FÁTIMA
Ximena me recuerda a Alegra; no por el físico, sino por su personalidad. De pronto, siento que Tristán y David tienen la misma atracción por el mismo tipo de mujer y no sé cómo sentirme al respecto. Tal vez deba ser por las circunstancias en las que crecieron. Sin embargo, Ximena se distingue de Alegra por otras cualidades que ella no tenía. Ximena es observadora, sabe ganarse a la gente, pero mantiene su distancia. No se deja envolver por lo que las otras personas dicen de ella y contesta directo, impactando a una que otra esposa de socio. Es simpática y gentil, como lo era Alegra, sonriente y educada, y sobre todo, con los pies sobre la tierra. Sabe quién es, de dónde viene y a dónde va… y si no, encuentra el camino.
Al conocer a Ximena esta noche, me llamó la atención su porte: una mezcla de seguridad y humildad, que me resulta intrigante. Es hermosa, con un estilo muy particular que me encanta. Su cabello oscuro y lacio cae suavemente sobre sus hombros, enmarcando un rostro de rasgos finos y ojos profundos que parecen observar cada detalle a su alrededor.
Ese vestido, sencillo, pero elegante, destaca su figura sin ser ostentoso. Sus labios rojos le dan un toque sensual, y ese acento con el que habla le da un toque exótico que para bien o para mal llama la atención.
Desde el primer momento, me di cuenta de que no era como las otras esposas de los amigos y socios de David y Tristán, por lo que es evidente que es el centro de atención en la fiesta.
Veo cómo Ximena se mueve con gracia, saludando a todos con una sonrisa genuina, pero sin exageraciones. Se nota que tiene una capacidad innata para conectar con las personas, sin esfuerzo aparente.
Observo como a todos con una mirada curiosa y atenta y cuando alguien se acerca para hablarle, ella presta atención. Es evidente que es de otro país, también que una que otro socio la quiere conquistar, pero ella, sabe cómo poner un alto. Ximena no es Alegra, pero puedo asegurar que comparten algo desconocido para mí.
Dejo de platicar con mi hermana y me acerco cuando Marta, una de las esposas de los socios, la más interesada y envidiosa, se acerca a ella. No quiero que Ximena pase un mal rato y piense mal. Me molesta cuando Marta marca su territorio, como si se sintiera amenazada de cierta manera. Lo hizo con Alegra, conmigo y ahora va con ella.
⎯Mi esposa y yo teníamos el plan de viajar a Nueva York de estas vacaciones, París ya nos aburrió, Italia igual. Sin embargo, por las circunstancias no se pudo. La fiesta fue nuestra última opción.
⎯Vaya, pues para ser su última opción se esforzó bastante en su arreglo. ¿A quién intenta impresionar? ⎯contesta Ximena, con una sonrisa.
⎯¿Disculpa? ⎯pregunta Marta, viéndola de pies a cabeza, como si no fuese nadie.
⎯Su vestido. Lo escogió con intensión para venir acá. Se parece mucho al que trae la anfitriona, solo que el de usted es dos tallas más pequeñas del que debe usar. Lo hace para destacar su escote.
⎯¿Y tú, Ximena, has tenido la oportunidad de visitar muchos lugares? ⎯pregunta Marta, tratando de desviar el tema.
Me acerco al lado de Ximena y ella me sonríe.
⎯He viajado bastante por la República Mexicana. Los pueblos, las playas, las ciudades. Prefiero los lugares donde puedo conocer a la gente y entender su cultura. No me interesa el lujo, sino las experiencias auténticas.
Marta parpadear sorprendida por la respuesta. Evidentemente, no es lo que esperaba por respuesta y su expresión lo deja claro. Sin embargo, Ximena mantiene su postura y sin alterarse, demostrando que no necesita impresionar a nadie y tampoco caerá por impresiones. En vez de seguir el juego de las apariencias, Ximena opta por la autenticidad, algo que me es refrescante.
⎯México, no me llama la atención ⎯habla Marta⎯. He escuchado que el agua no se puede beber, y que está lleno de violencia.
Ximena suspiró, y tomó un sorbo de vino.
⎯México es un país con una riqueza cultural y natural increíble ⎯responde con una sonrisa serena⎯. Como en cualquier lugar, hay desafíos, pero también hay mucha belleza y hospitalidad. El agua embotellada es una precaución simple para los visitantes, y la seguridad varía de una región a otra, como en cualquier país. Te recomiendo que lo visites alguna vez; estoy segura de que te sorprenderías gratamente por todo lo que tiene para ofrecer. Si me disculpas, Fátima y yo debemos ponernos al tanto, nuestros maridos son mejores amigos y yo quiero ser su amiga. Con permiso ⎯habla, para después tomarme del brazo.
Juntas caminamos alejándonos de ella, hasta que estamos casi solas cerca de uno de los balcones. Ya son casi las tres de la mañana y todavía se puede ver la ciudad llena de vida. Es un año nuevo, una oportunidad de empezar de cero, y creo que también aplica en mis amistades.
⎯¿Todo bien? ⎯le pregunto, y ella sonríe.
⎯Lo estoy.
⎯Una disculpa por Marta. No tiene filtro.
⎯Afortunadamente, yo tampoco. ⎯Y comienza a reírse con ligereza. Me uno a ella y compartiremos el momento.
Cuando terminamos de hacerlo, ella camina hacia el balcón y al ver la ciudad me dice:
⎯Tu hogar es encantador. Tu hijo es un amor de niño, muy educado.
⎯Gracias.
Es la primera vez que alguien dice tu hijo sin insinuar después que se parece a Alegra o algo relacionado con ella.
⎯Sé que tú también tienes una hija con Tristán.
⎯Sí ⎯admite con una sonrisa⎯, se llama Luz.
⎯Nunca pensé que Tristán llegaría a ser padre.
⎯Ni yo ⎯responde, y ambas reímos⎯. Pero la vida nos dio la sorpresa y simplemente nos relajamos y nos dejamos llevar.
Suspiro.
⎯En verdad fue fácil. A mí la vida me ha puesto muchos obstáculos para ser madre ⎯digo en tono de melancolía.
Ximena se acerca a mí y me toma de las manos. Su mirada brillante irradia compasión y comprensión. Con una sonrisa, me dice:
⎯Fátima, no pierdas la esperanza ⎯dice Ximena, apretando suavemente mis manos⎯. A veces, los caminos más difíciles llevan a los destinos más hermosos. Estoy segura de que serás una madre increíble. Tienes tanto amor y dedicación que ya eres una madre en tu corazón. Te enviaremos toda nuestra buena energía para que pronto tengas a tu bebé en brazos.
⎯Gracias.
⎯No hay nada que agradecer.
Ximena y yo nos abrazamos, y siento su calma envolviendo mi cuerpo. Jamás me había abrazado así, con esa sinceridad que solo alguien que ha pasado por experiencias difíciles puede transmitir. Su abrazo es cálido y reconfortante, y por un momento, todo el peso de mis preocupaciones parece desvanecerse.
⎯¿Es en serio lo de querer ser mi amiga? ⎯le pregunto.
Ximena asiente.
⎯Sí, ¿por qué no?
⎯Bueno, es que no estoy acostumbrada a que alguien me llame “amiga”. En realidad no he tenido amigas en sí.
Ella me toma de las manos y me ve a los ojos.
⎯Por ahora, Tristán no regresará a España, eso te lo aseguro. Sin embargo, sé que un día lo hará y yo estaré aquí con él. Me gustaría, al llegar, tener una aliada, alguien que me guíe en este mundo y que valore mi amistad. Como ves, me costará hacer amigas excepto que me deshaga de la sinceridad, el sarcasmo y los comentarios mordaces.
⎯¡NO! ⎯le pido⎯. No te atrevas a deshacerte de eso. Lo necesitaré siempre. Querré que siempre me digas la verdad y lo que piensas.
⎯Bien, entonces, siempre tendrás una aliada en mí.
Ximena y yo nos separamos, y nuestras miradas se vuelven a cruzar.
⎯David es muy afortunado de tenerte, nunca lo olvides.
⎯No lo haré ⎯respondo, con una sonrisa⎯. Entonces, cambiando de tema, ¿diseñas mis vestidos?
⎯Claro que sí. No sé cómo le haremos para las pruebas, pero, será un placer.
⎯Tú no te preocupes por eso, ¿vale? Encontraremos la manera.
⎯Sé que lo haremos ⎯me responde con alegría.
El resto de la noche Ximena y yo pasamos hablando de todo tipo de temas, hasta que la luz del sol entró por los balcones y nos percatamos que ya era un nuevo día. Ella se fue con Tristán. Él la tomó de la mano y ambos salieron del piso dejándonos solos.
⎯Tristán, es feliz. Renunció a todo lo que conocía por seguir a una desconocida y es feliz ⎯me dijo David, mientras nos acostábamos en la cama.
Yo me acomodo a su lado y sus brazos me envuelven. David, en cierta manera, también renunció a lo que conocía por una desconocía. Sin embargo, la historia de David terminó diferente, y no logró lo que deseaba. Me pregunto, si David se hubiese ido a otro lado, seguido a Alegra a su mundo, ¿otra historia hubiese sido?
Parece que David me lee el pensamiento, porque me abraza con fuerza y besa mi frente.
⎯Yo estoy donde debería de estar. Este es mi camino. Con alegrías, tragedias, buena o mala suerte, este es mi camino. Y mi vida está a tu lado.
Yo simplemente sonrío.
Ese David, vale oro en todos los sentidos .
Que gran momento. Nadie pasa por nuestra vida sin razón. Están destinados a ser aliados, amigos y duplas increíbles.