[Tristán] 

Otro lunes por la mañana agitado en la oficina. Afortunadamente nos aceptaron un un nuevo proyecto y la empresa tiene más vida que nunca. Veo a Jaime caminado por todas partes con documentos en la mano. Mi cuñado hablando sin parar y yo me encuentro frente a la computadora enviando un extenso correo a David Canarias para ahora si explicarle con detalle el proyecto que le prometí después de haberme ayudado a atrapar a Rodolfo. 

Me encuentro concentrado completamente cuando la voz de Ale mi asistente me interrumpe sacándome de mi trance. 

—¿Señor Ruíz de Con? — me dice educado. 

Alzo la mirada y él me sonríe — hay una persona que lo busca en el lobby.—

—¿Y quién es? — pregunto sin prestar atención. 

—Dice que es su padre.—

Levanto la mirada y él alza los hombros — ¿lo dejo subir? —

De pronto volteo a mi alrededor y sonrío — déjalo subir Ale, es más, baja por él… — digo confiado. 

—Claro que si señor, yo le digo.—

Termino de escribir el correo y después de revisarlo lo envío. Me prepararo para recibir a mi padre que en realidad no sé que está haciendo aquí, según yo, él ya debería estar a miles de kilometros de aquí, pero por lo que veo ha decidido darme una visita. 

—Le aviso al señor Ruíz de Con — escucho la voz de Ale y aunque mi oficina es prácticamente transparente, él me toca la puerta para ver si estoy disponible. 

—Señor, su padre — me dice y luego lo hace pasar. 

Mi padre entra a la oficina y yo siento un aire de orgullo ya que de verdad se ha quedado sorprendido con lo que está viendo. Sé que él pensaba que sería algo diferente, así que al ver que tengo mi oficina propia y que no es precisamente en su empresa me hace bastante feliz. 

—Papá — digo serio. 

—Tristán — contesta y le hago la seña de que se siente en la silla que hay en frente de mi.

Me siento en mi silla y lo veo a los ojos — pensé que ya estabas a kilómetros de aquí — comento sin filtro y él sonríe. 

—No, Bego quiere ir a Cancún a la playa, así que antes de viajar para allá quería venir a verte.—

—Yo no te quiero ver, así que pierdes tu tiempo. Mejor vuela a Cancún y déjame solo.—

—¿Entonces? Si no me querías recibir… ¿por qué lo hiciste?—

—Por educación papá, y porque en verdad quería que vieras todo lo que he logrado sin tu apoyo y sin tu compresión es todo.—

Mi padre sonríe — no me tienes que mostrar tu potencial Tristán, en realidad siempre lo supe pero… hay muchas cosas que no sabes que creo te han hecho pensar que soy una persona mala o cruel contigo.—

—¿Qué tan cruel eres cuando tenías una relación con la prometida de tu hijo? — pregunto —porque para mi es lo más cruel del mundo. Me imagino que cuando me casara con Bego ustedes seguían viéndose a escondidas y yo como idiota atrapado en un matrimonio que desde el día uno no era buena idea.—

—Escúchame Tristán, no es lo que parece.. en realidad…—

—No quiero explicaciones papá, en realidad no las necesito y lo evidente está ahí, así que, gracias por venir, espero que disfrutes la playa.—

Me pongo de pie y voy hacia la puerta para abrirla y pedirle que salga, él se queda sentado y luego voltea con todo y silla para verme — supongo que tu madre te dijo sobre las acciones de la empresa que te hacen el heredero.—

—Sí, pero he decidido que no me interesan, como vez tengo un buen trabajo aquí, no las necesito. Además, ya te di mi herencia, te di mis ganancias de mis propios negocios, eres más rico que hace años atrás… no sé qué significa esto.—

—Que la empresa siempre será tuya si un día decides regresar. Mira, sé que no he sido el mejor padre del mundo, que me faltó mucho y que posiblemente sea mejor padre para el bebé de Bego de lo que fui contigo, pero eres mi hijo, llevas mi sangre y esa empresa por la que tu abuelo trabajo por años está en nuestros hombros. Yo no duraré mucho Tristán y serás tú quien tome las riendas.— 

Comienzo a reír a carcajadas al grado que Ale voltea a verme —Ahora resulta que cuentas conmigo como cuando por años era el peor hijo de todos ¿recuerdas cuando le dijiste a Iñaki que hubieras preferido que él fuera tu hijo? ¿Cuando lo dijiste en frente de mi? No papá, no más. Esa empresa es tu problema si se hunde o se salva, yo ya no estoy atado. —

—¿Tanto rencor me tienes? — me pregunta. 

—Sólo demuestro lo que tú y mi madre me enseñaron.. si es rencor, es su culpa ¿cómo voy a demostrar sentimientos que nunca me enseñaron a sentir?  No entiendo el porque estás aquí padre, no es para pedirme disculpas por haberme engañado por años con mi ex prometida, ni por arruinar mi pedida de mano, ni por miles de cosas más… no sé la razón—

—Porque te quiero hacer un regalo de bodas — me dice con la voz un poco más relajada.

—Gracias, pero no sé si escuchaste, no habrá boda.—

—Le dejaré a Luz mis acciones de la empresa — responde de inmediato dejándome mudo. 

—¿Qué? ¿Qué estás diciendo?—

—A tu hija le dejaré las acciones de la empresa, será mitad tuya, mitad de ella y cuando sea mayor de edad podrá disponer del dinero que tú cuidarás y manejarás por ella. Si tienes más hijos, podrás dividir las tuyas y así… como gustes, pero serán de ella y nada más.—

—No lo necesito, no lo necesitamos.—

—Está hecho… no vine a pedirte permiso, vine a decirte que está hecho, sólo falta tu firma para que se haga oficial.—

—No firmaré ningún papel — digo enojado y no sé por qué. Si fue por el hecho que mientras mi padre estuvo aquí no quiso ni abrazar a su nieta, o porque me está atando a Ibiza para que regrese en unos años.—

—Los papeles están en tu casa, se los entregué a Ximena esta mañana, tal vez ella sea más sensata y piense en el futuro de sus hijos. Admítelo Tristán, naciste dentro de un mundo diferente a éste y sabes las ventajas que tus hijos podrían tener con ese dinero, mejores escuelas, viajes, educación exclusiva, seguridad….—

Me quedo en silencio y por primera vez mi padre me ve a los ojos honestamente — yo tuve todo el dinero del mundo siempre hijo, no me faltó nada, absolutamente nada y, apesar de que tu abuelo me dio cariño y me educó para ser un buen hombre, perdí mi camino cuando acepté casarme con tu madre que siempre busco estatus y dinero. Fui un mal padre para tí, lo sé y eso será mi cruz el resto de la vida. Pensé que si te daba todo no lo notarías y eso te distraería, pero me equivoqué, y confieso que me alegro — y sonríe— eres un excelente padre . Esa niña, que no quise cargar porque me daba miedo lastimarla o que te molestaras conmigo por hacerlo, es un amor, esa sonrisa, la forma en que te ve, te llama y… al verla dormida en tu regazo tan tranquila…— y se le hace un nudo en la garganta — eres el padre que yo nunca pude y es por esa gran mujer que está a tu lado… Luz ya tiene amor, sé que no le hará falta nada mientras ustedes vivan, pero… espero que esto que te dejo le ayude a darle más seguridad de la que ya tiene.—

Mi padre termina su discurso y camina hacia la puerta, de pronto lo veo cansado y por algún motivo me enternece. Supongo que vivir con Lucha y verla también tan vulnerable me a cambiado por completo. 

—Ximena tiene los documentos, también cuenta si ella firma — me aclara. 

De pronto me viene al cuerpo ese sentimiento de que esta será la última vez que veré a mi padre y camino hacia él y lo abrazo. Me siento raro, muy raro, ya que esas demostraciones de afecto nunca las había tenido. 

—Suerte con el hijo de Bego, espero que nazca sano — le digo y él sonríe. 

—Gracias — dice sincero — piénsalo por favor… dame al menos esa seguridad de que Luz estará bien, que lo que hice se la dará.—

—Ella estará bien porque crecerá con un padre amoroso que siempre estará ahí para ella, no por tus acciones padre, aún así, se agradece el gesto — contesto frío y él esboza una ligera sonrisa. No sé que esperaba mi padre, que por dejarme la mitad de la empresa y la otra a mi hija correría a sus brazos y le perdonara todo ¡Jamás! 

Mi padre sale de la oficina y mientras veo como se aleja recuerdo cada paso que da, pasarán muchos años lo sé y tal vez, ya no lo vuelva a ver. Pasan unos minutos y Ale interrumpe la escena. 

—Tristán, Ximena te llama — dice amable. 

—Gracias — contestó con una sonrisa. 

Voy hacia el teléfono y lo contesto — dime mi vida.—

—¿Crees que puedas venir al departamento? — y escucho en su voz un tono raro. 

—Salgo para allá ¿todo bien?—

—Sí. Sólo ven — y me cuelga. 

Odio que Ximena haga eso, dejarme en ascuas, como dicen aquí. Así que después de darle las instrucciones a Ale salgo directo hacia la casa con una lluvia de pensamientos que no me dejan en paz ¿habrá pasado algo con Luz? ¿Algo con Ximena? ¿Qué puede ser tan importante para que deba salir horas antes de la oficina? 

Atravieso la ciudad lo más rápido que puedo en el metro y saliendo a la estación cercana a mi casa, literal corro mientras escucho que Beto me lanza un chiflido “mentándomela” porque no pasé a saludarlo como siempre lo hago y después de unos momentos subo las escaleras de mi edifico para abrir la puerta del piso y ver a Ximena sentada con su padre en frente de ella, y una chica al lado de él. 

—¿Qué pasa? — pregunto extrañado. Ximena se pone de pie y camina hacia mi — ¿está bien Luz? ¿Estás bien tú? No me digas que ahora tu padre anda con alguien menor que Rosalva.— murmuro.

—No — dice ella y se ríe lo que me hace pensar que todo está bien —ven.—

Me toma de la mano y camino hacia la sala con ella y me siento sobre el sofá. Mi suegro aclara la garganta — Tristán — dice mi nombre y luego suspira — quiero perderte unas disculpas por todo lo que pasó el fin de semana con lo de la pedida de mano. Mi hija ya me explicó todo lo que hiciste por venir para acá y no sé con que cara puedo verte por haberte obligado a pasar esta experiencia tan… dolorosa.—

Sonrío, las disculpas de mi suegro me saben más que las de mi padre — todo es por su hija, haría lo que fuera por ella.—

—Y lo sé, lo comprobé y no hay persona más digna para casarse con ella que tú, así que sin más reparos te doy mi bendición y mi permiso de que lo hagas sin ninguna restricción.—

Él se pone de pie y yo hago lo mismo y me abraza. Este abrazo se siente con calidez, con esa honestidad que siempre caracteriza al señor Francisco —lo siento mijo —me murmura. 

—Está bien señor, no pasa nada.—

Nos volvemos a sentar — bueno, a lo que vine pues… — dice él más tranquilo — como no quiero que ximenita y tú se casen a escondidas como la vez que lo hicieron en Las Vegas vengo a darles un regalo.—

—Parece que esté día anduvimos muy regalados — murmuro. Ximena toma mi mano y me da un beso tierno en ella. 

—Ella es Lola Santiago, es una de las mejores organizadoras de boda que hay en este país, y ha venido desde el norte para organizar su boda.—

—¿La boda? — pregunto. 

—Sí Tristán, mi papá quiere pagarnos la boda — dice Ximena feliz. 

—Por mi culpa su pedida de mano fue un fracaso total y quisiera que la boda de mis hijos sea todo un éxito, así que la Señorita Santiago tiene órdenes de hacer la boda de sus sueños no importa lo que cueste.—

Ximena voltea y me ve con una sonrisa — ¿Qué dices? ¿Te agrada? — 

—Este, es que no sé que decir — digo emocionado. 

—Sólo debes decir que sí — dice mi suegro feliz — te juro Tristán que si quieren elefantes en su boda los tendrán, pero.. ándale, acepta mi regalo, es de corazón.— 

—¿Qué dices? — le pregunto. Ximena — además será una boda familiar, bastante pequeña.—

—¿Pequeña? — dice mi suegro y rompe en una carcajada —Nombre mijo, serán mínimo unos 100 invitados de pura familia.—

—¡Qué! — contesto sorprendido y volteo a ver a Ximena. 

—Sí Tristán, la familia que conoces son sólo como el 5% de mi familia cercana. Faltan mis primos que vendrán de San Diego, mis tíos de Sonora con sus hijos, mi primos de Xalapa entre muchos más… —

Al escuchar lo que me dice me quedo con la boca abierta, tanto que la organizadora de bodas se ríe — las familias de México son algo grandes, así que..— y me sonríe. 

—Es que.. yo pensé que seríamos nosotros siete — insisto. 

—Tengo una prima, la hija del tercer hermano de mi mamá que vive en San Diego que tiene un restaurante de comida mexicana, le podríamos pedir que hiciera el menú para nosotros — comenta Ximena. 

Entonces entre ella y la organizadora comienzan a dar ideas al aire de una boda que supongo ya se está dando por hecho —¿tienen una fecha? — nos pregunta la señorita Santiago. 

—Pues.. ¿diciembre? — me dice Ximena — Para que Luz ya sepa caminar y pueda llevar las flores ¿te parece? — y sonríe. 

Comienzo a reír y la abrazo. No puedo creer que me vaya a casar de esta manera con ella, yo ya lo daba por perdido y de nuevo, aquí estamos — diciembre me parece perfecto.—

—¿Antes o después de navidad? — pregunta de nuevo. 

—Volteo a ver a Ximena y sonrío porque una idea se me viene a la mente y de pronto sé como sacar provecho al regalo de mi padre — antes — murmuro. 

—¡Entonces queda decidido! — dice mi suegro feliz — ¡Los Ruíz de Con Caballero se casan en Diciembre! — y Ximena me abraza. 

—¡Qué emoción! — dice feliz y yo la beso. 

—¿Aún quieres ese jardín italiano? — le digo entre risas. 

—No — dice emocionada — Tú y yo… nos casaremos en una hacienda, una de las más bonitas.. en la Hacienda de San Gabriel de las Palmas.—

—Ya lo habías pensando ¿cierto? — y ella asiente —muy bien, tendremos la boda donde tú quieras… muero por casarme contigo.—

Volteo a ver a mi suegro que está sonriendo como nunca — gracias, esto nos hace muy felices.—

—Eso es todo lo que quiero, verlo felices y te agradezco por amar tanto a mi ximenita. Eres un buen hombre Tristán, trabajador, buen padre, buen compañero… y estoy orgulloso de llamarte mi hijo.—

Las palabras de mi suegro me llegan y de nuevo esa sensación de amor cariño me envuelve el cuerpo y me cubre el alma. 

—¡Pero basta de tanto sentimiento! ¡Tenemos una boda que planear! — comenta 

Entonces así es como empieza esto. Algo que parecía imposible hoy se hace realidad, y sólo queda contar los meses para que yo Tristán Ruíz de Con, lleve al altar a mi mexicana hermosa quién se merece la mejor boda del mundo y yo por fin tendré mi boda mexicana.. al parecer con 193 invitados de más y en una hacienda… y posiblemente, le daré a Ximena el viaje a París que tanto anhela. 

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