⎯¡Davide! ⎯grita David, mientras corre hacia el niño que se encuentra escalando una de las rejas que protegen el hábitat de los leones⎯. No corras, ¿qué no ves que tenemos un sistema por parejas?
⎯¡Es que yo quiero ver! ⎯grita Davide, señalando a los leones.
⎯Y los verás, pero desde lejos y con los demás. Si te caes dentro de la jaula, tu madre me mata a mí y soy muy joven para morir. Así que venga, vamos a tu pareja.
David carga a su sobrino y lo lleva con facilidad hacia donde se encuentran los demás, viendo a los rinocerontes que no quieren salir del agua.
Hoy hace mucho calor, Madrid está en pleno verano, y todos los sobrinos de David están de vacaciones y disfrutando de las distintas actividades que el tío ha preparado para ellos. ¿La razón? Lila y Alegra están ocupadas con las últimas preparaciones de su boda. Sila está muy ocupada en el hospital y Moríns, Karl y Antonio en sus trabajos, por lo que David los apoya haciendo de niñero de los niños; obviamente con ayuda de las tres niñeras que cuidan de ellos.
⎯Vero, te pido que no le quites la vista de encima a Davide, sabes que es el más travieso y que se escapa como si fuese ninja.
⎯Si, David ⎯responde la joven, con una sonrisa.
⎯Tío, ¿te puedo hacer una pregunta? ⎯se escucha la segura y tierna voz de Fátima, quien es la mayor de todos y la líder.
David voltea a verla y le sonríe.
⎯¿Es una pregunta donde yo sé la respuesta y tú no sabes nada?, o, ¿es una pregunta dónde tú ya sabes la respuesta y yo quedo como tonto?
Fátima sonríe.
⎯Solo iba a preguntarte cómo se te ocurrió traer a catorce niños al zoológico por tu cuenta.
⎯¿Ves cómo me haces quedar cómo tonto? ⎯responde, y la niña sonríe.
⎯¿Padrino? ⎯Carlitos, el hijo de Linda, le llama la atención⎯. ¿Nos compras un helado?
⎯¡Sí!, ¡helado!, ¡helado!, ¡helado! ⎯gritan los niños a coro, mientras las más pequeñas imitan a los grandes.
⎯Vale, vale… pero solo uno ⎯les advierte.
⎯¡Helado! ⎯gritan los niños, y salen corriendo hacia el local dónde los venden.
⎯¡Sin correr! ⎯grita.
Las pobres niñeras los persiguen, solo Lucho y Fátima se quedan con David. Él los toma de las manos y camina hacia el local.
⎯¿Después de aquí a dónde iremos? ⎯pregunta la niña.
⎯Ustedes a sus casas, yo a llorar mientras me ducho…
⎯Bien… antes de que te vayas a llorar, ¿puedes llevarme a la librería? Quiero comprar un libro. He ahorrado todos mis domingos.
⎯Y, ¿qué te parece si ahorras un domingo más y vas con tu padre mañana? ⎯pregunta David.
Fátima suspira.
⎯Es que es para el abuelo. Es un libro de edición limitada.
⎯¿Crees que tu abuelo necesita un libro de edición limitada?, ¿por qué no me compras ese libro a mí?, me gusta leer.
⎯Sí, pero el abuelo me da doble domingo… Tú no me das ni la hora.
⎯¿Cuándo me has pedido la hora? Además, te llevo al zoológico… ¿Ves aquí al abuelo?, ¿eh? Punto para mí. ¿El abuelo te comprará un helado?, no, punto para mí.
⎯¿De cuánto es la escala de puntos?, no recuerdo haber hecho una… ⎯habla Fátima muy propia.
⎯Es un decir… solo quiero comprobarte que el abuelo no tiene puntos.
⎯¿Cuáles puntos?
⎯Los que ejemplifican mi caso.
⎯Si tú llevas dos puntos, ¿cuántos puntos necesitas para ganar?, no se me hace justo que el abuelo no tenga oportunidad de obtener puntos.
⎯Fátima… ⎯Le pide David, con voz de que se ha cansado, y la niña sonríe. Si hay algo que Fátima ama es desesperar a su tío y preguntarle muchas cosas⎯. Solo pide tu helado y pídele una a Lucho, ¿vale?
⎯Vale… pero seguiré pensando lo de la escala de puntos.
⎯Sí, sí, sí… ⎯contesta David.
El heladero sonríe mientras entrega los helados que la siguiente generación de la familia más famosa de España les piden. David les dice a las niñeras que pidan uno, y cuando todos tienen un helado en las manos, los lleva a sentarlos en una banca.
Sirena, Jaz, Roberto, Mena, Fátima, Eva, Alma, Alegra, Amada, Lucho, Lolo, Carlitos, Davide y Maël platican alegremente, mientras David los escucha y se ríe con lo que le dicen.
Una vez más, Fátima se acerca y le jala la mano.
⎯Dime.
⎯¿Puedo hacerte una pregunta? ⎯dice muy propia.
⎯¿Es una pregunta donde yo sé la respuesta y tú no sabes nada?, o, ¿es una pregunta dónde tú ya sabes la respuesta y yo quedo como tonto? ⎯Siempre le responde igual, porque la mayoría de las veces, su propia sobrina le da la vuelta.
⎯Todo depende.
⎯¿De qué?
⎯¿De que me digas quién es esa mujer que nos está siguiendo? ⎯Entonces Fátima señala detrás de David y él al voltear ve a la señorita de La Torre, tratando de esconderse detrás de un árbol.
⎯¡Es en serio! ⎯expresa⎯. Sonia, cuida a los niños.
⎯Sí, David ⎯contesta la niñera.
David camina a paso firme hasta donde se encuentra Valentina, quien se encuentra inmóvil, pensando que David no la ve.
⎯¿Qué hace usted aquí? ⎯pregunta.
La mujer, voltea y le da una leve sonrisa a David.
⎯Hola, estaba pasando por aquí, ya sabes, de turista en el zoológico, cuando lo vi, David Canarias Lafuente.
⎯Él no es David Canarias Lafuente, es Ruiz de Con ⎯se escucha la voz de Fátima.
David voltea.
⎯Fátima, ¿qué te he dicho sobre dar información privada a extraños? ⎯contesta David, un poco molesto.
⎯Que no la dé al menos que sea para obtener algo gratis…
Valentina trata de no reírse, ante la respuesta de la niña.
⎯Claro que no… Yo no te dije eso ⎯contesta David, levantando las cejas para que guarde silencio.
⎯Sí, sí me lo dijiste. Cuando fuimos a esa joyería y mmmph, mmmph, mmmph. ⎯David le ha cubierto la boca con la mano y ha prohibido que la niña siga hablando.
⎯¿Eso es lo que les enseñas a tus hijos?
⎯¿Hijos?, ¿crees que tengo catorce hijos?, no soy beneficencia, aunque parezca. Pero no me voltee la pregunta, ¿qué usted aquí?, ¿por qué me persigue?
Valentina se queda en silencio. La mirada segura y penetrante de David, la desarma por completo, haciéndola confesar.
⎯¡Bien!, lo seguí.
⎯¡QUÉ!
⎯Es que en realidad necesito hablar con usted.
⎯¡En sábado!, ¿me seguiste?, ¿desde cuándo?
El silencio de Valentina le da la respuesta que él necesita.
⎯¿Qué no tiene nada más que hacer?, ¡es Madrid!, hay tantas cosas por ver, comer, disfrutar. ¿Y ahora resulta que su único objetivo es perseguirme? Además, estoy con mi familia, con mis sobrinos, y no debería meterse.
⎯Lo sé, y lo siento… nunca pensé que la niña me viera.
⎯Mmmmph, mmmmph ⎯responde Fátima. David le destapa la boca y ella habla⎯. ¿Le puedo hacer una pregunta?
⎯Dime… ⎯responde con dulzura Valentina.
⎯¿Es usted una mentirosa? Porque con ese color de blusa mmmmph, mmmmph… ⎯David le vuelve a cubrir la boca, aunque solo su sobrina evidencia la blusa color amarillo canario que ella trae puesta.
⎯Niños… ⎯explica⎯. Sin embargo, ella tiene razón. Con ese color de blusa la puede ver hasta un satélite de la NASA.
⎯Solo quiero que me escuche. Quiero asegurarme de que el lunes me recibirá.
⎯Solo recibo con cita, y créame, señorita de la Torre, dudo que la reciba después de esto… le pido que me deje en paz.
David se da la vuelta, pero siente cómo ella le toma el brazo.
⎯Te lo pido, este es un proyecto muy importante para mí. Quiero asegurarme de ser escuchada.
Las miradas de ambos se cruzaron y los ojos de ella brillaron. Son tan expresivos que era imposible negarle algo. David suspira.
⎯El lunes veré si la atiendo ⎯dijo en voz suave.
⎯Es que no tengo hasta el lunes ⎯contesta Valentina con insistencia⎯. No tengo dónde quedarme.
⎯¿Cómo? ⎯pregunta David, sin creer lo que escucha.
⎯Que no pensé que esto me llevara tanto tiempo y ya no tengo dónde ir.
⎯¿Qué? ⎯dijo sorprendido⎯. ¿Quién viene a Madrid por dos días y se regresa? Solo los de Alerta Aeropuerto…
⎯Mira, no puedo perder mi tiempo… ¿Sí? O me atiende ahora o me atiende ahora… ⎯sentencia.
David sonríe.
⎯Espero que pase un bonito sábado… ⎯Y sin decir más, camina hacia sus sobrinos, que lo esperan con los dedos pegajosos y los rostros llenos de helado.
⎯En el sistema de puntos que inventaste… ¿Ella cuántos lleva? ⎯pregunta Fátima.
David suspira.
⎯Avanza, vayamos al acuario.
Los niños se toman de las manos, por parejas, tal y como David los organizó en la mañana y les pide con cariño que caminen. Unos momentos después, voltea para ver a Valentina, que todavía lo espera con la esperanza de que él acepte.
⎯Mujer, ¡serás mi fin! ⎯expresa.
Él camina hacia ella y saca su móvil. Valentina le presta atención.
⎯¿Lindura? No, no, todo bien con Carlos. ¿Crees que me puedas hacer un favor? Si, en sábado. ¿Horas extra? Solo será una llamada, mujer. Sí, llama al hotel y reserva una habitación para la señorita Valentina de la Torre. Diles que manden la cuenta a la fundación, yo me arreglo con Karl. Sí. No, no… solo reserva, ¿quieres? Gracias. ⎯David termina la llamada y ve a Valentina.
⎯Vaya al hotel Lafuente, y pregunte por su habitación. Disfrute de las noches que van por mi cuenta, gracias.
⎯¿Eso quiere decir que me recibirás el lunes?
⎯Quiere decir que soy caballeroso y me preocupa el bienestar de los demás. Y no quiero dejar a una mujer sola sin tener dónde quedarse, así que ahí está.
⎯Bueno, yo nunca le dije que no podía pagarme una habitación por mi cuenta.
⎯Entonces, no la use ⎯responde él acercándose a ella⎯. No entiendo por qué siempre quiere pelear.
⎯No peleo, usted me pone de mal humor y con ganas de pelear.
⎯¡Vaya!, entonces le recomiendo que ya no me siga, señorita de La Torre, porque de mi parte ya no conseguirá nada más… buenas tardes.
David se da la vuelta y, ahora sí, sigue a sus sobrinos quiénes van emocionados porque ir al acuario.
⎯Tío David, ¿te puedo hacer una pregunta?
⎯Dime… ⎯contesta brevemente. Fátima ya no puede hacerlo sentir más estúpido.
⎯¿Por qué esa mujer te odia?
⎯No me odia… simplemente no me conoce.
⎯Y, ¿tú la conoces a ella?
⎯No.
⎯Entonces, ¿por qué no la escuchas? Se veía bastante preocupada por hablar contigo.
David suspira. Su sobrina tenía razón pero, no quería dársela. Eso significaría que él había perdido, y no tenía ganas de perder hoy.
⎯Fátima… eres la niña más sabia y preguntona que he conocido en mi vida. Nunca dejes de hacerlo, pero, por hoy, se terminaron las preguntas. El tío ya no contesta más.
⎯¿Cuándo se vuelven a renovar las preguntas?
⎯Cuando esté en frente de mi abogado, o sea, tu padre. Ahora ve con los demás.
Fátima corre hacia sus hermanos y primos, alejándose de David. De pronto, la observación de su sobrina, resuena en su mente, y sabe que esa será la única opción.
⎯¡Ay, Moríns! ⎯se queja, para volver hacia donde Valentina se encuentra. La mujer va caminando hacia la salida del zoológico. Ahora fue él quien la toma del brazo para llamar su atención. Ella voltea y al verlo, abre los ojos, no asustada, sino sorprendida por algo.
⎯Lunes, ocho treinta, tiene 30 minutos para exponer lo que deseas, y después, prométame que esperará.
⎯Sí, lo prometo.
⎯Bien. Ahora, por el amor de Dios, váyase al hotel, disfrute de Madrid…
⎯Lo haré ⎯dijo ella con una sonrisa.
David sonríe, haciendo una leve mueca.
⎯Hasta pronto, señorita de La torre.
Se aleja y continúa disfrutando del sábado con su familia.
Los niños son geniales y David es un tío de oro….
Jajaja 😂 tanto niño, como se le ocurre???
12 niños de la nueva generación…y eso que faltan que algunos se reproduzcan…como el propio Tristán jaja…Ana tienes material para seguir escribiendo …🤩🙈…David que tío tan genial…y Fátima una niña muy inteligente y que lo pone en aprietos con sus preguntas jaja…Esta muy bonita la Historia…
Fatima es un licuado de la inteligencia de sila y el humor de morins, me he reído con ganas con esta niña y el tío David
13 niños owwww!!!
Morí de risa, Fátima es tremenda, y como dijo David muy sabía!!!
La pequeña Fátima es un avión jejejeje 😄😄
14 niños jajajajajajaja si me siento morir con 1. David es mi heroe jajajaja. Y Fatima me encantó jajajaja es la mezcla perfecta de Sila y Morins, son inteligencia suprema y humor jajaja. Veremos que pasa en esa reunion. 😱😱😱😱
Jajajajaja Fátima Moríns eres súper!!☺️
Ese “Mujer, serás mi fin” es acaso una premonición?? 🫣🤭
Fátima Morins Canarias va a ser el personaje más entretenido del mundo, su papá no era tan pilo y su mamá no era tan divertida.
David Tristán te espera locura pura!