Alegra
-Dos días después-
Pedro desapareció, lo hizo después de que fue a la casa y se llevo los pendientes que le regalé, por lo que supongo que la promesa que hizo de no regresar la cumplió. Estuve monitoreando tanto la casa de Ibiza como en la empresa y ninguna noticia de ninguna carta llegó… creo que estoy a salvo, sin embargo sé que esto puede continuar.
Ese día que David se fue a Ibiza, traté de decírselo pero, él, me pidió que lo resolviera sola por lo que me da a entender que tengo que lidiar con esto y, al fin y al cabo tiene razón. El no decirle nada sobre mi relación con Pedro fue totalmente mi culpa y, si puedo ser honesta, no quisiera que se enterara de más cosas. Me da miedo que David me rechace, no quiero que él se avergüence de mí.
Antes, mucho antes, no me hubiese importado que David se enterase de mi pasado, de que supiese que Pedro y yo fuimos novios y estuvimos comprometidos y de que mi familia es prácticamente una porquería. Sin embargo, ahora me importa y mucho. El estatus que David tiene es bastante alto, ya es conocido en la esfera de los empresarios, en todo Madrid y no quisiera que mi antigua vida arruinara eso; la antigua Alegra, no ayuda para nada. Aún así, aunque sé que Pedro no molestará por algún tiempo, debo estar alerta, siempre alerta, no quiero qué llegue a arruinar mi felicidad.
Entonces, después de lo que pasó, me atrevía hacer algo que nunca pensé que volvería a hacer, contactar a mi familia para que pudiesen explicarme lo que había pasado, el porqué lo había hecho y lo más importante, ¿hasta dónde estaban involucrados?, por lo que, regresando de hacer unas diligencias, me encerré en mi habitación y marqué el teléfono de mi casa, con la esperanza de que nade me contestara pero, lo hicieron.
⎯¿Diga? ⎯ la voz de Galo se escucha en mi oído.
⎯¡Cómo se atrevieron a mentirme!, ¡a los padres de Pedro! ⎯ es lo primero que sale de mi garganta.
⎯¡Vaya!, tenían que revivir los muertos para que nuestra hermana se comunicara… ⎯ contesta, haciendo que me hierva la sangre.
⎯¡Que no me escuchaste!, ¡por qué lo hicieron! ⎯ le reclamo. Galo se queda en silencio pero no me contesta nada. Mi mano aprieta el teléfono con una fuerza descomunal, como si quisiera romperlo pero, solo me lastimo, y lo hago para liberar todo lo que siento en este instante ⎯ ¿por qué lo hacen? ⎯ insisto ⎯¿qué fue lo que yo les hice?, se supone que era su hermana.
Escucho una ligera risa del otro lado ⎯ nuestra hermana.
⎯Samuel, te lo pido, ¿por qué lo hicieron?, no saben en el problema en el que me han metido.
⎯Alegra, ¿cómo te atreves a pedirnos algo así? ⎯ pronuncia esa frase.
⎯Porque ustedes me metieron en problemas. Me hicieron pensar que Pedro estaba muerto y ahora piensa que yo confabulé con ustedes y quiere arruinar mi vida, ¡mi vida!, yo solo quiero ser feliz, solo quiero ser feliz, me merezco ser feliz.
⎯No, no te mereces serlo ⎯ me habla con esta voz tan fría que me hace cimbrar por dentro ⎯ eres como nosotros Alegra, nadie, absolutamente nadie, y siempre lo serás.
⎯Ustedes nunca me quisieron, mi propia madre me corrió y como me fui, ¿no merezco ser feliz?, ¿por eso arruinan mi vida?
⎯Si nosotros no somos felices, tú tampoco lo serás ⎯ se ríe ⎯ pobre de tu marido, no sabe con el tipo de mujer que se casó.
⎯Yo no hice nada, ustedes lo hicieron todo, ¡todo! Ustedes me robaban mi dinero, vendían mis cosas, me hicieron la vida imposible y mi madre no fue para defenderme. Solo quiero que me dejen en paz, ¡déjenme en paz!, ¡déjenme vivir! ⎯ grito, y el tono de marcado vuelve a sonar ⎯¡Samuel!, déjenme me paz ⎯ repito, para luego colgar la bocina y caer rendida sobre el suelo.
⎯Solo quiero ser feliz, solo quiero ser feliz… ⎯ expreso.
Debo decírselo a David… pasa por mi mente.
Entonces, levanto la bocina de nuevo y marco a la casa de Ibiza. David sigue allá por lo que sé podrá tomar la llamada y le diré todo, absolutamente todo, sin más.
⎯¿Residencia Canarias? ⎯ escucho la voz.
⎯Lina, pásame al señor, es urgente ⎯ le hablo de inmediato.
⎯Un momento⎯ me dice, para luego alejarse.
Mientras lo espero, comienzo a enredar el cable del teléfono en mi dedo, estoy nerviosa pero estoy dispuesto a decirle la verdad. momentos después vuelven a tomar el teléfono.
⎯Dice que se encuentra muy ocupado que no puede atenderla.
⎯¿Le dijiste que es urgente? ⎯ me aseguro.
⎯Sí señora, pero me dice que es más urgente lo que está viendo⎯ comenta.
¿Puedes resolverlo tú?, me viene a la mente.
⎯Gracias Lina⎯ le digo, para luego terminar la llamada.
Me quedo de nuevo en el silencio de la habitación, con el tono de marcado haciendo eco y con los ojos llenos de lágrimas ⎯ Alegra mala suerte ⎯ murmuro.
Así, me pongo de pie, voy hacia mi cuarto de estudio y tomo uno de los tantos cuadernos vacíos que tengo, abro la primera hoja y tomando una pluma escribo.
Que estos cuadernos queden de testigo de todo lo que está sucediendo a mi alrededor. Que queden como prueba de que lo que está pasando no ha sido mi culpa y que, traté por todos los medios de resolver la situación. El pasado me ha alcanzado, está arruinando mi presente y espero que no lo haga con mi futuro.
Si algo me pasa, si algo sucede, responsabilizo por completo a mi familia por haber hecho todo lo que estuviera en sus manos por arruinarme y a Pedro Montero, por amenazarme y arruinarme…Te pido perdón David por todo lo que haré para poder arreglar las cosas, te pido perdón por todo lo que no podré evitar y te pido perdón por haber llegado a tu vida ese noche de verano… te amo.
Me quedo en silencio viendo lo que acabo de escribir y suspiro ⎯ esta vez no me quedaré callada, esta vez dejaré prueba de todo lo que me hicieron sufrir, esta vez, haré que todos lo sepan ⎯ murmuro.
***
Y comencé a escribir, sin saber, que mis últimas confesiones quedarían entre esas líneas…