Valentina no podía dormir esa noche; tampoco dormía Tristán. 

Todo lo que le había sucedido a Valentina en el día había sido demasiado y por la noche le estaba pasando factura. Se encontraba recostada sobre la cama, iluminada por la luz del baño que siempre deja encendida para no dormir en la oscuridad, pensando solo en una cosa: en el mensaje que había leído en el móvil de David Tristán. 

¿Qué se sentirá tener un novio tan guapo?, pensaba, ¿será un motivo de orgullo o para ella ya es algo común? 

Valentina era una mujer muy solitaria y, además, conocía poco sobre el amor y las relaciones. En muchas cosas es muy inocente, pero nadie lo sabía, porque pocas veces ella se abría ante otras personas o hacía nuevas amistades. 

Ella cierra los ojos por un momento, trata de pensar en otra cosa pero no puede. Solo el pensamiento de saber que David Tristán se encontraba en ese momento con su novia teniendo relaciones, por alguna razón, le abrumaba. 

⎯Basta, Valentina. Eso es pecado ⎯se tranquiliza, pero le cuesta borrar ese pensamiento de la mente. 

Cierra los ojos y vuelve a recordar su aroma a lavanda, el abrazo firme y cálido que le dio, esa voz que la tranquiliza y esa nueva sensación en su pecho que no la deja dormir, no sabe por qué. 

Sabe que mientras ella está recostada en medio de la leve oscuridad, Tristán se está divirtiendo y mucho. No se puede imaginar más porque no sabe nada del tema, pero sabe que mañana llegará a la oficina feliz o tal vez normal. 

Mientras Valentina da vueltas en la cama con el ruido ocasional de un auto entrando por la ventana, David Tristán se encuentra completamente sudado, recostada sobre su cama, mientras Ana Carolina Santander se encuentra encima de él, montándolo desnuda gimiendo con cada movimiento de sus caderas. 

Tristán se aferra de sus caderas, la toma con fuerza, pero no tanto como para lastimarla, solo quiere mantenerla estable mientras ella se divierte. Le gusta ver el rostro de placer de su novia, escucharla gemir con fuerza, y sonríe cuando siente que ella ha llegado al éxtasis y que pronto sentirá sus uñas encajarse sobre su bien formado torso. 

⎯¡Tristán! ⎯grita, para luego caer sobre su cuerpo, con la respiración agitada y el cuerpo sudoroso de una sesión que ya llevaba horas. 

Así es, Valentina por su falta de información no sabía que David Tristán era casi el dios del sexo; Ana Carolina lo tenía claro. 

No había un amante cómo David Tristán. Uno tan cuidadoso, gentil, caliente y resistente como él. Ana Caro no sabía si se debía al ejercicio, a los libros que había leído sobre relaciones, a los retiros espirituales o simplemente a algo natural en él; no tenía idea. Sin embargo, su novio, era excelente amante: caliente como el fuego, pero considerado como era la él, la combinación perfecta. 

⎯¡Ahora quiero que te vengas conmigo! ⎯le pide Ana Caro, mientras se recupera de lo que acaba de pasar. 

David le sonríe, se levanta levemente, haciendo que los músculos definidos de su abdomen se marquen y le da un beso sobre los labios. 

⎯¿Otra vez? ⎯pregunta, en un tono de picardía que a ella le encanta. 

⎯Sí, otra vez. ⎯Y se aferra a sus labios para besarlo y provocarlo. 

David Tristán, la toma de las caderas, y en un movimiento rápido, pero gentil, la voltea y la recuesta sobre el colchón, para después quedar encima de ella. Ya habían hecho todas las posiciones favoritas de ambos, lo habían hecho sobre la mesa, el suelo, recargados sobre la pared e, incluso sobre la silla cerca del balcón -a Ana Carolina le gusta sentir el peligro de que alguien los pudiese ver en el edificio de en frente. 

Sin embargo, cuando ambos están por terminar definitivamente con el encuentro, a Tristán le gusta la posición normal, por asuntos románticos y sobre todo, porque le enciende besar a su novia hasta que los labios se desgasten. 

⎯¡Dios mío! ⎯expresa Ana Caro, al sentir de nuevo a su novio dentro de ella⎯. Eres perfecto. 

⎯No, tú eres perfecta ⎯responde él, para luego besar sus labios. 

Las caricias, los cuerpos sudorosos, los labios rojos de tanto besar, toda esa combinación lleva a Ana Carolina de nuevo a sentir un orgasmo que la hace gritar el nombre de su novio, por décima vez en esa noche. David también termina con ella, y como siempre gime en alto, tal como a ella le gusta. 

⎯¡Te amo! ⎯expresa ella en éxtasis, mientras siente el cuerpo sudoroso de su novio sobre ella. 

Tristán se mueve a un lado y cae sobre el colchón, con el corazón agitado, el pecho subiendo y bajando, mientras se le escapaba una ligera risa, ya habitual. Esa era la señal de que él se sentía pleno. 

Ana Caro se levanta y comienza a acariciar su rostro. 

⎯¿Estás por dejarte la barba? ⎯le pregunta, mientras David sigue disfrutando de todas las sensaciones que recorren su cuerpo, incluso las caricias de su novia sobre su mentón. 

⎯¿Cómo? 

⎯Sí, ¿te dejarás la barba? ⎯le comenta. 

Él voltea a verla y le sonríe. 

⎯¿No te gusta? 

⎯Creo que te envejecería ⎯habla, para luego recostarse sobre su pecho. 

David suspira, lo hace para recuperar definitivamente el aire. 

⎯Pensé que me vería más maduro. 

⎯Tal vez. Digo, si a ti te gusta puedes dejártela, pero sabes que me encanta verte sin barba y depilado… de todos lados ⎯comenta, para luego bajar su mano hacia su miembro. 

David se ríe bajito. 

⎯¿Quieres otro ronda?, porque tendré que recuperarme ⎯le asegura. 

⎯No, ya estoy exhausta. Son las tres de la mañana y llevamos haciendo esto desde las diez. No entiendo cómo duras tanto. 

Tristán se voltea y queda frente al hermoso y delicado rostro de su novia. Ella le sonríe. Él besa sus labios. 

⎯No te diré mi secreto, solo disfrútalo.

⎯Te disfruto, sabes que lo hago. ⎯Ella recarga su mano sobre su marcado abdomen y lo acaricia⎯. Dios, estás tan bueno. Sé que te lo digo siempre, pero cada vez que te veo así desnudo me enciende más. Eres perfecto, de todos lados. 

Tristán se sonríe, pero la sonrisa desaparece cuando ve que Ana Carolina cambia su rostro a uno más serio. 

⎯¿Qué pasa? ⎯comenta él. 

⎯Tengo algo de que platicarte, pero no sé si sea el momento adecuado. 

⎯¿Momento adecuado? ⎯pregunta. 

Ana Caro toma la sábana de algodón color negro y se cubre los pechos. 

⎯¿Qué pasa? ⎯pregunta Tristán, todavía recostado. 

⎯Mis padres. 

⎯Dios… ⎯expresa él, sabiendo lo que se viene. 

David se levanta de la cama, y desnudo va hacia el baño que queda a poca distancia. La ventaja de vivir en un estudio es que todo está en la misma habitación y está cerca, así que la puede ver desde el baño. 

Ahí se quita el preservativo, lo tira a la basura como lo hizo con todos los otros que usó durante la noche y se lava las manos; se echa agua sobre el rostro para refrescarse. 

⎯Ahora que dijeron. 

⎯Quieren que me haga cargo de La Rioja ⎯explica ella. 

⎯¿La Rioja? ⎯David sale del baño, recoge en un movimiento su bóxer y se lo pone. 

⎯O también el de Italia. 

David suspira. Puede que la familia de Ana Carolina sea una de las más prestigiosas, poderosas y ricas de España, pero de manera interna puede llegar a hacer un desastre. 

⎯¿Tienes idea de cómo hacerte cargo del negocio? ⎯pregunta él, caminando hacia la cocina, para sacar del refrigerador una jarra llena de agua y servirla en dos vasos⎯. Porque te recuerdo que tú eres psicóloga infantil, especialista en problemas de conducta, no vinóloga o Enóloga. 

⎯Lo sé. 

⎯¿Qué tienes que hacer tú con el vino? ⎯pregunta, caminando hacia la cama. 

Ana Carolina toma el vaso con agua y bebe un sorbo. 

⎯Es familiar… 

⎯Mi padre y mi hermana son doctores, y no me piden hacerme cargo del hospital, o mi madre y mi hermana del estudio de fotografía; zapatero a tus zapatos ⎯habla con tranquilidad Tristán. 

⎯Lo sé. Pero ya sabes que mi padre piensa que para mantener la herencia familiar todos debemos estar relacionados con algo de los vinos, o estudiar algo. Así que… 

⎯Dios ⎯susurra Tristán, sabiendo lo que se viene. 

⎯He decidido estudiar una segunda carrera. 

⎯Déjame adivinar, ¿Enología?, ¿en la Rioja? ⎯pregunta él, sentándose a su lado. 

⎯Empiezo en septiembre ⎯le asegura. 

⎯¡Vaya!, ya pagamos las colegiaturas, ¿quieres que vaya a comprar la lista de útiles contigo, querida? 

⎯No hay porque ser sarcástico, Tristán ⎯le reclama Ana Carolina⎯. Mira, sé que no te dije nada… 

⎯Porque sabes que si me lo dices antes de inscribirte te hubiese hecho dudar ⎯asegura Tristán. 

⎯Pero… tú sabes lo que es hacer cosas por la familia. 

⎯Y, ¿no pudiste consultarlo conmigo? Digo, creo que formo una parte importante de tu vida, Caro. Soy tu mejor amigo desde los doce y tu novio desde los dieciocho años. Creo que un poco de consideración no me caería mal. 

⎯Amor, lo siento. No tuve mucha oportunidad de retractarme. ⎯Ana Carolina toca su rostro⎯. Sé que no fue la manera correcta. 

⎯Entonces, ¿me estás diciendo que la idea de estudiar Enología fue de tu padre y no tuya? No, espera, no es una pregunta, es una afirmación. 

⎯Bueno, saber un poco más no tiene nada de malo. 

Tristán saca el aire, tratando de pensar lo que va a decir. Le toma la mano y la besa con ternura. 

⎯Eres una excelente psicóloga, Caro. Apenas comenzaste tu proyecto para tener tu clínica y estás a nada de realizarlo. Y ahora, estudiarás una carrera solo porque a tu padre se le ocurre. 

⎯Bueno, tú también estudiaste una carrera relacionada al negocio de tu familia ⎯le recuerda. 

⎯Sí, pero no me obligaron. Es diferente encontrar tu vocación en el negocio de tus padres, que no tener vocación y forzarla para beneficio del negocio de tus padres. A mi me gusta lo que hago. 

⎯A mí puede que me guste ⎯contesta Ana Caro. 

⎯Eso es diferente. ⎯Suspira⎯. Cari, lo que te quiero decir, es que te apoyo en la decisión que tomes, pero no quiero que estudies algo que te aleje de tu sueño. Quiero que seas feliz. 

⎯Lo soy… ⎯Ella se levanta, y todavía enredada en la sábana se sienta sobre sus piernas. Le da un beso tierno sobre los labios⎯. Simplemente, que mi familia no es como la tuya, y lo sabes. 

⎯Consciente de ello estoy ⎯comenta. 

⎯Y soy la persona de confianza de mi padre. 

⎯¡Guau!, me quieres decir que de Ana Lorenza, Ana Catalina, Ana Salma y Ana Roberta, tú eres la favorita… debes ser especial. 

Ana Carolina le da un ligero golpe sobre el hombro. 

⎯Sabes que soy especial…⎯lo besa, y él la abraza con fuerza. 

⎯¿Eso quiere decir que te mudarás a La Rioja, cierto?

Ana Carolina suspira. 

⎯Acomodaré mi horario para poder venir de jueves a domingo y regresar por la noche. Recuerda que los aviones de mi familia están disponibles. Además, tú también puedes ir, ¿no? ⎯pregunta. 

De pronto, todos los planes de David Tristán se pusieron en pausa, ¿qué iba a pasar con la pedida de matrimonio?, ¿el irse a vivir juntos?, ¿los planes de viajar juntos el próximo año? Sabía que todo eso se podía lograr, pero, también tendría él que cambiar muchas cosas. 

⎯Claro que viajaré, cari ⎯le contesta, acariciando su hombro. 

Aunque en realidad a Tristán no le agrada la idea de que su novia viva tan lejos, sabe que es así. Cuando ambos decidieron ser novios sabían las responsabilidades y expectativas que ambas familias podrían en ellos. 

⎯Aun así, nada está listo hasta septiembre, así que tendremos todo el verano para vernos, y besarnos, y tener citas, y comer y… ⎯Ana Caro se acerca a los labios de Tristán y lo besa con ganas. Con sus manos empieza a acariciar su pecho, mientras él lo hace con sus piernas. 

Ana Carolina se quita las sábanas y se voltea para quedar a horcajadas sobre él. 

⎯Pensé que estabas exhausta ⎯le dice él, al sentir la mano sobre su miembro. 

⎯¿Puedes un poquito más? ⎯le pregunta, moviendo su mano para volver a excitarlo. 

⎯Siempre puedo un poquito más ⎯contesta⎯. Pero primero… 

Tristán le pide a Ana Carolina que se separen y como puede abre el cajón de la mesita de noche y saca un preservativo. 

⎯¡Dios!, eres tan consciente que me excita ⎯le comunica. 

⎯¿Tú o yo? ⎯pregunta con picardía Tristán. 

Ella se lo quita de los dedos con un rápido movimiento y se pone de pie. 

⎯Yo, pero primero, voy a jugar un poco. ⎯Y ante la mirada de Tristán se pone de rodillas. 

Supuso que dormir, era para débiles. 

***

-En la oficina, por la mañana – 

⎯¿Entonces así quedamos? ⎯pregunta Ana Carolina, mientras Tristán termina de tomar café. 

⎯Así quedamos ⎯contesta. 

Ana Carolina se pone de pie y va hacia el sofá individual y se sienta sobre las piernas de su novio. 

⎯Cari. Sé que no es lo que planeamos, pero te prometo que todo saldrá bien. Siempre haremos todo lo posible para que funcione, ¿recuerdas? Es como cuando me voy a Italia. Además, ⎯se acerca al oído de su novio⎯, es una gran oportunidad para tener sexo por mensajes o por videollamada. 

Tristán se sonroja. 

⎯¿Crees que eso me va a poner de buen humor? ⎯pregunta, haciendo una pausa⎯, pues lo has logrado. 

Ana Caro sonríe y se muerde los labios. Con el dorso de la mano acaricia la mejilla de su novio. 

⎯Eres perfecto, David Tristán, ¿qué hice para merecerte? ⎯pregunta. 

⎯No lo sé, si quieres podemos averiguarlo. ⎯Al decir esto, Tristán se pega a los labios de su novia y comienza a besarla con hambre, con ansias, como si la necesitara para vivir. 

Ana Carolina se deja llevar, se pega a su cuerpo, encendiendo de nuevo el fuego, uno que se apaga cuando su móvil suena. Ella ve la pantalla con el rabillo del ojo y se separa. 

⎯Es mi padre… Me tengo que ir. 

⎯¿En serio? ⎯pregunta Tristán, completamente acalorado. 

Ana Caro se pone de pie, se arregla la falda y el cabello rubio y ondulado. 

⎯¿Nos vemos en la prueba de vestuario para la boda por el civil de Lila? 

David se pone de pie y la toma de la mano. 

⎯Nos vemos. Hoy comeré con mi familia y de ahí nos vamos al taller. 

⎯Excelente. 

Ambos salen de la oficina. Él le abre la puerta con cuidado y la deja pasar. Linda alza la vista y les sonríe. 

⎯Iré a despedir a Ana Caro, ahora subo ⎯indica. 

⎯Sí, claro. 

⎯Hasta luego, Linda ⎯se despide Ana Caro con una sonrisa. 

⎯Hasta luego. 

Ambos caminan por el corredor, hasta que llegan al elevador y entran. Ana Caro va pintándose los labios, reflejada en los espejos del elevador mientras Tristán manda un mensaje a su primo; le urge hablar con él sobre lo que Ana Carolina está a punto de hacer. 

Las puertas se abren y ambos salen tomados de la mano hacia el recibidor de la fundación. Llegan a la puerta giratoria y él la toma de la cintura antes de que salga. 

⎯Ahora más que nunca me cuesta dejarte ir ⎯le confiesa David. 

Ella besa levemente sus labios. 

⎯Gracias por la noche ⎯le susurra Ana Carolina a David cerca del rostro⎯, cada vez te superas más. Creo que todavía me tiemblan las piernas de todos los orgasmos que me diste. 

Un golpe seco se escucha cerca de ellos, y al voltear, David ve a la señorita de la Torre llevarse la mano a la frente y luego tambalearse debido al impacto. 

⎯¡Señorita de la Torre! ⎯expresa, Tristán. 

Ella sale como puede de la puerta y se posa frente a los dos. 

⎯Creo que… ⎯murmura, para luego desmayarse sin poder decir más. 

8 Responses

  1. Con razon el destino de David no esta con Ana Caro, porq sus vidas se separan mucho y la familia Santander como que es pesadita no? Jejeje y pobre Valentina jajajaja se desmayo por el golpe, y se golpeo por lo q escucho? Jajajajajajaja pobre va a quedar traumada de solo imaginarse a David en esas. Jajajajaja hasta q no lo experimente jajajaja

  2. Me quedé con el corazón estrujadito, por lo que pueda sentir David, se aman mucho, pero hay situaciones que quizá mas adelante cambien!!

  3. Ay Caro… Como dijo Tristán, un poquito de consideración no habría venido mal… En fin espero que esto se acomode bonito para que pueda funcionar sin lastimar a ninguno.
    Siento que la opinión del padre de Ana Caro pesa mucho para ella… Tan diferente a los Canarias Ruiz de Con 🫤.

    Por otro lado, que tal golpe te diste Valentina, hasta aquí se oyó 🤭… Ya no sé si te desmayaste por el impacto o por la vergüenza 🫢.

    Me quedo esperando por saber más.🤭

  4. Bueno …de tal palo, tal astilla… David Canarias Lafuente, en su tiempo joven, era el dios del sexo y quién reía después del mismo era su esposa!!! Así, que David Tristán es la suma de los dos.

  5. A David Tristán le queda muy bien su segundo nombre 😳😆😍 Tristán=Titán jaja 😏😏😏

  6. David quiere mucho a ana caro pero hoy ella se me hizo medio pesadita y me late que el papá los va a separar

  7. No hay amor que pueda soportar el peso de las decisiones de terceros. Con tantos años de vínculo, la relación se desgasta fácilmente con hechos como este… No me hagas sufrir a David porfa Ana Caro.
    JAJAJAJAJA Valentina! Le tengo la pomada pa ese morado mija jajajaja

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