Alegra 

No lo puedo creer, ahora que me siento más feliz que nunca mi familia regresa una vez mas a arruinarme, y eso no lo voy a permitir. He pasado toda la tarde viendo al teléfono como idiota, mientras estoy consciente de que David va a llegar en cualquier momento y me pedirá que me arregle para ir a la cena con el que quiere que sea su próximo socio. No sé si sea momento de decirle lo que ha pasado o esperar a que mi hermano llame para saber qué es lo que desea. 

«La verdad no entiendo, ¿por qué arruinar la vida así cuando uno es más feliz?, ¿a caso es un tipo de karma que estoy pagando?», pienso para mí misma, mientras muevo mi pierna en señal de que estoy ansiosa y nerviosa. 

Me pongo de pie y aviento el teléfono hacia el sofá — basta Alegra, solo basta — me repito — no dejes que esto te consuma, solo resuélvelo de lo más rápido posible y no dejes que opaquen tu felicidad, ¿está claro? Evita esto antes de que se vuelva un desastre. 

En eso la puerta de la habitación se abre y veo a  David entrar sonriente— ¡mi vida! — habla feliz y camina hacia mí para tomarme de la cintura y elevarme por los aires —¡lo he conseguido!, ¡lo he conseguido!

—¿De verdad? — pregunto emocionada. 

—Sí, logré que firmaran conmigo y ahora tengo alguien más que se une a la empresa, cerraremos el trato el lunes, ¡estoy tan feliz que quiero gritar de emoción! 

—¡Me encanta! — le digo realmente feliz— me encanta, no sabes lo orgullosa que estoy de ti. 

—Te juro que luché tanto para no saltar de alegría saliendo de ahí, pero, si hubiese podido, te juro que lo hago. 

—Yo hubiese saltado contigo — le aseguro. 

David me da un beso sobre los labios y luego acaricia mi cabello mientras me ve a los ojos — te extrañé tanto, no me basta con verte cada fin de semana. Ojalá hubiese una sede en Madrid para poder estar allá. 

—Yo también te extraño, pero por ahora así son las cosas— respondo. 

Su preciosa mirada, esa tan intensa y brillante que tiene se clava en la mía que no sé como se encuentre en este momento — solo falta el socio de esta noche y si todo sale bien, será la mejor de las rachas, una muy buena— habla en tono extremadamente feliz. 

—Me alegra— contesto. 

De pronto él cambia la mirada, entrecierra los ojos como si tratara de leerme —¿todo bien? — inquiere. 

Me quedo viendo su rostro y al notar lo serio que se puso sé que estoy a punto de arruinarle el momento, así que me olvido de lo que pasó con mi hermano y asiento con la cabeza — todo bien, amor. Solo que estaba triste porque no habías regresado, te extraño — le repito. 

—Y yo más, pero te juro que todo se arreglará Alegra, te lo juro. Faltan algunos meses para que nos casemos de nuevo y ya podremos estar juntos de nuevo todos los días por el resto de nuestras vidas. 

—Claro que sí— afirmo, acariciando su rostro. 

—Bien, entonces… tengo un regalo para ti. 

Me río —¿un regalo?, David, amor, ¿qué quedamos con los regalos?

—Uno más y ya…— me comenta como si no fuera importante— cierra los ojos. 

—David— le digo, mientras lo veo a los ojos como si quisiera regañarlo. 

—Venga, ciérralos, te juro que no está entre tus objetos prohibido para regalar— me insiste. 

Cierro los ojos, tomo un suspiro y con una sonrisa espero la sorpresa. Escucho como David camina por la habitación y luego vuelve a acercarse a mí— estira las manos— me pide. 

Lo hago con cuidado cuando de pronto siento el peso de una caja que hace que frunza el ceño—¿qué es? 

—Ábrelos. 

Al hacerlo, veo una caja de madera y mi nombre labrado en ella —Alegra Bustamante — pronuncio. 

—Espero te guste. Quería dártelo desde antes pero, ya sabes, no era posible, la casa está labrada a mano solo para ti. 

Con cuidado abre la caja de madera y en el interior veo un estetoscopio tan brillante y bonito que me hace sonreír. 

—¡Es hermoso!— hablo animada. 

—Quiero vértelo muy pronto, corazón, lo llevarás junto con esa preciosa bata blanca y con él escucharás los corazones de los niños— me dice con ternura. 

—Me encanta, muchas gracias. 

—De nada, no puedo esperar el día en que tú hagas tu sueño realidad como yo he hecho los míos —sus ojos se vuelven a clavar en la mía —¿segura que estás bien?, ¿haz llorado?  

—¡Claro que sí!, estoy bien— expreso, y esta vez me lo creo más que la primera ya que estar a su lado me da tranquilidad y seguridad — solo que se nos está haciendo tarde amor y no queremos hacer esperar a tu otro socio, estás de buena racha y hay que aprovecharla, no queremos que la buena suerte se salga de tus manos. 

David me toma de la cintura y me sonríe — tu eres mi buena suerte — recita — Alegra Bustamante, mi Alegra buena suerte. 

Me muerdo el labio mientras una sonrisa se dibuja en mi rostro sin poderlo evitar. Puedo sentir cómo mi rostro se enrojece y como mi corazón late tan emocionado que me hace sentir viva — y tu eres mi mundo, David Canarias. Te amo. 

—Te amo— repite. 

Ambos nos damos un beso sobre los labios que expresa toda la felicidad que tenemos guardada. Él se abre paso entre mi boca y comienza a tocar mi lengua mientras yo hago lo mismo que la suya. Siento cómo me aprieta más hacia su cuerpo, como si quisiera fundirse conmigo y ser solo uno. Poco a poco se separa de mí, dejando un hilo de deseo entre los dos. 

—Ya tendré tiempo para eso — me murmura — ahora, vamos a cambiarnos, que nos esperan. 

—Vamos—respondo. 

—Me daré una ducha rápida por si gustas acompañarme — me dice, y comienza a quitarse la camisa para luego aventarla hacia mí, yo la atrapo. 

—Adelántate, voy en un momento, solo veré que mi vestido esté listo — le informo. 

—Vale, no tardes, corazón. 

Observo como él entra al baño y momentos después el ruido de la ducha. Sé que tal vez debí comunicarle a David sobre lo que había acontecido por la mañana, pero al verle tan feliz, tan confiado y después de las palabras que me dijo, no quiero ser su “Alegra Mala Suerte”, siempre quiero ser la de la buena suerte. Así que, enfrentaré a mis hermanos, les pondré un alto y no permitiré que se metan en mi vida. Esta vez, seré yo la que ponga el punto final en la relación, y me alejaré por completo de sus vidas, porque ahora la mía se encuentra al lado de David Canarias. 

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