-Ese día por la tarde- 

⎯¿Etonología? ⎯se escucha la voz de Sila en medio de la sala. Todos se encuentran en casa de Alegra, antes la de sus padres, para la cena familiar y la famosa plática que David Canarias les quiere dar. 

⎯Enología… ¡auch! ⎯expresa, al sentir que su hermana Lila le pincha la pierna con un alfiler. 

⎯¡Quédate quieto!, te mueves peor que Ximena cuando le mido vestidos. 

⎯Lo siento… es que es muy raro que me tengas en medio de la sala arriba de esto. ⎯David nota el pequeño tapanco de madera que su hermana ha puesto para que se suban y ella pueda medir los trajes que se usarán para la ceremonia civil de Lila. 

La boda se dividía en dos partes: la primera sería la ceremonia civil de Antonio y Lila en los hoteles Lafuente; la segunda, la boda religiosa de ambas gemelas, que se llevaría a cabo en una isla privada en Ibiza. 

Lila había decidido que, para la ceremonia civil, todos los hombres de su familia llevaran un traje confeccionado por la marca Mena Caballero, en un color especial, mientras que las mujeres vestirían en el mismo color, pero con un diseño diferente. 

Los trajes eran de un color naranja ladrillo, con lilas bordadas en la línea del saco y del pantalón. Los vestidos de las mujeres eran de color beige, con lilas bordadas en las mangas y sobre los hombros. Para la boda religiosa, otro diseño se había preparado, pero aún faltaba tomar las medidas finales.

Por ello, Tristán se encontraba en medio de la sala, con su hermana tomando las últimas medidas para darle el toque final al traje que ella misma había bordado.

⎯Sí, y se tendrá que ir a vivir a La Rioja. 

⎯No me sorprende ⎯dice Alegra, mientras toma uno de los tantos artefactos que tiene Lila en su estuche de costura. 

⎯¡Eh, eh, eh! Deja ahí ⎯le pide su hermana, al saber que Alegra puede tirarlo y hacer un desastre. 

Alegra es conocida por tener manos “de estómago”, como le decía su abuela Ximena; todo se le cae. A sus hermanos les sorprende que todavía no haya tirado sus cámaras fotográficas, que son increíblemente caras. 

⎯Te digo que no me sorprende. Los Santander son originarios de La Rioja, si están en Madrid es más por negocios que por placer ⎯continúa, Alegra. 

⎯¿Y qué le dijiste? ⎯pregunta Sila, mientras se encuentra sentada en el sofá. 

⎯Lo que tenía que decirle, que la apoyo en la decisión que tome ⎯contesta David con seguridad. 

⎯O que su familia toma ⎯murmura Lila. 

⎯Lila, por Dios, no saltemos a conclusiones ⎯le pide Sila. 

⎯Todos saben que los patriarcas Santander deciden por sus hijos. Claro está el caso de la prima de Carolina, que no pudo ser bailarina por seguir los pasos de la madre ⎯habla Lila. 

⎯Caro no es así ⎯justifica Tristán⎯. Lo hace porque sabe que sus otras hermanas son un desastre y ella es la única con el ímpetu suficiente para salvar el negocio. 

⎯¿Salvar el negocio? ⎯pregunta Alegra⎯, ¿los Santander tienen problemas con el negocio? No te lo creo. 

⎯Un vino que no resultó como esperaban. No es que caigan en la pobreza, pero invirtieron bastante y si les pegó un poco. 

⎯¿Te imaginas a Carolina en la pobreza? ⎯pregunta Lila, para luego reír en bajito. 

⎯No es su culpa haber nacido en cuna de oro y lo saben. Aunque de todas sus hermanas, es la más humilde. 

⎯Sí, su bolsa Hermès grita “caridad” ⎯contesta Lila, haciendo reír bajito a Alegra. 

⎯Entonces, ¿te irás a La Rioja? ⎯Sila se acerca y le arregla el pantalón de su hermano. 

⎯¿Qué haría en La Rioja? ⎯pregunta David, arreglándose la cintura del pantalón. 

⎯Pues… podrías hacer un diplomado en Enología y crear proyectos para los Santander. También sería una buena manera de hacerle sentir a Ana Carolina que estás con ella. ¿Recuerdan cuando Moríns tomó el diplomado en primeros auxilios solo para estar conmigo y entenderme? 

⎯Cómo olvidarlo, el cabrón me rompió la costilla haciéndome RCP ⎯contesta, David. 

⎯Pero las risas no faltaron ⎯habla Alegra. 

Todas se ríen. 

⎯En fin, es una idea, tómala o déjala ⎯habla Sila. 

⎯Listo, hermano. Te pido que ya no adelgaces de aquí al próximo viernes, porque ya no tendré tiempo para arreglarte el pantalón. 

Tristán se refleja en el espejo y se revisa que el pantalón le quede a la perfección. 

⎯Para ser color ladrillo, no me queda mal ⎯comenta. 

⎯Terracota ⎯le corrige Lila⎯. Es color terracota, no color ladrillo. Ahora, si ya está listo, quítatelo para que lo guarde en el porta trajes y pueda continuar con los siguientes. ¿Puedes llamar a Moríns, por favor? ⎯le pide a su hermana. 

La puerta de la casa se abre y tanto David como Luz entran tomados de las manos y con unas bolsas de regalos, que inmediatamente ellas saben que son para sus hijos. 

⎯¡Los abuelos llegaron, y traen regalos! ⎯grita David padre. 

Los gritos de alegría de los niños se escuchan por toda la casa, aunque en realidad, todos se encuentran en el gran cuarto de juegos, que solía ser antes el despacho del Picaflor. Los diez niños salen corriendo y van llegando en olas. 

⎯Papá… ⎯murmura Sila. 

⎯Déjame consentirlos ⎯le contesta, para después regalarle una sonrisa. 

El abuelo comienza a repartir juguetes, y cuando Fátima saca el auto de Barbie que tanto deseaba, se emociona. 

⎯¡Lo conseguiste! ⎯le dice a su abuelo. 

⎯Así es… te lo prometí. 

⎯¡Gracias! ⎯Fátima le da un abrazo. 

⎯Mire nada más… ⎯Habla Moríns, que acababa de salir de la cocina junto con Karl y Antonio⎯. Sus hijos jugaban a quién se embarraba el moco más grande en el cabello porque usted no quería sobre estimularlos con juguetes, y hoy mi hija recibe el auto ecológico de Barbie. En fin, la hipotenusa. 

⎯¿Cómo se juega eso? ⎯pregunta Lolo⎯, yo quiero jugar. 

⎯¿Nos tenemos que sacar los mocos? ⎯pregunta Alegrita, con una voz muy tierna, para luego meterse un dedo en la nariz. 

⎯¡Yo quiero jugar! ⎯expresa, Davide. 

⎯Yo igual… ⎯habla, Amada. 

⎯Y yo… 

⎯Y yo… 

De pronto todos los niños comienzan a meterse el dedo en la nariz y los padres a impedir que se saquen los mocos. David Canarias se ríe bajito al ver la situación. 

⎯Te dije que lo disfrutaríamos de viejos ⎯le murmura a su mujer. 

⎯¿A quién le dices vieja, anciano?, ¿te recuerdo quién huele a mentol por andar en calcetines y resbalarse en el suelo? ⎯contesta Luz. 

David sonríe. 

⎯Sabes el porqué estaba en calcetines ⎯contesta, coqueto. 

⎯¡Bueno, ya!, nadie se sacará los mocos y se los pegará al otro, ¿vale? ⎯Pone Antonio, el orden, interrumpiendo los murmullos de David y Luz⎯. Ahora, todos a lavarse las manos que ya vamos a cenar. 

⎯¿Qué hiciste de cenar? ⎯pregunta David Tristán, bastante interesado. 

En ese momento, el repartidor de pizza aparece en la cámara frontal y el timbre de la casa suena. 

⎯Pizza ⎯concluye, Antonio para después darle una sonrisa. 

Resultó ser que Karl, Antonio y Moríns hacen un pésimo equipo a la hora de hacer cenas familiares, así que después de quemar el agua que hervía los jitomates, decidieron salvar su honor pidiendo pizza y resolviendo el problema. 

⎯Querían algo italiano, les estoy dando algo italiano ⎯dijo Antonio, mientras pagaba lo que sería la cena y Karl recogía las 7 cajas de pizza.  

La cocina de la casa se llena de risas y aromas familiares mientras todos se sientan alrededor de la mesa para la cena. Con el paso de los años, la mesa se ha ampliado para acomodar a la creciente familia. Ya no caben todos en una sola mesa, así que han colocado una mesa más pequeña, exclusivamente para los niños, donde los sobrinos de David se sientan juntos a disfrutar y convivir entre ellos.

La cena transcurre en un ambiente cálido y agradable. Moríns, como siempre, lleva la batuta de la conversación, contagiando a todos con su risa y sus anécdotas, que no tardan en arrancar carcajadas y comentarios divertidos. La conversación fluye sin esfuerzo, y en algún momento surge el tema de la próxima boda de Lila, que genera emoción y discusiones sobre los últimos detalles que aún quedan por resolver.

Al final de la cena, los niños se apresuran a regresar al cuarto de juegos, ansiosos por seguir disfrutando de sus juguetes. Sin embargo, Fátima, la más tranquila y responsable, decide quedarse con su abuela para ayudar con los platos. Mientras tanto, los adultos, incluidos los hijos y cuñados, se quedan en la mesa para disfrutar de una larga sobremesa, charlando sobre la vida, compartiendo historias y disfrutando de la compañía mutua.

⎯Bueno suegro, ¿ya nos dirá cuál es la noticia que nos quiere dar? ⎯pregunta Moríns, rompiendo el último silencio que se hizo entre ellos. 

David voltea a ver a Luz y ella asiente con la cabeza como si le diese permiso. 

⎯Bien, sé que tal vez esta noticia no les guste a muchos, y posiblemente no sea de su agrado, pero es algo que Luz y yo hemos decidido ⎯comienza David, provocando que todos le presten atención. 

⎯Díganos… ⎯le insiste Moríns. 

⎯¿Todo bien, papá? ⎯pregunta Lila, preocupada. 

David asiente. 

⎯Bueno, Luz y yo, su madre y yo, hemos decidido que después de la boda de Alegra y Lila, haremos un viaje de seis meses por el oriente, así que no estaremos para Navidad, tendrán que pasarla ustedes solos. 

Todos se quedaron en silencio después de escuchar la noticia. Solo se escucha el goteo del agua del fregadero, y el rechinido del plato al ser limpiado por Fátima. 

⎯¿Eso es todo? ⎯pregunta Moríns, bastante decepcionado⎯. Pensé que era algo más… profundo. 

⎯Bueno, es Navidad, amor, sabes lo importante que son para nosotros ⎯agrega Sila. 

⎯Dios… pensé que nos avisaría que ya estaba a punto de colgar los tenis o algo así. Me asusté. 

⎯¡Moríns! ⎯expresa, Sila⎯. No digas eso. 

⎯Es que puso ese rostro serio y tu padre no se hace más joven con los años… sin ofender, suegro. 

⎯No te preocupes ⎯responde David entre risas, acostumbrado a la brutal honestidad de Moríns. 

⎯Entonces, ¿solo es eso? ⎯pregunta David⎯. ¿Un viaje al medio oriente? 

⎯Sí. Sé que todos pasamos Navidad juntos, pero su madre y yo queremos hacerlo de viaje; así festejamos todo lo que tenemos que festejar. Les mandaremos videos y fotos. Pero ustedes deberán ponerse de acuerdo en dónde la pasarán y con quién. 

⎯Bien, ¿qué les parece si todos pasamos Navidad en el caribe mexicano? ⎯pregunta Karl. Todos levantan la mano, incluyendo Rita, la mujer que ayuda a Alegra en la limpieza de la casa y que suele acompañarlos a algunos viajes⎯. Listo, Navidad planeada ⎯concluye. 

⎯Lila, ¿te importa si hacemos la prueba del traje en la sala de televisión? Ya va a comenzar mi novela ⎯habla Moríns, para luego dirigirse hacia la puerta. 

⎯Bueno, es un alivio ⎯habla al fin David Tristán, que había estado muy callado⎯, pensé que nos dirían que adoptarían a una niña como el tío Manu y la tía Ainhoa. 

⎯¡¿Qué?! ⎯expresan todos al unísono. 

Moríns se regresa. 

⎯La novela puede esperar ⎯dice, para sentarse de nuevo en su silla⎯. Fati. 

⎯¡Ya estoy en eso, papá! ⎯grita la niña, mientras sale corriendo de la cocina para dirigirse al ventanal del jardín y cerrarlo con llave⎯. ¡Listo! 

⎯¿Por qué siempre cierras el ventanal del jardín? ⎯pregunta su suegra. 

⎯Porque en esta casa todos entran como Pedro por su casa y no podemos tener pláticas privadas. Ahora, no me distraiga. ⎯Voltea a ver a David Tristán⎯. Continúa con lo que estás diciendo, y no omitas detalles. 

Todos le pusieron atención a David Tristán. Él les contó lo que Daniel les había dicho sobre el querer adoptar una bebé y de lograrlo, le pondrían el nombre de Zelda. 

⎯¿Zelda? ⎯pregunta Alegra. 

⎯ Zelda Fitzgerald, la esposa del escritor del Gran Gatsby ⎯agrega Luz⎯. Lo que no me explico es por qué Manu no me dijo nada, se supone que soy su hermana. ¿Julie sabrá? ⎯se pregunta, y toma el teléfono interno para comunicarse con su hermana. 

⎯¡No!, le prometí a Dan que no le diría a nadie, no la llames. Es secreto. Bueno, no tanto. Pero no les digan nada, en particular a Héctor. 

⎯¡Uy! ⎯hacen todos en coro. 

⎯Uy… ⎯afirma David Tristán. 

⎯Bueno, en fin, ya nos enteraremos cuando nos tengamos que enterar ⎯dice el Picaflor mientras se pone de pie⎯. Supongo que por algo no nos lo dijeron. No debemos entrometernos en las ideas y planes de Manu y mi hermana. 

⎯¿Ahora resulta que los chismosos somos nosotros? ⎯pregunta Lila, al ver que su padre está tan tranquilo⎯. Lo dice el hombre que fingía barrer la calle, allá en Puerto Vallarta, para traernos el chisme completo del policía y la mujer que lo iba a visitar. 

⎯Eran gemelas ⎯aclara Moríns⎯. Andaba con gemelas iguales. 

⎯¡Ves, Luz! Lo supe desde el principio —dice David, con una sonrisa de satisfacción—. Algo no cuadraba, pero todos decían que era la misma mujer. Se despedía del policía y diez minutos después, la vi entrar a la tienda con otro peinado y ropa distinta. ¡Nadie cambia tan rápido!

⎯Bueno, bueno, ya nos desviamos de lo importante. El chiste es que todos finjamos que no sabemos lo del tío Manu y la tía Ainhoa, y finjamos sorpresa cuando no los digan, ¿vale? ⎯aclara David. 

⎯Vale ⎯acuerdan todos. 

De pronto, el pequeño quorum se despeja, y la mayoría se va hacia la sala para hacer sus actividades. Tristán saca el móvil y se percata que tiene dos mensajes de Valentina. 

⎯Hijo ⎯le habla el Picaflor⎯. Me enteré de que contrataste a la señorita Valentina como tu asesora. 

⎯Sí. Resulta ser que tiene memoria fotográfica ⎯comenta David, viendo a su padre⎯. Así que me puede ayudar a sacar en tiempo récord el proyecto de la Casa de Música. Por cierto, la dejé sacar las notas, pero resulta que las replicó; se las sabe de memoria. 

David sonríe. 

⎯Entonces, quiero pensar que te llevas bien con ella. 

⎯Es complicado. Valentina es una mujer muy rara, bueno, no rara, especial. Tiene algunos padecimientos que le impiden moverse con libertad o hacer cosas nuevas. Tiene una fobia que no se lo permite. 

⎯¿Neofobia? 

⎯Eso… No conoce Madrid porque no puede salir, no prueba cosas nuevas, ni muchas cosas. Pero es muy buena en lo que hace, es una mujer inteligente y decidida; tiene garra. 

David le da una palmada sobre la espalda a su hijo. 

⎯Y, ¿por qué no intentas que esa fobia disminuya y haga cosas? 

⎯No soy psicólogo. 

⎯No, pero, tal vez puedas ayudarla a conocer la ciudad y otras cosas mediante una exposición controlada ⎯agrega David. 

⎯Papá, no me hables doctor ⎯le pide su hijo. 

David sonríe. 

⎯Comienza con experiencias nuevas, pero que sean cómodas. Has que ella se sienta segura. Creo que la señorita de la Torre necesita un nuevo comienzo, un amigo. 

⎯Un amigo… ⎯suspira David⎯. No sé cómo ayudarla. 

⎯Estoy seguro de que sí… piensa, ¿cómo conocerías Madrid si te da miedo caminar por sus calles? ⎯le pregunta su padre, para luego alejarse de ahí. 

⎯Cómo… ⎯murmura él. 

Minutos después, hace una llamada. 

***

Valentina se encontraba sentada en su habitación con el rostro metido en el libro de poesía que tanto le gustaba. Copiaba uno de los versos, y trataba de darle otra interpretación. El ruido de la puerta de la habitación hizo que su cuerpo saltara, ya que se encontraba sumergida en una profunda concentración. Vio de reojo la puerta, y notó una sombra por debajo de ella. De nuevo, se escucharon ligeros golpes. 

⎯¿Señorita de la Torre? ⎯escucha la voz tan conocida del chofer. 

Ella se puso de pie y abre la puerta con cuidado. 

⎯¿Sí? 

⎯El señor Tristán la espera ⎯contesta, para luego sonreírle. 

Valentina cierra la puerta, y se dirige hacia la ventana para espiar por ella. Puede ver a Tristán, arriba de un camión rojo, esperando por ella. 

⎯¡Por las llagas de Cristo! ⎯expresa, bastante sorprendida⎯¡Ya voy! ⎯grito, para luego tomar sus cosas y salir de ahí. 

David observa a Valentina desde el umbral de la puerta del elevador. La ve apresurarse hacia el camión rojo que espera en la entrada, el mismo que se utiliza para los tours turísticos de la ciudad. 

David se acerca a ella con una sonrisa tranquilizadora, aunque nota la tensión en los ojos de ella.

 ⎯Valentina, ⎯dice con suavidad mientras ella se ajusta la bolsa y guarda la llave de la habitación⎯, sé que recorrer Madrid puede ser abrumador cuando todo es nuevo y desconocido. Pero si no te sientes cómoda explorando la ciudad por tu cuenta, hay otras maneras de disfrutarla.

Valentina levanta la vista, confundida pero atenta. David continua: 

 ⎯Hoy he organizado algo especial para que puedas disfrutar de Madrid sin sentirte incómoda. Tengo algunos contactos en el turismo de la ciudad y me rentaron este camión exclusivo por la noche. Madrid es bonita de día y de noche. Tal vez otro día te animes a explorarla de día. 

Ella lo mira con una mezcla de escepticismo, pero le sonríe.

⎯¿Es en serio? ⎯pregunta. 

⎯Sí, lo es. Mi papá dice que se llama exposición controlada. ⎯David le extiende una mano y la ve con una sonrisa alentadora y, con un gesto de confianza, le ofrece su mano⎯¿Qué dices, confías en mí?

Valentina observa su mano extendida, la suavidad de su voz y la sinceridad de sus palabras. Con una sonrisa tímida, pero decidida, la toma. 

 ⎯Sí ⎯responde⎯ confío en ti.

David la conduce hacia el camión rojo y, con una sonrisa alentadora, ambos suben a bordo. La emoción comienza a invadir a Valentina, una sensación cálida que se expande desde su pecho hacia el resto de su cuerpo. Aunque sus manos tiemblan ligeramente, no siente miedo, pues ha superado ese temor desde hace tiempo, porque Tristán siempre la hace sentir emocionada. 

8 Responses

  1. Awwwww que lindoooo. A mi tambien me hace sentir emocionada. Jajajaja

    Ayyyy me encanta cuando esta todos reunidos o bueno algunos, Morins lo amo jajajaja me encanta.
    Y David picaflor dandole tips a David T.para que conozca mejor a Valentina y la ayude. Me encanta.

    Gracias Ana.

    1. Amo esta familia los yernos ya son amigos y cocinan juntos, y que decir de morins es único en el momento menos esperado te saca la risa y nuestro galán ya empieza a dar sus primeros pasos haci un nuevo amor

  2. La familia se vuelve más comunicativa con el paso de los años 🤭 y Fatimita haciendo sus pininos en el asunto 🤭.
    Mi Picaflor tan lindo, heredó lo espléndido de su papá 🫶🏼 dándole ideas a David para ser amable y ayudar a la señorita de la Torre con su fobia.
    No hay duda, son una familia de 10! 👌🏼.

    Pd. No dejemos pasar el hecho de por qué andaba en 🧦 🤣.

  3. Aww me recordó a cuando Aladin le dice esa misma frase a Jasmin 💕 sentí el calorcito apapachador del momento

  4. Ternuritas! Ojalá que ambos se ayuden y sean amigos, muy amigos.
    Las reuniones familiares Dios jajajaja

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