[Ximena]

Uno piensa que las familias ricas y finas no deberían tener escándalos, que basicamente todo es perfecto y que son tan discretos que nadie se entera. Con la familia de Tristán, he visto que ni ellos se salvan de todo eso, y que de pronto la ex prometida es la madrastra y que tendrá un hermano básicamente 30 años menor que él, que Luz será tendría un tío o tía de menor que ella y que al final todos estamos locos.

Llegamos al piso y Tristán va directo a recostar a Luz en su cuna mientras yo entro a la cocina y saco del refrigerador unas tortillas y queso oaxaca para hacerme algo de cenar. Muero de hambre, en el restaurante no comí nada porque el ambiente no me lo permitió y porque preferí salir rápidamente de ahí antes que mi suegra me dijera algo. 

Tristán sale del cuarto de Luz y empareja la puerta levemente para que la escuchemos si es que se despierta, luego viene hacia mí y me abraza por detrás besando mi cabello — ¿me das? — me pregunta y me roba una hebra de queso y la come. 

—Haré un pico de gallo — dice feliz y va hacia el refrigerador para sacar el jitomate, la cebolla, el limón y el chile. 

Nos quedamos en silencio mientras él lava todas las cosas, para después ponerla sobre la mesa y empezar a picar los ingredientes y ponerlos en la pequeña salsera que tenemos. Me volteo mientras la quesadilla se está calentando y lo abrazo por la espalda recargando mi cabeza sobre ella. 

—¿Estás bien amor? — le pregunto. 

Él no me contesta, sé que está serio por todas las cosas que pasaron y que necesita unos momentos para poder asimilar todo lo que está pasando, debe de ser difícil volver a ver a su familia y saber que nada ha cambiado a pesar de que su madre ya se divorció de su padre. 

—Ni siquiera mis padres abrazaron a Luz — me dice melancólico — ni siquiera fueron para sonreírle y llamar su atención — dice melancólico.

—Mi amor — murmuro y hago que él deje de picar el jitomate en cuadritos para que voltee a a verme. Sus ojos brillan porque sé que quiere llorar, y sé que precisamente no es la cebolla. 

—Yo no quería que conocieran a Luz ¿sabes? Porque sabía que esto iba a pasar, que ni siquiera serían tiernos con ella ¿por qué presentarle a nuestra hija a alguien con el que no convivirá? — 

Yo le sonrío y le doy un beso sobre los labios — por eso Luz tampoco quiso convivir con ellos y mejor se fue a dormir — le consuelo y él me reponde con una sonrisa — la familia que estuvo con nosotros esta noche no te representa, nunca lo hizo y ahora menos que tú haz construido todo esto mi amor. No te entristezcas por este tipo de cosas, no valen la pena. Mañana será otro día y será uno menos para que ellos estén aquí y cuando mi padre te dé mi mano en matrimonio, tomamos a nuestra hija y nos vamos a donde tu quieras a casarnos… —

Él acaricia mi rostro y me da un beso sobre los labios — Yo quería darte una boda grande, en un hermoso lugar, lleno de color y que tu vistieras el mejor vestido de bodas de la mejor diseñadora.—

—¿Me comprarás un Rosa Clará? — le pregunto y el sonríe. 

—Te compraré un Ximena Caballero, porque hace la línea de ropa más hermosa del mundo aunque ella no lo crea.—

Lo abrazo de nuevo. Sus fuertes brazos siempre me hacen sentir bien, segura, amada — eres un gran hombre Tristán Ruiz de Con, y aquí tendrás a tu mexicana bonita para defenderte, porque sacará las garras por tu familia si llegan a decirte algo, eso te lo juro.—

—Lo sé… y también sé que acabas de quemar la quesadilla — bromea y volteo de inmediato para  sacarla de ahí con la punta de mis dedos.— 

Apago el fogón y vuelvo a sus brazos — todo saldrá bien y en cuánto menos lo esperes estaremos de nuevo los tres juntos, y ya nadie nos separará y podremos olvidarnos de ellos por el tiempo que quieras.—

—¿Qué te parece para siempre? — me dice Tristán y se voltea para seguir cocinando. 

—¿Que no conocerás a tu hermanito o hermanita? — pregunto y él se voltea de inmediato. 

—¿Puedes creerlo? Ser hermano de alguien a los 30 años. Luz tendrá un tío menor que ella— y nos reímos. 

—Eso te pegó ¿cierto? — le pregunto. 

—¿Qué? ¿Que Luz tenga un tío menor que ella?—

—No Tristán, ver a tu papá tan cariñoso con el bebé de Bego.—

—Me conoces demasiado bien mujer.—

—Lo sé, sé que te dolió, tal vez deberías aprovechar para hablar con tu padre, explicarle muchas cosas ahora que parece que cambió.—

—Mi padre no cambió Xime, mi familia no cambia — contesta serio. 

Vuelvo a prender el fogón y comienzo a hacer otra quesadilla— tal vez tu padre si cambió y ahora es feliz con Bego — insisto.

—No mi amor, mi padre no da paso sin guarache. Estoy seguro que fue por algo, hay gato encerrado y sé que por eso mi madre está molesta.—

—¿Estás diciendo que tu padre pudo casarse con Bego por algo…— 

—Te lo puedo jurar, a mi no me engañan… pero si te soy honesto, no quiero averiguarlo, así que me abstendré de preguntas y continuaré con mi vida… punto — sentencia Tristán y termina de hacer la salsa — ahora vamos a cenar ya no quiero que pensemos en ellos, ya arruinaron parte de la noche y no quiero que arruinen la otra parte.—

Nos vamos a la mesa y antes de empezar a comer me toma de la mano — prométeme que te mantendrás al margen — me dice serio — que no te meterás en nada, que dejarás que todo caiga sobre mi.—

—No te puedo prometer eso amor — contesto de inmediato — si se meten contigo, se meten con tu familia y ya te dije, esta mexicana te va a defender a capa y espada… ya no estás solo — y le cierro un ojo. 

—Eso es tan sexy… — contesta mientras acerca su silla a la mía y me toma de la cintura para que me siente sobre su regazo — no te conocía esa parte tan… defensora.—

—Aún no conoces cuando una mexicana se enoja… así que no me hagas enojar — y coqueteo como un poco de quesadilla. 

—Te amo Ximena, gracias por poner a mi mamá en su lugar hace rato.—

—Lo haría mil veces.. nadie se mete con el mejor cocinero de pico de gallo del mundo — le bromeo — ahora comamos que muero de hambre y quiero sentir las mexican roots comiendo una quesadilla — imito a Bego. 

Oh my God! — dice Tristán en el mismo tono y ambos nos reímos. 

—Bueno al menos Bego nos dará de qué reírnos al final del día… — concluyo y Tristán me besa. 

—Comamos — dice sonriente y me paso a mi silla para cenar con este maravilloso hombre como lo hago cada noche. 

Es difícil cuando personas externas vienen a mover tu rutina y es peor cuando es tu propia familia la que lo hace e insiste en aparecer en los momentos menos inoportunos, por eso a Tristán y a mi nos sorprendió cuando, al día siguiente, su madre se apareció en la puerta muy temprano por la mañana con una maleta al lado suyo. 

—Buenos días — dijo seria mientras veía a su hijo que cargaba a Luz aun en pijama. 

—Buenos día — contestó Tristán — pasa.—

La señora entró y echó un vistazo al departamento — lo siento — se excusó Tristán — en la mañana es un desastre, Luz se levanta temprano a jugar, por eso los juguetes están sobre el suelo.—

—Ya vi — contesta. 

Entonces por primera vez la señora voltea a ver a Luz quién le sonríe — Está bonita la niña — murmura. 

—Es su nieta señora — le corrijo — no es la niña, es su nieta, la hija de su único hijo.—

Su madre toma de la mano a Luz y la niña sonríe — ¡Oia! — le dice feliz — pero su madre no dice nada. 

—Te dijo hola mamá — le dice Tristán un poco triste. 

—Hola— contesta — sólo vengo a decirte que hoy me iré de México, aprovecharé que tu padre y la querida están aquí para hacer unas cosas en la casa — dice fría. 

—¿¡Cómo que se irá?! — pregunto enojada mientras camino hacia ella —¿No se quedará con su hijo? —

—No, no me quedaré, por su culpa arruinó todo, todo… y ahora basicamente estoy en la calle ¿por qué habría de quedarme a algo para él? —

—¿Entonces a que vino en primer lugar? — digo enojada. 

—Ximena — me dice Tristán. 

—No, quiero saber, me da curiosidad ¿ a qué vino si no es apoyarlo? No creo que haya viajado tanto para sólo humillarlo, eso hasta para usted es bajo — digo con firmesa y la madre de Tristán abre los ojos como platos. 

—¡Cómo te atreves a hablarme así! — me dice enojada. 

—Madre — dice Tristán pero yo me pongo adelante de él y lo hago para atrás. 

—La primera vez que vino no le pude decir nada, no pude defenderme y simplemente lo dejé ir. Pero ahora, no sólo está en mi casa, interrumpe mi mañana y viene a decirle a su hijo que por su culpa usted no es feliz, y resulta ser que su hijo es el padre de mi hija y el hombre que amo y si lo tengo que defender lo haré.—

—¿Defender? — dice burlona. 

—No sé lo que le pasa señora y no la conozco, ni la quiero conocer.. sólo no comprendo porqué venir desde lejos para ver a su hijo y sólo insultarle. No saluda a su nieta, ni la ve a los ojos y a mi, sé de antemano que no me soporta y no sé por qué, así que la única idea que se me viene a la mente es ésta — y hago una pausa — tiene envidia.—

La madre de Tristán lanza un ¡ja! Al aire y luego se ríe —¿Envidia? ¿De vivir en un país de tercera en un lugar así? ¡Jamás niñita! Jamás tendría envidia de esto — dice presumida. 

—No, tiene envidia de que su hijo encontró la felicidad — digo segura — que a pesar de todo lo que posiblemente vivió o pudo haber hecho, encontró a una mujer que le hizo feliz y él decidió dejar todo por venirse con ella. Tiene envidia de ver que su hija lo adora y que es un buen padre y marido… tiene celos, de que por más que trató de pararlo, él es feliz… al igual que su marido que no sólo la dejó por una mujer más joven, si no que ambos continúan con su vida y pronto serán padres.—

La madre de Tristán se queda en silencio sin decir nada y sólo me observa con esa mirada intensa que a cualquier puede intimidar —¿Me equivoco? — pregunto. 

—Tu mujer es brava — le dice su madre sorprendiéndonos — y sí, tiene razón…no vine para sólo decirte esto, vine para pedirte un favor.—

—¿Favor? — dice Tristán sorprendido. 

—Sí… uno que me tienes que prometer que harás si yo me quedo a tu pedida esa de mano para poderte casar con ella.—

—Favor por favor… tan tú — contesta Tristán — pensé que habías cambiado.—

—No, no haré. Bueno, necesito que regreses a España.—

Tristán lanza una carcajada y luego le da un beso a Luz — Jamás, si esa es tu condición para ir a mi pedida de mano, puedes irte yendo al aeropuerto — dice él mientras se voltea para irse a la sala y sentarse con Luz. 

—Quiero que te vayas a hacer cargo de la empresa de tu padre — dice seria y Tristán voltea.—

—¿La empresa? No se supone que era un bueno para nada — se burla Tristán— además yo ya no tengo nada allá… y por lo que ves, aquí lo tengo todo.—

—Tristán, tu padre no está del todo bien para llevar la empresa, ya viste como está con Bego, está cometiendo errores garrafales y ahí están mis acciones, tus acciones… eres él único que puede regresar a hacerlo. Además, he recibido mensajes de los socios diciendo el gran trabajo que haz hecho con la empresa del padre de ella.—

—¡Ximena, madre! Se llama Ximena — grita Tristán y Luz se asusta y empieza a llorar.—

Él se pone de pie y entra al cuarto de Luz cerrando de un portazo, dejándonos a ambas afuera sin saber que hacer. Ella me voltea a ver y yo sonrió — este sería un buen momento para llevarse bien con la nuera ¿no? — le digo irónica y camino hacia la cocina. 

La madre de Tristán se queda en medio de la sala y luego camina hacía mi. Tomo dos tazas y le sirvo un poco de café y se lo ofrezco, ella lo acepta. 

—¿Qué es lo que quieres? — me pregunta firme. 

—Nada… la pregunta aquí es ¿qué es lo que quiere usted? — y tomo un sorbo — hoy me levanté con ánimos de negociar… — digo sonriente. 

—Negociar — contesta ella y esquiva la mirada —no tengo nada que negociar contigo.—

—Muy bien — digo ignorándola — pero, si quisiera hacerlo… yo podría pasarle a Tristán su mensaje y si estoy de buen humor, tal vez convencerle… — digo con un aire de inocencia. La señora me observa y luego toma una sorbo de café — una vez me dijeron que las malas noticias siempre se saben mejor con una taza de café, y como sé que me las dará… la escucho.— 

—Tristán es el heredero de la empresa de su padre, es su derecho…— dice en un solo respiro. 

—Tristán ya dejó todo, no creo que eso le importe — contesto. 

—No, no todo… su abuelo le dejó muchísimas acciones de la empresa, básicamente todas bajo una condición, una que yo pensé que nunca sucedería… y sucedió.—

—¿Y cuál es esa condición? — digo curiosa. 

—Que se enamorara de la persona que él quisiera… — murmura y yo la veo extrañada. 

—Tenía mi curiosidad, ahora tiene mi atención — comento mientras me recargo sobre la mesa. 

El abuelo de Tristán es un romántico empedernido, le gusta todo eso del amor y el romance, yo nunca le caí bien, incluso cuando me casé con su hijo se negó ir a la boda porque decía que era evidente que me casaba por el dinero.. y sí, así fue — confiesa —  y no me arrepiento, obtuve lo que quise — comenta fría — entonces cuando nació Tristán le heredó parte de la empresa a él, y mitad a su padre… la única condición era…— 

—Por eso insistía que se casara con Bego — digo interrumpiendo — porque él no la amba y así no heredaba las acciones.. ¿pero? ¿Por qué? — pregunto —¿Por qué no querer que su hijo las recibiera? —

—Por que eso me dejaría a mi en la calle… porque yo controlaba esas acciones y las manejaba a mi antojo porque Tristán no sabía de ellas. Mientras lo controlara a él, controlaba ese dinero.. cuando se fue, y se enamoró, cumplió la condición y su abuelo las liberó… dejando sin dinero, y la estocada final me la dio su padre casándose con Bego…—

—¿Y como supo que su nieto se había enamorado? — pregunto. 

La madre de Tristán saca el celular y me enseña el video de la serenata haciéndome sonreír — las redes sociales son impresionantes — digo bromeando. 

—Uno de sus socios lo vio y se lo enseñó a su abuelo, él solía cantarle a su abuela con la guitarra. Supo que su nieto estaba enamorado, averiguó que había sucedido y cuando se enteró que fue a perseguir a una mexicana dejándolo todo… —

Sonrío, no hago más que sonreír y no me importa que ella me vea, Tristán, sólo por seguir su corazón hizo a su abuelo feliz sin que supiera y le dio todo, absolutamente todo. Es como si le estuviera regresando todo a manos llenas después del sacrificio que hizo. 

—El problema es que Tristán tiene que regresar a la empresa y tomar posesión antes de que el padre decida que las acciones son para Bego y su bebé… Ximena, no te voy a mentir… hice cosas terribles con él, fui mala madre y te puedo decir que prácticamente lo tuve porque me convenía hacerlo. Pero admiro a Tristán, su fortaleza y su valor… de dejar todo por ser feliz, algo que yo nunca me atreví, pero él, salió sin nada y ahora lo tiene todo… y eso es de admirarse.—

Por primera vez en todo este tiempo veo a su madre conmovida y no sé si asustarme o en verdad compadecerla — no creo que Tristán quiera regresar señora…— comento — si él decidió que lo dejaba todo por fue por algo.—

—Debe regresar, le debe eso a su abuelo… ellos se llevan bien, pero se separó de la familia porque… bueno… ya te imaginarás… — concluye. 

—Hablaré con él.. pero debe prometer que irá a la pedida de mano, le debe eso y lo sabe… —

—Ximena…— murmura. 

—Si no, no hablo con él y no se hace nada… la verdad es que a mi no me importa si él tiene dinero o no… mientras me ame y ame a su hija todo está bien… — y la veo levantando la ceja. 

—Iré… — dice fría — pero sólo iré a eso y nada más… no me pidas que…—

—Sólo vaya, no me importa  si sólo se queda una hora y ya… presentece y pague lo que le debe por haberlo obligado y casi logrado que se casara con alguien que no amaba para su conveniencia.— 

La madre de Tristán se pone de pie y yo lo hago con ella — como dije, eres brava, eso me gusta.—

—No, soy cabrona, tengalo siempre presente, si usted se mete con Tristán, se mete conmigo y por las buenas soy muy buena pero por las malas soy mejor. Hasta luego señora, cierre la puerta cuando salga.— 

Ella simplemente me ve, toma su maleta y cierra la puerta dejando el lugar…. Yo sólo sonrió. 

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