[Tristán]

Nadie dijo que ser padre será algo fácil y no, no lo es, pero es un aprendizaje que no olvidas en toda tu vida y que al ver el rostro de tu hija sonriendo sabes que tiene una increíble recompensa. 

Seis meses pasaron desde ese 16 de septiembre cuando nació Luz, de esa última llamada que le hice a Tita para presentársela, de pasar día de muertos de nuevo, Navidad y darle otra bienvenida al año en México, rodeado de mi familia, de mi hermosa mexicana que con el tiempo se pone más guapa y mi hija del cuál estoy perdidamente enamorado. 

Luz es única, tiene ese carácter entre amable,  firme y noble. Físicamente sacó lo mejor de los dos, mi cabello rizado que me gusta pasar entre mis dedos mientras la arrullo, color negro azabache como su madre, unos ojos preciosos adornados de pestañas y una sonrisa que tan hermosa que la enmarcan dos hoyuelos en cada mejilla. 

Es observadora y muy traviesa. Le gusta comer con los dedos, especialmente la papilla  y cuando Ximena le da pecho ama arrullarse jugando con los largos mechones de cabello que caen sobre sus hombros. Es todo, es mi luz y lo que me da más alegría es que puedo estar a su lado, amarla, consentirla, decirle cosas bonitas y que ella me responda con una sonrisa o a veces con un ruidito que me derrite el corazón. 

Con ella hemos pasado de todos, resfriados que enfermaron a todos en la casa, malestares estomacales que se volvieron nuestra pesadilla, una que otra fiebre que no pasó a mayores pero que nos mantuvo despiertos todas las noches y porqué no una que otra rabieta que hace de vez en cuándo porque no le dejamos comer algo o darle de comer a Solovino directo de su mano; por cierto, el perro se ha vuelto su protector en todos momentos. 

Así que cuando digo que mi vida es buena, es porque lo es, pero sé que se podría poner aún mejor mientras el trabajo va a avanzando, Luz va creciendo y Ximena me va amando un poquito más cada día, así como yo la amo sin límites. 

Subo las escaleras del edificio corriendo y al llegar hasta arriba abro la puerta de mi piso para darme cuenta que Lucha camina con Luz, tomada de ambas manos, por todos lados y la niña se ríe feliz. 

―Caminando, caminando… paso a paso caminando ― le dice Lucha con un rítmico pegajoso que se coordina con cada paso que da. 

Me acerco a ambas y Luz al verme sonreír y trata de correr hacia mí ―¡Cómo está mi pequeña! ― le dijo feliz mientras me agacho y lucha la deja correr un poco sola hacía a mí y la atrapo ― ¿Cómo está mi pequeña que huele a fresas ¿comiste fresas? ― le pregunto mientras veo su ropa manchada de rojo. 

La niña me muestra las manos que se encuentra de color rosa fuerte por las fresas que seguro comió con la mano y yo me las llevo a la boca y las muerdo ligeramente ― mmmmmm, fresas ― le digo y Luz me sonríe ―¿Estabas jugando con tu nana Lucha? ― le pregunto y la cargo haciendo que ella inmediatamente me abrace con sus pequeños brazos. 

―Yo también te extrañé hermosa, pero papá ya llegó ― le murmuro. 

Lucha se nos queda viendo sonriente ― es una traviesa la niña, ya tuvimos que ponerle a las escaleras del roof Garden una puertita para que no trate de subir las escaleras gateando ― me dice Lucha quién oficialmente le ayuda a Luz con el cuidado de la niña. 

Después del nacimiento de Luz, Lucha comenzó su tratamiento contra el cáncer, dejó de fumar por completo y aunque todavía no es muy seguro el desenlace por lo mientras, ahora, se ve mucho mejor y tiene mucha energía para cuidar a la niña. Fue como si ver nacer a la pequeña le hubiera dado un segundo aire y una segunda oportunidad para vivir lo que no pudo con su hijo. 

―¿Cómo estás Lucha? ― le digo con ternura y le doy un beso sobre el cabello ―¿Todo bien? ¿Comiste? ― le pregunto. 

―Sí, comí junto con Ximena y la niña. Ya cada día come más, está loca por la fruta ― me dice y yo sonrío. 

―Qué bueno.

―¿Y tú? ¿Ya comiste mijo? ¿No quieres nada? Te puedo calentar unas tortillas con un plato de sopa de lentejas.―

―No gracias ― le contesto ― más tarde yo hago la cena, si quieres ya puedes irte a descansar, yo me quedo con Luz.―

―Muy bien… adiós mi chiquita.. ¿me das un beso mi amor? ― le dice Lucha y Luz se inclina y le da un beso lleno de baba en la mejilla ―Hmmmm, qué rico beso ― le dice con amor y luego le da la bendición ― nos vemos mañana con el favor De Dios y tu también mijo ― y me da un beso. 

―Por cierto ¿dónde está Ximena? ― pregunto. 

―Abajo, en el otro departamento. Estaba trabajando acá arriba pero Luz anda de traviesa sacando los hilos y quería jugar con la tela, se subió al techo al jardín pero la niña le lloraba desde las escaleras, así que prefirió irse a su antiguo departamento ― me explica.

―¡Ah! Gracias ― contesto y ambos empezamos a caminar hacia abajo. 

A finales de Octubre Ximena tuvo que cerrar su tienda y despedir a Martita quedándose sin ningún lugar para trabajar, así que el caos en el piso era grande entre cajas con todo tipo de joyería para novias y algunos velos y vestidos que se guardaron en el cuarto de Luz ya que prácticamente la niña duerme con nosotros así que por el momento no habido mucha necesidad de utilizar su cuarto. Ximena no buscó otro lugar porque se dedicó a cuidar a la niña, pero sus clientas pasan la voz rápido y en Noviembre se empezó a llenar de pedidos para fiestas y una que otra boda sencilla lo que le obligó a convertir el piso en su taller y ser este tipo de madres multitask  mientras yo regresaba del trabajo. 

Llego a la puerta de mi antiguo piso y me despido de Lucha ―Hasta mañana.―

―Hasta mañana… adiós Luz.―

―Dile adiós a nana Lucha ― le digo y Luz mueve la mano diciendo “adiós”.

Toco la puerta del piso y escucho un “adelante” a lo lejos, abro y veo a una chica de frente al espejo con un hermoso vestido de novia blanco, con transparencias en la parte de arriba y unas flores bordadas sobre ésta. Ximena se encontraba detrás de ella arreglado el detalle de una flor y cuando me ve por el espejo sonríe. 

―Dame un segundo ― me dice y luego unde la aguja la última vez y corta el hilo ― listo ― le dice a la chica ― quedó perfecto de atrás. 

―¡Me encanta! ― dice emocionada y se da la vuelta para verse frente al espejo ― es el vestido de mis sueños ― y sonríe ―¿Te gusta mamá? ― le pregunta y veo como la señora llora de emoción. 

―¡HERMOSA! Gracias Ximena ― le dice. 

― De nada señora, un placer ¿me permiten un momento? ― me dice y ella se acerca a mi y me da un ligero beso en los labios ― ¡Qué bueno que llegaste! No quería que Lucha se casará tanto cuidado a Luz ¿ya se fue? ―

―Sí, se acaba de ir… ¿en qué quieres que te ayude? ― pregunto. 

―Te pido que le des un baño a Luz que está llena de azúcar por las fresas y hagas la cena, yo en aproximadamente dos horas subo y te ayudo con lo que pueda.―

―No te preocupes mi amor, trabaja… yo me encargo de esta traviesa ― le digo mientras le doy un beso a Luz que nos escucha atenta. 

―Te vas con papá mi amor ¿eh? Te portas bien …― le dice y le da un beso en la mejilla. 

―Vamos Luz, que le toca ducha y luego a la camita ¿sí? ― y Luz se ríe cuando le beso en el cuello. 

Me despido de las clientas y luego subo al piso sólo para ver la guerra que mi hija tiene por todas partes, juguetes tirados, libros de goma abierto sobre el sillón y la mesa del centro de la sala en el balcón ya que seguro la movieron para que ella no se pegara. 

―Si que eres una traviesa mi vida ― le digo y ella asiente con la cabeza ― ¿sí? Me lo estás afirmando… ― y comienza a besarla en el cuello y Luz ríe a carcajadas mientras la llevo a la habitación para ducharla. 

Ximena subió justo unas después mientras yo arrullaba a Luz caminando por la sala dando vueltas alrededor de ella. Es la única manera en que la nena se duerme, supongo que se le hizo costumbre ya que Ximena y o lo hicimos desde el primero momento que la tuvimos en nuestros brazos. 

La princesa está contenta pues ya tiene prendedor, en que luce con estrella, verso, perla, pluma y flor 

Le recito mientras veo como la niña duerme tranquila con el chupete en la boca ― duerme mi amor― le digo y le doy un beso sobre la frente. 

Ximena se acerca y le acaricia el cabello ― lo siento mucho mi amor, pero tenía que acabarlo hoy si no mañana no estaría presente en tu fiesta de cumpleaños… ― y me sonríe. 

Caminamos juntos hacia la habitación y recuesto a Luz sobre le cama y le pongo dos almohadas en ambos lados para que no se caiga, salimos en silencio de la habitación e inmediatamente tomo a Ximena de la cintura y la beso en la boca. Ella enreda sus piernas en mis caderas y se deja llevar hasta la barra de la cocina donde la siento y sigo besándola. 

―Tristán ― me dice ella divertida y yo me separo para verla. 

― Te tengo una noticia, que ta va a gustar.―

―Dime ― me responde mientras juega con mi cabello en la parte de enfrente. 

―Atrapamos a Rodolfo ― le digo feliz y ella me ve con los ojos abiertos. 

―¿Cómo? ¿Lo atraparon? ― pregunta confundia. 

―Sí, hoy por la mañana llegué a la oficina con la noticia de que a mi amigo David Canarias le pidió dinero en nombre de la empresa para empezar el “proyecto” que hará, y le pidió que depositara en una cuenta que obviamente nos dio para que la investigáramos. Si todo sale bien, y Rodolfo no se da cuenta… estará diciendo adiós en unas semanas ― y Ximena me da un beso de inmediato que me obliga a inclinarme hacia delante. 

―¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ― me dice feliz ― ¿Cuándo se lo dirás a mi padre? ― me pregunta. 

―Primero tendré las pruebas y luego haré una típica escena dramática de telenovela donde lo desenmascaro ― y ella se ríe ― pero eso quiere decir mi amor que se acerca el momento que te pedí.―

―Lo sé, pero no quiero pensar en eso ahora, no cuando mañana es tu fiesta de cumpleaños y tendremos una gran fiesta en el jardín y usted señor cumple treinta años.―

―¡Treinta años! ― digo en un suspiro ― ¿Aún me sigo viendo guapo? ― le pregunto y ella sonríe feliz. 

―Guapísimo y con un cuerpo de infarto que me encanta ― me confiesa.

―¡Ah si! ― le respondo y pongo mis manos por debajo de su vestido y toco su ropa interior ― ¿Y qué más te gusta? ― le pregunto y Ximena se sonroja. Amo que después de tanto tiempo juntos se siga sonrojando.―

― Ya sabes lo que me gusta ― me contesta. 

―Pero me gusta que me lo digas, preciosa ― y ella se muerde el labio. 

―Me gustas todo Tristán, todito ― y me da un beso en los labios. 

Me dejo llevar por ese beso tan tierno y lento que me da y comienzo a a jugar con su entrepierna haciéndola gemir de repente ― ¿Qué te parece si hacemos otra como la  que está en la cama? ― le bromeo y ella para de besarme. 

―¿Estás loco? ¿A penas podemos con una y quieres otra? No, debes esperarme al menos 2 años o tres ― me dice entre risas mientras me besa. 

―Bueno, pero… ¿podemos practicar no? ¿Qué dices? ― y vuelvo a poner mi mano en el sito donde se encontraba antes. 

Ximena cierra los ojos disfrutando de la sensación, mientras sus labios se atan a los míos sin poder soltarse, por unos minutos nos quedamos así hasta que ella se ríe al sentir el deseo recorrer su cuerpo ― Tristán ― murmura y luego recarga su rostro sobre mi hombro. 

― Te amo preciosa ― le murmuro y ella me ve a los ojos. 

―Te amo más… ― responde― y no puedo esperar a que veas la fiesta que te preparé mañana. 

―¿Me darás un serenata? ― le pregunto y ella sonríe.

―No, pero si te gustará… sé que te gustará ― me dice y luego me da un beso ―¿Cenamos? Muero de hambre. ―

―Sí, te prepararé unas quesadillas con queso Oaxaca que compré en la cremería ― le digo y luego de ayudarla a bajar me lavo las manos y me pongo a cocinar. 

***

Ximena no mentía, la fiesta de cumpleaños que me había hecho excedía todas mis expectativas, no sólo decoró toda la casa con globos y luces, sino también el jardín del techo que ya se había vuelto lugar para las reuniones que teníamos familiares o con amigos. Para esta ocasión mandó a hacer un pastel grande que decía feliz cumpleaños “Tristán” y un dinosaurio en medio ya que sabe que soy fan de ellos. 

La fiesta fue lo que llaman aquí una “carnita asada” ddónde asamos cecina, cebollitas cambray, calentamos las tortillas con queso encima y ella preparó una ensalada de nopales, guacamole y distintas salsas para acompañar. 

―Sin partos esta vez ¿no cuñado? ― me dice Paco divertido mientras tengo a Luz sentada sobre mi regazo y comiendo un poco de queso derretido. 

Siempre me hace la misma broma y me sigo riendo ya que eso significa que el nacimiento de Luz es uno que es difícil de olvidar. 

Las luces del jardín se apagan y Ximena sube con un pastel en las manos mientras unas bengalas de colores sacan chispas arriba de él y todos me cantan el feliz cumpleaños al unísono. Sonrío y Luz me señala las chispas mientras me voltea a ver. 

―Si mi amor… son chispas, espera a que se apaguen ― le pido y bajo sus manitas para que no se queme. 

A la bio, a la bao, a la bim bom ba, Tristán, Tristán ¡Ra! ¡Ra! ¡Ra! 

Dicen todos mientras las velas se van extinguiendo ― feliz cumpleaños mi amor ― me dice Ximena feliz y me da un beso en la boca. Ese descuido provoca que Luz meta la mano en el pastel y tome un poco del merengue. 

Ohhhhhh 

Dicen todos y luego se ríen al ver que la niña se mete un poco de merengue a la boca y lo disfruta ― ¿Me das de mi pastel? ― le digo tierno y ella me enseña la mano y yo le quito un poco ― mmmm, rico ― le digo y Luz asiente. 

Ximena le limpia la mano con ternura y la niña sonríe ― ahorita te doy pastel ¿si mi amor? Deja que tu papá coma.―

 Luz continua metiendo la mano al pastel por lo que se la doy a Lucha provocando una rabieta que Ximena tardó en controlar por unos minutos, distrayéndola con los focos o con los globos que adornaban el lugar. Por fin, después de un tiempo me acerco a ellas y Luz abre y cierra los puños de sus manitas pidiéndome que la cargue. 

―Ven con papá ― le digo orgulloso y ella me sonríe feliz. 

―Te tengo un regalo ¿me acompañas abajo? ― me dice Ximena. 

―¿No es otro parto en la sala? ¿Verdad? ― le digo y ella sonríe. 

―¡No! No es eso. Ven.―

Los tres bajamos y caminamos hacia la habitación y ella saca dos cajas una pequeña y otra un poco más grande. 

―Abrelo ― me pide. 

Con ayuda de Luz que mete las manos arranchando el papel ― ¿quieres ver el regalo? ― le pregunto y la nena sigue rompiendo el papel y cuando por fin lo abrimos veo una foto de Ximena y yo ―¿Qué es esto? ― pregunta. 

―Una amiga de Maquena regresó a Las Vegas hace meses para un concierto y saliendo de un lugar vio esto en una capilla, la tenían como exhibición de los paquetes que ofrecen y pues… somos nosotros. ―

Veo la fotografía atento y sonrío, ahí estamos Ximena y yo saliendo sonrientes de nuestra boda en Las Vegas y a ver su vestido recuerdo lo que le dije al conocerla en ese bar ― Tú no lo sabes pero, nos vamos a casar ― murmuro y ella me ve extrañada. 

―¿Qué? ―

―Eso te dije cuando te conocí “Tú no lo sabes pero nos vamos a casar” y me sonreíste como siempre lo haces y luego me contestaste “Ni siquiera me conoces” y yo respondí… ―

―“Casémonos, y tendremos la vida para hacerlo”― murmura ella y me sonríe. 

Ximena se queda en silencio mientras las lágrimas le caen por las mejillas. Una foto, una sola foto ayudó a que recordara la primera línea que le dije antes de pasar a todo esto que estamos viviendo. 

―Y ahora tenemos la vida…― dice viendo a Luz. 

―Me encantó mi amor… muchas gracias ― le digo y tomo la foto enmarcada y se la enseño a Luz ―Mira mi amor… somos tu mami y yo ― y la niña hace sonidos de felicidad. 

―Y esta es el otro regalo ― y me enseña una cajita donde adentro hay un llavero de un globo aéreo.―

―¿Qué es esto? ― le pregunto. 

―¿Querías conocer Teotihuacán no? ― me pregunta feliz y yo asiento ―pues iremos en un viaje en globo y lo conoceremos desde arriba y luego desde abajo… comeremos en algún lugar por ahí y tendremos una hermosa cita ¿te parece? ― pregunta. 

―¿Me estás copiando lo de las citas? ― le pregunto y ella sonríe.

―Sólo un poquito, pero creo que un cumpleaños número 30 se merece festejarlo de la mejor manera ¿no? En la cima ― y me sonríe. 

Me acerco a ella y la beso en los labios ― me encanta Ximena Caballero, no puedo esperar por tener esta cita contigo.―

―Verás que te fascinará, es más… nunca la olvidarás ― me asegura y me da otro beso que provoca que Luz meta su cuerpo entre los dos y nos separe abrazándome del cuello ― ¿no me dejas besar a papá? ― le pregunta y la niña le pone una manita sobre los labios. 

―Lo siento mi amor, Luz sabe que soy solamente suyo ― bromeo y Ximena se ríe. 

―Venga, vamos para arriba, si no pensarán que estamos en otro trabajo de parto y ya seremos la comidilla ― bromea y los tres nos subimos para continuar la fiesta. 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *