Alegra

Diciembre llegó más rápido de lo esperado y de pronto nos encontrábamos viajando hacia Madrid para reencontrarnos con Karl, pasar Navidad y, después, iniciar nuestra nueva vida en la casa que antes era de mis padres.

Nunca pensé que me sentiría tan feliz de regresar a Madrid, de volver a ver a toda mi familia y convivir con ellos. Los extrañaba, y hoy más que nunca entiendo a mi madre cuando, después de que murieron mis abuelos, regresó a Madrid; los necesitaba.

Llegar a casa de mis padres fue maravilloso. Recorrer las habitaciones donde crecí, observar de nuevo las fotografías en los muros, recordar los paseos y juegos en el jardín y desayunar en la enorme cocina familiar me hizo muy feliz. Me hizo desear que mis hijos vivieran las mismas experiencias que yo y que crecieran al lado de sus primos.

Karl nos recibió con mucha alegría, abrazó a todos y luego nos contó sobre sus primeros días en la fundación: la cantidad de trabajo que hay cada día y los proyectos futuros. También nos contó cómo fue su nombramiento, la votación de la mesa directiva y la primera reunión que tuvo con los jefes de los departamentos de la fundación. Habló de lo mucho que le gusta trabajar con mi hermano, con Antonio y con Moríns, sobre todo con él.

Después, dejamos de hablar de trabajo y nos dedicamos a disfrutar de la familia. Por fin, nos encontramos todos reunidos y listos para disfrutar de las vacaciones.

Tenemos muchos planes: Navidad, fiestas, un pequeño viaje a Ibiza para festejar Año Nuevo. Asimismo, a inicios de enero, nos instalaremos en la casa de mis padres. Karl se quedará aquí con los niños y yo regresaré a Nueva York. Todavía tengo una agenda que cumplir, negocios por cerrar y cumplir con lo establecido con la agencia.

Después, estaré viajando para allá una vez al mes, por una semana, para algunas reuniones y agendar nuevos artistas. El resto del tiempo lo pasaré aquí, haciendo lo mío, porque mi cámara me sigue a todas partes y puedo ser fotógrafa donde sea.

Esta noche, nos preparamos para una ocasión especial: la fiesta de aniversario de la Fundación Canarias-Lafuente, en la que se anunciará formalmente que Karl es el nuevo presidente; hoy será oficial.

La emoción es palpable y el evento promete ser una celebración grandiosa, donde disfrutaremos de una buena dosis de diversión y donde se presentarán los proyectos logrados en estos años.

Todos estaremos ahí, menos los niños, que se quedarán con las niñeras. Nosotros podremos disfrutar de la noche como si estuviéramos solteros, así que hemos comenzado a planear lo que haremos después de la fiesta y posiblemente un desvelo hasta el amanecer, si es que lo logramos.

Para este evento, he elegido un vestido negro de pana, de manga larga y ceñido al cuerpo, algo que me permita verme sexy pero a la vez con propiedad. El escote es en V, así que uso un hermoso collar de perlas que caen sobre la línea de mis pechos y le da un toque de elegancia.

Para sorprender a Karl, hoy me he alaciado el cabello. Sila me recomendó un tratamiento con keratina y he pasado parte del día en un salón de belleza, por lo que no me ha visto; me muero de ganas de que me vea.

Una de las ventajas de vivir junto a tus primos y tíos es que tenemos múltiples lugares para arreglarnos y cambiarnos, y así dar una que otra sorpresa. Esta vez, me he arreglado en casa de mi tía Julie, ya que le he pedido que me haga el maquillaje. Si no fuese presidenta de un conglomerado, sería una excelente maquillista y una de mucho éxito.

⎯Alegra, ¿eres tú? ⎯me pregunta Cho, cuando me ve salir del cuarto de visitas, completamente arreglada y con el cabello lacio descansando sobre mis hombros. 

Su rostro de asombro lo dice todo. Esto me da pie a saber lo que me espera cuando Karl me vea. 

⎯¿Cómo me veo? ⎯respondo, mientras me acomodo el cabello. 

⎯Diferente. El rostro te cambia por completo con el cabello así. Ahora sí podré distinguirte de Lila. 

Me río. 

⎯¿Crees que le guste a Karl? ⎯le digo. 

⎯¡Claro que sí! Creo que no podrá creerlo. Eres una persona completamente diferente, incluso, podría confundirte con otra persona. 

⎯¡Qué exagerado! ⎯Y me suelto a reír. 

⎯¡Alegra! ⎯escucho la voz de Jo, quien va saliendo de su habitación, con un vestido plateado que, a combinación con su cabello rubio, parezca una estrella o una princesa de la galaxia⎯, te ves espectacular. 

⎯Si lo dices tú, lo creo. 

⎯Oye… ⎯reclama Cho. 

⎯Lo siento. Jo es mordaz y ella no sabe mentir ⎯admito. 

⎯No quiero mentir ⎯me corrige, arreglándose el cabello. 

Camino hacia uno de los espejos que mi tía tiene colgados sobre uno de los muros, ya casi llegando a la sala y me veo. Estoy hermosa y me siento genial. Al parecer, cuerpo de antes del embarazo ha regresado, aunque también he tenido beneficios de éste, sobre todo, en mi pecho.

⎯Si no mataron a Karl de una puñalada en el corazón, tú lo matarás de un infarto ⎯agrega Cho. 

⎯No digas eso… 

⎯Es verdad. Karl te verá y tendrá que tomarse sus píldoras, porque te ves hermosa ⎯dice Jo y yo le creo. 

Para darle la sorpresa a Karl he decidido irme con los Carter Ruiz de Con al evento, así que su reacción será en vivo y a todo color. Muero de ganas porque me ve y yo de verlo, de disfrutar esta noche y sobre todo de su triunfo. 

Entonces, después de unos minutos esperando a que todos estuviesen listos, todos nos dirigimos al hotel Lafuente, donde es el evento. Tan solo llegar, la elegancia de los Lafuente se proyecta en el evento. 

El vestíbulo del hotel es amplio y luminoso, con un imponente candelabro de cristal que desciende desde el techo, creando destellos de luz que danzan sobre el suelo. Las paredes están adornadas con tapices de un color azul profundo, realzados por detalles en dorado que captan la luz y la reflejan suavemente. En el centro del vestíbulo, una alfombra roja se despliega, guiando a los invitados hacia el área de recepción que está decorada con arreglos florales de orquídeas blancas y rosas. 

Las mesas de bienvenida están elegantemente dispuestas, con manteles de lino blanco y candelabros de plata que sostienen velas encendidas, creando un ambiente cálido y acogedor. Los camareros, ataviados con trajes oscuros impecables, se mueven entre los invitados ofreciendo copas de champán y aperitivos gourmets.

Al adentrarnos en el salón principal del hotel, nos encontramos con un espacio decorado de una manera espectacular. El techo está adornado con guirnaldas de luces tenues que crean un ambiente festivo y encantador. Las mesas están cubiertas con manteles de seda azul oscuro que contrastan con las sillas tapizadas en un elegante color plateado. En el centro de cada mesa, centros de mesa elaborados con flores frescas, velas y cintas doradas aportan un aire de lujo y refinamiento.

Las paredes del salón están adornadas con paneles de madera de tono cálido, y en las esquinas, se han colocado elegantes cortinas de terciopelo que añaden una sensación de intimidad y exclusividad al espacio. 

Un escenario elevado al fondo del salón está preparado para las presentaciones y discursos, con una elegante pantalla de proyección y un micrófono en el centro. Detrás del escenario, una gran pancarta celebra el aniversario de la Fundación Canarias-Lafuente, el sitio donde Karl dará su discurso como nuevo presidente. 

Todos entramos a paso tranquilo, aunque yo me encuentro con el corazón latiendo desbocadamente por la emoción. Mis tíos y primos entran primero, buscando al resto de la familia, pero yo, lo hago lento, buscando a Karl con la mirada y deseosa de que me note. 

Las personas que ya han llegado al lugar, se pasean por la pista de baile y hablan entre ellas, provocando que las voces rebasen un poco la música suave del lugar. La luz tenue, no me permite ver dónde está Karl, por lo que paso unos minutos buscándolo. De pronto, siento una mirada sobre mí y al identificar de dónde viene, sonrío. Ahí está Karl, es mi Karl. 

Él se acerca a mí en la silla de ruedas, moviéndose entre la gente y abriéndose paso. Sus hermosos ojos azules brillan y la sonrisa que se dibuja en sus labios es justo lo que quería provocar en él. 

⎯Mi Alegra ⎯dice en un murmullo⎯, te ves… 

Karl no continúa la frase, simplemente me ve de los pies a la cabeza, y no para de sonreír. 

⎯Esa respuesta me gusta ⎯confieso. 

Él me toma de la mano y me pide que me siente sobre las piernas. Lo hago sin importarme que alguien nos vea, al fin y al cabo, siento que no nos están prestando atención. 

⎯Es una grata sorpresa. Prometo darte una sorpresa igual de grata esta noche ⎯me murmura en el oído. 

⎯¡Karl! ⎯respondo, sintiendo cómo el color rojo me sube por las mejillas. 

⎯También hay un poco de eso… créeme, pero no lo es todo. Hoy, te mostraré mis nuevos pasos de baile. 

Lo beso sobre los labios. 

⎯Me encantaría bailar contigo. 

⎯Es una canción aburrida, ¿no importa? 

⎯Lo que sea, con tal de bailar contigo. 

Karl me da otro beso. Después, me pongo de pie y ambos nos dirigimos a las mesas donde la familia está instalada. Todos estamos aquí, y nuestra presencia es evidente y poderosa. Durante la velada, decenas de personas vienen a platicar con nosotros y a contarnos anécdotas de nuestros abuelos, de mis padres cuando eran pequeños y nosotros aparecemos en algunas. 

Nos dicen que mis abuelos hicieron un gran trabajo y que deben estar orgullosos de que nuestro apellido siga fuerte y vigente. También nos insinúan que nosotros somos famosos por nuestras reputaciones, bueno gusto y elección profesional. 

⎯Supongo que todavía no vio las pijamas de David Tristán. ⎯Se burla Moríns, haciéndome reír. 

Es verdad, mi hermano tiene un gusto bastante particular por sus pijamas, aunque ya no sé si las sigue vistiendo. Él dice que Moríns le tiene envidia porque son pijamas Versace, que Ana Carolina siempre le regala, Moríns le contesta que para ser tan caras son bastante feas. Ha habido discusiones acaloradas al respecto. 

De pronto, la música de diente, las luces se encienden y los murmullos inician. Karl se dirige al escenario junto con mi padre, quien dará el discurso de aniversario, el que mi abuela Fátima daba todos los años. Karl se ve guapísimo, con ese esmoquin a la medida y qué decir de mi padre, que a pesar de los años se sigue viendo de treinta. 

Moríns le tiene por apodo “El retrato”, refiriéndose al Dorian Gray. Dice que por eso mi madre toma tantas fotos de él, porque envejecen en lugar de él. 

⎯Buenas noches ⎯se escucha la voz de mi padre⎯. Es un gran honor y placer estar esta noche, en este aniversario de la Fundación Sila Canarias, ahora, Fundación Canarias -Lafuente. ⎯Todos escuchamos con atención⎯. No los aburriré diciéndoles cómo inicio este proyecto, porque creo que ya lo saben, además de que mi propia hija ya se cansó de escuchar el mismo. ⎯Se escuchan risas⎯. Pero si les diré, el cómo este proyecto que nació de un evento importante en mi vida, ahora, se ha convertido en pionero de muchos otros y que han traído bienestar y esperanza a muchos. A lo largo de los años, hemos tenido apoyo de muchos de ustedes, socios, amigos y personajes importantes. Hemos puesto en alto el apellido de mis padres, y así, extendiendo su legado. Mi padre, siempre quiso que el apellido Canarias sobreviviera al tiempo, y creo que he hecho un buen trabajo y como muestra, aquí están mis hijos, Sila, Lila, Alegra y David, así como mis sobrinos, Daniel y Héctor, que lo portan con orgullo. 

De pronto, todas las miradas se ponen sobre nosotros y recibimos un aplauso que nos hace ponernos de pie. 

⎯Mis nietos, que no están presentes, también los llevan, y quiero pensar, que en algún punto, mis bisnietos lo llevarán también. Así que doy por cumplido el deseo de mi padre. ⎯Se aclara la garganta⎯. Mi madre, Fátima Lafuente, dejó su legado no en apellido, sino en acciones, demostrando su carácter y su personalidad en cada uno de los proyectos que ella misma diseñó y fundó. Su amor a la filantropía, se vio reflejada en cada aspecto de su vida, consolidando un legado que dejará marca. Su paso por la tierra nos dio mucho, especialmente a mí, así que pido un aplauso en su memoria. 

El ruido de las palmadas es ensordecedor. Todos nos ponemos de pie al ver la fotografía de mi abuelo, la última tomada por mi madre y que, ahora, cuelga en los muros de nuestras casas. Aplaudimos por un minuto, hasta que mi padre regresa al micrófono. 

⎯Sin embargo, como lo mencioné antes, nuestra misión no se hubiese logrado sin el apoyo de todas las personas que se hacen cargo de cada departamento, proyecto y asociación. Así como de mantener el apellido Canarias como legado. Públicamente, quiero agradecer a Francisco Moríns, mi yerno, y el anterior presidente de la Fundación, por haber hecho un trabajo excepcional. Tengo el honor de conocerlo desde la edad de los catorce años, cuando vivíamos en Puerto Vallarta. Moríns, esposo de Sila, y padre de mis nietos: Fátima, Manolo, Luciano y Eva, se ha incorporado al Conglomerado y se ha despedido de la fundación, dejando en su lugar a otro hombre excepcional, a un gran doctor, y sobre todo, superhéroe de la vida real. ⎯Mi padre voltea a ver a Karl⎯. A mi yerno, Karl Johansson, esposo de mi hija Alegra y padre de mis nietos: Davide, Maël, Amada, Alma y Alegra, que hoy se presenta como el presidente de esta fundación y al cual le doy la palabra.

Los aplausos no se hacen esperar, y Karl, avanza hacia el micrófono. Mi padre le da un abrazo y después se hace para atrás, dando el espacio a él y poniéndolo bajo la luz. 

⎯Como ven. ⎯Inicia su discurso Karl⎯. Moríns y yo hemos hecho un gran trabajo manteniendo el apellido Canarias ⎯bromea, haciendo a todos reír. Karl suspira y comienza a hablar⎯. Es un honor para mí ser el nuevo presidente de la Fundación Canarias – Lafuente, y en pocas palabras, un sueño hecho realidad. Cuando inicie como voluntario en la fundación, jamás pensé que llegaría a este puesto y mucho menos que me pasarían tantas cosas que cambiarán el rumbo de mi vida. La fundación me ha dado más de lo que yo le he dado a ella, y por eso, con placer, tomo este puesto con la misión de continuar con el gran legado que se ha dejado y, sobre todo, cambiando el mundo, un proyecto a la vez. Espero que la fundación beneficie a millones de personas al rededor del mundo y que su trabajo atraviese fronteras. Es un placer para mí, haber sido escogido para ello. Muchas gracias. 

Los aplausos no se hacen esperar, pero Karl, pide con educación que se detengan, sorprendiendo a todos. 

⎯¿Qué pasa? ⎯pregunta mi madre. 

⎯No lo sé. 

Karl se aclara la garganta y luego comienza a hablar. 

⎯Sé que esto será inusual, pero, quiero aprovechar el escenario para hablarle a mi esposa, Alegra, y pedirle que se acerque a la pista de baile. Esta noche, le tengo preparada una sorpresa y quisiera que nos dejaran el sitio libre. 

Entonces, me pongo de pie, camino hacia la pista de baile con una sonrisa y me detengo en el centro. Las miradas están sobre mí, así como la luz que me cubre todo el cuerpo. Veo cómo Karl toma un suspiro y se acerca al micrófono. 

⎯Espero que no me mates por no habértelo dicho antes y fingir en estos días. 

⎯¿Qué? ⎯pregunto, en un murmullo. 

En eso, Karl se levanta de la silla de ruedas con una determinación que me deja sin aliento. Los murmullos inician, y una ola de asombro recorre la sala. Me quedo paralizada, incapaz de procesar lo que está sucediendo frente a mis ojos. 

Karl, con una sonrisa de satisfacción y una mirada brillante, se pone de pie con facilidad. Cada movimiento es preciso y calculado, su cuerpo parece despertar a una nueva vida bajo el impacto de la emoción que lo rodea. Sus piernas, que hasta hace poco estaban restringidas por la silla, ahora se mueven con una ligereza que me hace preguntarme si alguna vez hubo un obstáculo real.

Con pasos seguros, baja del escenario, y el silencio se hace aún más profundo mientras los invitados observan incrédulos. Karl camina hacia mí, su expresión está llena de una mezcla de orgullo y ternura. La incredulidad se convierte en una mezcla de admiración y felicidad en el rostro de todos los presentes. Los ojos de los que se encuentran cerca siguen cada uno de sus movimientos, como si esperaran que en cualquier momento todo se desmoronara.

El momento parece eterno mientras él se acerca. Yo estoy de pie en el centro de la pista de baile, sintiendo el latido de mi corazón resonar en mis oídos. Finalmente, llega a mi lado y extiende su mano. Mi rostro está iluminado con una mezcla de alegría y amor que me hace olvidar todo lo que ha pasado.

⎯Baila conmigo ⎯dice, su voz llena de emoción contenida.

⎯¿Cómo? ⎯pronuncio entre lágrimas. 

⎯Hace unos días… te diría que fue un milagro, pero, no fue así. Sabina hizo un buen trabajo en rehabilitación. 

⎯¡Dios! ⎯murmuro, tratando de evitar las lágrimas⎯. Jamás pensé que… 

⎯Te dije que lo lograría y aquí estoy, así que… baila conmigo.

Mis manos tiemblan ligeramente cuando las tomo las suyas, y juntos, comenzamos a movernos al ritmo de la música suave que se escucha en el lugar. El primer paso es un desafío y una victoria a la vez, y la sensación de tener a Karl bailando conmigo es tan abrumadora que me hace llorar a mares.

Ambos giramos y bailamos, y en cada paso, siento que todo el esfuerzo, la espera y las dificultades han valido la pena. La música, las risas y los aplausos nos envuelven, creando un entorno de felicidad compartida que solo se puede experimentar en momentos tan extraordinarios.

Él me mira a los ojos, su expresión refleja un sentimiento profundo de realización y amor. Mientras me abrazo a él, siento la conexión que ha crecido a lo largo de los años, y el baile se convierte en una celebración no solo de su recuperación, sino de nuestra vida juntos y los sueños que hemos construido. 

Karl, el hombre que entró a mi vida cuando yo no quería a nadie en ella. El que me conquistó con cada acción y palabra. Él que regresó de la muerte por mí, hoy baile conmigo, probándome una vez más que es un hombre excepcional y que su amor y compromiso, son inquebrantables. 

⎯Creo que la de la sorpresa fui yo… ⎯comento, mientras me limpio las lágrimas. 

Karl me besa sobre la frente. 

⎯Te amo, Alegra.  

⎯Y yo a ti, Karl. Te amo como jamás pensé amaría en esta vida. 

12 Responses

  1. Q bello. Linda sorpresa para el verla más linda de lo normal y también q bella sorpresa para ella que al fin pueda bailar con su amor verdadero

  2. Awwwww que bellos. Alegra que pensaba sorprenderlo y si lo logró, pero obvio le gano Karl semejante sorpresa. Que hermoso momento y Karl♥️♥️♥️ ay mi Karl. Inserte suspiros

  3. 9 canaritos para ese nido familiar.
    Felicidades a esta pareja hermosa que ha crecido tanto

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