David 

Dos años han pasado tan rápido que no sé exactamente dónde se fueron, solo sé que nos han dejado mucho aprendizaje, amor y ganas de seguir adelante, de crecer y seguir juntos. 

Un mes después de la noticia del bebé, Alegra lo perdió y, aunque volvimos a intentarlo, una tercera pérdida nos hizo detenernos y decidir que por el momento no llegaría otro Canarias a nuestra vida. Fue triste, pero, nuestra salud mental estaba en juego y nos daba terror que el cuerpo de Alegra sufriera los estragos de tantas pérdidas. Por lo que nos dijimos “somos jóvenes, podemos hacerlo más adelante”, y así nos olvidamos de la idea, al menos por un rato. 

Entonces, ambos nos concentramos en nuestras carreras, en nuestro matrimonio y nuestros logros, tanto personales, como en conjunto. Alegra, por su parte, está a punto de terminar otro semestre de la carrera de medicina y ahora trabaja en un hospital donde está haciendo sus prácticas. También ha comenzado a involucrarse un poco en la empresa y tiene la idea de hacer una fundación para ayudar a las familias de bajos recursos. Me alegra que tenga esa idea y, aunque por ahora no es posible, sé que dentro de unos años podremos hacerlo. 

También, juntos, hemos comenzado a salir más, disfrutarnos como pareja y matrimonio joven. Así que, salimos al teatro, a la ópera, al ballet y a cenar. Nos gusta pasar tiempo juntos, haciendo el amor, riendo y disfrutando de lo que tenemos. Incluso, hemos aprendido a disfrutar las constantes cenas con los socios, con los Lafuente y una que otra reunión de trabajo donde la presumo orgulloso, con una sonrisa en mi rostro y feliz de lo que somos. 

Por mi parte, mi empresa ha tenido cambios. La sede de Madrid ya es una realidad y también mi unión con los Lafuente. Ya no hay empresas Canarias, ahora son empresas LafCan, lo que nos ha hecho más fuertes y competitivos en el mercado. Por desgracia, ahora, nuestros competidores directos son las empresas De Con, algo que sabía que pasaría y que era imposible de evitar. Sea como sea, el padre de Tristán es un buen hombre de negocios y me costará sacarlo del mercado, sin embargo, algún día pasará y estoy seguro de que lo haré de la mejor manera. 

Por fortuna, este tiempo nos ha ido genial, se ha reflejado el trabajo grande que hemos hecho y, ahora, ya soy conocido como un hombre de negocios capaz y brillante. Ahora mi nombre es el que está de boca en boca y poco a poco han ido olvidando el de mi padre. David Canarias Báez se ha ido y ahora David Canarias Donato es el futuro, el visionario, en imparable; yo soy quién salvó su legado y que pronto lo hará más grande y mejor. 

[…] 

⏤¿Señor Canarias? ⏤ escucho la voz de Carmen, mi asistente. Al voltear a verla a la puerta, ella me sonríe. 

⏤Dime. 

⏤Su esposa, en la línea tres. 

⏤Muchas gracias ⏤ le respondo y levanto el teléfono para inmediatamente relajarme y recargarme sobre mi silla ⏤dime cariño. 

⏤Hola amor, ¿te cojo ocupado? 

⏤Un poco, pero, puede esperar, así que dime. 

⏤¿Crees que hoy podamos pedir pizza o algo rápido para cenar?, no creo llegar a tiempo a cocinar algo… nos pidieron que nos quedáramos a una capacitación y sabes que no puedo decir que no. 

Suspiro ⏤Alegra, corazón, ya te he dicho mil veces que no tiene nada de malo contratar a alguien que ayude en la casa. 

⏤Lo sé, pero me gusta nuestro piso para nosotros solitos. Ya en Ibiza tenemos a todo el personal que siempre murmura y nos espía desde los rincones… si contrato a alguien, ¿cómo podrás ir a la cocina en ropa interior? ⏤ me pregunta, haciéndome reír. 

⏤Vale, entiendo tu punto… al menos déjame pedir comida del restaurante italiano que nos gusta, ¿si?, ¿me dejarías eso?. 

⏤¡Vendido! ⏤ expresa, para luego reírse ⏤ entonces, era todo lo que te quería decir…llegaré un poquito tarde, ¿vale? 

⏤Te esperaré con unos ravioles que te mueres ⏤ respondo y ella ríe. 

⏤Te amo, mi amor. 

⏤Te amo, mi corazón. Espero tu capacitación no sea tan aburrida… nos vemos. 

⏤Adiós ⏤ y escucho como me lanza un beso. 

Vuelvo a poner el teléfono en su lugar ⏤¿Carmen? ⏤ le llamo. 

Momentos después mi asistente entra ⏤ dígame señor. 

⏤¿Puedes pedirme lo de siempre del restaurante italiano?, que lo envíen a mi piso y que lo reciba el portero. 

⏤Sí señor Canarias. ⏤ Responde. 

Las puertas de la oficina se cierran y una vez más me encuentro solo, leyendo los reportes de las áreas, los resúmenes de finanzas y escuchando ese tic tac del reloj que a veces puede llegar a desesperarme. 

De pronto, sin nada de aviso, escucho unos gritos afuera y como Carmen le ruega a alguien que no pase, que debe anunciarle. 

⏤¡Yo hago lo que se me pega la gana! ⏤ grita un hombre y, en seguida, un hombre alto, de barba y mirada llena de furia, se presenta ante mí. 

⏤¿Qué pasa aquí? ⏤ pregunto, poniéndome de pie y sacando el pecho para demostrar mi autoridad. 

⏤Lo siento, señor, yo le pedí que… 

⏤Mi nombre es Felipe Burgos ⏤ habla el hombre sin despegar mi mirada de la suya. 

Carmen se quita las gafas y las limpia ⏤¿llamo a seguridad, señor? 

⏤Sí Carmen, no voy a tolerar que esté pasando esto ⏤ le digo. 

Felipe camina hacia mí y se acerca al escritorio ⏤ no vas a llamar a nadie, porque no me iré de aquí hasta que no escuches lo que tengo que decir. 

⏤¿Señor, Canarias? ⏤ pregunta Carmen. 

⏤Y, ¿quién eres tú para venir ante mí, empujar a mi asistente y entrar a la fuerza a la oficina? 

Burgos se acerca a mí y me dice en tono seguro ⏤ soy tu medio hermano, David Canarias, eso es lo que soy.

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