TAZARTE
Hoy me desperté antes de que sonara el despertador, una vez más. Me acerco con cuidado al cuarto de Aria y, al ver que sigue dormida, decido esperar. La niñera llegará en unos minutos y me gustaría que al menos me viera antes de marcharme. A veces, pienso que todo lo que hago está por ella, por su bienestar, pero la verdad es que siento que no soy suficiente.
Jo ha sido increíble al ofrecerme la ayuda de niñeras, especialmente una que hable lenguaje de señas. Aria está feliz, al fin tiene a alguien con quien jugar y comunicarse de una manera que la hace sentir entendida. Y aunque me alegra verla feliz, me siento tan distante de ella, como si todo lo que estuviera sucediendo fuera un acto lejano y distante de lo que debería ser. Yo no soy feliz. Me siento miserable.
Desde que todo con Daniel pasó, no he logrado encontrar paz. La rabia y la tristeza me inundan, pero lo que más duele es el corazón roto. Las dudas me consumen, y aunque trato de callarlas, la realidad sigue ahí, golpeándome a cada momento. A veces, hablo en voz alta para ver si las palabras de Alexander me devuelven algo de esa calma que ya perdí. Pero, parece que hoy no será posible.
Hoy es un día de entrevistas, y, aunque lo intente evitar, tendré que ver a Daniel. Lo bueno es que mi amiga, la soprano Nicole Falkestein, aterrizó ayer en Madrid. A partir de hoy será mi invitada especial para el concierto de inauguración. Tuve suerte de que le cancelaran un evento en París, y que Karl le llegara al precio para que pudiera estar aquí. Me alegró mucho saber que no tendría que pasar el día solo, sino con alguien que, al menos, me permite desconectar de las sombras.
Así que pasaré todo el día con Nicole, ensayando las piezas que interpretará, y, sobre todo, enseñándole la Casa de la Música. Ella se quedará en el Hotel Lafuente, donde estuve alojado, así que posiblemente nos cenemos juntos o le muestre algunos rincones de la ciudad. Haré todo lo que pueda para evitar a Daniel, aunque sé que es poco probable. El destino siempre parece llevarnos de vuelta a donde menos lo deseamos.
El timbre de la puerta suena, y sé que la niñera ha llegado. Camino hacia la entrada, abro la puerta y ella me sonríe, como siempre. Becca es puntual, confiable, y en este momento, todo lo que necesito es esa rutina que me permite olvidarme un poco de mis propios pensamientos.
⎯Señor De la Mora ⎯me saluda, su voz suave pero firme, como siempre.
⎯Pasa, Becca. Aria sigue dormida ⎯le comento con una sonrisa cansada.
⎯Comenzaré a hacer el desayuno… ⎯responde mientras entra, y luego se detiene un momento⎯. ¿Quiere algo?
⎯No, no tengo hambre. Mejor me voy. Te dejo el auto por si gustas llevar a Aria a algún lugar.
⎯Gracias, señor Tazarte.
No le doy más vueltas, tomo mi saco, me aseguro de que todo esté listo para el día que tengo por delante. Hoy es un día importante, después de todo. Tengo que estar presentable. Hoy, haré una entrevista frente a la televisión con una de las entrevistadoras más famosas de España: Conchita. El solo pensamiento de enfrentarme a las cámaras me pone tenso, pero sé que es necesario. Como siempre, lo que importa es la imagen.
Camino hacia la habitación de Aria. Ella sigue dormida, tan tranquila en su pequeño mundo, ajena a todo lo que pasa a su alrededor. Me acerco a su cama y le doy un beso suave en la frente. La miro un momento, admirando su paz, deseando poder estar como ella. En mi pecho se agolpan los sentimientos, pero los dejo ir. No puedo quedarme atrapado en eso ahora.
Con un suspiro, me doy la vuelta. No puedo seguir escondiéndome de Daniel. No puedo seguir evitando lo que me espera. Es el momento de enfrentarlo, aunque eso signifique que mi mundo se tambalee aún más. Sé que no puedo huir de la vida.
Dejo la casa sin mirar atrás. El peso de lo que está por venir se hace más pesado con cada paso que doy.
Cuando llego a la estación de metro, me siento aliviado por la brevedad del viaje. Decido ponerme los audífonos y subo el volumen de la música. La música siempre ha sido mi refugio, mi escape cuando todo lo demás se vuelve pesado. Me ayuda a callar mis pensamientos, a olvidarme de todo, aunque sea por un momento.
Pero mis pensamientos no se apagan del todo. Mientras el tren avanza, me pregunto cómo enfrentaré a Daniel. ¿Qué le diré cuando lo vea? ¿Seré capaz de ignorarlo? ¿Cómo lograré dejarlo atrás si ya lo había soñado para mi vida?
El tren llega a mi destino, y al bajar, atravieso la calle. Justo cuando pienso que podré llegar a la fundación sin ser interrumpido, escucho su voz.
⎯¡Taz! ⎯grita Daniel, bajando apresuradamente de su camioneta. Se acerca a mí con urgencia⎯. Taz. Te lo pido, necesito hablar contigo.
Lo ignoro por un instante, sigo caminando, pero en un segundo, logra alcanzarme y toma mi brazo con fuerza.
⎯Taz… ⎯me dice con una mezcla de desesperación y algo más.
⎯No, Daniel, no tengo nada que hablar contigo ⎯respondo con firmeza, tratando de zafarme.
⎯Pero yo sí ⎯insiste, pero no lo miro.
⎯Pues qué lástima, porque no te quiero escuchar. ⎯Me siento irritado, como si fuera lo más obvio en el mundo. No me apetece perder mi tiempo con él.
Pero en un abrir y cerrar de ojos, me lleva a una sala apartada. Cierra la puerta con determinación.
⎯¿Me dejas salir, por favor? ⎯le pido, intentando mantener la calma.
⎯No, necesito que me escuches ⎯dice, su voz temblando.
⎯¿Quién te dio permiso de exigir eso? ¿Tu apellido? ⎯respondo, incapaz de contener el sarcasmo.
⎯Sabes que no soy así, Taz ⎯me dice Daniel.
⎯No, no eres así… eres un maldito idiota que me rompió el corazón y le creyó a Sebastián todo. ¿Qué vienes a decirme? ¿Que ya encontraste las pruebas que me demuestran que no soy culpable? ⎯digo, sintiendo cómo el coraje empieza a arder dentro de mí.
Daniel se queda en silencio. He dado en el clavo.
⎯Sólo déjame en paz, Daniel. Vive tu vida y pasa de mí. No quiero nada más contigo ⎯digo, ya cansado de sus excusas.
Intento acercarme a la puerta para salir, pero Daniel me toma de nuevo.
⎯Perdóname ⎯me dice con una mirada sincera, mirándome a los ojos.
⎯Te perdono, ahora déjame en paz ⎯digo frío, sin mostrar emoción.
⎯No Taz…
⎯¿Qué quieres, Daniel? ¿Qué después de lo que me dijiste voy a darte mi perdón y saldremos de aquí tomados de las manos, felices? No, eso no va a pasar. Aquí tienes tu perdón, pero es diferente el ganar mi corazón de nuevo. Muy diferente. Si tú a eso estás acostumbrado, lo siento, pero no funciona conmigo.
⎯Lo sé y haré…
⎯¿Qué harás? ¡Dime qué harás! ⎯respondo molesto, al parecer, el coraje que guardé el otro día ha salido a flote⎯. No sabes lo que es el amor, por eso piensas que es fácil amar, pero no lo es. Amar es difícil, es construirlo día a día, con detalles, con confianza, con trabajo. Amar es no dudar de la persona que tienes enfrente y, ¿adivina qué? Tú ya hiciste eso. No puedo amar a una persona que, con cualquier audio, cualquier foto editada, duda de mí. O que me ponga en una situación incómoda, sin estar seguro de que lo que se dice es mentira. Pero, ¿sabes lo que más me enoja? ⎯le grito, sin contener la rabia. Su mirada sigue fija en la mía⎯. Que me enamoré de ti, aunque juré que no lo haría nunca más. ⎯Apunto mi dedo sobre su pecho⎯. Me abrí a ti, te ayudé a sanar, te mostré lo más valioso que tenía, te acepté con tus miedos, con tus dolores, con tu ex revoloteando a tu alrededor. Te protegí y te di mi corazón. Me di la oportunidad de soñar con tener una pareja, y ¿qué hiciste, Daniel? En la primera situación, me traicionaste. Te di el mundo y tú me escupiste a la cara.
Al terminar mi frase, lo miro por última vez, sin sentir ni un atisbo de tristeza. Solo queda la rabia, la frustración. Ya nada de esto importa. Lo que me queda por hacer es cerrar este ciclo, por fin.
⎯Taz… Sé que no hay palabras.
⎯No ⎯digo con firmeza, interrumpiéndolo⎯. No hay.
Mi tono es cortante, sin dar lugar a excusas. La rabia, el dolor y la decepción siguen ardiendo en mi pecho, pero intento mantenerme firme. Este no es el momento para ser blando, no después de todo lo que he pasado, todo lo que me hizo sentir.
⎯¿Sabes qué necesito ahora? ⎯sigo, mi voz más controlada, pero aún cargada de emoción⎯. Necesito algo extraordinario. Algo que me haga pensar, aunque sea por un minuto, que realmente estás arrepentido. No quiero más palabras vacías, no quiero flores, no quiero regalos ni nada de esas tonterías que tu dinero puede comprar. Quiero algo real. Algo que demuestre que realmente me valoraste, que me entendiste, que me ves como algo más que una opción más para resolver tus propios errores. Eso es lo que quiero, Daniel. No más excusas.
Lo miro con firmeza, no esperando una respuesta que se asemeje a una disculpa barata. Porque, sinceramente, no la quiero. Ya me he cansado de esperar que las palabras cambien algo. Ya no me afectan.
⎯Ahora, si me disculpas, tengo que ir a trabajar ⎯añado, sin darle espacio para seguir hablando. Mi tono es más frío ahora, despojándolo de cualquier esperanza de acercarse de nuevo a mí.
Y, sin decir nada más, me doy la vuelta y me alejo, sintiendo la presión en mi pecho disminuir solo ligeramente con cada paso que doy hacia la puerta.
Me detengo un momento antes de salir, tomando una respiración profunda. Me giro brevemente hacia él, una última mirada que ni siquiera sé cómo interpretar. ¿Será tristeza lo que veo en mis propios ojos? ¿O simplemente es el eco de algo que me sigue atrapando, a pesar de todo?
⎯Déjame en paz ⎯finalizo, sin girarme, mientras cruzo la puerta.
Y en cuanto la puerta se cierra, me doy cuenta de la verdad que acabo de decirme.
A quién engaño… sigo enamorado de él. Y eso, lo peor de todo, nunca cambia.
Auch dolieron esas palabras, pero te las merecías Daniel.🤨
Ahora a ver que haces para recuperar a Tazarte 💔❤️🩹
Taz estuvo letal pero aja… Las palabras expresaron su decepción por lo que hizo Dani… ahora a recuperarlo!!
Y si Taz debía decir todo lo que sentía y lo mereces Daniel pero ya tocaste fondo lo único ahora es subir!!!
Ahí está Daniel!
Taz ya dejó muy claro como se siente, tiene el corazón roto. Al menos él es consciente de que te ama y que lo has herido. Pero ¿Que harás tú para ganar ese amor de regreso? ¿Qué harás para que vuelva a confiar en ti? ¿Qué harás para tener la historia de amor que merecen?
Querer una gran historia de amor requiere merecerla y trabajarla Danielito.
Mi pobre Taz
Fuertes palabras pero muy reales. Así q Dan haga de todo para poder recuperar a Taz
Auch eso dolio, pero es verdad todo lo que le dijo Taz. Debe hacer algo memorable para que lo perdone, porq la cagada q hizo fue descomunal. Pero bueno. Esperemos q se le ocurre a Dan. 😱😱😱😱😱😱 que emocion y estres jajajaja gracias Ana.