DANIEL 

Después del encuentro con Aria y Dácil, la hermana de Tazarte, decidí dirigirme a casa de mis padres para comer con ellos. Tan solo entro por la puerta, y al instante noto que mi hogar ha cambiado; para bien. Desde que Héctor y yo crecimos, el silencio se apoderó de la casa. Aquí vivían dos hermanos adultos y, aunque el silencio se rompía con las visitas espontáneas de mis primos y sobrinos, en general, el ambiente era tranquilo, casi vacío. Hoy, sin embargo, todo es diferente.

Nada más cruzar el umbral de la puerta, la música infantil llena el lugar, alegre y vivaz. Mi hermana Manuela juega con unas muñecas, rodeada por los más pequeños de la familia que la siguen con entusiasmo. Alegrita, Amada y Alma están en la casa, riendo y correteando. Eva Moríns también está ahí, sentada en el sofá, observando cómo los niños juegan mientras mi padre se encarga de supervisarlos. Mi madre, en cambio, se encuentra en el jardín, rodeada de mis tías Luz y Julie. 

Me acerco justo cuando la conversación parece estar en su apogeo.

⎯Jo me dejó en claro que ella no será mamá; sólo tía Jo ⎯comenta mi tía Julie, con un tono serio pero comprensivo.

⎯¿Y cómo lo tomaste? ⎯pregunta mi tía Luz, curiosa, mientras acomoda el cojín a su lado.

⎯Es su vida, su cuerpo, su decisión. Yo la apoyo ⎯responde Julie con firmeza. Luego, su mirada se alza y me ve⎯. Danielito… bienvenido.

⎯Tía… ⎯respondo, caminando hacia ella y abrazándola.

⎯Te recuerdo que mañana terminan tus vacaciones ⎯dice ella, con una sonrisa astuta.

⎯Pensé que no hablábamos de negocios ni trabajo en nuestro tiempo libre ⎯le recuerdo con una sonrisa mientras saludo a mi tía Luz y a mi madre, que se acerca para darme un beso en la mejilla.

Mi madre me observa con ese brillo de amor en los ojos, y al ver la escena, me siento nuevamente parte de algo cálido, de una vida que se ha ido entrelazando de manera más profunda a medida que los años pasan.

Finalmente, mis ojos se posan en mi hermana Lu, profundamente dormida entre los brazos de mi madre. Su pequeño rostro refleja una paz absoluta, como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo, y me siento aliviado al ver que, por fin, después de todo lo que hemos pasado, hay momentos en que podemos descansar, aunque solo sea por un rato.

⎯Dormir, jugar y comer, ¡qué vida! ⎯expreso, sonriendo mientras observo a mi hermana Lu, tan tranquila en mis brazos.

⎯Los beneficios de ser bebé ⎯me contesta mi madre con una risa suave. ⎯¿Quieres cargarla?

Asiento con la cabeza y mi madre, con una sonrisa, me pasa a mi hermana. Ella se acomoda rápidamente, como si supiera que ya es parte de mi abrazo, encontrando en mí un refugio. Es increíble lo que el amor incondicional de un niño puede hacer, incluso cuando no es tuyo.

⎯Miren, Danielito, tiene el toque para ser papá… ⎯dice mi tía Luz, con una mirada que tiene algo de picardía y algo más.

⎯Qué si no… ⎯respondo, bromeando, pero al mismo tiempo sintiendo un ligero calor en las mejillas. No esperaba esa observación.

Las dos tías me miran con una curiosidad que no me gusta. Mi madre se une a la observación, y sus ojos brillan de interés.

⎯A ver, a ver… ¿qué traes? ⎯pregunta mi tía Luz, cruzando los brazos y observándome detenidamente.

⎯Nada… ⎯respondo con rapidez, aunque la incomodidad crece en mi pecho.

⎯Venga, venga… No solo viniste a ver a tus hermanas. Tienes algo que contar. Te conocemos demasiado bien como para no saberlo ⎯dice mi tía Luz, con insistencia.

Sonrío levemente, sintiendo cómo la presión crece. No es fácil hablar de lo que estoy viviendo con Tazarte, especialmente con mi familia tan cerca.

⎯¿Es Tazarte? ⎯dice mi madre, con una sonrisa amable que me hace sentir más seguro, como si su apoyo fuera lo único que realmente necesito.

⎯Sí, es Tazarte ⎯admito, sin poder evitar que mi voz suene más suave de lo que pretendía.

⎯¡Interesante! ⎯exclama mi tía Luz, sorprendida, y mis otras dos tías se acercan más a mí, curiosas. No puedo evitar reír ante su entusiasmo.

⎯Se supone que venía a contárselo a mi madre, a solas ⎯les comunico, pero no puedo evitar que la risa se escape de mis labios. ¿Cómo no esperar esto de ellas?

Mis tías se ríen al unísono, como si ya hubieran adivinado la respuesta.

⎯Nos íbamos a enterar de todas formas. Así que, te invito a que lo compartas con la clase ⎯dice mi tía, guiñándome un ojo mientras se acomoda en el sofá, dispuesta a escuchar más.

Suspiro profundamente.

⎯Tazarte tiene una hija ⎯confieso, mi voz un poco temblorosa al principio.

⎯¡Qué! ⎯exclaman las tres al mismo tiempo, sorprendidas por la noticia.

Lu apenas se mueve, como si ya estuviera acostumbrada al caos que provoca mi familia. Pero eso no impide que las risas y los murmullos se desaten entre mis tías.

⎯Shhhh, la van a despertar ⎯les comento, haciendo un gesto con la mano para que bajen el volumen.

⎯No cambies el tema ⎯me dice mi tía Luz, frunciendo el ceño, pero con una sonrisa traviesa.

⎯¡Anda, ya dinos! ⎯insiste mi tía Julie, con un brillo en los ojos que solo surge cuando se siente que la historia está tomando un giro interesante.

⎯Pero, no le digan a… ⎯suspiro, mirando hacia Lu, que sigue dormida tranquilamente en mis brazos⎯. A quien engaño, mañana lo sabrán todos.

⎯¿Mañana? ⎯pregunta mi tía Julie, y su risa es contagiosa.

⎯No hagas caso, ya cuéntanos ⎯insiste mi mamá, sonriendo.

Me río nerviosamente y decido soltarlo todo.

⎯Tazarte tiene una hija. Se llama Aria.

⎯¡Aria! Un buen nombre para la hija de un músico ⎯escucho la voz de mi hermano Héctor, que ha estado escuchando desde la puerta de la casa. Momentos después se acerca, con una sonrisa en el rostro y un brillo curioso en los ojos.

⎯Es igualita a Tazarte. Es su hija biológica. Su esposo y él tuvieron un tratamiento y…

⎯¿Esposo? ⎯pregunta mi tía Julie, bastante interesada.

⎯Un tenor. Murió de cáncer de garganta hace años ⎯respondo sin rodeos, notando la tristeza que se dibuja en los rostros de todos.

⎯Aria llegó meses antes de que él muriera. Aria… es sorda. ⎯al pronunciar esas palabras, un silencio se instala en la sala, la atmósfera cambia.

Los ojos de todos se abren sorprendidos. Yo mismo recordando mi primera reacción, sintiendo una mezcla de tristeza e incomodidad.

⎯Lo sé, yo hice el mismo rostro cuando lo supe. La niña tuvo meningitis y perdió el oído desde pequeña. ⎯sonrío, recordando su energía y su carácter único. ⎯Aria es maravillosa. La conocí hace unas horas. Es alegre y creativa. Dice Taz que le ve futuro como pintora. Tiene su carácter, noble y seguro. En verdad es una niña maravillosa. La relación de los dos, es el amor más puro que he visto. Se comunican con las manos, entre silencios se entienden. Tazarte la interpreta tan bien…

Me pierdo por un momento, recordando los pequeños momentos que pasé con ellos, la imagen de Aria moviendo las manos para comunicarse, y la forma en que Tazarte, sin esfuerzo, la entendía y la guiaba con tanto amor. Me doy cuenta de que me he quedado callado, perdido en esos recuerdos, y por un segundo me siento más cerca de ellos.

⎯Suena que hay una nueva Ruiz de Con en la familia ⎯escucho a mi tío David, que ha llegado y está de pie al lado de mi tía Luz, con una sonrisa de complicidad.

Me doy cuenta de que parte de la familia está presente. Mi tío Robert, mi papá, mis primas, Jo y Sabina, que no sé en qué punto llegaron. Y, aunque algunos todavía no han entendido por completo, sé que muy pronto lo sabrán todos.

⎯Continúa ⎯me pide mi tío Robert. 

Sonrío. 

⎯Bueno, como saben, y si no sabían, Tazarte es mi novio. Apenas llevamos unos días, pero Aria es parte de él. No lo puedo separar. Así que, quiero que la conozcan todos y pues… hagan lo suyo.

⎯¡Qué emoción! ¿Cómo te sientes? ⎯pregunta mi madre, con una sonrisa cálida en el rostro.

 ⎯Pues, impactado, en realidad. Pero creo que es algo lindo. Ahora que lo pienso, Tazarte siempre demostró que era padre, de alguna manera ⎯respondo, sintiéndome algo inseguro, pero también aliviado.
⎯¿Cuándo la conoceremos? ⎯me pregunta mi tía Luz, ansiosa por saber más.
Suspiro.
⎯Después del concierto de inauguración. Primero se tiene que acostumbrar a su nuevo hogar. Justo hoy platicábamos de eso, Tazarte y yo. Tenemos que buscarle una buena escuela, inclusiva, que tenga servicios de intérpretes de lengua de señas o docentes capacitados en señas. También materiales educativos visuales, como libros con imágenes y videos que refuercen su aprendizaje. Tendremos que hacer algunas modificaciones en el piso, tía. Cómo instalar alarmas visuales para que sepa cuándo suene el timbre, el teléfono o si hay algún ruido importante, como el humo de la cocina o una puerta que se abre. Puertas con paneles de vidrio o ventanas que le permitan ver sin problemas quién está al otro lado de la puerta ⎯digo, sintiéndome un poco abrumado por la cantidad de detalles que hay que tomar en cuenta, pero también emocionado por los cambios.
⎯Espera, espera…⎯interrumpe mi madre, con una mirada curiosa⎯. ¿Necesitamos… A caso ya vives con Tazarte?

El aire se llena de una sorpresa que no esperaba. Mis tías, que antes estaban con curiosidad, ahora se mantienen en silencio, esperando mi respuesta.

⎯Pues… no precisamente…
Héctor sonríe.
⎯Bueno, ¿cuántas noches has pasado con él?
Los ojos de mis padres se clavan en mí.
⎯¿Noches? ⎯pregunto, sintiendo el calor subiendo a mi rostro.
⎯Venga, Dan ⎯me pide mi papá, en tono relajado, como si supiera que estoy a punto de desmoronarme por la presión.
⎯Pues estos días y ya…
⎯Definitivamente es un “nosotros”. Felicidades, Danielito, oficialmente tienes pareja ⎯bromea mi tía Julie, causando que todos suelten una pequeña risa.
⎯Claro que no.
⎯No te avergüences. No serías el primero ⎯dice mi tío Robert, con una sonrisa traviesa⎯. Tu tía y yo llevábamos meses viviendo juntos antes de decirle a tu abuelo Tristán.
⎯¿Eso es cierto? ⎯pregunta mi tío David, escandalizado, levantando las cejas.
⎯Lo dices así, sin vergüenza ⎯añade, mirando a mi mamá.
⎯Bueno, dice el que se iba a dormir a casa de Luz por las noches y luego regresaba diciendo que salía a correr temprano ⎯responde mi mamá con una sonrisa picarona.
⎯No hablemos de eso, ¿eh hermanita? Porque aquí está presente también otro saltador de balcones ⎯mi tío le lanza una mirada a mi papá.
Todos se ríen, yo trato de esconder mi sonrojo entre las carcajadas.
⎯Bueno, es oficial cuando olvidas el cepillo de dientes en el baño. Es la señal ⎯finaliza mi hermano Héctor, con una sonrisa cómplice.
⎯Como sea… se harán esos cambios y ya les dije lo que tenía que decir. Ahora, si me disculpan, voy al baño ⎯digo, levantándome y dejando a mi hermana entre los brazos de mi madre.
Mis tíos siguen riendo y contando anécdotas de su juventud, mientras yo, aún con la sonrisa en el rostro, camino hacia la casa. Antes de subir las escaleras para ir al baño, saco mi teléfono y le envío un mensaje a Tazarte.

DAN:
¿De casualidad dejé mi cepillo de dientes en tu casa?

Entro al baño y antes de salir, escucho la vibración de mi teléfono. Leo su respuesta con una sonrisa.

TAZ:
Sí, y también tu champú.

Sonrío, definitivamente, es un nosotros. Un verdadero nosotros. 

3 Responses

  1. Awwww 💕 Taz y Dan son mi pareja favorita del momento! Tan tiernos.
    Y luego están los tíos, que son top! con esas anécdotas… Me encanta la familia. Aún recuerdo ese salto que se dió Manu! Cómo si hubiera sido ayer… 🤭🥰

  2. Jajajajaja ayyyy q lindo todos reunidos y como no acordarnos de todas esas anecdotas. Que emocion.

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