David
No puede salir de mi cabeza la conversación que tuve con Lafuente sobre Burgos y, a pesar de que mi negocio con los Ramírez- Sainz es en verdad fructífero, mi cabeza sigue en esa conversación, ese evento que no me ha dejado tranquilo.
¿Será verdad que mi padre hizo todo eso a mis espaldas?, ¿qué hacer?
Ayer llegué muy tarde a la casa, cuando abrí la puerta Alegra se encontraba profundamente dormida sobre la cama con un libro sobre el pecho, así que simplemente me quité la ropa y me metí en la cama para abrazarla y decirle al oído “lo siento, no era mi intención llegar tan tarde”, y luego me quedé dormido.
Sin embargo, el ruido del teléfono me despierta, unas horas después, haciendo que abre los ojos. Veo a lo lejos que apenas el sol va saliendo por el horizonte y que se refleja en la venta de la habitación. Volteo y veo a Alegra abrazada a mi cuerpo, por lo que me cuesta trabajo levantarme sin despertarla. Hoy es su día libre y necesita descansar después de la jornada en el hospital.
Camino hacia la sala y tomo la bocina ⎯¿Diga?
⎯¿Señor Canarias?, debe venir de inmediato a Ibiza ⎯ escucho la voz de Lina.
⎯¿Qué?, ¿por qué? ⎯ pregunto sin entender.
⎯Porque hay un hombre que está tratando de instalase en casa de su padre.
⎯¿Perdón? ⎯ pregunto, ⎯¿cómo que tratando de instalarse?
⎯¿David? ⎯ escucho la voz de Alegra detrás mío.
⎯Sí, llegó y dijo que esa casa le pertenecía y que era momento de tomar posesión.
Bajo el teléfono y cierro el puño ⎯¿Quién lo dejó pasar?, ¿Martín?
⎯Fue muy, muy muy insistente, mejor venga usted, que a nosotros no nos hace caso.
⎯Voy para allá, salgo en una hora, dile a Martín que por favor no lo deje que se vaya, ¿entiendes?
⎯Sí señor.
Termino la llamada y doy un ligero golpe sobre la pared. No puedo creer que este hombre esté haciendo esto, ¿quién se cree?, ¿qué le pasa? Cuando volteo mis ojos hacia la puerta, puedo ver a Alegra viéndome atenta.
⎯¿Qué pasa? ⎯ me pregunta.
⎯Tengo que ir a Ibiza, hay un asunto que tengo que atender ⎯ le comunico.
Entro por le marco de la puerta y voy hacia el armario para tomar uno de los trajes y ponerlo sobre la cama.
⎯¿Te puedo ayudar en algo? ⎯ me pregunta Alegra, en una voz tímida.
Volteo y niego con la cabeza ⎯ no amor, estoy lo debo de resolver solo, es algo que es nuevo y no sé como manejarlo.
⎯Y, ¿cómo es? ⎯ insiste.
⎯Algo de… ⎯ en eso recuerdo lo que me dijo Lafuente y lo pienso mejor ⎯ algo que no será difícil de solucionar si me voy ahora, pero, te prometo que cuando regrese te lo cuento todo.
⎯¿Cuántos días te irás? ⎯ insiste, mientras me meto a la ducha.
⎯No sé, espero que sea solo un día, pero, te prometo que regresaré, sé que debemos ir a comprar los regalos de Navidad para los Lafuente, y bueno, otras cosas. Sé que también tenemos que ir a la cena de navidad del hospital y que pronto te graduarás… ⎯ le informo.
Tal vez en este momento estoy dándole a Alegra toda esta información para que deje de preguntar, y si, es verdad, pero, no tengo mucho tiempo para sentarme y explicarle que tengo un supuesto medio hermano que me está haciendo la vida imposible.
Ella se queda afuera y al ver que ya no respondo me dice ⎯ iré a hacerte al menos café.
⎯Sí Cariño, te lo agradecería⎯ respondo.
¿Cómo es que Burgos se metió en la casa?, ¿quién le dijo dónde vivía?, ¿a caso mis tíos y primos saben de esto?, pienso, mientras trato de asearme lo más rápido que puedo.
Momentos después, salgo de la ducha, me amarro la toalla a la altura del las caderas y con otra me seco el cabello, me cepillo los dientes, reviso que mi barba siga perfecta y luego salgo a la habitación para vestirme. Siempre tardo tiempo en arreglarme porque me gusta está perfecto pero, esta vez no tengo tiempo.
⎯Ya está listo tu café⎯ me dice Alegra, en una voz que sé denota tristeza.
Levanto mi rostro y la veo de pie, con esa camisón de lana de color rojo que cubre perfectamente su esbelto cuerpo y ese cabello largo y rizado cayendo despeinado por encima de sus hombros. Le sonrío⎯ amor, sé que te prometí que me iba a quedar este día pero es importante.
⎯Lo sé⎯ responde, y puedo ver cómo coge las mangas de su pijama y las aprieta en un puño.
Estiro la mano para que ella la tome y, cuando lo hace, la jalo hacia mí para tomarla de la cintura y sentarla sobre mi regazo. Cuando estamos frente a frente sus hermosos ojos brillan haciéndome sonreír. Acaricio su rostro y beso sus labios⎯ te prometo que estaremos juntos pronto, ¿si?, sé que tú me entiendes Alegra.
⎯Lo hago⎯ responde.
⎯Esto no se construye de un día para el otro y hay cosas que debo resolver.
⎯Lo sé⎯ repite.
⎯Y que solo es cuestión de entenderlo pero, regresaré, cenaremos en Navidad, tendremos un bonito fin de año y luego pasaremos al siguiente donde mi pediatra se graduará ¿no?, y será un sueño cumplido.
Alegra acaricia mi rostro y me sonríe⎯ David, hay algo que debo decirte.
⎯¿Cómo qué? ⎯ pregunto, y veo el reloj que hay sobre la pared de reojo.
⎯Sobre una situación que se ha presentado y que creo que es importante que lo veamos.
Le doy un beso sobre la frente y la siento sobre la cama⎯ ¿Es una situación que puedes resolver tú por el momento? ⎯ le pregunto, mientras me arreglo la corbata⎯ voy un poco tarde en este instante.
Alegra se queda en silencio por un momento y luego asiente con la cabeza⎯ creo que sí.
⎯Sabes que siempre te ayudo, amor, pero… crees que esta vez puedas ayudarme a resolverlo. Estoy un poco sobrecargado de cosas y a veces no puedo con todo, excepto que de verdad no lo puedas resolver, que no haya solución.
Alegra niega con la cabeza ⎯ creo que lo puedo resolver. Mi intención no es molestarte, amor.
⎯No me molestas, solo que a veces todo esto es… abrumador⎯ la tomo del rostro y le doy un beso⎯ confío en ti, Alegra Bustamante. Eres una mujer inteligente, buena y que sé puede tomar esta responsabilidad sin problemas… recuerda que somos un equipo.
⎯Lo sé⎯ me responde.
⎯Y que cuento contigo para que todo esto funcione. Un día, cuando todo esté estable nos estaremos riendo de esto en nuestra casa en Ibiza, al lado del mar…
Alegra me responde el beso⎯ te amo, te amo mucho… vuelve pronto, ¿quieres?, no me gusta quedarme sola por tanto tiempo.
⎯Te lo prometo… ⎯ le digo.⎯ Y sabes que yo cumplo todas mis promesas.
Las buenas y las malas, me viene a la mente.
⎯Lo sé⎯ responde.
⎯Bien. Cualquier cosa le hablas a Lina y ella que se comunique conmigo.
⎯No, con Lina no, sabes que me odia⎯ me responde Alegra poniéndose de pie y siguiéndome hacia la puerta.
⎯¿Cómo te puede odiar?, eres la señora de la casa…. Si no te agrada la despides y ya⎯ le indico. Y sí, Lina la odia pero no por ser Alegra, si no porque era muy apegada a mi padre y ahora con esta nueva administración está teniendo problemas.
⎯No voy a despedir a una mujer antes de Navidad, es cruel.⎯ Responde.
Llego la puerta, tomo el termo con café y la abro. Volteo para darle un beso⎯ eres una mujer tan dulce, considerada y linda… por eso te amo. Confío en tí, sé que todo lo puedes lograr. Te amo.
⎯Y yo más, David⎯ se despide con un tono de melancolía.
Le doy otro beso sobre los labios y uno sobre la frente⎯ regreso pronto, te amo.
Salgo por la puerta y la cierro dejando a Alegra sola en el piso, con el solo pensamiento de ir a Ibiza y arreglar los problemas que me está causando Burgos.
***
Si tan solo me hubiese quedado un minuto a escuchar, si tan solo me hubiese contado, toda esta historia hubiese sido diferente… eso es lo que quiero creer. Sin embargo, mi ambición y mi orgullo me cegaron, y descuidé lo que una vez prometí cuidar…