David 

―¡Estoy enamorado!― expreso al entrar a la habitación de Tristán. 

―Por comentarios así tu padre…― empieza a bromear y yo le pido que guarde silencio. 

―¿Recuerdas a la cantante de la boda de mi primo?, bueno, es ella― le aseguro. 

Tristán esboza una media sonrisa y sigue arreglándose el cuello de la camisa ― y, ¿tu padre ya lo aprobó? ― me pregunta. 

A veces siento que mi amigo trata de pasarme esa amargura que siempre trae por dentro arruinando lo que a mí me hace feliz o me trae un poco de esperanza. 

―No― respondo. 

―Bueno― habla y toma el vaso con whisky que tiene al lado y le da un sorbo. 

―Tristán, por Dios, son las nueve de la mañana― comento y él me sonríe. 

―En algún punto de este país ya es medio día así que es válido― me dice y vuelve a tomar. 

Suspiro― bueno, se llama Alegra Bustamante, es hermosa, tiene unos ojos que me enloquecen, un cuerpo ¡guau!, es todo lo que puedo expresar, su voz, me encanta su voz y ese cabello largo y rizado que con el mar le da un volumen precioso. Su piel, esa piel broceada me mata. 

―Al parecer te ha pegado duro. 

―No, no me ha pegado, estoy enamorado― le aseguro― veo mi vida con ella, teniendo cinco hijos o diez, no sé. Definitivamente, sé que he encontrado al amor de mi vida y eso me emociona porque tú sabes que jamás había sentido nada por nadie. 

Tristán termina de arreglarse la barba y luego me voltea a ver ―¿pero? 

―¿Pero? 

―Sí, debe de haber un “pero”, si vienes a mí, primero es porque sabes que ese pequeño “pero”, puede arruinar tus planes, dime, ¿su familia?, ¿ella?, ¿novio? 

―Su familia― confieso ― se nota que no son de las mejores maneras y que es evidente que Alegra no es como ellos pero… 

―¡Huye!, no te metas en eso― me aconseja Tristán ― si su familia es como la mía huye y no vuelvas, por más que la ames y te vuelva loco, vete de ahí que solo son problemas. 

―¿Tanto así?, se nota que nunca has estado enamorado. 

―Y ni lo estaré, el único amor que tendré será el cigarro y al whisky, es un amor que no me traicionará― comenta mientras me muestra el vaso y el cigarro que trae en la mano. 

Me quedo pensando en lo que me acaba de decir, no creo que huir sea de las mejores ideas o bueno, eso no va conmigo. Soy bastante insistente o en otras palabras necio, cuando me gusta algo o estoy seguro, suelo luchar por él y Alegra no será la excepción. 

Tristán voltea a verme y se sienta conmigo al lado ―no me harás caso, ¿cierto? 

Yo niego con la cabeza― sabes que no pero, también sé que puedes ayudarme a formular un plan para poder decírselo a mi padre sin que le dé un infarto y muera. 

Tristán niega con la cabeza ― ¿en verdad vale la pena?, ¿qué pasa si tu padre te dice si pero sin nada? ― inquiere y vuelve a tomar otro sorbo. 

Me quedo en silencio un momento. La verdad no había pensando en esa posibilidad, aunque se ve imposible ya que mi padre no quiere dejar la empresa en manos de otro Canarias que no sea yo. Sin embargo, tal vez el honor y todo eso que llama de “negocios” de la familia le pueda más ahora que la empresa está pasando por un mal momento. 

―Eso no va a pasar Tristán, no si puedo convencerle que Alegra es la mejor opción para mí. 

―¿Cómo le vas a convencer que una cantante es la mejor opción para ti?, lo primero que te preguntará es qué tipo de alianzas podría traer ese matrimonio y ahora si dices que sus familia no es de lo mejor… ¡olvídalo!, mejor cásate con la mayor de las Lafuente y se acabó. 

―¿Ese es tu consejo?, ¿cásate con la mayor de las Lafuente?, se nota que te ha pegado duro la amargura y que ahora deseas que todos tengamos tu mismo destino.

Me pongo de pie y Tristán me toma del brazo― ¡ey!, lo siento, no fue mi intención, pero tu sabes que en esto del amor yo soy un idiota, no sé qué es eso y no sé cómo se siente― suspira ― ¿qué plan tienes? 

―Alegra quiere estudiar pediatría, ha pasado los exámenes en la Universidad Autónoma de Madrid, pero sé que tu padre tiene contactos en la Complutense. 

―¡Oh no!― responde Tristán y se pone de pie para servirse más whisky― mi padre no movió ni un dedo para que yo entrara a esos lugares, ¿qué te hace pensar que lo moverá por Alegra?, ni la conoce, ni siquiera sabe quién es. 

―Pero si le dices que es la prometida de David Canarias, posiblemente haga algo. 

―¿La prometida?― Pregunta Tristán sorprendido― no ha pasado ni un mes que la conoces y ¿ya es tu prometida?, ¿ella lo sabe? 

―Lo sabrá, mira Tristán sólo Inténtalo, ¿quieres?, o pásame el contacto, quiero que al presentar a Alegra pueda hacerlo como estudiante de Medicina en la Complutense de Madrid y no como la cantante de la boda, no es que me dé vergüenza pero al menos para irme a lo seguro. 

―¿En verdad harás eso por ella?― insiste Tristán― llevas como dos semanas de conocerla ¡es una tontería!, hacer algo por alguien que apenas conoces. De verdad que te ha pegado duro, no es el David que yo conozco, solías ser más precavido. 

―Lo soy y haré eso y más por ella, he averiguado más en estos días y sé que no le va bien, pero estoy dispuesto a ayudarla, a que cumpla sus sueños, porque sé que es la persona que debe estar a mi lado. Alegra es digna de un Canarias y lo voy a comprobar. 

―Ni la conoces y harás todo por amor, insisto ¡qué estupidez!― responde Tristán y se sirve un poco más de whisky. 

―Mira Tristán, no vengo a pedir tu permiso, ni tu opinión sobre mi vida amorosa, considerando que la tuya es una mierda sin embargo, pensé en verdad que podrías ayudarme por ser mi mejor amigo pero al parecer tu amargura puede más que cualquier cosa. Así que mejor te dejo antes de que lo arruines― hablo firme. Me pongo de pie y me dirijo hacia la puerta. 

―No, no, espera― habla Tristán de inmediato y me toma del brazo― lo siento, sé que últimamente no soy el mejor de los amigos pero eso no quiere decir que no te desee felicidad. Tienes razón, que mi vida amorosa sea una mierda no quiere decir que la tuya deba serlo― suspira ―hablaré con mi padre para ver el contacto, trataré de convencerle para que me lo dé o mejor aún, puedes ir tú y pedirle el favor. 

―Sabes que mi padre no lo soportaría Tristán, puede que tú y yo seamos mejores amigos pero tu padre no es santo de devoción del mío. Sus negocios siempre van por arriba de esa amistad y si se entera de que fui a pedirle un favor, me deshereda. 

―Si sigues con esto de Alegra en realidad te puede desheredar ―comenta para luego sonreír ― no sé si pueda hablar hoy pero, te prometo que en esta semana te tengo el contacto, ¿vale? 

Asiento con la cabeza. Luego me dirijo hacia Tristán y le doy un abrazo― gracias, si logro casarme con Alegra te estaré sumamente agradecido. 

―Al menos uno de los dos vivirá feliz ― comenta y yo sonrío. 

―Estoy seguro que algún día llegará tu felicidad y no sabrás que hacer con ella de tan grande que será ― comento y él se ríe. 

―Ya te dije que sólo el cigarro y el whisky son mis verdaderos amores. Bego odia el olor a cigarro así que la mantengo lejos y el whisky me hace olvidar que estoy con Bego, un ganar, ganar― habla entre sonrisas aunque su tono se ve bastante melancólico o triste, él no se encuentra bien y lo que me da coraje es que es un muerto en vida y a sus padres no les interesa en absoluto. Nunca sé qué decirle, el caso de Tristán es seguro y perdido. 

Abro la puerta de su habitación y juntos bajamos las escaleras que nos llevarán hacia el garage donde su auto, regalo de cumpleaños de sus padres, está estacionado y listo para que ambos salgamos a la universidad. Por el momento yo estoy yendo a la universidad en Ibiza para estar cerca de mi papá, pero en caso de que Alegra sea aceptada en Madrid tendré que cambiar de lugar y no creo que mi amigo lo vea bien. 

Tristán se sube al auto y yo de inmediato le pido que salga, él ha estado bebiendo y no quiero que tengamos un accidente antes de casarme con Alegra. Tristán se sale de mala gana y se cambia al asiento del co-piloto y me deja manejar. Ambos salimos de su casa para tomar la carretera y dirigirnos hacia la universidad. 

―¿Te puedo preguntar algo?― me dice Tristán mientras prende un cigarro. 

―Lo que desees. 

―Si tu padre te dice que no, que no te puedes casar con Alegra aunque le presentes como Pediatra y te deshereda, ¿qué harás?, ¿tienes un plan B? 

Me quedo en silencio tan sólo unos segundos y de pronto ese pensamiento brota en mi mente y se adhiere a ella sin que pueda evitarlo ― me casaré con ella― reitero― aunque me quede sin ni un centavo, aunque tenga que trabajar de sol a sombra, aunque pierda lo que me hace un Canarias, me casaré con ella porque, Tristán, Alegra es la mujer de mi vida, lo sé y cuando uno la encuentra, no la deja ir― respondo de manera poética y él lanza una bocanada de humo y sonríe. 

―Siempre tan soñador Canarias, siempre tan soñador, quisiera tener tu optimismo ― comenta para después ignorarme viendo por la ventana. 

No sé si sea optimismo, pero estoy deseando que todo salga bien y también sé que una de mis debilidades es ser soñador, pero ¿desde cuándo lo sueños están peleados con el destino? Alegra para mí significa destino, ella es la mujer que he esperado todo este tiempo y estoy dispuesto a hacerla una mujer digna de estar a mi lado. 

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