

―¿Cómo? ― pregunto. 

―Sí, ustedes nada más aparecieron casados de la nada, pero pues… ¿Cómo se conocieron? ― pregunta de nuevo. 

―Esteeeeee… ― digo tratando de recordar lo que dije a mi padre hace años atrás ―Pues… ―

―En Nueva York, cuando menita se fue para allá ¿recuerdas? ― responde mi padre. 

―¡Ah! Mira… y ¿cómo se conocieron? Digo… cuál es la historia de amor.―

Volvemos a quedarnos callados, en realidad Tristán y yo nunca en la habíamos hablado sobre eso, ni planeado una historia. Cuando vimos que no se necesitaba más lo olvidamos por completo. 

―Pues…. Por ahí ― contesto evadiendo la pregunta. 

―¿Por ahí? ¿Cómo? Debió ser algo increíblemente romántico ¿verdad? Con romántico que es Tristán.. ― insiste Rosalva. 

Él y yo nos vemos de nuevo y Tristán suspira ― Creo que es mejor decir la verdad antes de que pasé algo ¿no crees? ― me murmura. 

―¿Qué? ¡Estás loco! ― le digo en el mismo tono ― podemos inventar cualquier cosa, no tenemos que decir la verdad… o qué ¿también les dirás que nos divorciamos hace casi un año? ―

―¡Qué! ― dice Rosalva atrás de nosotros ―¡Se divorciaron! ― comenta en voz alta. Nunca pensé que enña estuviera cerca de nosotros. 

―Mierda ― murmuro. 

―¿Cómo que se divorciaron menita? ― me pregunta mi papá. 

Tristán me ve y yo lo veo. Cierto, nunca en lo que pasó le dijimos a mi papá o a Rosalva que nos habíamos divorciado, sólo que Tristán había viajado a Ibiza por cosas personales y ya, pero divorcio jamás. 

―Bueno es que… ― dice él. 

―Es que.. ― digo. 

―Es que.. ― comentamos los dos. 

Mi padre comienza a enojarse ―¡Es qué qué! ― dice. 

―Es una historia muy larga que creemos que ya no vale la pena contarla…― digo yo ― además es mi cumpleaños y…―

―¡Dime! ― dice mi padre fuerte. 

No puedo creer que después de tanto tiempo tenga que contar la verdad del como Tristán y yo nos conocimos, pero como dicen, la verdad siempre sale a la luz y supongo que para tener una mejor boda, sería mejor empezar así. 

―¿Podemos ir a cambiarnos de nuevo? ― dice Tristán ―y juramos que les decimos la verdad.―

Tomamos a Luz y nos alejamos hacia la habitación, al llegar nos encerramos ―¡Qué pasó aquí! ― me pregunta Tristán. 

―Bueno, es que… la verdad… yo nunca le comenté a mi papá que te fuiste a Ibiza porque nos divorciamos y cuando regresaste no lo vi necesario porque bueno.. ― y señalo a Luz con la mirada.

―¿Y ahora qué vamos a decir? ― pregunta. 

―Pues la verdad Tristán, qué más… ― digo yendo hacia el baño y abro la regadera para bañar a Luz. 

―¿La verdad? ¿Toda? ― comenta. 

―Pues… podemos omitir detalles… pero podemos dar una verdad en general.―

―¡Ah! Y la verdad empieza con un matrimonio en Las Vegas del cuál no sabemos ningún detalle ¿estás consciente? ― pregunta. 

―¿Tienes una mejor idea? Señor siete citas, siete cartas.. ― le digo molesta. 

―No, no la tengo señora omito decir cosas.―

―¿Ahora es mi culpa por omitir decir que me mentiste y que era un juego para ti antes de que naciera Luz? Porque si no mal recuerdo eso pasó.―

Tristán se queda en silencio y  luego suspira ― Vale, vale… le diremos a tu padre la verdad, porque si vamos a empezar desde cero debemos hacerlo bien… con todo arreglado, bendiciones y todo es ¿estás de acuerdo? ―

―De acuerdo ― digo. 

―Duchémonos y vamos  ― dice él mientras me ayuda con Luz. 

*** 

Como niños pequeños nos tienen sentados sobre el sofá, mientras Luz juega entretenida con unos juguetes que Rosalva le acaba de regalar. Mi padre nos ve fijamente y yo sólo espero que lo que le digamos no le dé un infarto al corazón. 

―Los escucho― dice firme. 

Tristán me ve y yo lo veo a él y luego volteamos a ver a mi padre ― Pa, sólo quiero que recuerdes que Tristán y yo tenemos una hija juntos ¿si? ― le pido. 

―Dime.―

―Bueno.. en realidad Tristán y yo no nos conocimos en Nueva York, nos conocimos en Las Vegas, él iba a una despedida igual que yo y acabamos casados.―

―¡Qué! ― dice sorprendido mientras Rosalva voltea a vernos ―¡Así! ¡Casados! Sin conocerse.―

―Bueno… se supone que nos casamos voluntariamente ― dice Tristán. 

―¿Y? ¿Cuál fue el motivo? ― pregunta. 

―Pues… la verdad no sabemos ― confieso y él abre los ojos sorprendido. 

―¿Cómo que no sabes? ― 

―Es que no, nos acordamos ― murmuro y él mueve la cabeza decepcionado ― bueno, el chiste es que Tristán, aquí presente, ya estaba comprometido con una chica y su mamá se dio cuenta que estábamos casados así que lo mandó a buscar a la chica con la que se casó, que soy yo ― y me señalo ― y pues cuando me encontró decidimos esperar los seis meses de plazo para separarnos y … pues, nos enamoramos.―

―¿Te casaste con un extraño? Y luego lo metiste en tu casa… ― dice ― Ximena ¿qué te pasó? ―

―No sé papá, pero no tiene caso porque ya pasó y tenemos a Luz y eso no debería de tener importancia ― comento rápido. 

―¿Y? ¿Cómo es que se divorciaron? ― pregunta. 

―Bueno, es que es muy largo de… ― y mi padre calla a Tristán con la mirada ― Bueno, resulta ser que yo le dije a mis padres que regresaría a Ibiza tan sólo terminara los seis meses y pues.. yo no le dije nada a Ximena y por seis meses la engañé y.. un día cayeron de sorpresa mi ex prometida y mi madre y ella se enteró y nos divorciamos… pero regresé a la semana y aquí estoy, siendo la pareja que ella necesita.―

Mi padre se queda callado y luego ve a Rosalva que cuida a Luz y juega con ella ― Mena, nunca pensé que harías eso, no te enseñé a ser una señorita decente.―

―Si papá, pero pues.. es que todo fue tan raro y ya que te explicamos vamos a comer ¿te parece? ― digo tomando a Tristán de la mano. 

―¡Ah no! ¿Cómo voy a saber que Tristán es de buena familia? ― pregunta. 

―¿Qué? ― contesto. 

―Sí, se ve decente pero ¿y la familia? ¿Los padres? ¿Ellos están de acuerdo de que ustedes dos se vayan casar?― nos pregunta. 

―Bueno, es que… ― titubea Tristán ― Yo… es que yo..― 

―Tristán no se lleva bien con sus padres ― interrumpo ― él básicamente dejó todo por venir conmigo y pues tiene un año que no habla con ellos.―

―¿Entones ellos no te aceptan? ¿ A tí? ¿A Luz? ― me dice. 

―Bueno en realidad no conocen a Luz… ― comento. 

―¡Ay Dios mío! ― dice él enojado ―¿No conocen a su nieta? ¿No te aceptan a ti? ― pregunta ― Ahora lo veo claro, el porqué nunca hablas de tu familia o porque no se las has presentado a Ximena… ― 

―Bueno, ellos la conocen ― dice Tristán. 

―Shhh ― le digo. 

―Nada de shhhhh.. ― dice mi padre ― La conocen pero no la aceptan ¿cómo puedo aceptar eso? ― 

―Mira papá, es que cada quien tiene su familia y pues esa le tocó a Tristán ― contesto firme ― ahora, ya que sabemos todo podemos ir a comer― y nos ponemos de pie. 

―No, no, no… esto no se puede quedar así… ¿Cómo te voy a entregar a mi hija en matrimonio sabiendo que tu familia no la quiere? ―

―Eso no tiene importancia ― digo de inmediato. 

―¡Claro que sí! Y He tomado mi decisión.. Tristán, no te dejaré casarte con Ximena si no traes a tus padres para que nos conozcan.―

―¡Qué! ― decimos ambos al unísono. 

―Me escucharon bien… si la familia de Tristán no viene al menos a aprobar la pedida de mano que serán en un mes, no dejaré que te cases con él.―

―Pero papá, es absurdo, ya estamos grandes, hoy cumplo treinta años. Tristán y yo vivos ya juntos, tenemos a Luz… ¿qué más aprobación necesitamos? ― pregunto. 

Mi padre se queda callado y luego me ve serio ― pues si eso no te importa, te puedes casar pero no tendrás ni me aprobación, ni mi bendición… y pueden olvidarse de que asista el festejo. He dicho.―

¿Cómo es que pasamos de nadar en la piscina a que mi padre no nos deje casarnos? No lo sé. De repente todo se salió de control y no tenemos la menor idea del porque. 

Mi padre toma a Luz entre sus brazos ― ¿Cómo que no te conocen tus abuelitos? ¿Qué lastima? ― le murmura y sale con ella hacia el jardín dejándonos solos. 

Me quedo viendo a Tristán que se sienta sobre el sofá y se cubre el rostro con las manos ― mierda ― murmura. 

―Lo siento mi amor, no era mi intensión ― le cometo y él voltea a verme. 

El plan de Tristán era básicamente nunca más ver a sus padres y ahora, es lo único que tiene que hacer para poder casarse conmigo y recibir la aprobación del mío. 

―Si quieres no nos casamos ― le murmuro ― podemos vivir en unión libre el resto de nuestras vidas.―

Él voltea a verme y sonríe ― No, esta vez quiero hacer lo correcto, quiero que no haya ni un secreto, ni nada que nos haga perder la aprobación de tu padre y su bendición ― dice serio.

―Mi amor… ― murmuro ― Yo no quiero que pases un mal rato por mi culpa.―

―No, no es tu culpa, ni la de tus padres… fue la mía por no hacer lo correcto y ahora lo voy a arreglar.―

Tristán se pone de pie y va hacia la cocina donde mi padre le está dando a Luz un poco de queso en una tortilla ― acepto ― dice Tristán sin más. 

―¿Aceptas? ― dice mi padre. 

―Mis padres estarán aquí dentro de un mes para pedir la mano de Ximena en matrimonio, pero quiero que prometa que si no están en la boda, aún nos dará su bendición.― 

―Lo prometo ― dice él viéndonos. 

―Muy bien… entonces … ― y me ve a mi ― conocerán a mi familia. ― y Tristán me besa la mano y regresa a la habitación. 

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