Théa
-días después-
Romper con Pablo ha sido una de las peores cosas que he hecho y la que más me ha dolido. Desde aquel día en el bar, cuando tomé la decisión de alejarme de él, mi corazón ha estado en constante tormento. Cada día es una lucha interna entre lo que siento y lo que sé que debo hacer por su bien.
Ha sido difícil resistir la tentación de responder a sus llamadas, de escuchar su voz al otro lado del teléfono rogándome que lo escuche, que le dé una oportunidad para demostrarme que todo estará bien. Pero sé que si cedo, si permito que vuelva a mi vida, solo estaré poniéndolo en peligro.
Pablo insiste en que me ama, en que está dispuesto a enfrentar cualquier desafío a mi lado. Me asegura que juntos podemos superar cualquier obstáculo, pero yo sé que no es tan simple. Hay algo más grande en juego, algo que él aún no comprende del todo.
Lo hice por su bien, por nuestro bien. No rompí con él porque dejara de amarlo, sino porque lo amo demasiado como para verlo involucrado en lo que estoy a punto de hacer. No quiero que su vida se vea arrastrada por mis decisiones, no quiero que su futuro se vea comprometido por mi pasado.
Es por eso que he decidido ir por mis papeles y escapar sola del país. Sé que suena egoísta, pero es la única manera de protegerlo. Mi plan es llamarlo cuando esté lejos, cuando esté a salvo, y explicarle todo. Espero que pueda entenderlo, que pueda perdonarme por dejarlo así.
Pero si las cosas no salen como espero, si todo se torna aún más peligroso de lo que ya es, al menos sé que solo seré yo la afectada. Pablo ya ha perdido demasiado por mi culpa, y no puedo permitir que siga sufriendo por mí.
He dejado el hotel de lujo y me he movido a uno cerca del aeropuerto. Sé que no tengo la seguridad de antes, pero al menos sigo teniendo el control de quién entra y quién sale del lugar. De todas formas, Chez sabe dónde estoy, así que nunca estoy fuera de peligro, simplemente, él se ha mantenido a raya; solo que no entiendo por qué, ¿a caso tiene otro plan para mí?
El ruido de la puerta me asusta, pero recuerdo que estoy esperando a alguien y se me pasa. Voy hacia ella y antes de abrir pregunto quién está ahí.
—Soy Cairo —escucho la voz y de inmediato le abro la puerta.
—¡Por Dios!, pensé que no vendrías.
—No es fácil escaparse de Pili, sobre todo ahora que vivimos juntos —me contesta.
—¿Traes lo que te pedí? —inquiero.
Él me muestra las llaves de la casa de Chez y yo las tomo. Cairo se ha encargado de darme todo lo necesario. Incluso, me trajo uno de los uniformes que usa el personal de Chez, para hacerme pasar por alguien del personal, que, para mi fortuna, cambia constantemente debido al ambiente.
—Fue fácil obtenerlas. Resulta que no todos le son leales en su propia casa.
—¿Averiguste dónde posiblemente tenga mis papeles? —continúo con las preguntas.
—Sí. Están en su despacho en la parte de abajo, al lado de las escaleras.
—Bien… —expreso con seguridad, mientras tomo mi bolsa y me la pongo cruzada sobre el pecho—. Llévame.
—Espera, ¿estás segura de esto?
—Sí, lo estoy. Literal Chez me tiene y no le daré ese placer. No tengo ni idea de cuál es su siguiente plan, pero no quiero averiguarlo. Necesito mis papeles, necesito irme de aquí. Así que lo tomaré por sorpresa y me meteré a la cueva del lobo. Llévame.
Cairo suspira.
—Vale —no dice más, y simplemente me da el paso.
***
El silencio envolvía el interior del automóvil mientras Cairo y yo nos dirigíamos hacia la casa de Chez. Cada minuto que pasaba en ese vehículo era como una eternidad, lleno de tensión y ansiedad. Sabía que esta decisión podía parecer un acto suicida, pero me negaba a sucumbir al miedo paralizante que amenazaba con consumirme.
Había tomado la difícil decisión de romper con Pablo, causándole un dolor que aún me atormentaba. Pero lo hice por su propio bien, para protegerlo de lo que estaba por enfrentar. Ya no había vuelta atrás en mi decisión, y cada día que pasaba me recordaba la amargura de haber herido a alguien a quien amaba.
Nunca antes había pisado la casa de Chez, y ciertamente no tenía la menor intención de hacerlo. El simple pensamiento de que esa casa podría haber sido mi hogar me llenaba de terror. Ahora era el lugar donde vivía mi hermana, y según lo que me habían informado, también residían allí mis otras hermanas. Todas ellas, atrapadas entre esas paredes, sin saber hacia dónde dirigirse tras el arresto de nuestro padre.
La presencia de mis hermanas en esa casa complicaba aún más las cosas. Necesitaba entrar sin ser vista por ellas, recuperar los papeles necesarios y salir sin levantar sospechas. Por suerte, Cairo había obtenido las llaves de la casa y un pequeño mapa que nos guiaría en nuestro interior. Era crucial tener una vía de escape clara y rápida.
En mi bolsa llevaba el brazalete que Pablo me había entregado en caso de peligro. Lo había guardado allí deliberadamente para no caer en la tentación de presionarlo y revelarle mi paradero. Sabía que si me enteraba de que estaba en peligro, Pablo no dudaría en venir en mi ayuda. Me había prometido a mí misma que, en caso de necesidad extrema, presionaría el botón de emergencia y lo llamaría. Pero fervientemente esperaba no tener que recurrir a esa opción.
Mientras el automóvil avanzaba por las calles, mi mente se llenaba de pensamientos oscuros y temores insondables. ¿Qué me encontraría dentro de esa casa? ¿Qué peligros acechaban tras esas puertas cerradas?
Finalmente, llegamos a la dirección indicada, y la imponente figura de la casa de Chez se alzaba ante nosotros. No había señales de actividad en el exterior, lo cual me reconfortó ligeramente, pero sabía que eso no significaba que estuviera desocupada.
Cairo y yo intercambiamos miradas.
—Es aquí… —me indica.
—Lo sé. —Doy un suspiro—. Cairo, necesito que me prometas que no le dirás a nadie de esto.
—Théa… es Chez, si te pasa algo.
—Te lo pido.
—No puedo hacerlo.
—Por favor. Sé que puedes. Mira, si notas que han pasado días y que no saben de mí, lo confiesas.
—¿Días? —pregunta, bastante impactado.
—Está bien, setenta y dos horas, ¿vale?
Cairo asiente con la cabeza.
—Solo trata de no meterte en problemas, ¿quieres?
Lo abrazo con fuerza.
—Te quiero… y sabes.
—Setenta y dos horas —me repite y yo asiento con la cabeza—. Entra por la puerta de atrás. Me dijo la chica que trabaja para él que te dejaría el espacio libre. También te abrió la reja.
—Gracias… —repito, para bajar del auto y cerrar la puerta tras de mí.
Cairo se da la vuelta, y desaparece por el camino.
Con el corazón latiendo desesperado, camino hacia la reja que está abierta, y que da acceso al jardín, y con toda la seguridad del mundo entro por ahí.
El uniforme que me han prestado me queda algo apretado, pero, al parecer, sirve muy bien, porque el jardinero me ha visto pasar y no me ha dicho nada; supongo que piensa que soy la nueva.
Me acerco a la puerta de la cocina y abro la puerta. Esta se encuentra vacía, tal y como lo prometió el informante de adentro. Me aseguro de que estoy sola y me dirijo hacia la puerta que sale al comedor. Me he aprendido el mapa de memoria por lo que sé perfectamente dónde está cada habitación.
Entro al comedor vacío, y abro la siguiente puerta para pasar a la sala de estar y de ahí irme hacia la oficina. Lo hago rápido, aprovechando que todo está vacío y rogando porque nadie me descubra.
Sé de buena fuente que Chez no se encuentra aquí. Según me dijo Cairo ha estado haciendo viajes a Grecia, tratando de ayudar a mi padre, por lo que he aprovechado esta brecha y oportunidad para hacer esto. Si lo logro, si logro irme antes de que él regrese, seré libre, es mi único pensamiento.
—Puerta de madera tallada —repito en voz bajita al verla. Con cuidado, camino hacia ella y la abro. Cuando veo los libreros y el escritorio, sé que lo he logrado. He entrado—. Vamos Théa, solo búscalos, piensa como Chez —me digo a mi misma.
Sin perder la compostura, comienzo a revisar cajones y rincones. Busco entre los libros y los papeles, pero no hay rastro de lo que quiero. Trato de concentrarme y no perder la calma, pero la desesperación comienza a ganarme.
—Dónde, dónde, dónde…
—¡Cómo te através a decirme eso! —escucho el grito de Cassandra afuera, y la sangre se me hiela. Corro a esconderme detrás de la puerta, en caso de que entre. Detengo la respiración.
—Es que ya le has hecho mucho daño a mi familia, Cassandra —Escucho una voz que le responde—. Creo que todo se nos ha salido de control.
—¿De control?, ¿crees que se salió de control?, ¡mi padre está en la cárcel, por culpa de tu madre!
—¿Madre? —pregunto en un murmuro.
Tratando de no hacer ruido, me acerco a la puerta del despacho y la abro. Dejo el suficiente espacio para ver a la persona con la que está hablando Cassandra, pero me acobardo y la cierro un poco más. Solo puedo ver a mi hermana.
—No fue mi culpa, nosotros no lo denunciamos, ¡ni lo sabíamos!
—Creo que es muy tarde para hacerte la mosca muerta, Nadja.
¡Nadja!, grito por dentro, y trato de contener mi asombro. Discretamente, saco mi móvil y comienzo a grabar.
—Te lo pido, Cassandra. Ya has hecho mucho daño. El plan para separar a Antonio de Lila se te fue de las manos. Era solo darles un susto, no todo esto que pasó.
—¿Crees que a mí se me salió de las manos?, ¿a mí? —pregunta en un grito mi hermana—. Yo no fuí quién robó el contrato que firmó tu padre. Yo no fui quién mató a su propio padre porque fue descubierta de haberlo hecho.
—Dios… —murmuro.
—¡Yo no quería matarlo! —dice Nadja entre lágrimas. —Pero sabes que si no lo hacía delataría todo.
—¡Y para qué!, ¡Lila sigue con Antonio y mi hermana en un infierno!
—Esa no es mi culpa… ¡Tú mataste a mi hermana! —contesta Nadja, entre lágrimas.
—La maté porque gracias a tus estupideces descubrió todo lo que habías hecho y le diría a Antonio. Si no fuese por mí, ahora estarías en la cárcel, mala agradecida.
—Te lo pido, Cassandra, solo detente. No te puedo dar ese dinero sin que mis hermanas lo sepan. Te lo pido.
—No, ¡no! Por tu culpa nos hemos quedado en la ruina, y solamente tú puedes arreglarlo. Así que ahora vete y ve cómo me darás esa cantidad, si no, atente a las consecuencias.
—Cassandra… —escucho a Nadja rogar, para luego ver a mi hermana desaparecer por las escaleras. Yo apago la cámara, el móvil y lo guardo. Sin embargo, la frase que sigue a continuación me hace temblar.
—¡Tiene una hija! —grita Nadja.
Mi hermana detiene su paso y voltea a verla.
—¿Cómo?
—Antonio, él tiene una hija con Lila.
—¡No!, Menita… —susurro.
—¿Una hija?
—Sí. Se quedan en el piso de él en Madrid… él tiene una hija.
¿Qué pretendes con eso?, ¿qué sucede? , pienso.
Sin embargo, ya no puedo escuchar más, porque de la nada siento como si alguien me golpera la cabeza haciendo que yo caiga sobre el suelo. Mientras la vista se me nubla, veo el rostro de la única persona que no deseo ver… el rostro de mi hermana Atenea.
—¡Qué gusto que vengas a visitarme, Théa! —pronuncia, para luego yo, perder la conciencia.
Queeeee????? Lo de todo fue Nadja? Mató al papá? Y Cassandra mató a Ana? Queeee no lo puedo creer… no me esperaba eso. Que mujeres tan llenas de odio y ansias de poder o no se que las mueve. Quedé impactada. 😱😱😱😱. Y noooooo como la vio Atenea? Hay otra puerta? Ahhh juemadre vida. Esa Nadja es una hija de las mil p…. no le basta todo lo que han hecho, ahora van a lastimar a Mena. Ay no, no, no, no, no,. 😱😱😱😱😱😱😱😱
Que familia la de Marruecos y los Karagianis, difícil va hacer que Thea salga de ahí con esas mujeres desquiciadas🤬🤬
Que buen capítulo…saliendo a la luz varias verdades….que desgranadas ese par de disque hermanas…con tal de obtener poder no les importa matar…Ojalá paguen con creces lo que han hecho…No Thea…por favor que no le hagan nada…tienes el último recurso el brazalete que te dió Pablo…ojalá logres salir bien….Gracias Ana está super interesante la novela
No puede ser bien dicen que el enemigo está en casa
Nadia es la culpable ella mato a sus papas 😨😨😱😱😱
Y la culpable de que Mena vaya a estar en peligro no puedo con tanto 🥺🥺😫
Wow. Q terrible como uno se entera de las cosas y que terrible esa familia ojalá q thea este bien
Impactante! Sabíamos que eran capaces de eso pero ya cuando lees exactamente como pasó es impresionante
Nooooo theaaaaa!!!!!
No me esperaba eso que Nadja pudiese matar a su padre, y me aterra que le hagan daño a Mena…..y cómo no se dio cuenta de la presencia de Atenea…..por Ana no nos dejes con la duda, ojalá pueda revela todo la información que grabó Thea……pobre Pablo sin saber de ella.
Que hermana tan malvada resultó esa Nadja, creo que es peor que Cassandra (que al menos siempre se da a conocer tal cual es!) 🤬🤬🤬
Menita 🥺🥺
Que Thea salga bien de esto 🙏🏻🙏🏻🙏🏻
Wow! Me encanta que todo vaya saliendo a la luz porque ya hace falta que todos encuentren su lugar en el mundo, esas malvadas en la cárcel y Théa recibiendo el reconocimiento que merece.