Théa

Venir a casa de Chez fue uno de los peores planes de mi vida, pero me alegro de que lo hice, si no, jamás me hubiese enterado de todo lo que escuché y, sobre todo, del secuestro de Mena. 

El frío se siente en la habitación donde me encuentro encerrada. Mis manos tiemblan y mi respiración se vuelve entrecortada mientras intento asimilar la situación en la que me encuentro. He recuperado la conciencia hace apenas unos minutos, pero la confusión y el miedo me nublan el pensamiento. 

No tengo idea en qué hora ni en qué día estamos. La oscuridad reina en este lugar, impidiéndome distinguir si es de noche o de día. Estoy encerrada, atrapada entre cuatro paredes que parecen estrecharse a mi alrededor con cada respiración que doy. 

Por fortuna, no me encuentro ni amarrada ni amordazada, pero el simple hecho de estar encerrada es suficiente para sentirme atormentada. Sé que gritar no sirve de nada; nadie vendrá a rescatarme. Estoy sola, abandonada a mi suerte en este oscuro rincón. 

Mi mente divaga entre pensamientos oscuros y preocupaciones abrumadoras. ¿Qué estarán planeando hacer conmigo?, ¿cómo es que secuestrarán a Mena?, ¿cómo puedo evitarlo?, ¿saldré viva de aquí? 

Busco, en la oscuridad, frenéticamente mi bolsa pero, no la encuentro. Un escalofrío recorre mi espalda al darme cuenta de que está desaparecida. El brazalete que Pablo me ha dado y que guardo en ella, ahora ya no está a mi alcance. Es mi única conexión con el mundo exterior, mi único medio para pedir ayuda y lo perdí. 

⎯Si ya pasaron las 72 horas, seguro Cairo ya le dijo a Pablo que estoy aquí ⎯murmuro, tratando de mantener la esperanza. 

Mis pensamientos van hacia Antonio y Lila. Necesito avisarles de lo que su propia hermana va a hacer, o, ¿tal vez ya pasó? Solo espero que no sea demasiado tarde para evitarlo, o, si ya pasó, que yo sepa cómo resolverlo. 

La puerta se abre e interrumpe mi monólogo interno. Yo solo observo con detenimiento a la persona que está a punto de entrar; Cassandra es quien llega. 

⎯Cassandra ⎯le ruego⎯. Te pido que no hagas lo de Mena, es solo una niña. En cambio, te ofrezco con el dinero que quieres. Yo tengo mucho, no me importa quedarme sin nada. Es más, puedes ofrecerme a Chez. Él puede hacerme lo que desee, pero… 

La bofetada de Cassandra hace que mi mejilla arda. Noto una ligera sonrisa en su rostro. Luego saca las llaves de mi bolso y me las muestra. 

⎯¿Estas son las llaves del piso de Antonio? ⎯No respondo nada. Otra bofetada hace que me duela la cabeza⎯. ¡Contesta! 

⎯Sí. 

⎯Bien ⎯contesta, y se voltea hacia la puerta. 

⎯¡No! ⎯ruego tras de ella⎯. No lo hagas. ¿Qué no escuchaste lo que te dije? Yo puedo darte el dinero, no es necesario que secuestres a la niña. 

⎯No lo era, pero, sabes. Últimamente por culpa de Antonio, de ti, de los Canarias, me está yendo mal. Y ya no solo quiero llevarme a la niña por dinero, sino porque quiero ver a Antonio desesperado y a Lila Canarias rota. ¡Por su culpa mi hermana se casó con un monstruo!, ¡por su culpa tú terminaste yéndote! Todas las desgracias que sucedieron con nuestra familia, fue gracias a ustedes; así que nos la pagaran. 

⎯¡Las desgracias las cosechó papá, no nosotros! 

Otra bofetada me tira al suelo. 

⎯¡No lo llames así! ⎯grita⎯. Maldita la hora en que te trajo a nuestras vidas, ¡maldita la hora en que falló ese negocio! 

¿Ese negocio?, pienso. 

⎯¿Qué negocio?

Cassandra sonríe.

⎯¿Seguro que lo quieres saber? ⎯inquiere. 

No, no sé si lo quiero saber. No sé si deseo enterarme de la verdad, sobre todo, de los labios de Cassandra. Aun así, asiento con la cabeza. 

⎯Siempre has sido una moneda de cambio, Théa. Tu madre lo sabía. 

⎯¿Mi madre? 

⎯Tu madre, una pobre muerta de hambre que prefirió venderte que a vivir en la pobreza. 

⎯No es cierto, mi madre me amaba ⎯defiendo. 

⎯¡NADIE TE AMA! ⎯me grita, y se me forma un nudo en la garganta⎯. Nadie te ha amado, y nunca te amarán. Ni siquiera tu madre lo hizo. 

⎯Ella lo hacía… 

⎯Porque le pagaban. 

⎯¡De qué demonios hablas! ⎯grito desesperada. 

⎯¡De que tu madre nunca fue tu madre! ⎯me grita⎯. Fue una mujer que Karagiannis contrató para hacerse pasar por ella mientras te cuidaba. Tu verdadera madre te dio a luz y te dio a Karagiannis para que te llevara con las personas que te querían, pero, la operación salió mal y te hizo pasar por su hija para que nadie sospechara. Por eso llegaste a nuestras vidas 

⎯¡Claro que no! ⎯Trato de no caer en la trampa. 

⎯¡Claro que sí! ⎯insiste⎯. Théa, tú eres víctima de las operaciones que hace mi padre, y que salió mal. Te pusieron el apellido Karagiannis porque era la única manera de que él salvara el pellejo. Te hizo pasar por su hija para que no se dieran cuenta de que habías sido comprada. Sin embargo, terminaste siendo una de nosotros. Mi padre perdió mucho dinero de Chez porque la familia que te compraría había pegado mucho, así que mi padre te dio como garantía. Literal perteneces a Chez, y él puede hacer lo que desee contigo, ¿comprendes? 

No, no es cierto, no es cierto todo lo que me dice, repito en mi mente. 

No puedo creer todo lo que estoy escuchando, ¿acaso es una broma cruel de Cassandra? Ahora entiendo todo lo que Chez me hizo, su enojo por no casarme con él, todo lo que sucedió. Pensó que dándole a Atenea él estaría feliz pero, no fue así. Él está obsesionado conmigo, porque siempre fui de él. 

⎯Son de lo peor… ⎯murmuro. 

⎯Siempre hemos sido así. La supervivencia del más fuerte, y nosotros somos los más fuertes. Puedes criticar nuestros métodos pero, sirven. Queremos dinero, y lo obtenemos. Pero ahora, queremos venganza por todo lo que está sucediendo. Lila Canarias nos jodió el plan, y ahora su hija lo pagará. 

⎯Estás loca… ⎯le refuto⎯. No tienes idea de lo que estás por hacer. 

⎯Perdí la cordura hace mucho tiempo atrás. Ahora, solo quiero sobrevivir. Y no me importa cómo hacerlo. 

Cassandra camina hacia la puerta y, una vez más, lo impido. 

⎯¡Yo voy! ⎯grito⎯. Yo robaré a la niña. 

⎯Claro que no lo harás. ¿Crees que podré confiar en ti? 

⎯Tendrás que hacerlo, porque, el portero no te dejará pasar. No te conoce, y no puedes amenazarlo porque estás en la mira. No quieres hacer un escándalo, ¿cierto? 

Cassandra duda, al parecer, he movido las ideas que ella tenía. 

⎯Estoy segura de que sabes el momento exacto para hacerlo, sin que Lila y Antonio lo esperen. Si yo la robo, la niña no hará escándalo, nadie sospechará, porque yo la conozco. Yo te la traeré. Después, puedes hacer lo que tienes planeado. 

Cassandra guarda silencio y finalmente asiente. 

 ⎯Bien. Lo harás. 

⎯Gracias ⎯agradezco. 

⎯¡Pero si haces algo que nos traicione, te juro que te mato! ⎯me amenaza. 

⎯No, te juro que no lo haré. Lo único que te pido es que me dejes tomar una pastilla de mi bolso, me mata el dolor de cabeza ⎯miento. 

Cassandra, me da mi bolso y yo meto la mano. 

⎯Está muy oscuro, puedo acercarme a la luz, no veo. 

Cassandra se mueve, yo voy hacia la puerta donde hay más luz. Un impulso de salir corriendo me recorre las venas, pero sé que no llegaría ni a la entrada. Con rapidez, me pongo el brazalete que me regaló Pablo y, luego, finjo tomar la pastilla. Noto que el móvil sigue apagado, así que lo escondo hasta el fondo. 

⎯Listo… ⎯comento. 

Ella me arrebata el bolso y lo cierra. 

⎯En dos horas vengo por ti… no hagas nada estúpido ⎯me advierte, para después, cerrar la puerta y dejarme en la oscuridad. 

***

Admito que he estado tentada a presionar el brazalete para advertirle a Pablo que estoy aquí dentro, pero me he detenido. No es que quiera ver a Antonio sufrir, pero, si vamos a acabar con los Karagiannis de una vez por todas, es necesario cogerlos en el momento, y no por suposiciones. Además, sé que Chez estará involucrado, y será muy difícil para Pablo el venir a rescatarme. 

⎯Tengo un plan… tiene que salir bien el plan ⎯me repito, mientras sigo sentada en la oscuridad.

Mi mente divaga entre el plan que tengo para evitar que secuestren a Mena, y lo que Cassandra me dijo sobre mi madre. No puedo creer que sea verdad, y si lo es, ¿por qué tanta crueldad?, ¿cómo es que pasé de ser una Karagiannis a una don nadie? Ahora, ni siquiera sé quién soy. 

La puerta se abre interrumpiendo, una vez más, mis pensamientos. Cassandra aparece junto con Nadja. Solo verla hace que la sangre me hierva, no me importa si viene llorando o tiene rostro de afligida. 

⎯Vámonos… 

⎯Está bien ⎯contesto, sin decir más palabras. 

Salgo de ahí y la noche me sorprende. ¿En qué momento oscureció tanto?, ¿qué horas son? 

Cassandra y Nadja van adelante. La hermana de Antonio va a paso lento, como si quisiera evitar lo que sigue. Sin embargo, la idea la dio ella y ahora, se ha apoderado de la mente de Cassandra y no dejará la idea hasta que la realice. 

No sé qué tipo de plan tenga, pero sé que debe ser uno bien pensando, como para ir tan segura. 

⎯Los Canarias tienen muchas conexiones, así que después de que llegue la niña, no perderemos el tiempo y la sacarás de España, ¿está claro? ⎯le pregunta a Nadja. 

⎯Sí… 

⎯Se pedirá el rescate y hasta que me den el dinero, regresaremos a la niña. 

⎯Sí… solo que, ¿cómo la sacaré? 

⎯Chez tiene un hombre que nos va a ayudar… ⎯habla segura⎯. No es la forma que a ti te gustaría, pero saldrá. 

⎯Bien… ⎯habla resignada. 

Salimos a la entrada, veo que ya hay una camioneta ahí, esperándonos. De pronto, siento un escalofrío, y no por lo que estoy a punto de hacer, sino porque Chez me mira desde la esquina. Me paralizo cuando él decide venir hacia mí. Momentos después, siento cómo me toma del brazo y me lleva aparte. 

⎯Théa, no sabes el gusto que me da que estés en mi casa. Cuando termine esto, volverás acá y ya no saldrás de aquí. Nos iremos juntos, lejos, a dónde podamos estar sin que nos molesten. 

⎯¡Jamás me iré contigo! ⎯le reclamo. 

⎯Claro que lo harás. Eres mía, y dónde vaya yo, tú irás. ⎯Y sin que yo lo espere me da un beso sobre los labios. 

Me alejo, y sin pensarlo mucho, le doy una bofetada con fuerza. 

⎯Primero muerta… ⎯le contesto. 

⎯Sí, y yo seré quien te mate con mis propias manos. Yo seré el único que te tocará, que pondrá sus manos sobre ti. Nadie más. 

Chez me suelta con fuerza, haciéndome tambalear, pero, no logra tirarme. Como puedo regreso hacia donde está la camioneta y me subo. 

⎯Te dije que al final serás de él ⎯me recuerda Cassandra, para después cerrar la puerta e ir hacia el piso. Solo espero que mi plan salga bien. 

4 Responses

  1. Wow wow, uno de los negocios es que trafican niños??? Ufff cada vez mas turbia esa gente. Esas viejas son el propio demonio. Y ese chez igual. Esa gente esta enferma. Que miedo. Esperemos que el plan de Thea sea cual sea funcione. 🙏🙏🙏🙏

  2. Ay no que asco de mujeres y ese Chez 🤬🤬🤬🤬🤬

    Ojalá el plan de Thea salga bien 🤞🏻🤞🏻 por Menita y por todos 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻

  3. Bien pensado, no más supuestos, con las manos en la masa y que vayan todos presos. Mil veces malditos los que violentan a los niños.

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