David 

Tal vez sea una locura lo que estoy haciendo y sé que para mis padres lo será aún mas, pero no puedo dejar de pensar que Alegra es la mujer que he estado esperando desde hace tiempo y que sé que con ella podré ser muy feliz. Ambos nos subimos a mi auto y manejo hacia una de los miradores más bonitos que hay de la ciudad, donde se puede ver el mar a lo lejos y los amaneceres son increíbles. Ella va en silencio observando cada detalles del paisaje y jugando con el anillo de caramelo que le acabo de dar. 

―Puedes comer el caramelo, si quieres― le indico. 

Ella estira la mano y lo ve brillar ― ¿Y perder el único diamante que me han dado en la vida?, jamás, profiero quedarme con el antojo― responde entre sonrisas. 

Adoro esa mezcla de sarcasmo y picardía que tiene, la manera en que siempre responde, como si completara mis frases o adivinara mis pensamientos. Pensé que el amor a primera visita era una tontería, que nadie lo vivía y que simplemente era una fantasía que nos vendía en los cuentos de hadas, pero hoy el destino me ha callado y me ha demostrado que es real y a mí llegó a través de una voz. 

―Ya casi llegamos, no vayas a quedarte dormida― le advierto. 

―¿Crees que puedo dormir?, estoy con una persona como tú, guapo, simpático, , en un Ferrari del año, después de una fiesta fantástica y con un bien pago en la bolsa y ¿crees que me voy a dormir cuando por primera vez la realidad es más bonita que un sueño?― me pregunta. 

―Eso es bueno, cuando la realidad supera los sueños es porque algo bueno está por pasar, ¿qué no?, es el el destino― murmuro la última frase. 

Alegra se ríe y su risa es igual de melodiosa que su voz― ¿de verdad que eres romántico eh? 

―¿Tiene algo de malo?― inquiero. 

―No, pero hay pocos que son así. De pronto los caballeros se acaban y encontrar a uno es más grande que el descubrimiento de una ruina antigua. 

―¿A caso me dices viejo y desgastado? ― pregunto y ella lanza una carcajada. 

―No, eres demasiado joven, ¿cuántos años tienes? ¿Diecisiete? 

―Diecinueve, y ¿tú? 

―Veinte. 

―No te preocupes, te prometo que no pasa del año antes de que cumpla veinte ― bromeo. Ella vuelve a reír mientras yo doy la vuelta para entrar al hotel. Es evidente que Alegra voltea a verme y yo niego con la cabeza ― no es lo que parece. 

―¿Te creeré? 

―Te lo juro― respondo. 

Bajo de mi auto y de inmediato le doy al portero las llaves de mi auto para luego abrirle la puerta a Alegra que baja un poco insegura. Cuando la tengo frente a frente puedo notar unas leves pecas que están cubiertas por el maquillaje, también un leve color broceado por lo que me indica que ella viene de un lugar donde hay mucho sol y mar. 

―Vamos, te juro que no te arrepentirás. 

La tomo de la mano y juntos entramos al hotel, mientras vamos caminando por el lobby, cuando por fin entramos al elevador y nos quedamos solos ella se ríe bajito. 

―¿Me dirás que el hotel es de tu familia? ― pregunta. 

―No, es de mi primo, el de la boda, la parte de mi familia no posee hoteles. 

―¡Guau!, vaya respuesta. 

―Bueno, es lo que hay.

Por fin llegamos hasta el último nivel del edificio y cuando salimos por el pasillo abro la única puerta que hay para llevarnos hasta el techo del hotel que nos muestra, tan sólo subimos las escaleras, una vista increíble e iluminada de la ciudad; frente a nosotros el mar, que nos indica su presencia con el maravilloso ir y venir de las olas. 

―De verdad es la mejor vista de la ciudad― concuerda. 

―Te dije, y nosotros tenemos los primeros asientos para la salida del sol ― comento y le muestro dos sillas de jardín que se encuentran ahí― mis amigos y yo solemos venir mucho a platicar y divertirnos acá arriba y en año nuevo a ver los juegos artificiales. 

Alegra se sienta sobre una de las sillas y yo lo hago a su lado. Para nuestra fortuna, hoy es la noche más estrellada en Ibiza por lo que ellas me están haciendo favor de hacer que esta noche sea de verdad inolvidable. Por un momento nos quedamos viendo el paisaje, que nos hace perdernos en el gracias a las diferentes tonadas de luz entre el cielo y la tierra. 

―Mi nombre es David Canarias ― me presento. 

―¡Qué casualidad yo soy de allá!― me responde emocionada ― soy de Gran Canaria. 

―¿En serio? 

―Así es… 

―¿Ves?, y ¿así crees que el destino no está de nuestra parte?― pregunto. Alegra me sonríe y acerca un poco más su silla ―¿Eres cantante? 

Alegra niega con la cabeza ― quiero ser pediatra, la fase del canto es eso, sólo una fase, llegó a mí porque tengo bonita voz y suelo cantar en un restaurante en Gran Canaria. Mi amiga que cantaba renunció y yo tomé su trabajo. Pagan bien y viajo así que ¿por qué no tomarlo?, pero sólo es mientras puedo ahorrar y ayudar a mis padres. No quiero que sea un trabajo permanente, quiero poder estudiar medicina y llegar a ser una gran pediatra. 

―Pues, aunque no sea tu sueño, lo haces muy bien, tienes la voz más hermosa que he escuchado en toda mi vida― la alago. 

Alegra se ríe―¿de verdad?, entonces has escuchado muy pocas cantantes. 

―Creo que he escuchado las suficientes como para decirte que de verdad, tienes una voz muy hermosa― contesto.Veo el anillo de caramelo que trae en su dedo y levanto justo esa mano para besarla. Alegra con la otra roza mi mejilla y hace que levante el rostro. 

―No soy quién buscas David Canarias― dice mi nombre completo― no soy para ti, así que te regalo esta noche para que ambos la recordemos y no nos carcoma el arrepentimiento. 

―¿Por qué no dices que no eres para mí?, ¿alguien te lo dijo? 

―Lo sabes y yo lo sé, amenicé la boda de tu primo, vi a los invitados y el ambiente, créeme la chica francesa de la mesa siete es más tu estilo― y sonríe. 

Me acerco a un más a ella e inclino mi cuerpo hacia delante para estar más cerca de su rostro―sé cual es mi apellido, no me lo tienes que recordar, sé también quién es mi familia, lo tengo muy claro, todo lo que se supone que debería hacer o querer. Pero soy un hombre completamente independiente cuando se trata del amor, de lo que siento, de lo que quiero, y resulta ser que tú lo tienes todo y créeme cuando te digo que no es lo que tu viste en esa fiesta llena de hipocresía y relaciones por conveniencia, ¿crees en el amor a primera vista? ― pregunto. 

Sorprendentemente Alegra asiente― creo en el amor a primera vista. 

―Y, ¿al amor a primera voz?― inquiero y ella asiente―eso es lo que siento contigo. Estoy seguro Alegra que el destino nos ha unido esta noche para que nos conozcamos y construyamos cosas maravillosas entre los dos, un futuro, una vida, un destino juntos, ¿no lo sientes así?

Alegra me regala una sonrisa y las pechas de su rostro que forman una pequeña galaxia sobre su piel, se mueven levemente formando un línea curva ― David, sólo soy un momento pasajero en tu vida. En unas horas cuando amanezca yo partiré de regreso a Gran Canaria y tú te quedarás acá. Verás que todo lo que me dijiste esta noche fueron palabras de amor que salieron gracias a una combinación de emoción y whisky y luego continuarás con tu vida. 

Niego―Continuaré buscándote hasta que aceptes una cita conmigo. 

―¿Una cita conmigo?, ¿irás hasta dónde vivo a una cita conmigo?― pregunta sorprendida. 

―O puedo traerte para que tengas una cita acá conmigo, dime qué prefieres y yo obedeceré. 

Ella vuelve a reírse, pero sé que no lo hace en forma de burla si no porque le da vergüenza, no sabe como actuar frente a mí o a la vez yo me he visto muy presumido, sacando mis mejores armas para poder conquistarla. 

―Hagamos algo― me dice segura. 

―Lo que desees. 

―Yo te doy mi número de teléfono, ahora en este momento, te lo repito tres veces y si te lo memorizas me llamas el próximo miércoles por la tarde y si no lo haces te olvidas de mí. Si el destino está involucrado y se comprueba con esta prueba entonces le hago caso y me caso contigo― me dice segura. 

Mi rostro de emoción lo expresa todo, pero también el hecho de que adoro este tipo de pruebas y retos. Así que me acomodo el cuello de la camisa y las mangas y asiento ― vale, dímelo, si te llamo el próximo miércoles por la tarde aceptas que lo nuestro es destino y te casas conmigo el próximo verano en Gran Canaria. 

―Hecho― dice Alegra segura y ambos cerramos el trato con un apretón de manos. 

―Vale, dime tu número de teléfono― le animo― pero el verdadero, sin trucos. 

―Sin trucos, lo prometo ― y me muestra su dedo meñique para luego yo entrelazar el mío con el de ella. Alegra suspira y en una velocidad bastante rápida dice los dígitos de su teléfono, cuando termina me pregunta ―¿de nuevo? 

―De nuevo. 

Ella vuelve a repetirlo una vez más y al llegar a la tercera vez lo repite un poco más lento. Cuando mis oportunidades de aprendérmelo se terminan ella me sonríe― listo, ahí están los números del destino David Canairas, espero sepas que hacer con ellos. 

―Ten por seguro que lo haré Alegra…― y me quedo en silencio para que ella me diga su apellido. 

―Bustamante, Alegra Bustamante― se presenta. 

―Pues Alegra Bustamante, te pido que vayas pensando en tu vestido de novia, tus damas, la locación porque dentro de un año nos casaremos en Gran Canaria, al lado del mar. 

―Eso es muy exacto, no creo que el destino sea de esta forma ― Habla. 

―Este soy yo hablando, porque estoy seguro de que eso va a pasar, ya lo verás, tú ya lo verás. 

La melodiosa risa de Alegra se escucha de nuevo, sé que le gusto y que mis probabilidades de conquistarla son bastante altas― ¿qué te parece si dejamos hablar de destinos y mejor me cuentas esa tradición del ramo que no conocía? ― me pregunta. 

Me río bajito―Dios, esa tradición ridícula que no se puede romper porque dicen que trae mala suerte en los negocios de mi familia, no sé si es un tema que tenga ganas de hablar. 

―¿Entonces de qué hablamos por las siguientes cuatro horas? ― me pregunta. 

―De todo lo que vamos a construir juntos. Imaginemos lo que vendrá,dime tus sueños, tus anhelos y yo te diré los míos. Si el miércoles recibes mi llamada ya llevaremos un largo recorrido de planes. 

―Y, ¿si no llamas? 

―Sólo seremos dos locos sobre un techo, con una vista maravillosa y bajo el cielo estrellado, contándonos sueños y secretos y ambos guardaremos esto como un bonito recuerdo de que hubo alguien, una persona, en una isla diferente a la tuya, que te escuchó atentamente mientras te miraba a los ojos y pensaba “ojalá lo logre, ojalá no se quede en sueños”― le comento. 

Alegra se sonroja y se muerde el labio ― ¿Eres real? ― me pregunta. 

―Tan real que te ayudaré a construir todo lo que desees, todo lo que anheles y sueñes, tan real como que esta noche te puedo decir que me has robado el corazón y espero lo cuides mientras estés lejos― recito acariciando su rostro lentamente, ella cierra los ojos y me sonríe. 

―Que así sea― responde―que así sea.

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